Esto pasó hace un par de años...
Unos amigos, ex compañeros de la facultad que viven Córdoba nos invitaron a pasar el fin de semana
largo a su departamento y de paso a recorrer las sierras de la provincia.
Eramos 6 personas, dos parejas, Marina y yo. Marina es hermosa, alta de ojos claros, con una cola infernal, hermosas piernas y una cinturita de avispa que me vuelve loco. En los 10 años que la conocía siempre la deseé, pero como nunca me dio cabida y además, como es muy reservada, nunca logré estar con ella.
Una mañana, yo estaba durmiendo en el living en mi colchón inflable, y al despertarme veo que estaba todo el grupo alrededor del mío tomando mates.
- Por fin te despertas!
Me dice Rocío, la dueña del depto y novia de mi amigo Emi.
En eso me doy cuenta de dos cosas: primero que yo tenía una tremenda erección (como me pasa todas las mañanas) y segundo que tenía muchas ganas de orinar.
Sabía que si me paraba en ese momento se me iba notar mucho porque tenía un short clarito y no tenía remera. Como siempre fuí un poco caradura, le pido a rocío que me pase un almohadon para taparme porque estaba con "el fenómeno de la mañana". Rocío me lo alcanzo y todos se rieron.
Me paro tapandome la zona pélvica con el almohadon y me dirijo al baño. Cuando estoy por abrir la puerta del baño, el cual estaba en un pasillo, se me da por darme vuelta. Al girar me doy cuenta que Marina me estaba mirando fijamente, y por como estaban sentados todos, era la única que me
podía ver en la puerta del baño.
Yo también me quedo mirándola fijamente y puedo ver como alterna la mirada entre mi cara y mi pelvis. Yo lo interpreté como que quería ver mi erección. Así que lentamente empecé a correr el almohadón para que pueda contemplar todo mi bulto. Tenía miedo de haber leído mal su intención pero no, se quedó mirándome fijamente el bulto con los ojos cada vez mas abiertos de la sorpresa (no creo que se haya imaginado que tenía ese pedazo) y empezó morderse los labios.
En ese momento me empecé a marear de la calentura, porque nunca me pasan estas cosas y me daba mucho morbo la situación. Decidí aumentar la apuesta y, como saben que me gusta mostrar la pija (lo habrán notado acá en poringa), me empecé a bajar lentamente el short, los demás por suerte ni enterados.
Podía notar la calentura en Mari, y veo que disimuladamente se lleva los dedos a la boca y se los empieza a chupar. Yo por mi parte saqué toda la verga afuera del short, me corro el prepucio para que vea bien el glande rojo y cabezón que tengo, y también me pongo en distintas poses para que contemple todo mi pene.
A esa altura ya la notaba muy inquieta y caliente, asi que en un momento que todos se callaron mientras tomaban mate, ella le preguntó a Rocío:
- Ro, me puedo hacer un café?
- Si, andá tranqui, en la cocina hay.
La cocina estaba al final del pasillo, asi que tenía que pasar por donde estaba yo.
El corazón me iba a mil del morbo, nunca esperaba esto. Se viene directo hacia mi, y lo primero que hace es agarrarme la verga con su mano derecha y empezar a pajearme fuertemente, con la mano izquierda me manosea las bolas que pensé que me iban a explotar. Yo lo que hago es tocarle la concha con la mano derecha y la cola que tanto desee durante tantos años con la izquierda. Al mismo tiempo le como la boca a besos, besos que nos debíamos hace tiempo. Era un beso de desesperación con mucha lengua y baba.
Paramos de chapar y nos quedamos mirando fijamente con unas caras de calentura increíbles. No pasaron ni dos segundos en que ella decidió arrodillarse
y meterse la pija hasta donde pudo en boca. Se la dejó adentro y yo podía sentir como su lengua se movía rápidamente por todo el glande. En ese momento
me temblaron un poco las piernas y tuve que hacer fuerza para no acabar... no podía creer lo que estaba pasando. Luego, me empezó a cabecear... a coger con la boca, mientras alternaba lamidas por todo el tronco de la verga hasta llegar a los testículos. Podía notar que no era muy experimentada en el tema lo cual me generaba mucho mas morbo.
