¡¡¡¡HABEMUS DEBATE!!!
Fusilado de "El diario de Mallorca," del 12 de Mayo de 2011.
EFE/OVIEDO: El psicólogo estadounidense Howard Gardner, impulsor de la "escuela inteligente" al aplicar al ámbito educativo sus teorías sobre la inteligencia humana, ha obtenido hoy en Oviedo el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, al que optaban 31 candidaturas procedentes de 17 países.
Gardner (Scranton, EE.UU, 1943) ha centrado sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas en menores y adultos y ha formulado la teoría de las 'inteligencias múltiples', un avance considerado decisivo para la evolución del modelo educativo al tomar
en consideración las potencialidades innatas de cada individuo.
Este profesor de la Universidad de Harvard, el primer galardonado con el premio de Ciencias Sociales por su labor en el terreno de la educación, considera que la inteligencia humana
no es única y que cada individuo posee, al menos, ocho habilidades cognoscitivas,
lo que él llama inteligencias múltiples.
Esas ocho "habilidades" descritas por Gardner, hombre comprometido social y éticamente con la mejora de la educación, serían la inteligencia lingüística, la lógico-matemática,
la cinético-corporal, junto a la musical, la espacial, la naturalista, la interpersonal y,
por último, la intrapersonal.
Esta es la base de sus teorías que, además de proporcionarle fama internacional, están en el origen de muchos cambios significativos introducidos en el modelo educativo de su país y en los de otros del mundo occidental.
Así, el acta del jurado, presidido por el jurista Aurelio Menéndez constata que sus investigaciones "resultan decisivas para la evolución del modelo educativo, al tomar en consideración las potencialidades innatas de cada individuo".
Firme defensor de una "escuela inteligente", Gardner considera que las "inteligencias múltiples" carecen de valor intrínseco y que el comportamiento de cada individuo en sociedad, haciendo uso de su inteligencia, constituye una cuestión moral fundamental.
Además se muestra partidario de una educación personalizada y pide al sistema educativo que tome en serio las diferencias entre las personas, sin tratar a los alumnos "como si fueran más listos o más tontos sino en términos de cuál de sus inteligencias es la más fuerte".
Y ahora, la Contra
"La inteligencia es solo una, indica un estudio en niños y adolescentes
"Medidas del grosor de la corteza cerebral refutan la tesis de Howard Gardner y Daniel Goleman
MALEN RUIZ DE ELVIRA - El País - Madrid - 25/02/2011
¿Es la inteligencia una o existen varias inteligencias, y cuál es su base biológica? Las técnicas de neuroimagen, que permiten a los científicos explorar inocuamente el cerebro de personas vivas, están encontrando respuestas a preguntas como esta, que tienen una clara repercusión social .
Ya se había encontrado una relación entre el grosor de la corteza cerebral y la medida de la inteligencia general y ahora un nuevo estudio, en niños y adolescentes, se ha centrado en ver si este parámetro se relaciona también con el rendimiento cerebral en aspectos específicos. La respuesta es que no parece que exista una colección de capacidades separadas, sino que una poderosa capacidad general (llamada g) condiciona el rendimiento en las variadas situaciones que requieren el uso de la inteligencia.
Sin embargo, "gurús mediáticos como Howard Gardner, Robert Sternberg o Daniel Goleman han logrado convencer a bastantes ciudadanos de lo contrario", dice Robert Colom, catedrático de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, que ha participado, junto con otros investigadores de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, en un estudio que se publicará en la revista NeuroImage.
Autores como Gardner, recuerda Colom, han mantenido que no existe nada parecido a una capacidad intelectual general sino que, por el contrario, algunas personas destacan en el manejo del lenguaje, mientras que otras destacan con los números o en actividades que requieren procesamiento viso-espacial. Alguien podría ser perfectamente torpe con el lenguaje y excepcional con los números, según ellos.
El estudio analizó cómo las diferencias de grosor cortical de más de 200 participantes (niños entre 6 y 18 años) se relacionaban con su rendimiento intelectual en una variada serie de pruebas de naturaleza verbal, viso-espacial y numérica. Se obtuvo una puntuación para cada una de esas clases de tareas, pero también un índice de capacidad general (g) para cada participante. La conclusión, sorprendente, fue que cuando se consideran las puntuaciones verbales, viso-espaciales o numéricas anulando la influencia de g las relaciones con el grosor cortical desaparecen.
"Lo que queda cuando se descuenta la capacidad general (g) es ruido sin valor para el cerebro" concluye Colom. "Si alguien es muy bueno con el lenguaje es mucho más probable que improbable que también lo sea con los números y en el procesamiento viso-espacial", añade. "El hecho de que se usen pruebas verbales, numéricas o viso-espaciales no es realmente importante para comprender las relaciones de nuestra inteligencia con la biología, sino el hecho de que capturen esa capacidad general o g con mayor o menor intensidad".
Estos resultados no deben verse como contradictorios respecto a las pruebas existentes de la especialización funcional de las regiones de la corteza cerebral, advierten los autores del estudio, cuyo primer autor es Sherif Karama, de la Universidad McGill (Canadá). Solo se refieren al grosor de la corteza, que se cree refleja la densidad y la distribución de las neuronas y otras células y fibras del sistema nervioso.
Antes de escandalizarse por los resultados del informe PISA y sentenciar con voz grave una nueva catástrofe nacional, conviene leer los trabajos del catedrático de Sociología de la Complutense Julio Carabaña, uno de los expertos que más sabe sobre este examen mundial a la educación. No se lo van a creer, pero Carabaña es optimista. Contra la opinión establecida, defiende que PISA no nos deja tan mal. “No es que vayamos a la cabeza de los países desarrollados, pero los informes sí demuestran que España se encuentra entre los países desarrollados”, afirma Carabaña. “La proximidad entre países es tan grande que el orden carece de importancia, se parece a la llegada en pelotón en una carrera ciclista”, defiende el sociólogo. “Los alumnos españoles no van a la cola, sino en el grueso del pelotón”.
Cuando se discute sobre educación, y más si el debate se simplifica con los resultados del informe PISA a modo de estadística deportiva, es casi inevitable escuchar tópicos por doquier. Uno de ellos, que la educación en España va mal porque se invierte poco, lo cual es falso. Desde los 70, el gasto por cada alumno español se ha cuadruplicado, y no por ello la educación es cuatro veces mejor; a partir de cierto nivel, el aumento en el presupuesto apenas influye. Otro más: que el éxito o el fracaso de los alumnos es culpa de los planes de estudio; también es falso, por mucho que se hayan demonizado reformas como la LOGSE o la LOE. Si PISA demuestra algo es que no hay una receta mágica. Lo que más influye en PISA –una tercera parte del resultado– es el nivel socioeconómico de las familias. Y para mejorar eso, la clave es “promover una distribución de la renta regional y personal más equitativa”, como manda uno de esos artículos olvidados de nuestra tan homenajeada como ignorada Constitución.