Esto me paso en la Universidad, tenia una amiga que se llama Diana, quien era muy hermosa, delgada con senos no tan grandes, pero de una cadena enorme y por ende de un culo grande, su pelo era castaño, y no pasaba de 1.60 metros, en general era un chica muy agradable y encantadora. Una vez intentamos salir, pero en eso llego una chica y pues no se pudo dar; a su vez, ella empezó a salir con un chavo con el que todos jurábamos se iba a casar.
Uno de los días en que no teníamos nada que hacer, un amigo nos comento que a Diana le gustaba que le tocaran el culo y más cuando estaba algo pasada de copas, otro amigo confirmo eso porque también la había llevado a una fiesta y le agarro el culo todo lo que quiso y ella no dijo nada. Un tercer amigo, dijo que estuvo a punto de cogérsela en un estacionamiento saliendo de un antro, porque según, la empino en un toldo de un coche y le empezó arrimar la verga, solo viéndose interrumpidos por las miradas curiosas de otras personas. La verdad es que nos empezamos a calentar por esas historias e hicimos cuentas en que todo eso había sucedido en el tiempo que en andaba con su novio.
Ese día estaba enojado y con las historias que me contaron un poco caliente, estaba enojado porque mi novia (en ese entonces) y yo habíamos discutido porque quería una mamada de cumpleaños y no me la quiso dar, ósea yo si le debía traer mariachis y rosas, pero ella no se podía dejar follar la boca hasta que me viniera y me enoje mucho porque todo un mes me había dicho; ¿Qué quieres de cumpleaños? ¿Qué te gustaría? Etcétera, y en muchas ocasiones, me dijo que no tenía dinero. Y yo le dije en varias ocasiones, si no tienes dinero no necesito nada, y ella insiste e insiste: ¡es que quiero darte algo! Al final le dije: quiero una mamada hasta que eyacule en tu boca ¡solo eso! Sabes que es una de mis fantasías y me encantaría eso, es más quieres darme un regalo chingon, grábate tocándote y dámelo.
En ese día, pues la neta si esperaba mi mamada de regalo, pero en cambio llego con un pinche peluche feo y una carta, la carta pues si me gusto toda bonita pero el pinche peluche lo quería aventar. Y el error fue mío porque le dije: ¡nada más! Y me dijo: que si, porque no tenía dinero; y no pude ocultar la cara de decepción porque me dijo: ¿esperabas algo más? Y pues como buen novio dije: no, no te preocupes (pero con cara de hueva) y se armo el pedo. Ella diciéndome que yo no le dije que quería de regalo y yo diciéndole que todas y cada una de las veces le dije: ¡Quiero una mamada y que te tragues mi semen! Al final, ella se fue a sus clases y yo me quede con mis amigos.
Ese día impulsado por las historias de mis amigos, fui a buscar a mi amiga Diana con el afán de tocarle el culo y si las condiciones eran favorables, un arrimo. La encontré, andaba con sus amigas la invite a comer y efectivamente, después de un rato de pasear, en el área deportiva que estaba hasta atrás, fuimos a caminar e hice que se me caía la mano, y toque ese frondoso culo.
Diana: ¿Qué haces?
Yo: Disculpa, casi me caigo.
Diana: hehehe ¿casi de caes?
Yo: pues si
Diana: ¿y de lo único que te pudiste agarrar fue de mis nalgas?
Yo: pues sí, son enormes y perfectas.
Diana se sorprendió de la respuesta, pero no me dio muestra de desagrado, entonces procedí a besarla, ella en vez de rechazarme me siguió el beso, y pensé, ¿voy a ver hasta donde es el límite?
Nos besamos cada vez más apasionado, yo tenia las manos en sus nalgas y a cada vez que las apretaba, ella gemía pero me las subía a su cadera, entonces pensando ¿cuál es el límite? la voltee y le empecé a acomodar unos arrimones con mi verga de afuera, mientras mis manos se había metido a su blusa para acariciar sus senos, ella estaba sonrojada de tanta pasión y hartos besos, acto seguido baje mi mano para meterla en su vagina y ahí fue que me dijo: No, es que tengo novio y conteste: lo sé pero es mi cumpleaños y quiero esto (yo agarrándole las nalgas).