Una risa fuerte que surgió de nuestros amigos que estaban conversando en el living nos despertó del transe de calentura en el que estabamos, y nos dimos cuenta que disponíamos de poco tiempo. En eso la levanto a Marina, la meto en el baño y la acomodo frente al espejo agarrándose de la bacha. Yo quedo de espaldas a ella y rápidamente me arrodillo y le bajo la calza y la tanga en un sólo movimiento. Quedó su ogete desnudo frente a mis ojos, yo no daba crédito a tanta belleza. Encima por debajo pude ver como se asomaba su perfecta conchita. Era rosada, carnosa, sin un pelo, tal cual siempre la imaginé. No me pude resistir y empecé a chupar y lamerle el ano y la vagina con desesperación. Sentía que ella se agitaba y hacía fuerza para no gemir, evitando que los demás nos descubran. No pasó ni un minuto que ella me susurra:
- Cogeme.
En ese momento tenía la chota tan hinchada que ni yo la reconocía, nunca la había visto así. Me paro, le abro las piernas, apoyándole una sobre un banquito, la inclino un poco, y le mando a guardar mis 20 cm de verga por esa cajeta hermosa que tiene. Como ella es alta, un poquito mas baja que yo la pose me quedaba cómoda. Al meterla pude sentir lo caliente y mojada que estaba, con lo cual tuve que dejarla un rato adentro sin moverme para aguantarme las ganas de acabar. Después si, le empecé a dar masa mirándola en el espejo las caritas de puta que me ponía. La calentura nos llevó a susurrarnos cosas:
- Mari: Cogeme así bebé, me gusta mucho.
- Yo: No sabes las ganas que tenía de tenerte así zorrita hermosa.
- Mari: Ay si bebé, como me gusta tu pija, me llena toda la conchita.
- Yo: Si, bebé la tenes toda mojadita y caliente, me hace gozar mucho.
Entre las cosas que me decía, las caras de placer que ponía, y verla como se aguantaba las ganas de gritar, yo no daba mas. La gota que rebalsó el vaso fue cuando me dijo:
- Dame la leche.
Ahí me volví loco del morbo, la incliné mas, le empecé a dar con mas fuerza, creo que nunca me cogí a alguien con tanta fuerza. Mientras tanto le susurraba:
- Donde la queres?
- En la boca.
Me respondió eso y al toque le digo:
- Ahí viene.
Así no más, ella se da vuelta, se arrodilla y se la mete en la boca, mirandome fijamente con esos ojos azules increíbles. Pensé que iba a recibirla desde afuera de la boca pero no. Se la dejó adentro hasta que no pude mas y acabé con las piernas temblando de la excitación. Sentía como salían las abundantes descargas
de semén que se chocaban con su garganta, ella ni se mosqueaba, la recibía toda. Al terminar, se la tragó toda, metiendose con los dedos los restos que le habían quedado alrededor de los labios y me dice:
- Que rica lechita dulce que tenes bebé.
Y ni bien dice eso se levanta, se pone la tanga y la calza y se va a la cocina a prepararse el café que prometió. Yo me quedé reponiendome del polvo mas caliente que tuve en mi vida.
Aunque fueron 10 minutos que nos ausentamos, los demás no sospecharon nada por suerte, se ve que la charla estuvo entretenida en living. Yo me quedé con ganas de más, los dos sabíamos que al volver a nuestra ciudad, nos teníamos que encerrar en un cuarto por varios días y coger como se debe.... cómodos, en privacidad y gritando y gimiendo todo lo que queríamos.
El resto del finde nos la pasamos mirándonos con cara de calentura todo el tiempo, y tocandonos y dándonos besitos a escondidas cuando podíamos.
Si les gustó y me ponen muchos likes y compartir, les cuento lo que pasó en el colectivo de vuelta.
