Novelas visuales, juegos de citas, juegos picantes… existen muchas maneras de describir el género, aunque tan sólo seamos capaces de identificar uno una vez lo hayamos probado. Amnesia: Memories es un título que pertenece a este género de aventuras gráficas conversacionales, más concretamente al subgénero de los otome. Este tipo de juegos, como bien indica su propia denominación traducida del japonés, están completamente orientados hacia el público femenino, y nos ofrece la opción de vivir una pequeña historia, con mayor o menor carga romántica y erótica. Pero no esperéis nada de este título más allá de la historia, como buena visual novel el juego no nos ofrecerá ningún tipo de libertad, acertijo o interacción con el mundo que se nos presenta más allá que la selección ocasional de alternativas ante una elección.
Hablemos del título, el cuál es una versión mejorada del ya aparecido para Playstation Portable. Cuando comencemos la partida, seremos bienvenidos con un fondo y música oníricos, además de la presencia de un extraño niño a los que no le da miedo que le señalen por la calle… o bien es su intención desde un principio. Se nos presentará como Orión, y nos pedirá perdon mil y una veces por haberse chocado con nosotros. Resulta que es un espíritu que andaba distraido y, mira tú por donde, al chocarse ha provocado que nos desvanezcamos en mitad de la calle. Lamentablemente, el percance también nos ha unido irreversiblemente a Orión, provocando que habite parte de nuestro cerebro, concretamente, el lugar donde albergamos nuestra memoria, provocándonos amnesia. El espíritu también nos confiesa que ha oído hablar de percances así, y que por lo general, suelen acabar con una degradación lenta y dolorosa de la persona afectada, convirtiéndonos en poco más que un vegetal. Por si fuera poco, el «hado» hará poco por ayudarnos, ya que su forma incorpórea no le permite interactuar de ninguna manera con el mundo. Podremos verle, hablar con él, e incluso contar con que nos haga alguna señal visual, pero por lo general, será igual de útil y notable que un tumor. Por lo que más vale que os replanteeis el asunto si ya le habíais cogido aprecio al chaval.
Por suerte, Orión tiene una teoría. Al igual que nuestros recuerdos han sido desplazados por su presencia, cree que si conseguimos estimular nuestro córtex prefrontal y recupear nuestra memoria, forzaremos al espíritu a desvincularse de nosotros, al no tener ningún sitio al que aferrarse. Y no, no nos valdrá agarrar la primera DS que veamos y ponernos a jugar al Brain Training. La manera de estimular nuestra memoria será intentar encontrar quienes somos, relacionarnos con la gente que creíamos conocer y redescubrir de nuevo a nuestra propia persona.
No obstante, ya desde el primer momento el juego nos ofrece pensamientos bastante truculentos y peligrosos .Por ejemplo, Orión no tendrá ningún reparo en detallar cómo podría cualquier persona aprovecharse de nosotros, una pobre chica que acaba de empezar la universidad. Según como actuemos, cada persona puede intentar timarnos, inventándose una deuda, o una posible relación amorosa, buscarnos problemas al omitir detalles de nuestro pasado, o vete tú a saber qué. Resulta fácil ignorar estas palabras de aviso del espíritu, creyendo improbables estas desgracias tras la ya acaecida, pero no tardaremos demasiado en recordarlo y arrepentirnos. Inicialmente, escogeremos el mundo en el que apareceremos, cada uno con el nombre de los palos de las barajas de cartas: diamantes, corazones, picas y tréboles. Esta primera decisión inicial nos transportará de vuelta al mundo, cambiando radicalmente nuestro principio y relación con los diferentes personajes que aparecerán en la vida de la anónima protagonista.
Una vez empezado el juego, tan sólo nos queda leer, leer y leer hasta resolver el puzle tras la identidad de la chica, y su relación con el resto de tremendos ternascos que la rodean. Y pese al género del título, no creáis que la partida serán todo risas y mariposas… ni de lejos. Según nuestras acciones, podríamos recuperar hasta cierto punto nuestra vida, acabar muerta y abandonada en un pozo, vivir metida dentro de una jaula para animales en el piso de nuestro supuesto novio, o tener un encuentro fatal con locas armadas con tijeras y cuchillos en mitad de la calle. No quisiera desvelar más información para mantener hasta cierto punto la intriga y la duda, pero creedme, si pretendéis pasar una tarde de color de rosa, no deberíais acercaros a Amnesia: Memories.
Por otro lado, ser tan truculento, y con unos personajes tan interesantes, provoca que el título enganche. Estos giros serán tan inesperados, y estaremos tan indefensos tras la poca interactividad y capacidad de decisión que nos ofrecerá el juego, que nos descubriremos leyendo línea a línea de la historia, sobrecogiéndonos en nuestra silla cada vez que la pobre heroína sufra un fatal desenlace, y preguntándonos a cada vez cómo encaja cada detalle de cada ruta en quién somos y las circunstancias que nos rodeaban, algo que tan sólo se esclarecerá una vez obtengamos los mejores finales de cada mundo y encontremos la manera de acceder al final «secreto». Eso sí, tan sólo sentiremos esta necesidad si conocemos el inglés, ya que el juego, lamentablemente, no está en castellano, manteniendo también sus varoniles y profundas voces en el japonés original. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, ya que resulta ser una amena manera de practicar el idioma de Shakespeare.
Poco más queda por decir de Amnesia: Memories, aparte de alabar su apartado gráfico. No conoceremos a ningún personaje fuera de los chicarrones que nos rodean, luciendo todos ellos un sentido de la moda divino, y unos ojos de seme que dejarán bien claro desde el primer momento que su misión es resultarnos atractivos y enamorarnos. Lamentablemente, el juego no cuenta con demasiadas CGs que ilustren la historia, y los fondos están relativamente poco trabajados en comparación a los personajes. De nuevo, insisto, lo interesante del juego es la historia, pero en ocasiones, una imagen vale más que mil palabras. Y es que no es lo mismo leer que hemos encontrado nuestro buzón lleno de huevos podridos, que ver nosotros mismos como chorrean sobre un montón de papeles en los que se puede leer «puta» o «cerda». También deslucen los diversos errores de programación y gráficos con los que cuenta el juego, por ejemplo, relegando en el gestor de ventanas de Windows la posibilidad de cambiar el tamaño de la ventana de juego, y sin embargo, colgándose cada vez que lo hagamos. No son más que meros detalles, pero que ponen de relieve que estamos ante un juego creado para consolas y portado a ordenador sin demasiado cariño. Por suerte, no arruinarán la experiencia.
En resumen, Amnesia es un juego entretenido, con una historia que nos hará plantearnos cosas desde ángulos que jamás previmos. Pero no puedo recomendarlo ciegamente. Quiero que quede claro que Amnesia es un juego mono, pero realmente grotesco cuando se lo propone. Si queréis relaciones limpias y sanas con los bishonens de turno, mejor que busquéis en otro lado, pero si no os importa escandalizaros e incluso llegar a pasarlo mal en pos de leer una buena historia, Amnesia: Memories debe estar ya en vuestra colección de Steam o Vita.