ADVERTENCIA: CONTENIDO FUTANARI (Mujeres que poseen miembros masculinos.)
En el capítulo anterior:
—Gwaaaah... —maulló Power en voz alta, con la lengua colgando de su boca mientras Makima, lenta y provocativamente, sacaba la polla de su garganta manchada de saliva y babas. Makima dio unos cuantos besos cariñosos a la cabeza de la verga de Power, cubriéndola de las marcas que Power había querido ver desde el principio. Makima se lamió los labios, y se frotó la garganta con los dedos mientras tragaba los últimos restos pegajosos de la carga de Power. Tan espesa y pegajosa... sí, sin duda era semen de alta calidad. Power tenía madera de semental reproductor... siempre y cuando tuviera a alguien como Makima cerca para controlarla. 💖
Afortunadamente, Makima no tenía intención de dejar que Power se fuera a ninguna parte. Makima conseguiría algún día que Power se arrodillara y ladrara como una buena mascota. Sólo era cuestión de tiempo.
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Parte 2:
Kobeni tuvo que intentar fingir que no esperaba con impaciencia por lo que Makima tenía planeado para ella después de su exitoso regreso, por miedo a enfadar a su jefa y no recibir nada en absoluto salvo mirada gélida. Pero cuando le entregó su informe positivo a Makima no hizo más que mover la cola, mirando nerviosa a Makima con sus grandes ojos llorosos.
—Hmm. Aceptable —comentó Makima con frialdad, doblando los papeles y guardándolos cuidadosamente—. Merece la pena una pequeña recompensa, supongo.
—¡G-Gracias, señorita Makima! —chilló Kobeni, de cuyos pantalones ya empezaban a salir sonidos de rotura, su larga polla presionaba contra los confines de la pernera. Kobeni había estado luciendo una erección verdaderamente escandalosa desde el momento en que había entrado a la habitación, y no había pasado desapercibida para Makima. Apoyó la cabeza en su mano, sonriendo a la entrepierna de Kobeni como si fuera una mascota rebelde que quería atención.
—Ahora... desnúdate —exigió Makima. Sus ojos brillaron al pronunciar su orden, y Kobeni obedeció al instante. Pronto la delgada joven estaba completamente desnuda, sus ojos recorriendo la habitación mientras comenzaba a sudar de los nervios. Las gotas de sudor goteaban a lo largo de la rígida longitud de su pene, que apuntaba al aire. Kobeni podía haber sido tímida y ansiosa, pero su enorme verga era cualquier cosa menos eso. Se alzaba orgullosa, en dirección al rostro de Makima como si la desafiara a hacer algo al respecto.
» Tan impresionante como siempre —pronunció Makima, su expresión no cambió en lo más mínimo al presenciar la furiosa erección de Kobeni—. Estás tan ridículamente bien dotada como siempre. Los caballos se podrían celosos. Debe de medir unos veintiséis centímetros... —Los ojos de Makima se entrecerraron mientras inclinaba la cabeza hacia delante, entrelazando los dedos para apoyar la barbilla en ellos.
—¿Y qué quieres que haga con esta cosa, Kobeni? Habla bien y claro ahora. No haré nada hasta que te oiga pedirlo con tu propia voz. —La sonrisa de Makima se ensanchó imperceptiblemente mientras Kobeni temblaba de nervios, le castañeteaban los dientes y su cuerpo brillaba con un sudor asqueroso y ansioso. Ya estaba hecha polvo, ¡aún no había sucedido nada!
—¡P-Por favor, haz que mi polla se sienta muy, muy bien! —chilló Kobeni, apretando los puños mientras una pegajosa gota de líquido preseminal brotaba y aterrizaba sobre el impecable escritorio de Makima. Makima enarcó una ceja.
—Olvidaste decir… —comenzó a recordarle a Kobeni, quien se puso de puntillas y aulló aún más fuerte para compensar su terrible error.
