Hola!. Ahi va otro relatito más.
Romina y Manuel fueron a un sex shop para comprar, finalmente, el portaligas blanco que tanto queria Manuel que usara Romina.
Como a él le daba un poco de verguenza, fueron a un sexshop poco conocido, que se enteró en el barrio que estaba atendido por Pablo.
Llegaron al lugar, por fin, ya que a Manuel le costaba un poco resistir todos los piropos y algunas groserías que le decían a Romina por la calle. Cómo para no recibir tales palabras, si ella estaba con un shorcito de jean cortado, unos 2 talles menos que el que debería usar, un jean de la adolescencia, cuando su culo aun no crecia hasta ser lo que es ahora. Entre lo que le han dicho, destacaban por el clima navideño los que le dijeron en una construcción ("Que lindo pandulce, pero vení que le ponemos el glaceado nosotros") o el personal de prosegur frente a un cajero ("Si tu culo fuese un banco te la meteria a plazo fijo").
Al entrar al negocio, saludaron a Pablo como si nada. En alguna que otra reunión ya habían mencionado que tenían algunos juguetes y ropa sensual. Y Romina siempre disfrutaba de sentir como los hombres, y especialmente los amigos de Manuel, se ratonean con ella.
Pablo los dejó curiosar un poco alrededor del local. Romina se quedó un rato viendo el estante con consoladores, y sin pensarlo, Pablo se acercó con alma de buen vendedor.
- "Vieron algo que les guste aca...", dijo Pablo.
- "Ehmm... no sé..." balbuceó Manuel.
- "Si... tengo un poco de curiosidad por estas" dijo Romina, indicando un consolador color piel.
- "Ah, ese es el "Pija Completa, edición suave"... mira, ves la textura imitación piel, sentí. Además viene con base con forma de testiculos", vendió Pablo al tiempo que acercaba el consolador de muestra a Romina. Ella lo agarró con ambas manos, como recibiendo un trofeo.
- "mmm es verdad, que suavecito... me re dan ganas de pasarmelo por todo el cuerpo" dijo Romina, ensimismada, acercándose el consolador provocativamente a los labios. Vió como Pablo se babeaba instantaneamente mientras que Manuel la miraba con desaprobación. Rapidamente cambio de actitud y siguieron viendo cosas, juntos, por el local.
Luego de chusmear lo suficiente, pasaron a lo que importaba. El portaligas blanco. Romina eligió algunos de los percheros, y pidio a Pablo indicaciones para ir al probador. Estaba en el fondo del local, y tenia una gran pared de espejos en el pasillo. Pablo corrió la cortina del único probador y les dijo que lo llamen si necesitaban algo.
Romina se fue probando uno por uno los conjuntos. Varios estaban solos, otros tenían juego de bombacha y medias, otros traian baby doll y otro un conjunto de red.
Manuel observaba sentado, cada salida de Romina con una prenda nueva. Desde una distancia, Pablo espiaba, ayudado por el reflejo en el gran espejo.
Ninguno de los portaligas simples satisfacian a ambos. Romina se quejaba de su voluptoso trasero, Manuel se quejaba de los colores y detalles. Finalmente Romina decidió llamar a Pablo, mientras se ponía el conjunto de red.
- "Me podés indicar como están usando esto?... es re complicado" le dijo seriamente ella.
- "Mira, como lo quieren vender es para usar sin ropa interior, ayudado con portaligas para un toque más de morbo", le dijo muy profesionalmente él.
- "Qué opinas Manu?" le preguntó Romina.
- "Vas a parecer una gorda puta matambreada" le dijo seco él.
- "No, para... tampoco para tanto. Esto moldea bien la figura, ya van a ver...", acotó Pablo.
- "A ver, quedate y decime, ya que a Manu no lo convence", respondió Romina.
Manuel sintió ganas de decirle que no, que se vaya. No lo hizo. Pablo se sintió un tanto incomodo, pero sus ganas de ver a Romi con eso puesto eran más fuertes.
Finalmente salió del probador. Tenía puesto solo el conjunto de remera de red blanco, portaligas a tono y medias. Sin ropa interior.
- "Romina, qué te pasa???!" le grito Manuel.
- "Aca está la gorda matambre, bichito" le respondió ella.
- "Chicos, calma.... tranquilos", intervino Pablo, sin apartar la vista de los pechos, vientre y entrepiernas de Romina.
- "No te metas vos, chizito", cortó Manuel, sabiendo bien que asi le decia a Pablo su ex novia.
