Hace un par de meses estaba en el gym y sentí que alguien me estaba mirando. Cuando volteé era una chica bastante joven y gordita. Ella de immediato miró hacia otro lugar con cara de pena y se le ruborizaron las mejillas. Yo seguí en lo mío, pero me daba cuenta que ella seguía mirando. No le di mucha importancia, además vi que estaba muy grande y gorda.
Pasaban los días y ella como siempre me seguía con la mirada, pero me esquivaba en cuanto yo buscaba sus ojos. Se estaba convirtiendo en un juego para mí, me parecía gracioso ver a una chica tan joven en esa actitud conmigo, me imaginaba que seguro tenía complejos serios por su figura, que no era tan mala, pero es que de verdad es muy grande, yo le calculo como mínimo 1.85 m, y con sobrepeso se ve simplemente gigante.
Tiene suerte de tener rasgos faciales muy finos y el cuerpo como una guitarra, sólo que de tamaño familiar. Es piernona, culona, caderas normales, con una barriga importante, brazos rellenitos, pechos medianos parados y duros. Es blanca de pelo castaño y ondulado, con ojos grandes marrones claros; es de labios gruesos y prominentes. No demuestra estrías o celulitis en las piernas, la piel se le ve muy tersa. Tiene una actitud muy tímida y esquiva. Si la ves detalladamente es bonita y no tan gorda, lo que pasa es que es muy alta y se ve automáticamente muy gorda, además de que no escoge muy bien la ropa.
Un día yo iba de salida y me la encontré de frente en el pasillo y la saludé con una sonrisa, ella volteó a mirar el piso, pero en cuestión de milisegundos regresó la mirada con mucha pena... bajó de nuevo la mirada, y volvió a mirarme y me saludó con un muy tímido "hola". Yo le respondí y me fui.
De ahí en adelante ya no me esquivaba la mirada, me sonreía y saludaba en la distancia, de hecho cuando ella llegaba, se le notaba que escaneaba la zona, y en cuanto me veía, saludaba muy contenta, aún con pena, pero se le notaba algo de alegría.
Un día ella estaba en una caminadora y ocupé la siguiente máquina a su lado. Ella de immediato se quitó los audífonos y quitó la música del celular. Era la primera vez que hablaba con ella, se veía muy nerviosa, pero cooperadora. La saludé y pregunté por su nombre...
- Lena
- Oh, bonito nombre! cuántos años tienes? bueno, si lo puedo preguntar 😉
- jejeje claro, tengo 19, bueno ya casi 20 🙂
- wow, muy joven! me imagino que ya estás en la universidad, no?
- no exactamente, quiero ser enfermera y primero tengo que cumplir con unos cursos de primeros auxilios y también de servicio social...
- y luego sí puedes ir a la uni?
- no, la enfermería es en una escuela técnica, pero eso ya será el otro año
- ahh ok 😉
Seguimos hablando, y me di cuenta de que sí es muy tímida, pero con algo de tiempo y confianza, se relaja y es muy chévere.
Yo no quería preguntar muchas cosas privadas y dejé la conversación en un nivel muy superficial... al final de la sesión le ofrecí llevarla en carro, pero se rehusó...
-------------
Desde entonces me saludaba con más efusividad. De vez en cuando le corregía uno que otro ejercicio y ella muy atenta me hacía caso. En algunas de esas correcciones yo aprovechaba para acercarme más físicamente, aprovechaba y tocaba el músculo en juego, siempre y cuando no fuese una zona muy erótica y si ella me lo permitía... al principio se le notaba algo incómoda, pero con pocos intentos se acostumbró y ya parecía no importarle.
Mi siguiente paso fue invitarla a entrenar un día juntos... ese día entrenamos piernas. Era la sesión perfecta para acercarme más. Mi plan funcionó, le toqué los muslos y parte de las nalgas, pero claro, primero le pregunté si podía hacerlo y me dijo que sí. Las piernas tenían muy buen tono muscular, las nalgas eran redondas pero algo pequeñas considerando su tamaño. Ese día la pobre quedó molida y aceptó que la llevara en carro. Era medio día y la dejé en la puerta de su edificio, y me fui a trabajar...
A los días le escribí preguntando que cómo estaba y dijo que todavía molida, pero que le habia gustado entrenar juntos y que le gustaría repetirlo. Y así hicimos, más o menos cada 15 días entrenábamos juntos, ella quedaba de verdad muy agotada... le dije que era importante que entrenara igual de duro cuando estuviese sola, y muy obedientemente lo hizo...
En pocas semanas noté que la cara y el cuello se le veían más delgados y se lo hice saber, pero claro, sólo le dije que se empezaba a ver un poco el efecto del entrenamiento, a lo que ella respondió con su tímida sonrisa mientras se encogía de hombros.