Unos amigos, ex compañeros de la facultad que viven Córdoba nos invitaron a pasar el fin de semana
largo a su departamento y de paso a recorrer las sierras de la provincia.
Eramos 6 personas, dos parejas, Marina y yo. Marina es hermosa, alta de ojos claros, con una cola infernal, hermosas piernas y una cinturita de avispa que me vuelve loco. En los 10 años que la conocía siempre la deseé, pero como nunca me dio cabida y además, como es muy reservada, nunca logré estar con ella.
Una mañana, yo estaba durmiendo en el living en mi colchón inflable, y al despertarme veo que estaba todo el grupo alrededor del mío tomando mates.
- Por fin te despertas!
Me dice Rocío, la dueña del depto y novia de mi amigo Emi.
En eso me doy cuenta de dos cosas: primero que yo tenía una tremenda erección (como me pasa todas las mañanas) y segundo que tenía muchas ganas de orinar.
Sabía que si me paraba en ese momento se me iba notar mucho porque tenía un short clarito y no tenía remera. Como siempre fuí un poco caradura, le pido a rocío que me pase un almohadon para taparme porque estaba con "el fenómeno de la mañana". Rocío me lo alcanzo y todos se rieron.
Me paro tapandome la zona pélvica con el almohadon y me dirijo al baño. Cuando estoy por abrir la puerta del baño, el cual estaba en un pasillo, se me da por darme vuelta. Al girar me doy cuenta que Marina me estaba mirando fijamente, y por como estaban sentados todos, era la única que me
podía ver en la puerta del baño.
Yo también me quedo mirándola fijamente y puedo ver como alterna la mirada entre mi cara y mi pelvis. Yo lo interpreté como que quería ver mi erección. Así que lentamente empecé a correr el almohadón para que pueda contemplar todo mi bulto. Tenía miedo de haber leído mal su intención pero no, se quedó mirándome fijamente el bulto con los ojos cada vez mas abiertos de la sorpresa (no creo que se haya imaginado que tenía ese pedazo) y empezó morderse los labios.
En ese momento me empecé a marear de la calentura, porque nunca me pasan estas cosas y me daba mucho morbo la situación. Decidí aumentar la apuesta y, como saben que me gusta mostrar la pija (lo habrán notado acá en poringa), me empecé a bajar lentamente el short, los demás por suerte ni enterados.
Podía notar la calentura en Mari, y veo que disimuladamente se lleva los dedos a la boca y se los empieza a chupar. Yo por mi parte saqué toda la verga afuera del short, me corro el prepucio para que vea bien el glande rojo y cabezón que tengo, y también me pongo en distintas poses para que contemple todo mi pene.
A esa altura ya la notaba muy inquieta y caliente, asi que en un momento que todos se callaron mientras tomaban mate, ella le preguntó a Rocío:
- Ro, me puedo hacer un café?
- Si, andá tranqui, en la cocina hay.
La cocina estaba al final del pasillo, asi que tenía que pasar por donde estaba yo.
El corazón me iba a mil del morbo, nunca esperaba esto. Se viene directo hacia mi, y lo primero que hace es agarrarme la verga con su mano derecha y empezar a pajearme fuertemente, con la mano izquierda me manosea las bolas que pensé que me iban a explotar. Yo lo que hago es tocarle la concha con la mano derecha y la cola que tanto desee durante tantos años con la izquierda. Al mismo tiempo le como la boca a besos, besos que nos debíamos hace tiempo. Era un beso de desesperación con mucha lengua y baba.
Paramos de chapar y nos quedamos mirando fijamente con unas caras de calentura increíbles. No pasaron ni dos segundos en que ella decidió arrodillarse
y meterse la pija hasta donde pudo en boca. Se la dejó adentro y yo podía sentir como su lengua se movía rápidamente por todo el glande. En ese momento
me temblaron un poco las piernas y tuve que hacer fuerza para no acabar... no podía creer lo que estaba pasando. Luego, me empezó a cabecear... a coger con la boca, mientras alternaba lamidas por todo el tronco de la verga hasta llegar a los testículos. Podía notar que no era muy experimentada en el tema lo cual me generaba mucho mas morbo.
