No se si lo sabéis, pero me enamoré muy fuertemente del país nipón mientras paseaba por sus calles en Septiembre de 2009. Antes de ese momento no tenía un interés mayor por Japón del que podía sentir por Canadá o Suazilandia. Y una duda me surgía en mi cruzarme con un nipón tras otro…¿Cómo sería mi día a día durante los años de escuela si hubiera nacido en Tokyo?
No os voy a decir que Persona 3 responde del todo esa pregunta, pero sí es un juego situado en esa franja de edad, y en un 80% del tiempo el juego te pone en la piel de un colegial, con sus preocupaciones y sus deberes.
Pero al menos ese 20% restante es la parte fantasiosa de Persona 3. Aquella en la que el personaje elegido por el jugador, un chico o una chica pero no penséis que vais a hacer un avatar a vuestro gusto, se convierte en la última esperanza de la humanidad y dirige un grupo de escolares con poderes especiales sobrenaturales. Un elemento clásico de esta saga de juegos de rol.
Pero a diferencia de las dos pesadísimas partes anteriores que casi me hicieron tener pesadillas sobre lo que me iba a encontrar en esta, aquí está todo muy bien pensado y excelentemente ejecutado. Cuando llega la noche la ciudad se convierte en una especie de páramo, todos los seres humanos se paralizan, y nuestra escuela se convierte en una fantasmal torre. Entonces, si queremos, podemos entrar en ella, y liarnos a galletas contra todo tipo de criaturas (sombras).
Pero de vez en cuando, para hacer avanzar la historia, nos toca combatir contra una de las sombras principales. Para evitar que en ese momento no tengamos el nivel suficiente y no podamos seguir avanzando han ideado un sistema muy inteligente. Uno de los personajes te va haciendo peticiones cada cierto tiempo. Consigue tal objeto, mata a tal enemigo, llévame a dar una vuelta por tu mundo. Uno de esos objetos que nos pide es el situado en la zona a la que se supone que no vamos a poder llegar si no tenemos el nivel suficiente como para derrotar a la sombra de turno. Así que, aunque se deja libertad de elección al usuario (la cantidad de escenas opcionales y finales alternativos es inmensa), el juego te empuja de una manera muy elegante a que, al menos, sigas cierto camino.
Y a diferencia de los Persona anteriores, en esta ocasión el combate es bastante divertido. Se echan de menos las conversaciones con el enemigo pero ahora al menos lo vemos antes de enfrentarnos a él, y puede ser atacado por la espalda (lo que te garantiza un turno extra), de frente o incluso darse el caso de que él nos sorprenda (entonces él tiene ese turno extra). El combate viene implementado con un sistema por turnos bastante convencional pero su diseño salvo en el caso de algunos enemigos provoca resulten bastante cortos, en ocasiones a tu favor o en otras en contra. Si conoces su punto débil es posible tumbarlo para una vez en el suelo darle el golpe de gracia, con esta mecánica en pocos segundos podemos acabar con la mayoría de enemigos. Pero como él toque el punto débil de nuestro personaje (algo que depende del álter ego o Persona que maneje en ese momento) puede darse por muerto porque el sistema es aplicable a todos.
Sobre los alter ego espirituales que dan nombre al juego no hay cambios respecto al resto de la saga. Es posible llevar una cantidad limitada de estas invocaciones en nuestro personaje principal, cada una con sus puntos fuertes y débiles, que podemos evolucionar, combinar o mejorar. Son una especie de Pokémon para adolescentes pero en esta ocasión los personajes humanos también se baten el cobre.
Pero como os he dicho, a mi lo que me interesa más del juego es toda la parte fuera del combate. Persona 3 Portable es de los pocos «simuladores de gestión diaria» japoneses que nos han llegado, aunque en este caso tenga el añadido de los combates fantasiosos. Pero la parte de gestión diaria está muy bien llevada, y tiene una buena relación con los combates. Cada vez que mejoramos nuestra relación con alguien (básicamente, quedando con ese alguien y acertando en las respuestas a sus preguntas… o tal vez haciendo alguna tarea más) nuestro nivel en un tipo concreto de «Personas» aumenta, lo que provoca que al realizar combinaciones de ese tipo les suba de nivel. Además, podemos recibir objetos u otras ayudas. Hay que tener en cuenta que el personaje tiene ciertos atributos que pueden mejorar mediante acciones (coraje, encanto y estudios), algunas más o menos automáticas y otras por nuestra elección concreta. Estos atributos, llegado a un nivel concreto, nos permiten desbloquear acciones o posibilidades. Aunque por desgracia, cuando llegas al máximo te siguen diciendo que mejoran pero evidentemente no lo hacen.
Respecto a las diferencias entre versiones, si sois personas con poco tiempo (y le he dedicado 65 horazas) os aconsejo la versión Portable, que es la que se puede jugar en PS Vita y PSP. Porque no es lo mismo si esas 65 horas las haces en el comedor que en cualquier otro lugar del mundo, permitiéndote además pausar y continuar la partida en cualquier momento. Pero, por alguna razón que se me escapa, el contenido visual se ha simplificado en esta versión portátil, de manera que en lugar de ver a nuestro personaje corriendo por la pantalla vemos un cursor, y en lugar de tener escenas animadas en la mayoría de ocasiones tenemos imágenes fijas. Así que, si tenéis tiempo, la versión FES (aún no se puede comprar en la Sony Entertainment Network europea, pero si en la americana) es la más completa visualmente. Por otro lado en la versión portátil también han añadido la opción de jugar como personaje femenino, lo que además de cambiar estéticamente el juego, nos abre nuevas posibilidades jugables y otras mejoras de usabilidad.
Lo que si os puedo asegurar es que Persona 3 es un juego increíble, al menos si vuestra edad ronda los 14-15 años y os va la cultura nipona, de la forma que sea. Si lo hubiera jugado con esa edad es muy posible que estuviera en mi top personal. No siendo así, Persona 3 es un magnífico juego, accesible para casi todos los públicos (aunque evidentemente, nadie lo ha traducido al castellano), y que hace que entienda perfectamente que fuera el primero que haya llegado a nuestras tierras. A falta de analizar Persona 4, os puedo decir que debéis empezar la saga por Persona 3 en la versión que prefiráis, pues aunque los dos primeros son curiosos y tienen una historia interesante (diría más, son más profundos y enrevesados que lo que viene posteriormente), son muchísimo más pesados que esta tercera entrega.
De hecho, debo añadir aún más. Resulta un juegazo imprescindible, uno que no debe perdérselo ningún aficionado a los juegos de rol, especialmente los de origen japonés. Uno de los mejores juegos de la década pasada, que tiene una gran cantidad de fans y que sigue aguantando el tipo fantásticamente.
Gracias por el analisis. 65 horas ç_ç madre mía !
Pues la verdad es que me dejas con ganas de jugar a los Persona, en mi caso tengo el Persona 4 desde hace años pero al ser tan largo y enrevesado nunca le di una segunda oportunidad. Puede que me lo plantee otra vez gracias a tí 😛