- "Ah... chizito me decis eh. Mira vos, haciendote el loco en mi negocio Insultando a tu chica, bardeándome", le dijo Pablo, tranquilo.
Sin mucho más, Pablo bajó su bragueta y sacó su pene, ya erecto.
- "Mira bien, 27cm llenos de sangre caliente gracias al culo de tu novia", le dijo Pablo a Manuel, desafiante.
- "Que pedazo de pija!", se le escapó a Romina. No podía creerlo.
- "A tu novia le gusta el nuevo Pablo, parece. La magia de la elongación peneana" retruco Pablo.
- "Jah, seguro no la sabes usar gilastro" le dijo Manuel.
Comenzaron a bardearse como chicos de secundaria. Romina no lo aguantó más, y los detuvo con estás palabras:
- "Solo hay una forma de saber quien lo usa mejor.. cogiendome" dijo Romina.
Ambos hombres se quedaron callados. Luego Pablo sonrió.
- "Desde que entraste que te quiero coger, venis pidiendo pija a gritos" le dijó.
- "Ah si?", dijo Romi, acercandose a ambos.
- "Si, desde que te vi con ganas de probar una nueva pija... como mirabas los consoladores" le dijo Pablo.
- "Dejate de joder, vamos a casa Romina", agregó Manuel.
- "No señor... yo sé que vos fantaseas con esto, ahora hacete cargo. Quiero la pija de los dos adentro mio", respondió Romina, decidida.
Pablo se acercó a Romina, ya sin pantalones ni calzones, solo tenía una remera. Rozó la piel de las piernas de Romi con su verga. Manuel intentó acercarse, pero la situación lo había tomado por sorpresa, no reaccionaba bien.
- "Quien es el pija corta ahora, Manu?... te intimidé?" se burló Pablo.
- "Vayanse a la concha de su madre... puta de mierda!" grito Manuel ofendido, mientras se iba indignado.
Romina y Pablo lo vieron irse. Se miraron.
- "Que raro... pensé que se armaba trio violento" dijo Pablo, algo resignado.
- "Si, pensé lo mismo.... que lastima. Mi conchita ya estaba mojada" dijo Romina.
- " No esperaba menos de una gorda puta como vos... " le dijo Pablo, detras de ella, cruzando su brazo por delante y acariciando la conchita mojada de Romina.
Romina solo cerró los ojos y gozo. Pablo la giró, de frente al espejo.
- "Mirate... como te apreta todo en la cadera por ese culazo... por suerte es una red sino asfixiabas a ese culo, putita"... le dice a oido Pablo.
- "Ay no, mira como me apreta el portaligas!", respondió Romina mientras sentía los dedos de Pablo separando sus labios.
- "Bien de trola de barrio, como sos..."
Pablo tocó hasta que las piernas de Romi temblaron de placer. Le mostró sus dedos, cubiertos con su espesa acabada, los probó y con un beso hizo que ella tambien se pruebe.
- "Que rica putita..." le dijo.
- "Veni, cogeme rápido, entrame...." le dijo ella, desesperada.
Pablo la puso sobre el mostrador, aun el negocio estaba abierto, pero nadie entró.
- "Chupame un poco la conchita antes... asi no me duele" le sugirió Romina. Pablo acató la sugerencia como una orden, y comenzó a saborear la cajeta de Romina con placer.
En un momento, tras cansarsele un poco la lengua de tanto penetrarla oralmente, deslizó la lengua hacía el ojete de Romina.
- "ahhhhh.... rico... pero hoy no, hoy no" pidió Romina.
Pablo miró con una sonrisa. "Hoy no" significaba que otro día sí. Se calentó tanto con la idea de cogerla otra vez, que acercó su nuevo gran pene y comenzó a acariciarle la conchita y el clitoris con el.
- "Lo querés?..." preguntó Pablo, sin dejar de acariciarla con su pene.
- "Damelo ya" le dijo ella, cerrando los ojos, imaginandose el goze de antemano.
Pablo entró lentamente, con sus largos 27cm de pija, muy lentamente. Romina no se imagino ni un poquito de lo que sentia ahora, centimetro a centimetro dentro suyo.
- "Que rico, no parés, bien profundo" le pidió Romina.
Con el rato, comenzaron a coger cada vez más fuerte, más rápido... cuando Romina gritaba mucho, Pablo frenaba la marcha un poco, suavemente la penetraba hasta el fondo y volvia a empezar con más fuerza.
Cuando Pablo sintío que iba a acabar, sacó su pija de dentro de Romina.
