Romina es la novia de uno de mis mejores amigos. A martín, mi amigo, lo adoro, casi tanto como al sexo. Nada es más sagrado.
Un día estábamos hablando sobre el tema de la depilación entre varias parejas amigas. Algunas se quejaban de que era algo machista, otras decían que era por higiene, etc…
Cuando le tocó el turno a Romina dijo que ella se depilaba la concha pero no el culo, ya que era muy doloroso y ese era su límite. Ni bien oí eso, una electricidad me corrió por la verga.
Antes de que mi amigo se pusiera de novio, yo más de una vez me había fijado en Romina. Tenía cara de nena, una sonrisa angelical, tetas normales y un culo un poco más grande que la media. Caderas anchas y sobre un par de piernas poderosas. Y solo imaginarme ese culo peludo con una tanga apretando el ano y los pelitos asomados por el costado hizo que casi perdiera la cabeza.
Esa noche me masturbé pensando en su enorme culo peludo aplastándome la cara. Yo chupando y oliendo ese ano divino.
Luego de eso, cada vez que íbamos a la playa yo trataba de ver algún pelo asomando bajo el hilo de la bikini. Hasta que un día se puso en cuclillas cerca mío y pude ver un par de pelos y el contorno oscuro de su ano. Ese día me prometí que algún día probaría ese culo.
Yo sabía que tenía alguna chance, ya que una vez ella contó que antes de salir con Martín yo le parecía un tipo interesante. Sin embargo, tenía que ir con mucho cuidado.
El momento llegó unas vacaciones un par de años después. Habíamos ido juntos, yo y mi pareja y ellos, y compartimos una cabaña. Esa noche habíamos estado tomando, y mi mujer, ya bastante ebria se fue a dormir. Martín quería quedarse, pero empezó a dar cabezazos, y al rato Romina le dijo que por qué no se iban a dormir. Pero no pasan diez cinco minutos que sale rumbo al baño, y al salir me pregunta si yo no iba a dormir. Le dije que antes quería tomar una cerveza más, que se me había calentado el pico. Ella sonríe y me dice, sabés qué, yo tampoco tengo sueño, qué mierda, estamos de vacaciones… tomemos una cerveza más.
Y fue una, y cuando me acertó la segunda le confesé:
- Te quiero decir algo, pero por favor no te ofendas. Vos sabés que a mi me gustan las mujeres naturales, nada de depilarse ni nada de eso, y cuando vos contaste que no te depilabas el culo yo me re calenté.
Ella soltó una risotada.
-Jaja, eso me querías decir. Bueno, me parece que vamos a tener que dejar de tomar cerveza.
-Perdón, ya sé que estoy re en pedo, pero te lo quería decir.
-Por eso me venís mirando tanto el culo cada vez que vamos a la playa?
-No, tan obvio soy - dije avergonzado.
-No pasa nada - me dice- vos sabés que yo también te miraba cuando éramos más chicos.
Fue algo raro, los dos estábamos bastante borrachos, y las cosas más incómodas pasaban lubricadas por el alcohol.
-Hagamos una cosa - le digo-. Así te dejo de mirar el culo en la playa. Déjame mirarte bien el culo ahora, solo un minuto y así me saco las ganas.
-jajaja… seguí soñando me dice. En serio te gusta tanto?
-Me vuelve loco. El otro día, cuando te agachaste cerca mío tuve que ir al baño y hacerme una paja.
-Bueno… se está yendo todo al carajo - dijo divertida- me parece me voy a dormir…
Entonces se levantó. Tenía puesto un pantalón jogging, de entre casa, tipo pijama, y luego de hacer cuatro pasos se le cayó el destapador… se agachó a levantarlo, dejando las piernas rectas y el culo en pompa. y cuando sus manos estaban por tocar en piso, se bajó un poco el pantalón dejando su culo entangado a la vista.
Fueron apenas 5 segundos… pero mi pene se había puesto duro ya.
Se volvió a subir el pantalón y me miró a los ojos, y luego bajó la vista a mi entrepierna.
Mi pija mide apenas 14 cm, pero la carpa que tenía entre las piernas era más que evidente.
-Boludo, era una joda - me dice- no sabía que iba a ponerte así.
-No pasa nada le dije… pero dejame ver una cosa.
Entonces me acerqué, la miré a los ojo y metí mi mano hasta tocarle la concha con los dedos.
-Vos también te calentaste - le digo-. Estás toda mojada.
-Pará boludo, qué nos estamos yendo a la mierda.
