Hace mucho mucho tiempo… cuando era apenas un niño viví una época especial. Mi infancia transcurrió, como la de muchos, en un momento de nuestro país en el que las recreativas recibían la misma consideración que las populares tragaperras y la consola doméstica estaba en pañales, el ecosistema de ordenadores era extenso y tenía un buen surtido de juegos pero la maquinaría era cara. Muchos entendían todos estos trastos como un juguete más, no veían que significaba el nacimiento de una industria, un compendio de ciencias y arte, y yo tampoco.
Lo que me quitaba el sueño no eran todos los tejemanejes que comentamos ahora, nada de fusiones, divas y técnicos cualificados trasladando su experiencia a otro bando, no, nada de eso, siendo sincero, lo único que me importaba era ver como podía jugar con algo similar a un dibujo animado en una televisión más grande que mi torso. Era un niño y solo quería divertirme, pero al poco tiempo me encontré queriendo saberlo todo sobre el mundillo, desde como ocurría aquel milagro hasta, por supuesto, conocer todas las novedades que podría encontrarme al día siguiente, ya fuese para alquilar o con mucha suerte comprar. Durante algún tiempo pude disfrutar de casi todo, o al menos conocerlo, bien por alquileres, revistas, conversaciones, o sencillamente por acercarme a los expositores de una gran superficie. Al menos eso creía. …Seguir leyendo +