—¡POR FAVOR, HAGA QUE MI POLLA SE SIENTA REALMENTE, REALMENTE BIEN, SEÑORA MAKIMAAAAA!! 💗💗—. A diferencia de Power, Kobeni no tenía reparos en decirle a Makima exactamente lo que quería oír. Siempre era la forma más fácil de conseguir el placer único que solo ella podía otorgar.
—Suficientemente bueno. —Makima suspiró, levantándose de su escritorio y se acercó a Kobeni. Kobeni se cubrió la cara, preocupada por lo que estaba a punto de hacer... entonces, cuando apartó los dedos de sus ojos, vio a Makima inclinada sobre el escritorio, presentando su culo hacia ella.
—Arráncame los pantalones y desliza tu verga entre mis nalgas —ordenó Makima—. Haz lo que quieras con ellas hasta que estés satisfecha. Mi culo será tu retrete de semen durante las próximas horas.
A Kobeni se le salieron los ojos de órbitas ante las lascivas palabras de Makima dichas con una voz tan clínica. ¿Rasgar los pantalones de Makima? ¿Aquellos pantalones ajustados y ceñidos que Kobeni había soñado con apretar contra su cara? ¿Podía hacer eso? Ohhhhh... ¡eso sonaba INCREÍBLE! ¡ Kobeni le caía la baba mientras se tambaleaba hacia adelante. Agarró los pantalones de Makima y los hizo jirones de un solo y agresivo tirón.
—Mmph… —gruñó Makima al sentir cómo su trasero rebotaba al aire libre, y dejó escapar un silencioso suspiro de alivio al no tener que forzar más su enorme trasero voluminoso dentro de esas prendas apretadas. El rostro de Kobeni era un amasijo de delirio mientras contemplaba la pálida y ancha grupa de Makima. Los globos gemelos de carne pálida aún se tambaleaban por la fuerza con la que Kobeni rasgó los pantalones de Makima, y Kobeni sintió que se le quedaba la respiración atrapada en la garganta al mirar las enormes montañas de carne que Makima le ofrecía.
—Vamos, no me hagas esperar. 💞 —le indicó Makima, y Kobeni entró en acción. Metió las manos en sus propios pantalones y sacó su larga, apestosa y sudorosa polla de mujer. La nariz de Makima se crispó en el segundo en que esa asquerosa longitud salió al aire. El almizcle de la verga de Kobeni ya estaba contaminando el aire que Makima aspiraba en sus pulmones. Era un arma potente. Una mujer normal perdería la cabeza con solo oler la peligrosa polla de Kobeni.
Makima tuvo que preguntarse cuántas veces Kobeni había corrompido accidentalmente a alguna pobre zorra de callejón que había captado por casualidad su constantemente húmeda verga y se había convertido en una pulidora de bolas devoradora de semen allí mismo... Podía imaginar a Kobeni tartamudeando y balbuceando como un ciervo atrapado por los faros hasta que sintiera el cálido toque de la lengua de una mujer azotando sus chorreantes tanques de lefa, y entonces se convertiría en una bruta enloquecida hambrienta de coño... tal como se estaba volviendo ahora. 💖
—¡Carne de culo... un culo tan suave, gordo, saltarín y perfecto... oogghnn... quiero follarlo... ¡quiero enterrar toda mi verga en tu culo, señorita Makima! ❤💗 ¡Quiero usar tu culo de puta zorra como si fuera un CONDÓN! —chilló Kobeni, con los orificios nasales encendidos y el pelo enmarañado revoloteando con sus movimientos erráticos.
Normalmente, Makima reprendería el lenguaje soez que se dirigía a ella, pero... ver a la mansa y apacible Kobeni convertirse en una babeante, grosera y desagradable fiera de polla por el mero hecho de estar en presencia de su generoso culo divirtió bastante a Makima.
