"Chicas, reunión de emergencia en mi casa."
Ese fue el mensaje que repiqueteó en los teléfonos de las tres. Y en cuestión de 15 minutos todas fueron llegando.
Raquel las esperaba en la puerta. Su marido se había ido a caminar un rato esperando la resolución.
Cuando estuvieron las 4 se juntaron en la cocina.
- Bueno Raquel, que es tan urgente?
- Tenemos un pequeño problema, dijo Raquel
- ¿ Cuál es?
- Mi marido descubrió todo, dijo de un tirón.
Todas quedaron en silencio.
- ¿Cómo se enteró? Preguntó Ana.
- Me imagino el escándalo que hizo, dijo Luciana.
- No se como se enteró, y no hizo ningún escándalo. En realidad parece que la situación no le incomoda, pero me planteó un cambio.
- ¿Que quiere?
- Quiere que a partir de ahora, quien gane o pierda sea la pareja completa. O sea que la que gana se acuesta con el marido de la que pierde, y la que pierde con el marido de la ganadora.
- Miralo al puritano, dijo Silvia riéndose.
- Bueno, dijo Ana, no parece una mala idea, pero me parece que lo que no sería justo es que la que pierda saque alguna ventaja, porque sino, perder sería tan bueno como ganar.
Todas asintieron.
- Yo propondría que la que sale segunda se acueste con el marido de la ganadora, así tendría mas emoción.
- Como una especie de premio consuelo para la segunda, digamos.
- A ver si entiendo, dijo Raquel, la que gana se cepilla al marido de la que pierde, y la que sale segunda se cepilla al marido de la ganadora. Con lo cual la pareja gana, la que pierde, pierde, y la segunda liga algo. Me parece razonable. También sería replantearnos si seguir con esto.
- No se, dijo Luciana, ¿ Sería de probar?
- Yo estoy de acuerdo, dijo Ana, pero no se ustedes.
Todas dieron su conformidad.
- Entonces, ¿ Cómo quedamos hoy?
- Pues mi marido no me dejará salir si no obtiene algo a cambio.
- ¿ Te dijo si los demás están enterados?
- No le contó a ninguno. Le interesa que todo siga en secreto.
- Pues entonces, dijo Raquel, Yo voy a casa de Luciana. No recuerdo quien salió segunda.
- Me parece que fui yo, dijo Silvia.
- Por poco, recordó Ana.
Solo quedó Silvia en la casa, esperando el regreso de Sergio. Esa tarde la diversión seria a dos puntas.
* * *
Raquel llegó a la casa de Luciana, y encontró al marido de su amiga bastante sacado. Se ve que estos intercambios del fin de semana lo tenían muy caliente. Apenas entró, el empezó a hacerle insinuaciones y Raquel no tuvo que esmerarse mucho para tenerlo encima de ella magreándole las tetas.
* * *
Sergio al regresar, se encontró con Silvia que lo esperaba. El pensó que sería Luciana la que estaría, y no comprendió muy bien el porqué del cambio pero era bienvenido.
- Hola Silvia, dijo acercándose a besarla en la mejilla
- Hola Sergio, dijo Silvia acercando su cara para recibir el beso, pero en el último momento la mano del macho le giró la cabeza y el beso que era para su mejilla se transformó en un posesivo beso húmedo en su boca. Un extenso y profundo beso húmedo.
Cuando se separaron y luego de recuperar el aire, se miraron.
- Vamos arriba, dijo Sergio tomándola de la mano y guiándola hacia el dormitorio. Silvia se dejaba llevar. El macho parecía muy decidido. Silvia hubiera preferido llevar la iniciativa, que es lo que hacía siempre, pero esperó a ver que pasaba.
Ya en el dormitorio, Sergio comenzó a desvestirla lentamente, disfrutando de cada pedazo de piel que iba descubriendo, con los ojos brillantes de lujuria y haciendo comentarios calientes sobre cada cosa que veía.
- Que lindas tetas que tenés. Son chicas, pero realmente hermosas y proporcionadas a tu figura, y a ver, hmmmm, si , muy sabrosas, comentó cuando su boca las soltó. Silvia de pie y quieta con los ojos cerrados dejaba hacer al macho.