-Tenemos que sacarnos la calentura ahora, sino estas vacaciones va a ser un infierno.
-Qué decís que hagamos?
-Acá no podemos hacer nada… vamos atrás de la cabaña.
Agarré una manta y caminamos hasta un lugar techado donde guardábamos los autos. Pasamos entre medio y cuando llegamos al final, la tomé por la espalda y empecé a besarle el cuello y tocarle las tetas. Luego, suavemente, la hice inclinarse sobre el baúl de mi auto. bajé su pantalón, corrí el hilo de la bombacha a un costado, y metí mi nariz entre sus nalgas. Era el paraíso.
Estuve un rato pasando la lengua por su ano peludo, hasta que se dio vuelta, me hizo parar y empezó a comerme la boca.
-Sos un hijo de puta - me dice-. Yo no me depilo en culo porque no me gusta coger por el culo -su mano ya se había apoderado de mi verga, y me pajeaba con fuerza-. Ni que me chupen el culo.
-A mi tampoco me gusta comer culo - le digo-. Pero el tuyo es otra cosa. Es el rey de todos los culos.
La punta de mi verga estaba siendo pajeada contra su clítoris, y podía sentir la humedad de
sus labios vaginales.
-Dejé de decir pavadas y ponemela de una vez.
-No te puedo coger por la concha - le digo-. No me pertenece - y empiezo a jugar con mi dedo en su ano.
-Date vuelta - le digo-. Te la voy a meter en la concha, pero solo un poco, para lubricarla.
Con lo mojada que estaba entró sin problemas, y yo usé una mano para apretar los pezones, y la otra para masturbar su clítoris.
Fueron solo 4 o 5 bombeos, que la saqué y empecé a frotar la raja peluda de su culo.
-Boludo en serio, nunca cogí por el culo.
-La sentís ahí, como la cabeza te acaricia el culito.
-Sí, la siento.
-Y te gusta?
-Sí, me gusta… pero porque está afuera.
-Y recién, cuando metí un dedo, te gustó?
-Sí, pero era solo un dedo, no tu pija.
-Mi pija es apenas más grande que dos dedos… dejame que te voy a chupar un poco más.
Cuando me volví a parar, ya habían entrado dos dedos, y su concha seguía mojada como una flor bajo el rocío. La volví a apoyar.
-Es chiquita mi pija… apenas si la vas a sentir.
-Te juro que la siento - y la siento sacar culo, buscando mi pija.
-Voy a meter solo la cabecita, y nos quedamos quietos.
-Ay, boludo. Me entró.
-Sólo la cabeza - le dijo mientras seguía pajeandola por la concha.
Entonces le agarro su mano y se la llevo a su concha.
-Pajeate vos - le dije-. Ahora sos vos la que maneja.
Entonces le empecé a besar el cuello y ella giraba para darme también su boca.
Y de a poco iba buscando más pija con la cola. Yo buscaba su flujo y también saliva, y las ponía sobre el tronco de la verga.
-Romi, sentí - le digo-. Ya entró toda.
-Me la metiste en el culo, hijo de puta. Tanto te calienta mi culo peludo?
-Me vuelve loco saber que tengo mi pija adentro de tu culo.
Entonces la empiezo a sacar de a poco, casi hasta afuera de todo, me escupo la verga, y se la meto de nuevo.
-Ay boludo, es muy fuerte esto.
-Sí, aprovecha porque no voy a aguantar mucho
-A veces siento como que me voy a cagar, es muy raro,
-Sí, es así… disfrutalo.
-No acabes todavía… aguantá un poco más
Ese poco más fue no fue facil, pero el estar un poco anestesiado por el alcohol jugó a favor.
-Romi, voy a acabar -le dijo.
-Uf, boludo… acabá, acabá.
Entonces empecé a sentir su ano contrayendose, latiendo frenéticamente con mi pija adentro, y yo también empecé a acabar.
Cuando la saqué, muy de a poco, nos volvimos a besar y me dijo.
-Bueno, ya te sacaste las ganas. Ahora me vas a dejar el culo en paz, no?
-Una última cosa - le dije. Y abrí el auto y saqué un papel higiénico que guardo en la guantera-. No te pongas la bombacha que vas a manchar todo.
Me limpié la pija con papel y salió apenas manchado. Después agarré otro poco más y le pasé varias veces por la cola a Romina, que fue largando la leche de a poco, también con un ligero color amarronado.
-Ahora sí, volvamos tranqui, que acá no pasó nada.
