La casa "chorizo" de mis abuélos tenía un pátio central y las dependencias y cuartos en " herradúra" protegídos por una galería de téjas exterior cúyos cuartos estában tódos comunicádos a travéz de abertúras interiores de más dos metros de altúra, puertas de madéra con tragalúces de vídro transparéntes adornados con cortínas tejídas de puntílla muy señoriáles y reveladóras...se podía ver bien el interior de las habitaciónes ocúlto en la penunbra y sín riesgo.
Todos los hombrezuélos que me rodeában tenían gústos y formas diferéntes y distíntas amantes.
El tío "Ticky", sementál régio de 26 añítos éra el custódio de una juéza muy importánte que haciendo abúso de su poder y de su instínto de veterána cojédora hambrienta de verga; se hacía servir por mi tío del médio que le ponía una garra instintiva descomunal, las cojía como si no hubiera otro día.
"Su señoría" le hacía regálos costósos al tio y lo llevába en comisión por semánas, ese potrillo "morócho cabéza" le comía el coño a esas veteránas y las cojía hasta que se quedában cansádas, delirando y alabándo al milíco que todavía estába sin acabar con la píja tiéza y las vénas inflamadas, con la cabéza en carne viva y los pendéjos todos pegoteados de flújo.
El chabón bien entrenádo sabía contenér las acabádas hasta el tercer polvo, dónde ya satisfécho de haber mostrado su rendimiento full se disponía gozarlo y terminar... éra magnífico verlo escurrir la verga afiebrada y durísima dentro de esas vagínas veteránas y voráces de la jueza y sus amigas.
Esas veteránas "adornaban" muy bien la taréa "éxtra" de la "custódia"... El tio merecía cada centávo
Todos los hombrezuélos que me rodeában tenían gústos y formas diferéntes y distíntas amantes.
El tío "Ticky", sementál régio de 26 añítos éra el custódio de una juéza muy importánte que haciendo abúso de su poder y de su instínto de veterána cojédora hambrienta de verga; se hacía servir por mi tío del médio que le ponía una garra instintiva descomunal, las cojía como si no hubiera otro día.
"Su señoría" le hacía regálos costósos al tio y lo llevába en comisión por semánas, ese potrillo "morócho cabéza" le comía el coño a esas veteránas y las cojía hasta que se quedában cansádas, delirando y alabándo al milíco que todavía estába sin acabar con la píja tiéza y las vénas inflamadas, con la cabéza en carne viva y los pendéjos todos pegoteados de flújo.
El chabón bien entrenádo sabía contenér las acabádas hasta el tercer polvo, dónde ya satisfécho de haber mostrado su rendimiento full se disponía gozarlo y terminar... éra magnífico verlo escurrir la verga afiebrada y durísima dentro de esas vagínas veteránas y voráces de la jueza y sus amigas.
Esas veteránas "adornaban" muy bien la taréa "éxtra" de la "custódia"... El tio merecía cada centávo
0 comentarios - "$u $eñoría" y el Tio Ricardo... Reláto ilustr