- "Que haces papi, estaba tan rica.... llename la conchita" gimió Romina.
- "No no no, las putitas reciben la lechita en la boca... vos sos una putita, no?" le dijo Pablo.
- "mmmm si... una putita gorda por la leche... damela" le respondio Romi.
- "Bueno... pero primero chupame los huevos" le dijo él.
Romina se arrodilló ante Pablo, y comenzó a chuparle los huevos mientras el se hacia la paja. Primero uno, lamiendolos suavemente, luego el otro... besaba su muslos, pasaba su lengua de pierna a pierda haciendo escala en los testiculos.
Finalmente, metio ambos huevos en su boca. Les pasaba la lengua sin parar dentro de su boca, por lo que un hilito de saliba se le chorreaba por el mentón.
- "Con esa miraba de petera no me puedo aguantar" dijo Pablo antes de relajarse y soltar su leche sobre la cara y boca de Romina.
- "Cuanta leche.... no hay que desperdiciar nada" dijo Romi, lamiendo hasta la ultima gota que caia por la pija de Pablo.
"Bueno... despues de esta rica merienda, tengo que irme... gracias por el conjunto, Pablo. Si no boqueas, hay más" le dijo Romina, tras unos minutos, antes de irse sin pagar.
Romi se apuró para llegar a lo de Manuel. Toco timbre miles de veces, suplico. Por fin el la dejó entrar. Estaba enojado, muy enojado. Ella la dijo que pensó que el volvería, que por fin iba a cumplirle la fantasia del trio. Con las palabras, el le fue creyendo de a poco, hasta que:
- "Tengo las palabras magicas... rompeme el orto" le dijo ella.
- "Ya esta roto, seguro..." le dijo él.
- "No mi vida, es solo para vos... creeme. Perdoname, lo de hoy no volverá a pasar. Me pasé de puta", fueron las palabras de Romi antes de que comenzarán a hacer el amor, y Manuel termine acabandole en el agujerito y cachetes. Ahora habian superado la pelea. Y se durmieron.
A la mañana, luego de que Manuel se fuera a trabajar, Romina agarró el teléfono:
- "Hola... sexshop. Si, como andás querido. Hacen delivery?... si?. Bárbaro. Quería que me traigan unos juguetitos anales..."
(Continuará!)
Romina y Manuel fueron a un sex shop para comprar, finalmente, el portaligas blanco que tanto queria Manuel que usara Romina.
Como a él le daba un poco de verguenza, fueron a un sexshop poco conocido, que se enteró en el barrio que estaba atendido por Pablo.
Llegaron al lugar, por fin, ya que a Manuel le costaba un poco resistir todos los piropos y algunas groserías que le decían a Romina por la calle. Cómo para no recibir tales palabras, si ella estaba con un shorcito de jean cortado, unos 2 talles menos que el que debería usar, un jean de la adolescencia, cuando su culo aun no crecia hasta ser lo que es ahora. Entre lo que le han dicho, destacaban por el clima navideño los que le dijeron en una construcción ("Que lindo pandulce, pero vení que le ponemos el glaceado nosotros") o el personal de prosegur frente a un cajero ("Si tu culo fuese un banco te la meteria a plazo fijo").
Al entrar al negocio, saludaron a Pablo como si nada. En alguna que otra reunión ya habían mencionado que tenían algunos juguetes y ropa sensual. Y Romina siempre disfrutaba de sentir como los hombres, y especialmente los amigos de Manuel, se ratonean con ella.
Pablo los dejó curiosar un poco alrededor del local. Romina se quedó un rato viendo el estante con consoladores, y sin pensarlo, Pablo se acercó con alma de buen vendedor.
- "Vieron algo que les guste aca...", dijo Pablo.
- "Ehmm... no sé..." balbuceó Manuel.
- "Si... tengo un poco de curiosidad por estas" dijo Romina, indicando un consolador color piel.
- "Ah, ese es el "Pija Completa, edición suave"... mira, ves la textura imitación piel, sentí. Además viene con base con forma de testiculos", vendió Pablo al tiempo que acercaba el consolador de muestra a Romina. Ella lo agarró con ambas manos, como recibiendo un trofeo.
- "mmm es verdad, que suavecito... me re dan ganas de pasarmelo por todo el cuerpo" dijo Romina, ensimismada, acercándose el consolador provocativamente a los labios. Vió como Pablo se babeaba instantaneamente mientras que Manuel la miraba con desaprobación. Rapidamente cambio de actitud y siguieron viendo cosas, juntos, por el local.