- Que cuello tan sensual, y esa espalda bien marcada... me imagino tenerte en cuatro y afirmarme en esos hombros para darte masa una y otra vez, ahhhh, que placer, le decía al oído mientras sus manos recorrían las partes que mencionaba. Seguramente notaba como la piel de la hembra se erizaba ante ese tratamiento y lo que iba diciendo.
Sergio, lentamente desabrochó el vaquero ajustado que la hembra tenía y con trabajo consiguió bajarlo, colocándose a su espalda. Cuando el trasero de la hembra asomó, apenas cubierta por una tirita, no pudo menos que gemir de placer.
- Mamita, que culo, cuanto hace que me lo imaginaba desde lejos. Y pensar que hoy lo voy a tener en mi cama. Es una plato para exquisitos, y que carnes firmes que tienes, decía mientras le magreaba las nalgas. Terminó de sacarle el pantalón y Silvia se quitó los zapatos de taco para facilitar la salida de la ropa.
- Ya salió, ahora ponte de vuelta los zapatos que quiero ver esas piernas en toda su esplendor.
Silvia lo miró y sonrió con malicia, y volvió a colocarse los zapatos.
Sergio se sentó en la cama.
- Desfila para mí, le dijo sin dejar de mirarla.
Silvia solo vestida con una minúscula tanga y encima de sus estilizados zapatos, caminó de ida y vuelta por la habitación, cuando giró para dirigirse a la cama, vio a Sergio que había sacado su verga y se la estaba cascando con ganas, mientras la miraba.
* * *
Raquel arrodillada, estaba haciendole un trabajo a la alta escuela a la verga de Daniel, quien con los ojos cerrados disfrutaba como un marrano.
- Por Dios, que divino que la chupas, hmmmm. No entiendo nada. ¿ Qué les pasa a las amigas de mi mujer, se volvieron todas putas?, sigue, sigue, no te detengas.
De pronto, se retiró, cuando sintió que estaba a punto de vaciarse. No quería eso queria cepillarse a Raquelita.
Hizo que se levantara y le ordenó que terminara de desvestirlo. Se sentía como un jeque arabe atentido por las amigas de su mujer. No podía pedir mas.
Cuando estuvo totalmente desnudo, le ordenó a la hembra que se despelotara por completo, pero eso si, con mucho glamour, cosa que Raquel fue haciendo sin dejar de mirarlo a los ojos y pasándose la lengua por los labios, como claro gesto de la calentura que tenía. Cuando sus poderosas tetas quedaron a la vista, sin dudas su mejor atributo, Daniel no aguantó mas.
- No podeś tener esas tetas, perra. Necesito una cubana ya, dijo y sin esperar mas, hizo que se acostara en el sofá y colocando su verga en medio de las tetas comenzó a frotarlas, mientras ella las apretaba envolviendo la cachiporra del macho.
Luego de un buen rato, ya Daniel no aguantó mas y cuando iba a correrse avanzó y metió su verga en la boca complaciente de Raquel, inundándola de semen que brotó de su boca derramándose por su cuello. A continuación el macho la besó, embadurnándose el también con su semen, quedando los dos pegoteados y cachondos.
* * *
Silvia, sentada de espaldas sobre Sergio, subía y bajaba, haciendo que su vagina se convirtiera en una funda para el garrote del macho que se veía amoratado y húmedo por el tratamiento. Sergio no podía dejar de mirar esa espalda mientras la tomaba de los hombros y ese hermoso culo que rebotaba sobre él.
Luego de un rato, hizo que se levantara.
- Necesito que esas hermosas piernas me envuelvan mientras te doy mi tranca, le dijo, haciendo que se acostara en la cama. Tomó sus piernas y las colocó alrededor de su cintura, tomó su verga y la dirigió al centro del agujero de la hembra, que lo miraba mientras se aferraba a la almohada. Cuando consiguió separar sus labios vaginales con la cabeza tumefacta de su verga, la clavó hasta la cachas, haciendo que la hembra levantara las piernas, colocándolas sobre sus hombros para garantizar la penetración total, y en esa posición comenzó a serrucharla sin descanso. Apretaba sus duras y bien torneadas piernas y eso lo calentaba. La hembra le pedía que fuera suave que la iba a partir con esas arremetidas, pero el no estaba en condiciones de escuchar nada. Todo su razonamiento estaba en la punta de su herramienta que horadaba sin cesar ese cuerpo dispuesto y accesible.
