La prensa del videojuego en España no pasa ahora mismo por un mal momento, comparativamente hablando. Cada vez hay más medios afianzados, y las incorporaciones serias no tienen mala pinta. Pero, por otro lado, se nos revelan ciertas faltas graves en algunos aspectos, producto sin duda de la escasa tradición que tenemos en cuanto a cultura de prensa impresa. Polonia, por poner un país menor en todos los ámbitos, tiene más oferta que nosotros, y no digamos ya países con indicadores de cantidad mayores como Reino Unido o Japón.
En lo digital, al menos en la prensa en línea, se ha venido a suplir esas «carencias» pero ha aportado otras, como falta de profesionalidad entre gran parte de los creadores de contenido, un exceso de dependencia respecto a las editoras establecidas en España, y una manera de realizar los textos basada en exceso en los dictámenes de Google, lo que se convierte en unas no demasiado buenas prácticas, además de ver repetidas las mismas noticias una y otra vez en las distintas páginas web (lo que provoca una sensación de «vista una, vistas todas«).
Son más de las que parecen
Pero hemos venido, esta vez, a hablar de prensa impresa (la que se puede comprar en los kioskos). En España, desde principios de los 80, se ha podido encontrar revistas de videojuegos y una de las que se encuentran actualmente disponible deriva de esos tiempos: Micromanía. Si bien al principio esta revista trataba todas las plataformas en las que se puede jugar, desde hace bastantes años se ha especializado en el mundo PC, reduciendo su contenido escrito pero compensándolo con la existencia de un disco óptico con demos y juegos completos.
Y sin duda, la parte sobre consolas ya no aparece en Micromanía porque desde principios de los 90 existe Hobby Consolas (de la misma editorial), centrada, esta si, en dispositivos especializados en videojuegos (aunque también aparezca alguna mención a móviles). Una revista que está enfocada a un espectro de edad concreto, entre los 12 y los 17 años, y que por mucho que pase el tiempo no llega a crecer con el usuario.
Axel Springer edita desde hace tiempo un par de revistas también para usuarios de un par de plataformas. Los fans de Nintendo tienen Nintendo Acción, mientras que los de Sony tienen Playmanía. Ninguna es particularmente seria, y más bien va dirigida a un público parecido al de Hobby Consolas, aunque de vez en cuando se permitan alguna licencia dirigida a realizar algún artículo más denso. Dentro de una franja incluso menor de edad, Panini edita una revista de videojuegos llamada Game Master que, si bien no es especialmente profunda ni concienzuda, al menos hace lo posible por cubrir las necesidades de su público.
Por suerte hay otros medios para un público distinto. Si pensamos en el complicado «todos los públicos» llegamos a Marca Player, una revista del grupo Unidad Editorial que, a pesar de su reducido precio, trata de abarcar desde concienzudos estudios de sector hasta análisis de juegos para los más pequeños, además de salirse por otros barrios cada cierto tiempo.
Y más pensada en un público experto, tenemos desde hace poco tiempo GamesTm, una traducción de la revista inglesa con el mismo nombre que edita Zeta (que también edita una revista para los usuarios de Playstation) y que cuenta con una plantilla de expertos nacionales para añadir contenido propio adaptado a las necesidades españolas. Su precio es elevado (8 euros), pero (y aquí entra una opinión personal) es la única que me ha aportado algo en los dos meses que llevo leyéndola. De manera irregular, y publicación independiente, también para un público experto se publica Star-t Magazine, pero sólo los dos primeros números se llegaron a imprimir. Y finalmente, también irregular (yo al menos aún no veo clara su distribución) pero con el respaldo de Axel Springer se publica la traducción al español de RetroGamer, especializada en el echar la vista atrás.
La justificación del titular
No es la primera vez que me quejo de la prensa española, pero esta vez voy a plantearlo desde el otro punto: La prensa se mueve, básicamente, por una ley de oferta y demanda, por unos riesgos y unas decisiones que tienen que ver con creencias o números relacionados con estos, y finalmente por unas personas y sus interrelaciones.
Lo digo porque si siempre ha funcionado bien, comercialmente hablando, el estilo juvenil, y no hay un público adulto que pueda secundar (con ventas) unos contenidos más complicados de encontrar, lo normal, desde un punto de vista empresarial, es no arriesgarse demasiado, y más cuando te enfrentas a distribución, stocks, salarios… Así que, lo responsable, es si hay un estilo que quieras reforzar o te interese más, es apoyarlo económicamente. O liarte la manta a la cabeza y crear tu propia publicación, pero ya sabréis, seguramente, que eso de fácil tiene poco.
