Estamos ante un juego, ante todo, muy peculiar. Peculiar porque es una gran superproducción al servicio de un nicho de mercado bastante escaso pero bastante fiel y bastante relacionado, históricamente al menos, con los videojuegos: los heavies. Y más peculiar si tenemos en cuenta que las dos distribuidoras que han llevado esta superproducción a cabo son primero Activision (que vemos claramente porqué dejó de ser la distribuidora) y después Electronic Arts. Sólo falta Ubisoft para completar la santísima trinidad de las distribuidoras mass market por excelencia.
Con todo, hay que ensalzar la tarea de Electronic Arts en comunicación de este producto, porque ha conseguido que muchos jugadores que no son en absoluto seguidores del Heavy Metal pero seguramente han oído hablar de Tim Schafer sigan el lanzamiento de este juego, e incluso lo adquiriesen nada más aparecer. La lástima para ellos es que están comprando un producto que no les va a gustar lo que debiese, y la lástima para el juego es que se va a crear una campaña de comunicación negativa espontánea, que seguramente repercutirá en las cifras de venta a la media-larga, y en el recuerdo colectivo del juego. …Seguir leyendo +