* * *
Fue en el baño, luego del estropicio que habían hecho, donde Raquel recibió desde atrás el segundo polvo del macho. Allí, bajo la ducha, aferrada a las canillas, de pie, fue montada por Daniel mientras el macho magreaba sus imponentes tetas. Así en esa posición recibió los embates y también la descarga de los huevos del macho que la inundaron de leche caliente que la llevó a un poderoso orgasmo.
Por fin, salieron de la ducha, se secaron, se vistieron y despidiéndose con un beso en la puerta, cada uno siguió con su vida.
Raquel llegó a su casa, omnubilada por los recuerdos pasados, y entró sin tener en cuenta que Sergio no estaba sola. Se dio cuenta cuando empezó a escuchar ruidos en el dormitorio, y dudó en irse o quedarse, pero al final el morbo pudo mas y sin hacer ruido se acerco a la puerta del dormitorio, la que estaba entreabierta. La abrió un poco mas , y pudo ver a su marido empujando sin cesar su verga hasta lo mas profundo del sexo de Silvia, la que estaba aplastada en la cama, con sus piernas en alto rodeando el cuello del macho y aferrada a los hombros del macho, en pleno orgasmo,largo, interminable, arrebatador, terminal. Comenzó a llorar de placer mientras fue el turno del macho de inyectarle todo su semen bien en el fondo.
Raquel se retiró como había venido y fue a dar una vueltas.
Al rato, cuando volvió todo estaba normal.
Esa noche, con Sergio, cambiaron opiniones, y se calentaron tanto que terminaron teniendo, aunque parezca mentira, una sesión de sexo salvaje, interminable.
Las partidas siguen. Algunos saben lo que pasa. Otros se lo imaginan. A ninguno le importa demasiado. Amigos son los amigos.
Ese fue el mensaje que repiqueteó en los teléfonos de las tres. Y en cuestión de 15 minutos todas fueron llegando.
Raquel las esperaba en la puerta. Su marido se había ido a caminar un rato esperando la resolución.
Cuando estuvieron las 4 se juntaron en la cocina.
- Bueno Raquel, que es tan urgente?
- Tenemos un pequeño problema, dijo Raquel
- ¿ Cuál es?
- Mi marido descubrió todo, dijo de un tirón.
Todas quedaron en silencio.
- ¿Cómo se enteró? Preguntó Ana.
- Me imagino el escándalo que hizo, dijo Luciana.
- No se como se enteró, y no hizo ningún escándalo. En realidad parece que la situación no le incomoda, pero me planteó un cambio.
- ¿Que quiere?
- Quiere que a partir de ahora, quien gane o pierda sea la pareja completa. O sea que la que gana se acuesta con el marido de la que pierde, y la que pierde con el marido de la ganadora.
- Miralo al puritano, dijo Silvia riéndose.
- Bueno, dijo Ana, no parece una mala idea, pero me parece que lo que no sería justo es que la que pierda saque alguna ventaja, porque sino, perder sería tan bueno como ganar.
Todas asintieron.
- Yo propondría que la que sale segunda se acueste con el marido de la ganadora, así tendría mas emoción.
- Como una especie de premio consuelo para la segunda, digamos.
- A ver si entiendo, dijo Raquel, la que gana se cepilla al marido de la que pierde, y la que sale segunda se cepilla al marido de la ganadora. Con lo cual la pareja gana, la que pierde, pierde, y la segunda liga algo. Me parece razonable. También sería replantearnos si seguir con esto.
- No se, dijo Luciana, ¿ Sería de probar?
- Yo estoy de acuerdo, dijo Ana, pero no se ustedes.
Todas dieron su conformidad.
- Entonces, ¿ Cómo quedamos hoy?
- Pues mi marido no me dejará salir si no obtiene algo a cambio.
- ¿ Te dijo si los demás están enterados?
- No le contó a ninguno. Le interesa que todo siga en secreto.