—Hmm... pero no te di permiso para follarme el culo —musitó Makima, mirando por encima de su hombro con una mirada aguda en los ojos—. No desafiarías mis órdenes, ¿verdad? 💞
—N-Nggh… —Kobeni se mordió el labio inferior mientras metía su larga polla entre las acolchadas y gloriosas nalgas de Makima y las apretaba para formar una deliciosa manga para polla. La polla de Kobeni era tan enorme que se extendía a lo largo de las curvas de la espalda de Makima. Kobeni dejó escapar una serie de respiraciones calientes y entrecortadas mientras empezaba a mover las caderas hacia adelante y hacia atrás, maullando en voz baja mientras el placer de la manga para follar de las nalgas de Makima la abrumaba. Tan suave… tan enorme… La señorita Makima era una muñeca sexual… ¡ninguna mujer normal podría tener un cuerpo así! Rodando, temblando, rebotando, provocando… las ondulaciones del culo de Makima ondulaban a lo largo de sus carnosas mejillas mientras Makima contoneaba ligeramente su culo para Kobeni.
—O-Oghhnn... taan buenoooooo...💕 —Kobeni gemía mientras Makima hacía rebotar su culo, flexionando sus gruesos muslos, echaba el culo hacia atrás con más fuerza a cada segundo que pasaba. Tenía una suave sonrisa en la cara mientras su culo se agitaba como el de una superestrella de un club de striptease. Giraba sus caderas en círculos rápidos, sus movimientos se hacían más rápidos a medida que sentía la polla de Kobeni palpitar con más fuerza.
» N-Nooooo... S-Señorita Makimaaaaa... Quiero cogerla... ¡Quiero cogerte el culo! ¡P-Pero me correré demasiado rápido! ¡M-Misericordia! ¡P-Por favooooor, ten piedad! ❤❤ —suplicó Kobeni, desplazando su peso hacia delante mientras sus dedos se hundían en la carne excesivamente blanda del culo de Makima. Era como si estuviera siendo atraída hacia la masa melosa de carne de culo suave como el malvavisco. Makima soltó una mueca siniestra y echó el culo hacia atrás con tanta fuerza que Kobeni estuvo a punto de caerse si sus manos no estuvieran manoseando con todas sus fuerzas su culo hiperdesarrollado.
—No te di permiso para cogerme el culo, Kobeni —le recordó Makima—. Te ofrecí la oportunidad de meter tu innecesariamente enorme polla de chica entre mis nalgas y follar sin sentido hasta que eyacularas. ¿Acaso mis nalgas de zorra no son lo bastante buenas para tu polla? ¿Es eso lo que estás diciendo? Tal vez debería parar entonces...
—¡NONONONONONO! ¡N-Nunca pares! ¡ NUNCA NUNCA NUNCA! 💕💔 ¡L-Lo siento mucho, señorita Makima! ¡Seré buena! ¡S-sólo déjeme seguir usando tu culo! ¡N-NADA SE SIENTE MEJOR QUE TU CULO! 💗💕💖 —aulló Kobeni, inclinándose hacia adelante para poder apoyarse en la espalda de Makima. Se aferraba a Makima como un animal salvaje que monta a su pareja, metiendo y sacando a toda velocidad su enorme polla de las nalgas carnosas de Makima con movimientos cortos y superficiales. Se acercaba al orgasmo... y el malicioso sadismo de Makima no pudo resistirse a acosarla un poco más.
—Mmm... ya sabes... si realmente hubieras mostrado las agallas para embestir con fuerza tu polla en mi culo... tal vez podrías haberme hecho tuya. 💗 —Makima reflexionó—. Sí, creo que tener mi culo-coño roto por tu vergonzosa y enorme polla de burro seguramente me habría convertido en una puta balbuceante quejica. TU puta balbuceante y quejica. Podrías haber pasado cada día del resto de tu vida teniendo acceso completo a mi apretado y carnoso culo. El paraíso de los golpes anales y los drenajes de bolas podría haber sido tuyo... pero te rendiste demasiado rápido, ¿no? Te rendiste a mis nalgas y ahora solo eres un mono en celo, indigno de convertir a ninguna mujer en tu puta personal llena de semen.
Kobeni cerró los ojos, gimoteando ante las crueles palabras de Makima. Era mentira. Claro que era mentira. Si Kobeni hubiera hecho alguna vez algo para lo que Makima no le hubiera dado permiso, habría sido castigada. Pero la idea de hacerlo... la idea de desobedecer a Makima y convertirla a la fuerza en una vaciadora de esperma que no podría vivir sin su verga... era tan tentadora... tan vívida... solo pensarlo... ¡FUE SUFICIENTE PARA HACER QUE KOBENI SE CORRIERA!