Luego de chusmear lo suficiente, pasaron a lo que importaba. El portaligas blanco. Romina eligió algunos de los percheros, y pidio a Pablo indicaciones para ir al probador. Estaba en el fondo del local, y tenia una gran pared de espejos en el pasillo. Pablo corrió la cortina del único probador y les dijo que lo llamen si necesitaban algo.
Romina se fue probando uno por uno los conjuntos. Varios estaban solos, otros tenían juego de bombacha y medias, otros traian baby doll y otro un conjunto de red.
Manuel observaba sentado, cada salida de Romina con una prenda nueva. Desde una distancia, Pablo espiaba, ayudado por el reflejo en el gran espejo.
Ninguno de los portaligas simples satisfacian a ambos. Romina se quejaba de su voluptoso trasero, Manuel se quejaba de los colores y detalles. Finalmente Romina decidió llamar a Pablo, mientras se ponía el conjunto de red.
- "Me podés indicar como están usando esto?... es re complicado" le dijo seriamente ella.
- "Mira, como lo quieren vender es para usar sin ropa interior, ayudado con portaligas para un toque más de morbo", le dijo muy profesionalmente él.
- "Qué opinas Manu?" le preguntó Romina.
- "Vas a parecer una gorda puta matambreada" le dijo seco él.
- "No, para... tampoco para tanto. Esto moldea bien la figura, ya van a ver...", acotó Pablo.
- "A ver, quedate y decime, ya que a Manu no lo convence", respondió Romina.
Manuel sintió ganas de decirle que no, que se vaya. No lo hizo. Pablo se sintió un tanto incomodo, pero sus ganas de ver a Romi con eso puesto eran más fuertes.
Finalmente salió del probador. Tenía puesto solo el conjunto de remera de red blanco, portaligas a tono y medias. Sin ropa interior.
- "Romina, qué te pasa???!" le grito Manuel.
- "Aca está la gorda matambre, bichito" le respondió ella.
- "Chicos, calma.... tranquilos", intervino Pablo, sin apartar la vista de los pechos, vientre y entrepiernas de Romina.
- "No te metas vos, chizito", cortó Manuel, sabiendo bien que asi le decia a Pablo su ex novia.
- "Ah... chizito me decis eh. Mira vos, haciendote el loco en mi negocio Insultando a tu chica, bardeándome", le dijo Pablo, tranquilo.
Sin mucho más, Pablo bajó su bragueta y sacó su pene, ya erecto.
- "Mira bien, 27cm llenos de sangre caliente gracias al culo de tu novia", le dijo Pablo a Manuel, desafiante.
- "Que pedazo de pija!", se le escapó a Romina. No podía creerlo.
- "A tu novia le gusta el nuevo Pablo, parece. La magia de la elongación peneana" retruco Pablo.
- "Jah, seguro no la sabes usar gilastro" le dijo Manuel.
Comenzaron a bardearse como chicos de secundaria. Romina no lo aguantó más, y los detuvo con estás palabras:
- "Solo hay una forma de saber quien lo usa mejor.. cogiendome" dijo Romina.
Ambos hombres se quedaron callados. Luego Pablo sonrió.
- "Desde que entraste que te quiero coger, venis pidiendo pija a gritos" le dijó.
- "Ah si?", dijo Romi, acercandose a ambos.
- "Si, desde que te vi con ganas de probar una nueva pija... como mirabas los consoladores" le dijo Pablo.
- "Dejate de joder, vamos a casa Romina", agregó Manuel.
- "No señor... yo sé que vos fantaseas con esto, ahora hacete cargo. Quiero la pija de los dos adentro mio", respondió Romina, decidida.
Pablo se acercó a Romina, ya sin pantalones ni calzones, solo tenía una remera. Rozó la piel de las piernas de Romi con su verga. Manuel intentó acercarse, pero la situación lo había tomado por sorpresa, no reaccionaba bien.
- "Quien es el pija corta ahora, Manu?... te intimidé?" se burló Pablo.
- "Vayanse a la concha de su madre... puta de mierda!" grito Manuel ofendido, mientras se iba indignado.
Romina y Pablo lo vieron irse. Se miraron.
- "Que raro... pensé que se armaba trio violento" dijo Pablo, algo resignado.
- "Si, pensé lo mismo.... que lastima. Mi conchita ya estaba mojada" dijo Romina.
- " No esperaba menos de una gorda puta como vos... " le dijo Pablo, detras de ella, cruzando su brazo por delante y acariciando la conchita mojada de Romina.