Diana: jejeje estas cabrón primero invítame al cine.
Yo: va, de aquí nos vamos al cine.
Diana: no, primero el cine y vemos.
Aquí Diana se alejó y acomodándose la ropa, me dio un beso, pero yo todo caliente le dije: ándale aquí no más la puntita.
Diana: ¡¡estás loco!!
Yo: bueno si quiera una mamada o un beso a mi verga.
Diana: bueno un beso, nada más.
Diana se arrodillo y me beso la puntita, y me sonrió de regreso, esa imagen en mi mente jamás se me olvidara. Y con mi verga en su cara, le dije: no me dejes así, pasándole la verga por toda su boca y cara. Ella me dijo que después.
Yo: ¡¡pero si he!!
Diana me beso ahora en la boca y me dijo que, si me portaba bien, sí. Como ella tenia clases, tuvimos que parar y la fui a dejar hasta su salón. Todo caliente pero feliz y sin dudas me la iba a coger.
Entonces aprovechando que me había enojado con mi novia, no la vi el sábado e invité a mi amiga al cine. Toda la semana imagine a mi amiga ahogándose con mi verga, dándole placer por sus tres agujeros, tragándose todo mi semen, haciéndola mi putita.
Ella llego con un pantalón blanco, una blusa rosa de tirantes y un saco blanco. Toda la película me la pase acariciando su culo, en cada oportunidad metía la mano a su blusa y tocaba sus pezones, que después de un rato, estaban duros; todo el tiempo le ponía la mano en mi verga para que lo acariciara, después de un rato, se animo a agarrarlo e intento hacerme una chaqueta, pero le faltaba práctica. Todo el rato le estuve arrimando la verga y todas las veces ella sentía lo erecta que estaba.
Todo fue fajes hasta llegar a su casa, en la puerta de su departamento, a punto de terminar la velada, nos besamos, pero estaba super caliente, así que le empecé a besar con más intensidad y agarrarle las nalgas con pasión, las apretaba, las hacia botar, las separaba y las volvía a juntar. Eso la excito demasiado que pidió que subiéramos dos pisos más para que su familia no viera como estaba gozando de que un hombre jugara con sus nalgas.
Estaba decidió a cogérmela ahí, así que le metí la mano debajo de su pantalón y mi palma toco sus dos nalgas, eso hizo que con las dos manos intentara sacarme la mano, pero con mi otra mano, metí por delante mis dedos y empecé a acariciar su vagina y empezó a gozar, porque en lugar de sacarme las manos, las puso encima de mis manos mientras yo le daba un masaje a su clítoris y metía y sacaba los dedos de dentro de ella.
Estaba sonrojada de la excitación, entonces guie su mano, saque mi verga e hice que la sostuviera para que me siguiera haciendo una chaqueta. Ya estábamos calientes, así que le lleve a la azotea para por fin hacerla mía, ella toda nerviosa decía que nos iban a ver, pero estaba tan caliente que ni la escuche, llegando al techo, le desabroche el pantalón y se lo baje con todo y bragas, estaba peludita pero bien mojada, la volteo, la empino un poco y sin esperar penetro a diana de una sola embestida y solo exclamo: ¡¡¡que rico!!!
Estaba inspirado, le estaba dando dan fuerte y duro que ella no paraba de gemir y tuve que taparle la boca con mis manos, mientras la embestía le dije: con razón tu novio está super enamorado, tienes las nalgas más ricas.
Diana: ¡no hables de él que se me van las ganas!
Yo: ¿te enoja que hable de él, crees que se enoje más por cogerte sin condón?
Diana: mejor cógeme y ya no hables.