*SPPPLLLLOOOOOOORRRRRRTTTTT*
Kobeni ni siquiera pudo responder a las burlas de Makima con algo más que un chillido y una sonora explosión de semen. Su dilatado miembro se sacudía y palpitaba, saltando como una manguera de jardín mientras disparaba enormes chorros de semen espeso como natillas por toda la espalda de Makima. Makima se miró casualmente las uñas mientras Kobeni la empapaba de espuma burbujeante, más que suficiente para llenar una compañía entera de putas fértiles. Kobeni tenía todos los ingredientes de un semental reproductor, pero estaba atrapada bajo el pulgar de Makima y no podía hacer uso de su virilidad antinatural. Todo su semen pertenecía a Makima, hasta la última gota.
—¡GGHHOGGHH---GGHIIEEENN---OOOGGGHHNNN!!! ¡DEVORADORA DE SEMEN! ¡LA SEÑORITA MAKIMA ES MI TRAPO DE SEMEN! ¡QUIERO EMPAPARLA CON MI ESPERMA! ¡P-POR FAVOR QUÉDATE EMBARAZADA! ¡P-POR FAVOR QUEDATE EMBARAZADA! ¡QUIE-QUIERO VER EL BULTO DE EMBARAZO DE LA SEÑORITA MAKIMA! ¡SE VERÁ TAN BONITA! 💞💕❤💔 —Kobeni aulló delirante, con los ojos bizcos y la lengua fuera de su boca. Qué cara de orgasmo tan inapropiada tenía, pensó Makima para sí misma. Era adorable. 💖
Cuando su gorda carga disminuyó, Kobeni se tambaleó hacia atrás y se desplomó en el suelo gimiendo aturdida. Makima miró hacia atrás y vio los espumosos chorros de esperma caliente que le manchaban la ropa y el culo. Se irguió y se dirigió a su cuarto de baño personal, pasando junto a una Kobeni babeante.
—Asegúrate de limpiar lo que ensuciaste —le recordó Makima a Kobeni—. Si te portas bien y haces un buen trabajo, te dejaré venir a ayudarme a limpiarme después. —Le sonrió a Kobeni antes de desaparecer en el baño. Los ojos aturdidos de Kobeni se abrieron de golpe y rápidamente comenzó a limpiar el virulento desastre que había hecho con la vana esperanza de que Makima la dejara lavar su voluptuoso cuerpo empapado de esperma.
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Fin de la segunda parte.
Si llegamos a los 30 votos libero la última parte lo antes posible.
(Si bien la primera parte no obtuvo ningún voto hasta ahora, sí sé que varios, pillines, la pusieron en Favoritos 😉 )
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Imágenes de regalo por haber leído todo el capitulo:
En el capítulo anterior:
—Gwaaaah... —maulló Power en voz alta, con la lengua colgando de su boca mientras Makima, lenta y provocativamente, sacaba la polla de su garganta manchada de saliva y babas. Makima dio unos cuantos besos cariñosos a la cabeza de la verga de Power, cubriéndola de las marcas que Power había querido ver desde el principio. Makima se lamió los labios, y se frotó la garganta con los dedos mientras tragaba los últimos restos pegajosos de la carga de Power. Tan espesa y pegajosa... sí, sin duda era semen de alta calidad. Power tenía madera de semental reproductor... siempre y cuando tuviera a alguien como Makima cerca para controlarla. 💖
Afortunadamente, Makima no tenía intención de dejar que Power se fuera a ninguna parte. Makima conseguiría algún día que Power se arrodillara y ladrara como una buena mascota. Sólo era cuestión de tiempo.
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Parte 2:
Kobeni tuvo que intentar fingir que no esperaba con impaciencia por lo que Makima tenía planeado para ella después de su exitoso regreso, por miedo a enfadar a su jefa y no recibir nada en absoluto salvo mirada gélida. Pero cuando le entregó su informe positivo a Makima no hizo más que mover la cola, mirando nerviosa a Makima con sus grandes ojos llorosos.