- Pues entonces, dijo Raquel, Yo voy a casa de Luciana. No recuerdo quien salió segunda.
- Me parece que fui yo, dijo Silvia.
- Por poco, recordó Ana.
Solo quedó Silvia en la casa, esperando el regreso de Sergio. Esa tarde la diversión seria a dos puntas.
* * *
Raquel llegó a la casa de Luciana, y encontró al marido de su amiga bastante sacado. Se ve que estos intercambios del fin de semana lo tenían muy caliente. Apenas entró, el empezó a hacerle insinuaciones y Raquel no tuvo que esmerarse mucho para tenerlo encima de ella magreándole las tetas.
* * *
Sergio al regresar, se encontró con Silvia que lo esperaba. El pensó que sería Luciana la que estaría, y no comprendió muy bien el porqué del cambio pero era bienvenido.
- Hola Silvia, dijo acercándose a besarla en la mejilla
- Hola Sergio, dijo Silvia acercando su cara para recibir el beso, pero en el último momento la mano del macho le giró la cabeza y el beso que era para su mejilla se transformó en un posesivo beso húmedo en su boca. Un extenso y profundo beso húmedo.
Cuando se separaron y luego de recuperar el aire, se miraron.
- Vamos arriba, dijo Sergio tomándola de la mano y guiándola hacia el dormitorio. Silvia se dejaba llevar. El macho parecía muy decidido. Silvia hubiera preferido llevar la iniciativa, que es lo que hacía siempre, pero esperó a ver que pasaba.
Ya en el dormitorio, Sergio comenzó a desvestirla lentamente, disfrutando de cada pedazo de piel que iba descubriendo, con los ojos brillantes de lujuria y haciendo comentarios calientes sobre cada cosa que veía.
- Que lindas tetas que tenés. Son chicas, pero realmente hermosas y proporcionadas a tu figura, y a ver, hmmmm, si , muy sabrosas, comentó cuando su boca las soltó. Silvia de pie y quieta con los ojos cerrados dejaba hacer al macho.
- Que cuello tan sensual, y esa espalda bien marcada... me imagino tenerte en cuatro y afirmarme en esos hombros para darte masa una y otra vez, ahhhh, que placer, le decía al oído mientras sus manos recorrían las partes que mencionaba. Seguramente notaba como la piel de la hembra se erizaba ante ese tratamiento y lo que iba diciendo.
Sergio, lentamente desabrochó el vaquero ajustado que la hembra tenía y con trabajo consiguió bajarlo, colocándose a su espalda. Cuando el trasero de la hembra asomó, apenas cubierta por una tirita, no pudo menos que gemir de placer.
- Mamita, que culo, cuanto hace que me lo imaginaba desde lejos. Y pensar que hoy lo voy a tener en mi cama. Es una plato para exquisitos, y que carnes firmes que tienes, decía mientras le magreaba las nalgas. Terminó de sacarle el pantalón y Silvia se quitó los zapatos de taco para facilitar la salida de la ropa.
- Ya salió, ahora ponte de vuelta los zapatos que quiero ver esas piernas en toda su esplendor.
Silvia lo miró y sonrió con malicia, y volvió a colocarse los zapatos.
Sergio se sentó en la cama.
- Desfila para mí, le dijo sin dejar de mirarla.
Silvia solo vestida con una minúscula tanga y encima de sus estilizados zapatos, caminó de ida y vuelta por la habitación, cuando giró para dirigirse a la cama, vio a Sergio que había sacado su verga y se la estaba cascando con ganas, mientras la miraba.
* * *
Raquel arrodillada, estaba haciendole un trabajo a la alta escuela a la verga de Daniel, quien con los ojos cerrados disfrutaba como un marrano.
- Por Dios, que divino que la chupas, hmmmm. No entiendo nada. ¿ Qué les pasa a las amigas de mi mujer, se volvieron todas putas?, sigue, sigue, no te detengas.
De pronto, se retiró, cuando sintió que estaba a punto de vaciarse. No quería eso queria cepillarse a Raquelita.
Hizo que se levantara y le ordenó que terminara de desvestirlo. Se sentía como un jeque arabe atentido por las amigas de su mujer. No podía pedir mas.