Una risa fuerte que surgió de nuestros amigos que estaban conversando en el living nos despertó del transe de calentura en el que estabamos, y nos dimos cuenta que disponíamos de poco tiempo. En eso la levanto a Marina, la meto en el baño y la acomodo frente al espejo agarrándose de la bacha. Yo quedo de espaldas a ella y rápidamente me arrodillo y le bajo la calza y la tanga en un sólo movimiento. Quedó su ogete desnudo frente a mis ojos, yo no daba crédito a tanta belleza. Encima por debajo pude ver como se asomaba su perfecta conchita. Era rosada, carnosa, sin un pelo, tal cual siempre la imaginé. No me pude resistir y empecé a chupar y lamerle el ano y la vagina con desesperación. Sentía que ella se agitaba y hacía fuerza para no gemir, evitando que los demás nos descubran. No pasó ni un minuto que ella me susurra:
- Cogeme.
En ese momento tenía la chota tan hinchada que ni yo la reconocía, nunca la había visto así. Me paro, le abro las piernas, apoyándole una sobre un banquito, la inclino un poco, y le mando a guardar mis 20 cm de verga por esa cajeta hermosa que tiene. Como ella es alta, un poquito mas baja que yo la pose me quedaba cómoda. Al meterla pude sentir lo caliente y mojada que estaba, con lo cual tuve que dejarla un rato adentro sin moverme para aguantarme las ganas de acabar. Después si, le empecé a dar masa mirándola en el espejo las caritas de puta que me ponía. La calentura nos llevó a susurrarnos cosas:
- Mari: Cogeme así bebé, me gusta mucho.
- Yo: No sabes las ganas que tenía de tenerte así zorrita hermosa.
- Mari: Ay si bebé, como me gusta tu pija, me llena toda la conchita.
- Yo: Si, bebé la tenes toda mojadita y caliente, me hace gozar mucho.
Entre las cosas que me decía, las caras de placer que ponía, y verla como se aguantaba las ganas de gritar, yo no daba mas. La gota que rebalsó el vaso fue cuando me dijo:
- Dame la leche.
Ahí me volví loco del morbo, la incliné mas, le empecé a dar con mas fuerza, creo que nunca me cogí a alguien con tanta fuerza. Mientras tanto le susurraba:
- Donde la queres?
- En la boca.
Me respondió eso y al toque le digo:
- Ahí viene.
Así no más, ella se da vuelta, se arrodilla y se la mete en la boca, mirandome fijamente con esos ojos azules increíbles. Pensé que iba a recibirla desde afuera de la boca pero no. Se la dejó adentro hasta que no pude mas y acabé con las piernas temblando de la excitación. Sentía como salían las abundantes descargas
de semén que se chocaban con su garganta, ella ni se mosqueaba, la recibía toda. Al terminar, se la tragó toda, metiendose con los dedos los restos que le habían quedado alrededor de los labios y me dice:
- Que rica lechita dulce que tenes bebé.
Y ni bien dice eso se levanta, se pone la tanga y la calza y se va a la cocina a prepararse el café que prometió. Yo me quedé reponiendome del polvo mas caliente que tuve en mi vida.
Aunque fueron 10 minutos que nos ausentamos, los demás no sospecharon nada por suerte, se ve que la charla estuvo entretenida en living. Yo me quedé con ganas de más, los dos sabíamos que al volver a nuestra ciudad, nos teníamos que encerrar en un cuarto por varios días y coger como se debe.... cómodos, en privacidad y gritando y gimiendo todo lo que queríamos.
El resto del finde nos la pasamos mirándonos con cara de calentura todo el tiempo, y tocandonos y dándonos besitos a escondidas cuando podíamos.
Si les gustó y me ponen muchos likes y compartir, les cuento lo que pasó en el colectivo de vuelta.
1 comentarios - Cogida a mi amiga Marina en Córdoba (Relato)