—Hmm. Aceptable —comentó Makima con frialdad, doblando los papeles y guardándolos cuidadosamente—. Merece la pena una pequeña recompensa, supongo.
—¡G-Gracias, señorita Makima! —chilló Kobeni, de cuyos pantalones ya empezaban a salir sonidos de rotura, su larga polla presionaba contra los confines de la pernera. Kobeni había estado luciendo una erección verdaderamente escandalosa desde el momento en que había entrado a la habitación, y no había pasado desapercibida para Makima. Apoyó la cabeza en su mano, sonriendo a la entrepierna de Kobeni como si fuera una mascota rebelde que quería atención.
—Ahora... desnúdate —exigió Makima. Sus ojos brillaron al pronunciar su orden, y Kobeni obedeció al instante. Pronto la delgada joven estaba completamente desnuda, sus ojos recorriendo la habitación mientras comenzaba a sudar de los nervios. Las gotas de sudor goteaban a lo largo de la rígida longitud de su pene, que apuntaba al aire. Kobeni podía haber sido tímida y ansiosa, pero su enorme verga era cualquier cosa menos eso. Se alzaba orgullosa, en dirección al rostro de Makima como si la desafiara a hacer algo al respecto.
» Tan impresionante como siempre —pronunció Makima, su expresión no cambió en lo más mínimo al presenciar la furiosa erección de Kobeni—. Estás tan ridículamente bien dotada como siempre. Los caballos se podrían celosos. Debe de medir unos veintiséis centímetros... —Los ojos de Makima se entrecerraron mientras inclinaba la cabeza hacia delante, entrelazando los dedos para apoyar la barbilla en ellos.
—¿Y qué quieres que haga con esta cosa, Kobeni? Habla bien y claro ahora. No haré nada hasta que te oiga pedirlo con tu propia voz. —La sonrisa de Makima se ensanchó imperceptiblemente mientras Kobeni temblaba de nervios, le castañeteaban los dientes y su cuerpo brillaba con un sudor asqueroso y ansioso. Ya estaba hecha polvo, ¡aún no había sucedido nada!
—¡P-Por favor, haz que mi polla se sienta muy, muy bien! —chilló Kobeni, apretando los puños mientras una pegajosa gota de líquido preseminal brotaba y aterrizaba sobre el impecable escritorio de Makima. Makima enarcó una ceja.
—Olvidaste decir… —comenzó a recordarle a Kobeni, quien se puso de puntillas y aulló aún más fuerte para compensar su terrible error.
—¡POR FAVOR, HAGA QUE MI POLLA SE SIENTA REALMENTE, REALMENTE BIEN, SEÑORA MAKIMAAAAA!! 💗💗—. A diferencia de Power, Kobeni no tenía reparos en decirle a Makima exactamente lo que quería oír. Siempre era la forma más fácil de conseguir el placer único que solo ella podía otorgar.
—Suficientemente bueno. —Makima suspiró, levantándose de su escritorio y se acercó a Kobeni. Kobeni se cubrió la cara, preocupada por lo que estaba a punto de hacer... entonces, cuando apartó los dedos de sus ojos, vio a Makima inclinada sobre el escritorio, presentando su culo hacia ella.
—Arráncame los pantalones y desliza tu verga entre mis nalgas —ordenó Makima—. Haz lo que quieras con ellas hasta que estés satisfecha. Mi culo será tu retrete de semen durante las próximas horas.
A Kobeni se le salieron los ojos de órbitas ante las lascivas palabras de Makima dichas con una voz tan clínica. ¿Rasgar los pantalones de Makima? ¿Aquellos pantalones ajustados y ceñidos que Kobeni había soñado con apretar contra su cara? ¿Podía hacer eso? Ohhhhh... ¡eso sonaba INCREÍBLE! ¡ Kobeni le caía la baba mientras se tambaleaba hacia adelante. Agarró los pantalones de Makima y los hizo jirones de un solo y agresivo tirón.