Romina solo cerró los ojos y gozo. Pablo la giró, de frente al espejo.
- "Mirate... como te apreta todo en la cadera por ese culazo... por suerte es una red sino asfixiabas a ese culo, putita"... le dice a oido Pablo.
- "Ay no, mira como me apreta el portaligas!", respondió Romina mientras sentía los dedos de Pablo separando sus labios.
- "Bien de trola de barrio, como sos..."
Pablo tocó hasta que las piernas de Romi temblaron de placer. Le mostró sus dedos, cubiertos con su espesa acabada, los probó y con un beso hizo que ella tambien se pruebe.
- "Que rica putita..." le dijo.
- "Veni, cogeme rápido, entrame...." le dijo ella, desesperada.
Pablo la puso sobre el mostrador, aun el negocio estaba abierto, pero nadie entró.
- "Chupame un poco la conchita antes... asi no me duele" le sugirió Romina. Pablo acató la sugerencia como una orden, y comenzó a saborear la cajeta de Romina con placer.
En un momento, tras cansarsele un poco la lengua de tanto penetrarla oralmente, deslizó la lengua hacía el ojete de Romina.
- "ahhhhh.... rico... pero hoy no, hoy no" pidió Romina.
Pablo miró con una sonrisa. "Hoy no" significaba que otro día sí. Se calentó tanto con la idea de cogerla otra vez, que acercó su nuevo gran pene y comenzó a acariciarle la conchita y el clitoris con el.
- "Lo querés?..." preguntó Pablo, sin dejar de acariciarla con su pene.
- "Damelo ya" le dijo ella, cerrando los ojos, imaginandose el goze de antemano.
Pablo entró lentamente, con sus largos 27cm de pija, muy lentamente. Romina no se imagino ni un poquito de lo que sentia ahora, centimetro a centimetro dentro suyo.
- "Que rico, no parés, bien profundo" le pidió Romina.
Con el rato, comenzaron a coger cada vez más fuerte, más rápido... cuando Romina gritaba mucho, Pablo frenaba la marcha un poco, suavemente la penetraba hasta el fondo y volvia a empezar con más fuerza.
Cuando Pablo sintío que iba a acabar, sacó su pija de dentro de Romina.
- "Que haces papi, estaba tan rica.... llename la conchita" gimió Romina.
- "No no no, las putitas reciben la lechita en la boca... vos sos una putita, no?" le dijo Pablo.
- "mmmm si... una putita gorda por la leche... damela" le respondio Romi.
- "Bueno... pero primero chupame los huevos" le dijo él.
Romina se arrodilló ante Pablo, y comenzó a chuparle los huevos mientras el se hacia la paja. Primero uno, lamiendolos suavemente, luego el otro... besaba su muslos, pasaba su lengua de pierna a pierda haciendo escala en los testiculos.
Finalmente, metio ambos huevos en su boca. Les pasaba la lengua sin parar dentro de su boca, por lo que un hilito de saliba se le chorreaba por el mentón.
- "Con esa miraba de petera no me puedo aguantar" dijo Pablo antes de relajarse y soltar su leche sobre la cara y boca de Romina.
- "Cuanta leche.... no hay que desperdiciar nada" dijo Romi, lamiendo hasta la ultima gota que caia por la pija de Pablo.
"Bueno... despues de esta rica merienda, tengo que irme... gracias por el conjunto, Pablo. Si no boqueas, hay más" le dijo Romina, tras unos minutos, antes de irse sin pagar.
Romi se apuró para llegar a lo de Manuel. Toco timbre miles de veces, suplico. Por fin el la dejó entrar. Estaba enojado, muy enojado. Ella la dijo que pensó que el volvería, que por fin iba a cumplirle la fantasia del trio. Con las palabras, el le fue creyendo de a poco, hasta que:
- "Tengo las palabras magicas... rompeme el orto" le dijo ella.
- "Ya esta roto, seguro..." le dijo él.
- "No mi vida, es solo para vos... creeme. Perdoname, lo de hoy no volverá a pasar. Me pasé de puta", fueron las palabras de Romi antes de que comenzarán a hacer el amor, y Manuel termine acabandole en el agujerito y cachetes. Ahora habian superado la pelea. Y se durmieron.
A la mañana, luego de que Manuel se fuera a trabajar, Romina agarró el teléfono:
- "Hola... sexshop. Si, como andás querido. Hacen delivery?... si?. Bárbaro. Quería que me traigan unos juguetitos anales..."
(Continuará!)
4 comentarios - Ro Culona: Puta de barrio