Soltada la bomba y por si echáis de menos a alguna afamada publicación en el repaso os aconsejamos la lectura del Catálogo de revistas españolas de videojuegos 2012 de Julen Zaballa (Asadapi) en su blog, interesante y mucho más extenso pero con un fin totalmente distinto.
Gran artículo y con el que coincido. Tristemente, quizá es lo que nos merecemos. Por eso hace unas semanas escribí un artículo sobre la necesidad de tratar la cultura del videojuego desde nuestros blogs independientes, precisamente para hablar desde un punto de vista más adulto y poder escribir sobre los asuntos que no vamos a encontrar en las publicaciones que nombras.
Claro que tenemos lo que nos merecemos, no nos tomamos nuestro «trabajo» en serio.
Hablando de la prensa digital, es un ver lo mismo pero en diferente narrativa, sitios donde claramente han vendido su alma a las editoriales para recibir juegos gratuitos y viendo como medios que realmente se lo toman en serio y ofrecen un contenido diferente y de calidad es menospreciado y no suele ser visitado.
Tenemos lo que nos merecemos porque me parece muy fuerte que la noticia del día sea la de los consoladores gratuitos para las mujeres con pareja enganchada a Diablo III.
Espero que algún día, a los medios de calidad nos escuchen más de lo actual.
Pues yo es que ya no le veo el sentido a las publicaciones escritas la verdad. Y sí, las noticias de las publicaciones online aburren. «Oh, Molineux ha estornudado! fulanito ha puesto su plato de comida en twitter!»
Imagino que la calidad de la prensa en España tendrá relación con los hábitos de consumo del jugador medio en este país. Los videojuegos son un medio bastante adolescente, en general, e intentos «maduros» como Heavy Rain o The Last Guardian a menudo tienen una pátina casi más de pataleta, de aquí estoy yo por encima del resto, que de auténtico y sincero orgullo de diseñador de juegos… pero ése es otro tema. Yo creo que en parte el que en el Reino Unido se trate a los videojuegos con otro enfoque tiene mucho de cultural (es un producto más arraigado en la identidad de los ingleses… no olvidemos la época de Sinclair ZX Spectrum), de industrial (hay más tejido profesional en ese país que en éste) y de poder adquisitivo (la prensa puede sobrevivir más tiempo a precios más altos).
Por otro lado, entre la oferta existente en España, creo sinceramente que la mejor opción hoy en día es Marca Player, por encima de GamesTM. En mi opinión, en Internet está ya prácticamente todo lo necesario en cuanto a información y opinión sobre videojuegos, si no en castellano (con blogs excelentes como éste), seguro que en inglés. ¿Para qué seguir comprando revistas? ¿Por la nostalgia del papel? Valoro muchísimo la valentía del grupo detrás de la edición española de GamesTM, pero seamos realistas: ni ésa ni ninguna revista merece que paguemos 8 euros. En primer lugar porque los contenidos están muy bien redactados, sí, pero solo en comparación con la calidad media de la competencia. Veo cosas igual de valiosas a diario en blogs. En segundo lugar porque pago 8 euros pero no todos los contenidos me interesan. Por ejemplo, yo soy una persona que cada vez tiende más a huir de la actualidad, de las previews y del hype. Me intereso por un juego cuando está en Zavvi a 30 euros, no antes. Por tanto, he pagado una exclusiva de Resident Evil 6 que no me interesa lo más mínimo pero claro, si ya la he pagado, hago un esfuerzo y me la leo. Pago un precio fijo exageradamente alto pero en ninguno de los dos números de GamesTM todo lo que venía dentro me ha parecido que valiese la pena. ¿He de seguir comprándola solo por apoyar una buena causa? No oiga, que esto no es una ONG.
Por lo tanto, veo más útil a día de hoy leer opiniones, algunas noticias y reportajes en blogs de calidad ingleses y castellanos, donde uno puede agotar prácticamente todo el cupo de información necesaria sobre videojuegos, y si me pica el gusanillo de tener una revista de calidad más o menos decente, pillarme una Marca Player o una Micromanía, por los viejos tiempos.