Nos volvimos a besar, y cada uno se fue a dormir a su pieza.
Un día estábamos hablando sobre el tema de la depilación entre varias parejas amigas. Algunas se quejaban de que era algo machista, otras decían que era por higiene, etc…
Cuando le tocó el turno a Romina dijo que ella se depilaba la concha pero no el culo, ya que era muy doloroso y ese era su límite. Ni bien oí eso, una electricidad me corrió por la verga.
Antes de que mi amigo se pusiera de novio, yo más de una vez me había fijado en Romina. Tenía cara de nena, una sonrisa angelical, tetas normales y un culo un poco más grande que la media. Caderas anchas y sobre un par de piernas poderosas. Y solo imaginarme ese culo peludo con una tanga apretando el ano y los pelitos asomados por el costado hizo que casi perdiera la cabeza.
Esa noche me masturbé pensando en su enorme culo peludo aplastándome la cara. Yo chupando y oliendo ese ano divino.
Luego de eso, cada vez que íbamos a la playa yo trataba de ver algún pelo asomando bajo el hilo de la bikini. Hasta que un día se puso en cuclillas cerca mío y pude ver un par de pelos y el contorno oscuro de su ano. Ese día me prometí que algún día probaría ese culo.
Yo sabía que tenía alguna chance, ya que una vez ella contó que antes de salir con Martín yo le parecía un tipo interesante. Sin embargo, tenía que ir con mucho cuidado.
El momento llegó unas vacaciones un par de años después. Habíamos ido juntos, yo y mi pareja y ellos, y compartimos una cabaña. Esa noche habíamos estado tomando, y mi mujer, ya bastante ebria se fue a dormir. Martín quería quedarse, pero empezó a dar cabezazos, y al rato Romina le dijo que por qué no se iban a dormir. Pero no pasan diez cinco minutos que sale rumbo al baño, y al salir me pregunta si yo no iba a dormir. Le dije que antes quería tomar una cerveza más, que se me había calentado el pico. Ella sonríe y me dice, sabés qué, yo tampoco tengo sueño, qué mierda, estamos de vacaciones… tomemos una cerveza más.
Y fue una, y cuando me acertó la segunda le confesé:
- Te quiero decir algo, pero por favor no te ofendas. Vos sabés que a mi me gustan las mujeres naturales, nada de depilarse ni nada de eso, y cuando vos contaste que no te depilabas el culo yo me re calenté.
Ella soltó una risotada.
-Jaja, eso me querías decir. Bueno, me parece que vamos a tener que dejar de tomar cerveza.
-Perdón, ya sé que estoy re en pedo, pero te lo quería decir.
-Por eso me venís mirando tanto el culo cada vez que vamos a la playa?
-No, tan obvio soy - dije avergonzado.
-No pasa nada - me dice- vos sabés que yo también te miraba cuando éramos más chicos.
Fue algo raro, los dos estábamos bastante borrachos, y las cosas más incómodas pasaban lubricadas por el alcohol.
-Hagamos una cosa - le digo-. Así te dejo de mirar el culo en la playa. Déjame mirarte bien el culo ahora, solo un minuto y así me saco las ganas.
-jajaja… seguí soñando me dice. En serio te gusta tanto?
-Me vuelve loco. El otro día, cuando te agachaste cerca mío tuve que ir al baño y hacerme una paja.
-Bueno… se está yendo todo al carajo - dijo divertida- me parece me voy a dormir…
Entonces se levantó. Tenía puesto un pantalón jogging, de entre casa, tipo pijama, y luego de hacer cuatro pasos se le cayó el destapador… se agachó a levantarlo, dejando las piernas rectas y el culo en pompa. y cuando sus manos estaban por tocar en piso, se bajó un poco el pantalón dejando su culo entangado a la vista.
Fueron apenas 5 segundos… pero mi pene se había puesto duro ya.
Se volvió a subir el pantalón y me miró a los ojos, y luego bajó la vista a mi entrepierna.
Mi pija mide apenas 14 cm, pero la carpa que tenía entre las piernas era más que evidente.
-Boludo, era una joda - me dice- no sabía que iba a ponerte así.
-No pasa nada le dije… pero dejame ver una cosa.
Entonces me acerqué, la miré a los ojo y metí mi mano hasta tocarle la concha con los dedos.
-Vos también te calentaste - le digo-. Estás toda mojada.
-Pará boludo, qué nos estamos yendo a la mierda.
-Tenemos que sacarnos la calentura ahora, sino estas vacaciones va a ser un infierno.