Entonces, ella se voltea me pide que la cargue con las piernas abiertas para hacerle una penetración en el aire.
Diana: siempre quise que me cogieras
Yo: ¿entonces vas a ser mi putita?
Diana: mmm
Ella se resistía a contestar, por tanto, empecé a embestirla con más fuerza apoyando su peso como péndulo.
Yo: ¿vas a ser mi putita?
Diana: mmmm
Entonces, eufórico empecé a cogerla con más intensidad. Ella solo brincaba en mi verga, con las tetas yendo de un lado a otro, con su cuerpo chocando con el mío.
Yo: ¿quieres que me venga?
Diana: ¡¡entonces si voy a ser tu putita!!
Y me vine toneladas dentro de ella, gemí tan fuerte que ella también se excito, nos miramos cansados y puse a Diana de pie.
Diana: ¿te veniste adentro? Fue un chingo (vi como salían hilos de mi semen de dentro de ella).
Fui para besarla, pero antes recogí su blusa y limpie con su blusa el semen que salía de ella y de paso, me limpie la verga.
Diana: ¡te pasaste de culero! ¿Ahora como me la pongo?
Efectivamente, se la puso y su blusa estaba embarrada de mucho semen, era como si se hubiera vaciado un litro de pulque sobre ella.
Nos dimos otros besos, cansados bajamos y la deje en la puerta de su casa. Estaba super deslechado que cuando llegue a mi casa, me quede bien dormido.
Al día siguiente, llego a mi casa mi novia y quería enmendar las cosas así que me dijo que me iba a hacer la mamada, pero me impuso un buen de condiciones. Pero ya después de haber vivido la cogida con mi amiga, acepte muy gustosamente la mamada de mi novia, se amarro el cabello, se lavo la boca, se puso una almohada en las rodillas, tenia prohibido ahogarla con mi verga y que no me viniera dentro de su boca, la verdad busque acabar lo antes posible e hice todo lo que me dijo excepto lo último, porque nunca me iba a negar a una mamada. A eso mi novia dijo: ¿ya estas feliz? Yo sin muchas opciones, le dije: ¡Muchísimo!
Así fue como me reconcilie con mi novia, pero en mi mente estaba planeando hacer un trio con Diana y mi novia.
Uno de los días en que no teníamos nada que hacer, un amigo nos comento que a Diana le gustaba que le tocaran el culo y más cuando estaba algo pasada de copas, otro amigo confirmo eso porque también la había llevado a una fiesta y le agarro el culo todo lo que quiso y ella no dijo nada. Un tercer amigo, dijo que estuvo a punto de cogérsela en un estacionamiento saliendo de un antro, porque según, la empino en un toldo de un coche y le empezó arrimar la verga, solo viéndose interrumpidos por las miradas curiosas de otras personas. La verdad es que nos empezamos a calentar por esas historias e hicimos cuentas en que todo eso había sucedido en el tiempo que en andaba con su novio.
Ese día estaba enojado y con las historias que me contaron un poco caliente, estaba enojado porque mi novia (en ese entonces) y yo habíamos discutido porque quería una mamada de cumpleaños y no me la quiso dar, ósea yo si le debía traer mariachis y rosas, pero ella no se podía dejar follar la boca hasta que me viniera y me enoje mucho porque todo un mes me había dicho; ¿Qué quieres de cumpleaños? ¿Qué te gustaría? Etcétera, y en muchas ocasiones, me dijo que no tenía dinero. Y yo le dije en varias ocasiones, si no tienes dinero no necesito nada, y ella insiste e insiste: ¡es que quiero darte algo! Al final le dije: quiero una mamada hasta que eyacule en tu boca ¡solo eso! Sabes que es una de mis fantasías y me encantaría eso, es más quieres darme un regalo chingon, grábate tocándote y dámelo.
