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Follar en la ducha

Follar en la ducha
Cuando desperté, pude ver como el pecho de luis subía y bajaba con cada respiración. El olor de mi piel era salado desde la noche anterior. Estiré las piernas, levanté la cabeza suavemente para no despertarlo. Me levanté de la cama desnuda, me acaricié el revuelto pelo de mi pubis mientras me ralmia los labios, ardía por dentro. Caminé sobre la suave alfombra hasta el baño. Pasé la vista sobre el cuarto antes de dirigirme a la ducha pudiendo ver el desorden que de aquella noche había quedado. Me giré hacia el espejo y me alegré de que mi maquillaje no se hubiera corrido tanto como esperaba. Mientras pasaba mis manos por mi cabello rizado, no os voy a engañar tengo un pelo negro y unos rulos preciosos que contrastan con mi narices recóndita tipo japonesa y mis achinados ojitos, en fin que lo hice para recogerlo y poner un lazo en él, noté marcas de color rojo claro en mi costado, que recordaban las actividades de la noche anterior. Apenas me sonreí.

T: Al menos esos no son visibles mientras estoy en el trabajo. Necesitaré usar ropa más conservadora durante algunos días – Pensé mientras miraba el chupetón más preocupante al lado de mi clavícula.

Entré a la ducha y cerré las puertas de vidrio detrás mío, cerré los ojos y dejé que el agua corriera por mi rostro, que acariciara mis senos y pasara por mis pezones limpiando el sudor y los fluidos de la noche anterior. Estaba perdida en mis pensamientos, tratando de recordar algunas partes que faltaban de la noche sin sacar mi rostro del agua. Al mismo tiempo hacia cuentas de a qué hora debíamos salir para el aeropuerto. Había sido una noche alocada, pero cual otra podría ser si no esa, la última noche con mi novio.
La noche anterior consumimos demasiado mdma y coca... minsangre aun se revolvía en una lucha ardiente nublando mi mente de deseo y pensamientos confusos.

Suspiré para mí misma, preguntándome si él despertaría pronto, debatía si debía tomar una ducha larga o despertarlo ahora. De repente sentí una brisa fresca sobre mi piel y supe que Gustavo se me uniría. Creo que sonreí cuando me rodeó con sus brazos y me atrajo hacia él. Mientras escuchaba las puertas de vidrio cerrarse, besó mi nariz y comenzó a frotar mis hombros.

G: Mmmmm… Buenos días – murmuró mientras sus dedos acariciaban mis costados suavemente.

Me acarició la nariz antes de dejar besos a lo largo de mi mandíbula hasta mi cuello. Me agarró firmemente por la parte superior de los muslos y me atrajo hacia él. Dejé que sus manos recorrieran mis nalgas separando ligeramente mis piernas para que su ya firme miembro se deslizara entre ellas. Su punta jugueteó con mi clítoris y se deslizó entre mis labios mientras me besaba firmemente en la boca, provocando en mi un pequeño jadeo.

Pasé las uñas por su pecho hasta sus caderas y jugueteé a lo largo de la parte superior de su ingle hasta agarrarle el pene con firmeza y acariciarlo lentamente. Él gruñó cuando alcancé la punta de su miembro por primera vez, presionó mi espalda contra la pared de la ducha y sentí que sus caderas me empujaban. Una imagen más llegaba a mi mente de la noche anterior, sonreí ante eso, todavía incapaz de abrir los ojos por el agua.

Hice un puchero cuando se apartó de mí, intenté aclarar mi rostro. Sentí sus manos sobre mis hombros, me hizo girar para mirar hacia las puertas de la ducha, jadeé de nuevo cuando él presionó mi pecho contra el vidrio húmedo y frio. No había logrado limpiarme el agua de los ojos. Lo que agudizó mis otros sentidos e hizo que el frío se sintiera mucho más intenso. Me estremecí levemente cuando pasó sus manos firmemente por mi espalda y mis costados antes de agarrar mis caderas y presionar juguetonamente su ingle contra mi trasero. Me moví contra él, sintiéndolo, endurecerse aún más mientras deslizaba su pene húmedo hacia arriba y hacia abajo. Se quedó quieto durante algunos segundos, dejándome a mí hacer el movimiento antes de dar un paso atrás y hacer que su mano reemplazara su verga, deslizando un dedo dentro de mí y poniendo la otra mano con fuerza en la parte baja de mi espalda, con su pecho, presionaba mi espalda, mis tetas se aplastaron contra las puertas de vidrio impidiéndome luchar demasiado.