-Qué decís que hagamos?
-Acá no podemos hacer nada… vamos atrás de la cabaña.
Agarré una manta y caminamos hasta un lugar techado donde guardábamos los autos. Pasamos entre medio y cuando llegamos al final, la tomé por la espalda y empecé a besarle el cuello y tocarle las tetas. Luego, suavemente, la hice inclinarse sobre el baúl de mi auto. bajé su pantalón, corrí el hilo de la bombacha a un costado, y metí mi nariz entre sus nalgas. Era el paraíso.
Estuve un rato pasando la lengua por su ano peludo, hasta que se dio vuelta, me hizo parar y empezó a comerme la boca.
-Sos un hijo de puta - me dice-. Yo no me depilo en culo porque no me gusta coger por el culo -su mano ya se había apoderado de mi verga, y me pajeaba con fuerza-. Ni que me chupen el culo.
-A mi tampoco me gusta comer culo - le digo-. Pero el tuyo es otra cosa. Es el rey de todos los culos.
La punta de mi verga estaba siendo pajeada contra su clítoris, y podía sentir la humedad de
sus labios vaginales.
-Dejé de decir pavadas y ponemela de una vez.
-No te puedo coger por la concha - le digo-. No me pertenece - y empiezo a jugar con mi dedo en su ano.
-Date vuelta - le digo-. Te la voy a meter en la concha, pero solo un poco, para lubricarla.
Con lo mojada que estaba entró sin problemas, y yo usé una mano para apretar los pezones, y la otra para masturbar su clítoris.
Fueron solo 4 o 5 bombeos, que la saqué y empecé a frotar la raja peluda de su culo.
-Boludo en serio, nunca cogí por el culo.
-La sentís ahí, como la cabeza te acaricia el culito.
-Sí, la siento.
-Y te gusta?
-Sí, me gusta… pero porque está afuera.
-Y recién, cuando metí un dedo, te gustó?
-Sí, pero era solo un dedo, no tu pija.
-Mi pija es apenas más grande que dos dedos… dejame que te voy a chupar un poco más.
Cuando me volví a parar, ya habían entrado dos dedos, y su concha seguía mojada como una flor bajo el rocío. La volví a apoyar.
-Es chiquita mi pija… apenas si la vas a sentir.
-Te juro que la siento - y la siento sacar culo, buscando mi pija.
-Voy a meter solo la cabecita, y nos quedamos quietos.
-Ay, boludo. Me entró.
-Sólo la cabeza - le dijo mientras seguía pajeandola por la concha.
Entonces le agarro su mano y se la llevo a su concha.
-Pajeate vos - le dije-. Ahora sos vos la que maneja.
Entonces le empecé a besar el cuello y ella giraba para darme también su boca.
Y de a poco iba buscando más pija con la cola. Yo buscaba su flujo y también saliva, y las ponía sobre el tronco de la verga.
-Romi, sentí - le digo-. Ya entró toda.
-Me la metiste en el culo, hijo de puta. Tanto te calienta mi culo peludo?
-Me vuelve loco saber que tengo mi pija adentro de tu culo.
Entonces la empiezo a sacar de a poco, casi hasta afuera de todo, me escupo la verga, y se la meto de nuevo.
-Ay boludo, es muy fuerte esto.
-Sí, aprovecha porque no voy a aguantar mucho
-A veces siento como que me voy a cagar, es muy raro,
-Sí, es así… disfrutalo.
-No acabes todavía… aguantá un poco más
Ese poco más fue no fue facil, pero el estar un poco anestesiado por el alcohol jugó a favor.
-Romi, voy a acabar -le dijo.
-Uf, boludo… acabá, acabá.
Entonces empecé a sentir su ano contrayendose, latiendo frenéticamente con mi pija adentro, y yo también empecé a acabar.
Cuando la saqué, muy de a poco, nos volvimos a besar y me dijo.
-Bueno, ya te sacaste las ganas. Ahora me vas a dejar el culo en paz, no?
-Una última cosa - le dije. Y abrí el auto y saqué un papel higiénico que guardo en la guantera-. No te pongas la bombacha que vas a manchar todo.
Me limpié la pija con papel y salió apenas manchado. Después agarré otro poco más y le pasé varias veces por la cola a Romina, que fue largando la leche de a poco, también con un ligero color amarronado.
-Ahora sí, volvamos tranqui, que acá no pasó nada.
Nos volvimos a besar, y cada uno se fue a dormir a su pieza.
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