Estaba claro que si esta chica adelgazaba se pondría muy bonita y muchos hombres le caerían como buitres, así que si quería tener algo con ella, era ahora.
Pero no sabía qué excusa decirle para poderla llevar a algún sitio... a un hotel? no, no estábamos en ese nivel de confianza, mi casa? imposible... su casa? era una opción, pero aún no sabía si vivía sola, ni cómo "invitarme"... no tenía ni puta idea de qué hacer...
Un día se me ocurrió invitarla a entrenar pero de noche, siempre habíamos ido a medio día, pero esta vez la invité a eso de las 7pm y ella aceptó sin problemas.
Todavía no sabía qué hacer, pero pensé que algo se me ocurriría. Estaba tan excitado que la miraba de arriba abajo con mucho deseo y ella se estaba dando cuenta. Cuando ella hablaba le miraba los labios y se le cortaba el habla. Cuando la tocaba eran más caricias que simplemente palpando el músculo. Trataba de acercarme a su rostro lo más que podía, y ella comenzaba a dar signos de excitación, como una perra en celo; no me esquivaba y me miraba los labios y ojos con deseo... si hubiésemos estado solos, creo que me habría besado. En medio de la sesión y conversaciones, comenzaron risitas y miradas calientes, ambos sabíamos lo que estaba pasando pero ninguno decía algo al respecto...
Terminamos y cada uno se fue a bañar... yo terminé y la esperé... ella se demoró un poco. Cuando salió, volvió a su timidez y nerviosismo de siempre.
Fuimos juntos al auto, nos subimos e hice una pausa, como para tratar de relajarme, y suspiré. Ella me miró con una sonrisa muy inocente y jovibal. Le pregunté que si estaba muy apurada, porque tendría que echar gasolina, que si no le importaba... negó con la cabeza, entrecerrando los ojos y manteniendo su sonrisa.
Le toqué su pierna izquierda con la excusa de saber si estaba adolorida y afirmó con la cabeza... estaba en un juego de no hablar, sólo con la mirada y sus gestos... pero se veía muy nerviosa, ansiosa.
Arrancamos y después de un par de minutos en silencio, llegamos a la estación... estaba todo solo y oscuro, eran casi las 9pm. Llené el tanque y subí al auto, y nuevamente hice una pausa... puse mi mano derecha nuevamente sobre su pierna y dándole como palmadas suaves
- qué hacemos, Lena... no tengo ganas de ir a mi casa... se te ocurre algo?
- (sonriendo se encogió de hombros como queriendo decir "no sé", pero no dijo nada)
- tengo varias opciones... podemos comprar algo para comer aquí en la estación
- (nego con cara de desagrado, pero con gracias)
- o podemos ir a un restaurante... pero hay que ver si nos aceptan a esta hora
- (volvió a negar, pero algo más pensativa)
- o podemos ir a McDonalds...
- (comenzó a afirmar con la cabeza, con cara pensativa mientras miraba hacia arriba... )
- o....
- (me miró con espectativa)
- o podemos pedir algo y comerlo en tu apartamento
Su cara cambió por completo, sus ojos brillaron y con una sonrisa asintió enérgicamente con la cabeza.
Yo aún seguía con mi mano sobre su pierna y ella colocó sus manos sobre la mía y miró hacia el enfrente, le apreté el muslo y ella entrelazó sus manos con la mía y vi que estaba respirando profundo.
Durante todo el trayecto estuvimos en silencio... si mi mano no estaba cambiando velocidades, entonces estaba subre su muslo
Por fin llegamos después de largos minutos... realmente muy pocos, pero se me hicieron eternos... estacionamos y nos dirigimos hacia la puerta... luego el ascensor... eran metros que parecían kilómetros....
Dentro del ascensor, el espejo me recordó la diferencia de tamaño y edades entre los dos... ella se veía realmente enorme a mi lado... pero no me importaba, pasé mi brazo derecho por detrás su espalda y ella me agarró la mano, con tanta fuerza como para que nunca la soltara... en el espejo vi que cerró los ojos y suspiró...
El ascensor se detuvo y traté de "recuperar" mi brazo, pero ella no me soltó... salimos caminando abrazados... en ese momento yo estaba dudando si debía seguir adelante o no... ella estaba mostrando signos no solo de lujuria... tal vez tenía mucho tiempo de no hacerlo,
... tal vez sería su primera vez,
... tal vez se estaba imaginando cosas mucho más allá de una noche
...tal vez se estaba enamorando.
Y recordé que durante nuestros encuentros nunca le dejé claro que estaba casado...