Suavemente deslizó otro dedo por mi vagina, provocándome lentamente hasta apenas poder soportarlo. Pude sentir el calor del agua sobre mis hombros mezclarse con el frio del vidrio contra mi piel, estas sensaciones eran casi insoportables con cada movimiento de su mano. Yo gemía, aunque en realidad no estaba segura de cuando había comenzado y solo lo noté cuando mi garganta comenzó a sentirse seca. Por mi mente pasaban cortas escenas en orden aleatorio de lo acontecido mientras mis piernas luchaban por no dejarme caer, sintiéndome debilitada de placer.

Retiró sus dedos de mi interior y los pasó por mi boca, que no dudé en lamerlos, sentía el sabor de mis flujos mezclados con el agua. Deslizó su polla entre mis labios empapados y llevó su dedo pulgar a mi agujero prohibido, hasta ese entonces. Mientras movía su pene por mi vulva, empezó a presionar su pulgar en mi apretado culo como esperando a sentir que se relajara a su alrededor antes de continuar o que como siempre lo detuviese.

En ocasiones anteriores me habían pedido tener sexo anal, pero nunca lo había permitido, por un lado, porque sentía que no era justo que solamente el hombre disfrutara, por otro, porque no lo veía muy higiénico. Pero era su despedida, pronto se subiría a un avión para, seguramente, no volverlo a ver, además, era el novio con quien hasta el momento había tenido la conexión más fuerte, así que decidí darle mi culo virgen de despedida. Cuando tomé esa decisión y traté de relajarme lo más posible, mi corazón comenzó a latir aceleradamente y luchaba por mantenerme de pie cuando él comenzó a empujarme lentamente con la mano en las caderas. Arqueé la espalda tanto como pude, mis gemidos se convirtieron en un simple jadeo a medida que me acercaba al orgasmo producido por su verga rozando mi clítoris. No había notado que su pulgar ya estaba dentro de mi culo hasta que lo sacó y me agarró por las caderas, todavía luchando contra sus impulsos y solo acariciándome, supongo que queriendo saborear el momento.

Dio un paso atrás y puso la punta de su polla en mi ano, sin hacer presión aún, como observando mi reacción. Se acercó y jugueteó con mi clítoris unos segundos, y luego empecé a sentir su presión. Apreté mis dientes esperando el dolor, que poco a poco se fue intensificando a medida que lentamente su pene se abría camino entre mi culo. Traté de relajarme para sentir menos dolor, sin embargo cada centímetro de su pene me desgarraba. Levantaba mi culo y lo empujaba hacia él lentamente pero de manera constante hasta por fin sentir que sus piernas contra mis nalgas. Gustavo me agarraba de un pecho y pellizcaba mi pezón mientras su verga completaba su camino.

Estuvimos quietos unos instantes, algo que agradecí mientras le daba tiempo a mi cuerpo para adaptarse a esta nueva sensación. Me sentía tan llena, tan caliente, tan puta y absolutamente abrumada por el placer. Finalmente, no pudo contenerse más, me agarró por las caderas con fuerza y me golpeó, haciéndome caer de nuevo contra el cristal. En su bombeo, comenzó a sonar una sinfonía de bofetadas húmedas, gruñidos y agua al caer. Llevé mi mano sobre mi clítoris y jugué conmigo misma mientras ese pedazo de carne me maltrataba. Continuó empujando unas cuantas veces más antes de sentirlo tenso y expulsando chorros de semen dentro de mi. Eso me llevó al éxtasis, y ayudada con mis dedos llegué a un orgasmo tan intenso que difícilmente sacaría de mi mente.

Decidió quedarse inmóvil unos segundos, con su cabeza apoyada en mi hombro, tratando de volver en si mismo. Creo que salió de mi interior no porque así lo hubiese querido, sino por haber perdido algo de dureza en su verga. Al hacerlo sentí como salía también todo su esperma y comenzaba a escurrir por la cara interna de mis piernas, seguramente mezclándose con mis fluidos vaginales también, pensaba esto aún sin abrir mis ojos, disfrutando del fresco del aire que circulaba, cuando un fuerte golpe en mi trasero me saco de mis pensamientos. Lo volteé a mirar sobre mi hombro, y ver esa cara de satisfacción me hizo sonreír.

G: Que rico culo – Murmuro, me beso en la boca tiernamente y salió de la ducha

2 comentarios - Follar en la ducha

Pervberto +1
Maravilla de descripción de una volcánica sodomía bajo el agua caliente como los cuerpos.
pornoteen +1
Una aventura muy apasionante