El cine tiene la serie B, los cómics tienen los fanzines y los videojuegos tienen los juegos creados por «la comunidad». «La comunidad» es ese ente formado por todos los desarrolladores que no pueden permitirse grandes editores ni presupuestos astronómicos, los programadores que se lanzan por su cuenta y riesgo a plasmar sus ideas en forma de videojuego y las pequeñas empresas que quieren despuntar pero aun no pueden jugar con los grandes. En esa caldera de creatividad e ingenio se mezclan esencias geniales con carencias impuestas por la falta de medios o de experiencia. Y de ella salen juegos como The Maw, con todo lo bueno y todo lo malo.
Fugitivos espaciales
En un prometedor inicio, la historia de The Maw se despliega a partir de una tensa escena espacial en la que unos alienígenas grandotes encierran a otro más pequeño. De repente hay una conmoción y la nave en la que viajaban todos cae sobre un planeta resultando en un accidentado aterrizaje con solo dos supervivientes: el anónimo alien bajito y una extraña bola de color lila con un poderoso apetito, como pronto descubrimos. Abandonados a su suerte en un ambiente extraño y aparentemente hostil, la colaboración será su mejor arma para sobrevivir. …Seguir leyendo +