Mi mayor o menor afición al gran hábito de la lectura, no es culpa de ningún maestro, ni de algún autor famoso y ni siquiera de alguna saga de novelas juveniles. El máximo responsable de todo lo que he llegado a leer en mis treinta y dos años de vida es sin duda alguna Francisco Ibáñez. De las manos de este ilustre artista han salido infinidad de tebeos –sí, tebeos, no cómics– que en mi infancia he devorado con agresiva pasión y que según voy madurando releo para disfrute personal. Sin duda, soy de los que apoya que ninguna persona llegará a ser un lector en su etapa adulta si de pequeño no trató con personajes como los que salían de la brillante mente de Ibáñez.
La carrera de este artista es muy amplia, tanto por longevidad como por producción pero, sin duda, sus personajes más conocidos son Mortadelo y Filemón, cuya primera aparición en los kioskos españoles data de 1958 y que aún hoy, más de 50 años después, sigue apareciendo regularmente en forma de álbum. El mercado del tebeo en general no pasa por uno de sus mejores estados de salud actualmente, pero en la década de los 70 y 80 estaba en plena forma, siendo sus protagonistas unos personajes muy reconocidos popularmente. Hasta tal punto que, tras una serie de cortos, en 1971 llegó a las salas de cine el largometraje El Armario del Tiempo, dando buena muestra de su popularidad. …Seguir leyendo +