En ese día, pues la neta si esperaba mi mamada de regalo, pero en cambio llego con un pinche peluche feo y una carta, la carta pues si me gusto toda bonita pero el pinche peluche lo quería aventar. Y el error fue mío porque le dije: ¡nada más! Y me dijo: que si, porque no tenía dinero; y no pude ocultar la cara de decepción porque me dijo: ¿esperabas algo más? Y pues como buen novio dije: no, no te preocupes (pero con cara de hueva) y se armo el pedo. Ella diciéndome que yo no le dije que quería de regalo y yo diciéndole que todas y cada una de las veces le dije: ¡Quiero una mamada y que te tragues mi semen! Al final, ella se fue a sus clases y yo me quede con mis amigos.
Ese día impulsado por las historias de mis amigos, fui a buscar a mi amiga Diana con el afán de tocarle el culo y si las condiciones eran favorables, un arrimo. La encontré, andaba con sus amigas la invite a comer y efectivamente, después de un rato de pasear, en el área deportiva que estaba hasta atrás, fuimos a caminar e hice que se me caía la mano, y toque ese frondoso culo.
Diana: ¿Qué haces?
Yo: Disculpa, casi me caigo.
Diana: hehehe ¿casi de caes?
Yo: pues si
Diana: ¿y de lo único que te pudiste agarrar fue de mis nalgas?
Yo: pues sí, son enormes y perfectas.
Diana se sorprendió de la respuesta, pero no me dio muestra de desagrado, entonces procedí a besarla, ella en vez de rechazarme me siguió el beso, y pensé, ¿voy a ver hasta donde es el límite?
Nos besamos cada vez más apasionado, yo tenia las manos en sus nalgas y a cada vez que las apretaba, ella gemía pero me las subía a su cadera, entonces pensando ¿cuál es el límite? la voltee y le empecé a acomodar unos arrimones con mi verga de afuera, mientras mis manos se había metido a su blusa para acariciar sus senos, ella estaba sonrojada de tanta pasión y hartos besos, acto seguido baje mi mano para meterla en su vagina y ahí fue que me dijo: No, es que tengo novio y conteste: lo sé pero es mi cumpleaños y quiero esto (yo agarrándole las nalgas).
Diana: jejeje estas cabrón primero invítame al cine.
Yo: va, de aquí nos vamos al cine.
Diana: no, primero el cine y vemos.
Aquí Diana se alejó y acomodándose la ropa, me dio un beso, pero yo todo caliente le dije: ándale aquí no más la puntita.
Diana: ¡¡estás loco!!
Yo: bueno si quiera una mamada o un beso a mi verga.
Diana: bueno un beso, nada más.
Diana se arrodillo y me beso la puntita, y me sonrió de regreso, esa imagen en mi mente jamás se me olvidara. Y con mi verga en su cara, le dije: no me dejes así, pasándole la verga por toda su boca y cara. Ella me dijo que después.
Yo: ¡¡pero si he!!
Diana me beso ahora en la boca y me dijo que, si me portaba bien, sí. Como ella tenia clases, tuvimos que parar y la fui a dejar hasta su salón. Todo caliente pero feliz y sin dudas me la iba a coger.
Entonces aprovechando que me había enojado con mi novia, no la vi el sábado e invité a mi amiga al cine. Toda la semana imagine a mi amiga ahogándose con mi verga, dándole placer por sus tres agujeros, tragándose todo mi semen, haciéndola mi putita.
Ella llego con un pantalón blanco, una blusa rosa de tirantes y un saco blanco. Toda la película me la pase acariciando su culo, en cada oportunidad metía la mano a su blusa y tocaba sus pezones, que después de un rato, estaban duros; todo el tiempo le ponía la mano en mi verga para que lo acariciara, después de un rato, se animo a agarrarlo e intento hacerme una chaqueta, pero le faltaba práctica. Todo el rato le estuve arrimando la verga y todas las veces ella sentía lo erecta que estaba.
