Virginia

-Fran, no bajes en pelotas que hay gente.
Siquiera atine a responder. Tenia el cuerpo reventado. La noche habia sido dura.
Mire la hora. Tres de la tarde.
Me duche y baje.
Vivia hace siete años con mi hermana Silvia, la de la advertencia. Ella tenia treinta años y yo veinticinco. La casa habia pertenecido a mi abuela. Era de dos plantas. La planta baja era su reino y la de arriba el mío.
Ella planeaba su casamiento y una pareja de amigos habia venido a ayudar. Mary y Gustavo. Mari tenia la edad de mi hermana, Gustavo 20 años mas. Reconocí sus caras y me senti mejor. Eran geniales.
Me sorprendió su mirada. Tenia unos dieciocho años, ojos parecidos pero muchos mas bellos que una avellana, pelo castaño oscuro ensortijado y unos labios fuera de serie. Nos miramos con fuego. Lo senti.
Pero preferí ir a desayunar a un bar.
Al volver ya no estaban, me entere por mi hermana que ella se llamaba Virginia, era la hija de Gustavo y tenia 19 años. Maravillosa sorpresa.
Paso el tiempo y llego el casamiento.
Alli volvi a verla. Tenia un corset celeste y una pollera negra. Fue la primera ves que la vi parada. Fue fascinante. La debore con la mirada. Se notaban unos pechos de tamaño pequeño y de pezones fuertes, cintura extremadamente pequeña y por la curva de sus caderas adivine un culo fascinante. Cuando levante la vista ella había visto mi scan, imagino me vio y disfruto como la devoraba con la vista. Volvi a perderme en el fuego de esas avellanas ojos. Mordió su labio y automaticamente se me paro la pija.
Ya nada importaba. El casamiento, mi familia, mi novia, la familia de mi novia, nada. Solo Virginia y mi pija.
busque por todos los medios llegar a ella. Lo logre en un trencito de carnaval carioca, me puse detras de ella, con mis manos en su cintura. Su culo era de ensueño, redondo, firme y lo que mas me fascinaba que se deboraba gran parte del vestido. Ella intuia en que andaba, ya que paro su culo y comenzo a moverlo de manera indiscriminada. Mi pija pugnaba por reventar el pantalon del smoking, ya nada importaba. Encontre un resquicio entre el corset y la pollera justo debajo de su cintura. Acariciar su piel fue glorioso. Sentir como sus poros se estremecían al roce de la yema de mis dedos me dio el coraje necesario, busque el elastico de su tanga e hice presion hacia arriba, clavandola en su concha que imaginaba estaba mojada. Ella dio un pequeño saltito y saco mas culo. Si era posible. Apolle mi verga en su culo por un instante y ella trato de calzarla justo en su raja.
Acabo el trencito. Ella se alejo. Dos veces volteó a verme. Las dos veces mordio su labio inferior.
Toda la noche intente acercarme a ella Hasta que vi que su familia saludaba a los novios. Habia perdido la oportunidad.
Esta oportunidad.