No voy a negar que durante esos segundos me estaba arrepintiendo y sintiendo incómodo
Seguíamos en silencio caminando por el pasillo rumbo a su apartamento... las luces se encendían de forma automática hasta que llegamos a su puerta...
Pasaban los días y ella como siempre me seguía con la mirada, pero me esquivaba en cuanto yo buscaba sus ojos. Se estaba convirtiendo en un juego para mí, me parecía gracioso ver a una chica tan joven en esa actitud conmigo, me imaginaba que seguro tenía complejos serios por su figura, que no era tan mala, pero es que de verdad es muy grande, yo le calculo como mínimo 1.85 m, y con sobrepeso se ve simplemente gigante.
Tiene suerte de tener rasgos faciales muy finos y el cuerpo como una guitarra, sólo que de tamaño familiar. Es piernona, culona, caderas normales, con una barriga importante, brazos rellenitos, pechos medianos parados y duros. Es blanca de pelo castaño y ondulado, con ojos grandes marrones claros; es de labios gruesos y prominentes. No demuestra estrías o celulitis en las piernas, la piel se le ve muy tersa. Tiene una actitud muy tímida y esquiva. Si la ves detalladamente es bonita y no tan gorda, lo que pasa es que es muy alta y se ve automáticamente muy gorda, además de que no escoge muy bien la ropa.
Un día yo iba de salida y me la encontré de frente en el pasillo y la saludé con una sonrisa, ella volteó a mirar el piso, pero en cuestión de milisegundos regresó la mirada con mucha pena... bajó de nuevo la mirada, y volvió a mirarme y me saludó con un muy tímido "hola". Yo le respondí y me fui.
De ahí en adelante ya no me esquivaba la mirada, me sonreía y saludaba en la distancia, de hecho cuando ella llegaba, se le notaba que escaneaba la zona, y en cuanto me veía, saludaba muy contenta, aún con pena, pero se le notaba algo de alegría.
Un día ella estaba en una caminadora y ocupé la siguiente máquina a su lado. Ella de immediato se quitó los audífonos y quitó la música del celular. Era la primera vez que hablaba con ella, se veía muy nerviosa, pero cooperadora. La saludé y pregunté por su nombre...
- Lena
- Oh, bonito nombre! cuántos años tienes? bueno, si lo puedo preguntar 😉
- jejeje claro, tengo 19, bueno ya casi 20 🙂
- wow, muy joven! me imagino que ya estás en la universidad, no?
- no exactamente, quiero ser enfermera y primero tengo que cumplir con unos cursos de primeros auxilios y también de servicio social...
- y luego sí puedes ir a la uni?
- no, la enfermería es en una escuela técnica, pero eso ya será el otro año
- ahh ok 😉
Seguimos hablando, y me di cuenta de que sí es muy tímida, pero con algo de tiempo y confianza, se relaja y es muy chévere.
Yo no quería preguntar muchas cosas privadas y dejé la conversación en un nivel muy superficial... al final de la sesión le ofrecí llevarla en carro, pero se rehusó...
-------------
Desde entonces me saludaba con más efusividad. De vez en cuando le corregía uno que otro ejercicio y ella muy atenta me hacía caso. En algunas de esas correcciones yo aprovechaba para acercarme más físicamente, aprovechaba y tocaba el músculo en juego, siempre y cuando no fuese una zona muy erótica y si ella me lo permitía... al principio se le notaba algo incómoda, pero con pocos intentos se acostumbró y ya parecía no importarle.
Mi siguiente paso fue invitarla a entrenar un día juntos... ese día entrenamos piernas. Era la sesión perfecta para acercarme más. Mi plan funcionó, le toqué los muslos y parte de las nalgas, pero claro, primero le pregunté si podía hacerlo y me dijo que sí. Las piernas tenían muy buen tono muscular, las nalgas eran redondas pero algo pequeñas considerando su tamaño. Ese día la pobre quedó molida y aceptó que la llevara en carro. Era medio día y la dejé en la puerta de su edificio, y me fui a trabajar...
A los días le escribí preguntando que cómo estaba y dijo que todavía molida, pero que le habia gustado entrenar juntos y que le gustaría repetirlo. Y así hicimos, más o menos cada 15 días entrenábamos juntos, ella quedaba de verdad muy agotada... le dije que era importante que entrenara igual de duro cuando estuviese sola, y muy obedientemente lo hizo...
En pocas semanas noté que la cara y el cuello se le veían más delgados y se lo hice saber, pero claro, sólo le dije que se empezaba a ver un poco el efecto del entrenamiento, a lo que ella respondió con su tímida sonrisa mientras se encogía de hombros.
Estaba claro que si esta chica adelgazaba se pondría muy bonita y muchos hombres le caerían como buitres, así que si quería tener algo con ella, era ahora.