Todo fue fajes hasta llegar a su casa, en la puerta de su departamento, a punto de terminar la velada, nos besamos, pero estaba super caliente, así que le empecé a besar con más intensidad y agarrarle las nalgas con pasión, las apretaba, las hacia botar, las separaba y las volvía a juntar. Eso la excito demasiado que pidió que subiéramos dos pisos más para que su familia no viera como estaba gozando de que un hombre jugara con sus nalgas.
Estaba decidió a cogérmela ahí, así que le metí la mano debajo de su pantalón y mi palma toco sus dos nalgas, eso hizo que con las dos manos intentara sacarme la mano, pero con mi otra mano, metí por delante mis dedos y empecé a acariciar su vagina y empezó a gozar, porque en lugar de sacarme las manos, las puso encima de mis manos mientras yo le daba un masaje a su clítoris y metía y sacaba los dedos de dentro de ella.
Estaba sonrojada de la excitación, entonces guie su mano, saque mi verga e hice que la sostuviera para que me siguiera haciendo una chaqueta. Ya estábamos calientes, así que le lleve a la azotea para por fin hacerla mía, ella toda nerviosa decía que nos iban a ver, pero estaba tan caliente que ni la escuche, llegando al techo, le desabroche el pantalón y se lo baje con todo y bragas, estaba peludita pero bien mojada, la volteo, la empino un poco y sin esperar penetro a diana de una sola embestida y solo exclamo: ¡¡¡que rico!!!
Estaba inspirado, le estaba dando dan fuerte y duro que ella no paraba de gemir y tuve que taparle la boca con mis manos, mientras la embestía le dije: con razón tu novio está super enamorado, tienes las nalgas más ricas.
Diana: ¡no hables de él que se me van las ganas!
Yo: ¿te enoja que hable de él, crees que se enoje más por cogerte sin condón?
Diana: mejor cógeme y ya no hables.
Entonces, ella se voltea me pide que la cargue con las piernas abiertas para hacerle una penetración en el aire.
Diana: siempre quise que me cogieras
Yo: ¿entonces vas a ser mi putita?
Diana: mmm
Ella se resistía a contestar, por tanto, empecé a embestirla con más fuerza apoyando su peso como péndulo.
Yo: ¿vas a ser mi putita?
Diana: mmmm
Entonces, eufórico empecé a cogerla con más intensidad. Ella solo brincaba en mi verga, con las tetas yendo de un lado a otro, con su cuerpo chocando con el mío.
Yo: ¿quieres que me venga?
Diana: ¡¡entonces si voy a ser tu putita!!
Y me vine toneladas dentro de ella, gemí tan fuerte que ella también se excito, nos miramos cansados y puse a Diana de pie.
Diana: ¿te veniste adentro? Fue un chingo (vi como salían hilos de mi semen de dentro de ella).
Fui para besarla, pero antes recogí su blusa y limpie con su blusa el semen que salía de ella y de paso, me limpie la verga.
Diana: ¡te pasaste de culero! ¿Ahora como me la pongo?
Efectivamente, se la puso y su blusa estaba embarrada de mucho semen, era como si se hubiera vaciado un litro de pulque sobre ella.
Nos dimos otros besos, cansados bajamos y la deje en la puerta de su casa. Estaba super deslechado que cuando llegue a mi casa, me quede bien dormido.
Al día siguiente, llego a mi casa mi novia y quería enmendar las cosas así que me dijo que me iba a hacer la mamada, pero me impuso un buen de condiciones. Pero ya después de haber vivido la cogida con mi amiga, acepte muy gustosamente la mamada de mi novia, se amarro el cabello, se lavo la boca, se puso una almohada en las rodillas, tenia prohibido ahogarla con mi verga y que no me viniera dentro de su boca, la verdad busque acabar lo antes posible e hice todo lo que me dijo excepto lo último, porque nunca me iba a negar a una mamada. A eso mi novia dijo: ¿ya estas feliz? Yo sin muchas opciones, le dije: ¡Muchísimo!
Así fue como me reconcilie con mi novia, pero en mi mente estaba planeando hacer un trio con Diana y mi novia.
1 comentarios - La putita del salón