Cuando estuvo totalmente desnudo, le ordenó a la hembra que se despelotara por completo, pero eso si, con mucho glamour, cosa que Raquel fue haciendo sin dejar de mirarlo a los ojos y pasándose la lengua por los labios, como claro gesto de la calentura que tenía. Cuando sus poderosas tetas quedaron a la vista, sin dudas su mejor atributo, Daniel no aguantó mas.
- No podeś tener esas tetas, perra. Necesito una cubana ya, dijo y sin esperar mas, hizo que se acostara en el sofá y colocando su verga en medio de las tetas comenzó a frotarlas, mientras ella las apretaba envolviendo la cachiporra del macho.
Luego de un buen rato, ya Daniel no aguantó mas y cuando iba a correrse avanzó y metió su verga en la boca complaciente de Raquel, inundándola de semen que brotó de su boca derramándose por su cuello. A continuación el macho la besó, embadurnándose el también con su semen, quedando los dos pegoteados y cachondos.
* * *
Silvia, sentada de espaldas sobre Sergio, subía y bajaba, haciendo que su vagina se convirtiera en una funda para el garrote del macho que se veía amoratado y húmedo por el tratamiento. Sergio no podía dejar de mirar esa espalda mientras la tomaba de los hombros y ese hermoso culo que rebotaba sobre él.
Luego de un rato, hizo que se levantara.
- Necesito que esas hermosas piernas me envuelvan mientras te doy mi tranca, le dijo, haciendo que se acostara en la cama. Tomó sus piernas y las colocó alrededor de su cintura, tomó su verga y la dirigió al centro del agujero de la hembra, que lo miraba mientras se aferraba a la almohada. Cuando consiguió separar sus labios vaginales con la cabeza tumefacta de su verga, la clavó hasta la cachas, haciendo que la hembra levantara las piernas, colocándolas sobre sus hombros para garantizar la penetración total, y en esa posición comenzó a serrucharla sin descanso. Apretaba sus duras y bien torneadas piernas y eso lo calentaba. La hembra le pedía que fuera suave que la iba a partir con esas arremetidas, pero el no estaba en condiciones de escuchar nada. Todo su razonamiento estaba en la punta de su herramienta que horadaba sin cesar ese cuerpo dispuesto y accesible.
* * *
Fue en el baño, luego del estropicio que habían hecho, donde Raquel recibió desde atrás el segundo polvo del macho. Allí, bajo la ducha, aferrada a las canillas, de pie, fue montada por Daniel mientras el macho magreaba sus imponentes tetas. Así en esa posición recibió los embates y también la descarga de los huevos del macho que la inundaron de leche caliente que la llevó a un poderoso orgasmo.
Por fin, salieron de la ducha, se secaron, se vistieron y despidiéndose con un beso en la puerta, cada uno siguió con su vida.
Raquel llegó a su casa, omnubilada por los recuerdos pasados, y entró sin tener en cuenta que Sergio no estaba sola. Se dio cuenta cuando empezó a escuchar ruidos en el dormitorio, y dudó en irse o quedarse, pero al final el morbo pudo mas y sin hacer ruido se acerco a la puerta del dormitorio, la que estaba entreabierta. La abrió un poco mas , y pudo ver a su marido empujando sin cesar su verga hasta lo mas profundo del sexo de Silvia, la que estaba aplastada en la cama, con sus piernas en alto rodeando el cuello del macho y aferrada a los hombros del macho, en pleno orgasmo,largo, interminable, arrebatador, terminal. Comenzó a llorar de placer mientras fue el turno del macho de inyectarle todo su semen bien en el fondo.
Raquel se retiró como había venido y fue a dar una vueltas.
Al rato, cuando volvió todo estaba normal.
Esa noche, con Sergio, cambiaron opiniones, y se calentaron tanto que terminaron teniendo, aunque parezca mentira, una sesión de sexo salvaje, interminable.
Las partidas siguen. Algunos saben lo que pasa. Otros se lo imaginan. A ninguno le importa demasiado. Amigos son los amigos.
4 comentarios - Premio en especies ( final)
Mañana vuelvo con puntos!