Pero no sabía qué excusa decirle para poderla llevar a algún sitio... a un hotel? no, no estábamos en ese nivel de confianza, mi casa? imposible... su casa? era una opción, pero aún no sabía si vivía sola, ni cómo "invitarme"... no tenía ni puta idea de qué hacer...
Un día se me ocurrió invitarla a entrenar pero de noche, siempre habíamos ido a medio día, pero esta vez la invité a eso de las 7pm y ella aceptó sin problemas.
Todavía no sabía qué hacer, pero pensé que algo se me ocurriría. Estaba tan excitado que la miraba de arriba abajo con mucho deseo y ella se estaba dando cuenta. Cuando ella hablaba le miraba los labios y se le cortaba el habla. Cuando la tocaba eran más caricias que simplemente palpando el músculo. Trataba de acercarme a su rostro lo más que podía, y ella comenzaba a dar signos de excitación, como una perra en celo; no me esquivaba y me miraba los labios y ojos con deseo... si hubiésemos estado solos, creo que me habría besado. En medio de la sesión y conversaciones, comenzaron risitas y miradas calientes, ambos sabíamos lo que estaba pasando pero ninguno decía algo al respecto...
Terminamos y cada uno se fue a bañar... yo terminé y la esperé... ella se demoró un poco. Cuando salió, volvió a su timidez y nerviosismo de siempre.
Fuimos juntos al auto, nos subimos e hice una pausa, como para tratar de relajarme, y suspiré. Ella me miró con una sonrisa muy inocente y jovibal. Le pregunté que si estaba muy apurada, porque tendría que echar gasolina, que si no le importaba... negó con la cabeza, entrecerrando los ojos y manteniendo su sonrisa.
Le toqué su pierna izquierda con la excusa de saber si estaba adolorida y afirmó con la cabeza... estaba en un juego de no hablar, sólo con la mirada y sus gestos... pero se veía muy nerviosa, ansiosa.
Arrancamos y después de un par de minutos en silencio, llegamos a la estación... estaba todo solo y oscuro, eran casi las 9pm. Llené el tanque y subí al auto, y nuevamente hice una pausa... puse mi mano derecha nuevamente sobre su pierna y dándole como palmadas suaves
- qué hacemos, Lena... no tengo ganas de ir a mi casa... se te ocurre algo?
- (sonriendo se encogió de hombros como queriendo decir "no sé", pero no dijo nada)
- tengo varias opciones... podemos comprar algo para comer aquí en la estación
- (nego con cara de desagrado, pero con gracias)
- o podemos ir a un restaurante... pero hay que ver si nos aceptan a esta hora
- (volvió a negar, pero algo más pensativa)
- o podemos ir a McDonalds...
- (comenzó a afirmar con la cabeza, con cara pensativa mientras miraba hacia arriba... )
- o....
- (me miró con espectativa)
- o podemos pedir algo y comerlo en tu apartamento
Su cara cambió por completo, sus ojos brillaron y con una sonrisa asintió enérgicamente con la cabeza.
Yo aún seguía con mi mano sobre su pierna y ella colocó sus manos sobre la mía y miró hacia el enfrente, le apreté el muslo y ella entrelazó sus manos con la mía y vi que estaba respirando profundo.
Durante todo el trayecto estuvimos en silencio... si mi mano no estaba cambiando velocidades, entonces estaba subre su muslo
Por fin llegamos después de largos minutos... realmente muy pocos, pero se me hicieron eternos... estacionamos y nos dirigimos hacia la puerta... luego el ascensor... eran metros que parecían kilómetros....
Dentro del ascensor, el espejo me recordó la diferencia de tamaño y edades entre los dos... ella se veía realmente enorme a mi lado... pero no me importaba, pasé mi brazo derecho por detrás su espalda y ella me agarró la mano, con tanta fuerza como para que nunca la soltara... en el espejo vi que cerró los ojos y suspiró...
El ascensor se detuvo y traté de "recuperar" mi brazo, pero ella no me soltó... salimos caminando abrazados... en ese momento yo estaba dudando si debía seguir adelante o no... ella estaba mostrando signos no solo de lujuria... tal vez tenía mucho tiempo de no hacerlo,
... tal vez sería su primera vez,
... tal vez se estaba imaginando cosas mucho más allá de una noche
...tal vez se estaba enamorando.
Y recordé que durante nuestros encuentros nunca le dejé claro que estaba casado...
No voy a negar que durante esos segundos me estaba arrepintiendo y sintiendo incómodo
Seguíamos en silencio caminando por el pasillo rumbo a su apartamento... las luces se encendían de forma automática hasta que llegamos a su puerta...
7 comentarios - La gordita del Gym 1
Dañe viejo, estamos esperando lo que sigue!