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Con el masajista german

Con el masajista german

Amanecí con un dolor fuerte en la espalda y en mi cuello, en lo primero que pensé al notar las dolencias fue en el masajista llamado Germán que mi amiga me recomendó diciéndome que es buenísimo quitando dolores mediante sus masajes.
Toqué la puerta y en unos segundos me encontré de frente con un hombre vestido con su uniforme blanco de masajista.
El hombre era muy atractivo, tez morena, cabello medio rubio y ojos verdes.
-Pase señorita- me dijo amablemente mientras me dejaba pasar.
-Hola, me presento mi nombre es Valentina.
-Hola Valentina, yo soy el masajista Germán- se presentó y luego me llevo a una sala donde había una camilla y un estante lleno de cremas.
-Dime ¿qué te anda pasando?- dijo con una sonrisa.
-Hoy he amanecido con un fuerte dolor en el cuello y en la espalda- le respondí.
-Bueno, ponte cómoda y acostate en la camilla.
-Antes de que te acuestes, necesito que te quites tu remera y tu sostén.
-¿por qué?- le pregunté.
-Para poder colocarte bien la crema y que mis manos hagan contacto directo con tu dolencia, no tengas vergüenza, si quieres me doy vuelta.
-No hace falta, quedate donde estás- decir esto me sorprendió mucho, pero me gustaba que él me viera los pechos antes de empezar.
Me quite lo que me pidió, pero siempre sosteniéndole la mirada a ese atractivo masajista.
Cuando termine de quitarme la ropa se quedó viendo fijamente mis senos, se acercó a mí y me dijo: -Quiero asegurarme de que tus pechos no sean parte de tu dolor de espalda- y para mi sorpresa tomo ambos de mis senos.
-Son de buen tamaño y suaves, me parecen hermosos- la caricia se volvió más sensual y dejo de ser profesional.
Hasta se tomó el atrevimiento de besarme las tetas.
-Disculpame- me dijo.
-No te disculpes, me gusto que hicieras eso.
-Pero tú viniste por tu masaje- dijo mientras señalaba la camilla.
Me acosté en la camilla antes de que él me comiera los pechos antes de tiempo.
Me puso una crema en el cuello la cual me dio un efecto de frío instantáneo y sus mágicos dedos empezaron a hacer efecto, pues, era un verdadero espectáculo la técnica de masaje que tenía ese hombre, luego con movimientos lentos, pero firmes a la vez fue bajando hacia mi espalda para aplicar fuerza en la zona del dolor, pero en el recorrido me toco los pechos.
Se volvió a poner crema en sus manos y esta vez me la aplico en la espalda, sentí frío y luego un calor abrazador que me excitaba mucho mientras él me frotaba, el frotamiento era tan rápido que ya sentía como mis tetas se movían en las sábanas de la camilla.
Sin querer empecé a gemir y sentí que él sonrió atrás mío.
Dejo de frotarme y con un sorpresivo movimiento me quito la falda, solo quede con mi tanga y él atacó a besos los cachetes de mi culo mientras me hacía suaves masajes ahí también.
Me quito la tanga y luego fue a buscar aceite en la estantería.
Pero esta vez no se puso aceite en sus manos, sino que la aplico en ambas de mis nalgas dejándome el culo lleno de aceite, pero eso me ha encantado.
Luego me volvió a acariciar el culo mientras me ponía más aceite, me metió tres de sus dedos y empezó a hacer un masaje suave y circular adentro mío.
Se sentía todo bien rico, ya que el aceite, sus masajes y sus dedos me estaban llevando al cielo mientras yo hacía movimientos con mi cadera hacia atrás para que sus dedos penetraran más profundo.
Cuando quito sus dedos de adentro mío, puso ambos manos en mi cadera y me dio vuelta para poder mirarnos a los ojos.
-¿cómo la estás pasando mi amor?
-Excelente.
Me sonrió y se desnudó.
Mis ojos fueron directamente hacia su pene.
-¿Lo quieres?.
Asentí con la cabeza.
Él se acostó en la camilla encima de mí, yo estire lo suficiente el brazo para tomar su verga y me la metí entera en la boca lo cual me provoco un estremecimiento en la garganta porque ni siquiera la chupe antes, pero a mí me gustan las cosas directas.
Él me miro con una cara de asombro por mi acto, pero a su vez le gusto.
Hizo una embestida violenta con su pija aun dentro de mi boca y me agarro del cuello aplicando la suficiente presión para que sea excitante.
Cuando su pene estuvo bien profundo en mi boca lo empecé a chupar.
Le hice unas suaves caricias alrededor de todo el pene y en la cabeza también, pero el ritmo de mi chupada era rápido, por lo tanto hacía movimientos con mi lengua de arriba hacia abajo y los circulares en su gruesa cabeza.
Él me soltó el cuello para agarrarme las tetas fuertemente y masajearlas también porque se había quedado con ganas de manosearme los pechos hace unos minutos.
Saco su pene de mi boca, estaba húmedo y aprovecho para darme un suave golpecito en el rostro con esa maravilla de pija.
Luego fue a buscar otras dos botellas más de aceite, se ve que su intención era dejarme toda aceitosa.
Vacío las dos botellas de aceite por todo mi cuerpo, pero en las partes que más coloco el aceite fueron en las tetas y en mi vagina.
Me miro completamente maravillado y me dijo: -Ahora sí que estás perfecta para ser cogida.
Y con una sola embestida tomándome de mi cintura me penetro hundiendo su pija dentro de mí lo bastante profundo y con mucha dureza.
Se empezó a mover y yo con mis piernas le aferre su cadera mientras le acariciaba la espalda y él todavía me seguía tomando de las caderas para poder clavarme mejor.
Yo creí que íbamos a permanecer en esta posición, pero Germán con un movimiento de sus manos hizo que yo quedara encima de el para que pudiera tomar el control y moverme a mi antojo, aproveche esa oportunidad y me moví rápido, en movimientos circulares, también salte encima de su verga lo cual a él le dio la oportunidad de ver mis senos en acción y acompañe los movimientos de su pelvis con los míos, ambos éramos una sincronía perfecta respecto a los movimientos del sexo.
Y mediante esa sincronía también se hizo presente un perfecto orgasmo de parte mía y de él.
Luego me puso en cuatro y me coloco un líquido aceitoso en el agujero del culo que me hizo dar un estremecimiento delicioso.
Me tomo un pecho que estaba lleno de aceite como ustedes ya saben, empezó con sus embestidas y al mismo tiempo con su mano libre me acarició la vagina.
Por lo tanto no sabía en cuál placer concentrarme más, si en el de su pene destrozándome el culo o en las caricias que le daba a mi vagina que eran iguales de rápidas que las embestidas.
Por lo tanto me entregué completamente y disfrute muchísimo.
Esa fue mi primera sesión de masajes y la mejor tarde de mi vida.

6 comentarios - Con el masajista german

bale06
que ganas de unos masajitos tota
Tota2023
Ummmmmm
Carlito-SL
pasa el dato de german asi la llevo a mi mujer
mca19000
Evidentemente es recomendable ese masajista
Jack55477
Yo también quiero darte un buen masaje con final feliz
taxilibre
Excelente gracias por compartir +10