En abril del año pasado, cuando germinaba el hype sobre la séptima entrega de Star Wars que ha culminado con el reciente estreno, os hablaba de un título de Atari 2600 basado en El Imperio Contraataca y lo denominaba como el primer videojuego basado en la famosa saga creada por George Lucas. Como ya indicaba en dicho artículo, esa afirmación estaba hecha desde el punto de vista de las licencias oficiales, ya que existió un videojuego anterior que tomó el nombre de tan famosa franquicia.
En 1979, Taito sacaba al mercado una máquina arcade bajo el título de Galaxy Wars con desarrollo de Universal y que no era otra cosa que uno de los múltiples clones que hubo de Space Invaders. El caso es que, aprovechando la popularidad de la saga cinematográfica, que por aquella época se encontraba en pleno rodaje de la segunda entrega, aparecieron algunas máquinas con el nombre de Star Wars tanto en la cabina como en el juego en sí. Evidentemente, todo esto era completamente ilegal y se hizo de «tapadillo», pero por aquellos tiempos el tema de la legislación de derechos en los videojuegos era bastante laxa y, si bien podía haber alguna denuncia, no había un control exhaustivo de dónde terminaban estas versiones piratas.
No obstante, más allá del título y la temática de ciencia ficción, no hay más relación con las películas, por lo que evidentemente se trataba de un movimiento oportunista de mercadotecnia. Olvidándonos de esta circunstancia anecdótica, Galaxy Wars es un videojuego bastante digno como clon de Space Invaders e introduce algunos elementos interesantes para lo que era el año 1979.
Ante una ola de enemigos que se mueven horizontalmente, manejamos inicialmente una lanzadera en el suelo que tan solo definirá el punto de lanzamiento. Una vez que el misil es lanzado, pasamos a manejar éste y no solo cambiando la dirección, sino que pulsando y soltando el botón, podemos desafiar a la física haciendo que dicho misil se pare y avance en el aire a voluntad. De esta manera, podemos ir esquivando los distintos enemigos y los proyectiles de éstos. Si nuestro misil alcanza un enemigo sin ser interceptado, no perderemos ninguna lanzadera y podemos volver a iniciar el proceso hasta vaciar la pantalla y pasar a un siguiente nivel de aspecto similar pero dificultad incrementada.
Valorar técnicamente un juego tan pretérito siempre es complicado, pero al menos podemos decir que no desluce respecto a otros títulos de la época, e incluso su planteamiento del control me parece bastante original. Gráficamente tiene diseños evidentemente inspirado en Space Invaders, pero con una mayor variedad y según la versión del hardware incluso con elementos a color.
Aunque hubiese sido un juego muy válido para tener versiones en consolas como la Colecovision o la propia Atari 2600, el caso de Galaxy Wars es muy curioso ya que su versión doméstica no llegó hasta ¡¡¡dieciséis años después!!! En 1995, Imagineer publicó una curiosa versión para Super Nintendo que incluía dos modos clásicos en blanco y negro o a color, con el aspecto clásico de la máquina, y un tercer modo llamado Neo, que nos presentaba una actualización gráfica del juego – no de mecánicas – pero que aún así, estaba muy por debajo del nivel que podía dar la 16 bits de Nintendo.
Sin duda, Galaxy Wars es un juego en el que los elementos anecdóticos que le han acompañado, es lo que lo han hecho un juego cuyo recuerdo aún perdure . Sin embargo, es una opción más que válida para los aficionados a los arcades de la época, en especial a los verdaderos fans de los tan manidos «matamarcianos».