—Mmph… —gruñó Makima al sentir cómo su trasero rebotaba al aire libre, y dejó escapar un silencioso suspiro de alivio al no tener que forzar más su enorme trasero voluminoso dentro de esas prendas apretadas. El rostro de Kobeni era un amasijo de delirio mientras contemplaba la pálida y ancha grupa de Makima. Los globos gemelos de carne pálida aún se tambaleaban por la fuerza con la que Kobeni rasgó los pantalones de Makima, y Kobeni sintió que se le quedaba la respiración atrapada en la garganta al mirar las enormes montañas de carne que Makima le ofrecía.
—Vamos, no me hagas esperar. 💞 —le indicó Makima, y Kobeni entró en acción. Metió las manos en sus propios pantalones y sacó su larga, apestosa y sudorosa polla de mujer. La nariz de Makima se crispó en el segundo en que esa asquerosa longitud salió al aire. El almizcle de la verga de Kobeni ya estaba contaminando el aire que Makima aspiraba en sus pulmones. Era un arma potente. Una mujer normal perdería la cabeza con solo oler la peligrosa polla de Kobeni.
Makima tuvo que preguntarse cuántas veces Kobeni había corrompido accidentalmente a alguna pobre zorra de callejón que había captado por casualidad su constantemente húmeda verga y se había convertido en una pulidora de bolas devoradora de semen allí mismo... Podía imaginar a Kobeni tartamudeando y balbuceando como un ciervo atrapado por los faros hasta que sintiera el cálido toque de la lengua de una mujer azotando sus chorreantes tanques de lefa, y entonces se convertiría en una bruta enloquecida hambrienta de coño... tal como se estaba volviendo ahora. 💖
—¡Carne de culo... un culo tan suave, gordo, saltarín y perfecto... oogghnn... quiero follarlo... ¡quiero enterrar toda mi verga en tu culo, señorita Makima! ❤💗 ¡Quiero usar tu culo de puta zorra como si fuera un CONDÓN! —chilló Kobeni, con los orificios nasales encendidos y el pelo enmarañado revoloteando con sus movimientos erráticos.
Normalmente, Makima reprendería el lenguaje soez que se dirigía a ella, pero... ver a la mansa y apacible Kobeni convertirse en una babeante, grosera y desagradable fiera de polla por el mero hecho de estar en presencia de su generoso culo divirtió bastante a Makima.
—Hmm... pero no te di permiso para follarme el culo —musitó Makima, mirando por encima de su hombro con una mirada aguda en los ojos—. No desafiarías mis órdenes, ¿verdad? 💞
—N-Nggh… —Kobeni se mordió el labio inferior mientras metía su larga polla entre las acolchadas y gloriosas nalgas de Makima y las apretaba para formar una deliciosa manga para polla. La polla de Kobeni era tan enorme que se extendía a lo largo de las curvas de la espalda de Makima. Kobeni dejó escapar una serie de respiraciones calientes y entrecortadas mientras empezaba a mover las caderas hacia adelante y hacia atrás, maullando en voz baja mientras el placer de la manga para follar de las nalgas de Makima la abrumaba. Tan suave… tan enorme… La señorita Makima era una muñeca sexual… ¡ninguna mujer normal podría tener un cuerpo así! Rodando, temblando, rebotando, provocando… las ondulaciones del culo de Makima ondulaban a lo largo de sus carnosas mejillas mientras Makima contoneaba ligeramente su culo para Kobeni.
—O-Oghhnn... taan buenoooooo...💕 —Kobeni gemía mientras Makima hacía rebotar su culo, flexionando sus gruesos muslos, echaba el culo hacia atrás con más fuerza a cada segundo que pasaba. Tenía una suave sonrisa en la cara mientras su culo se agitaba como el de una superestrella de un club de striptease. Giraba sus caderas en círculos rápidos, sus movimientos se hacían más rápidos a medida que sentía la polla de Kobeni palpitar con más fuerza.
» N-Nooooo... S-Señorita Makimaaaaa... Quiero cogerla... ¡Quiero cogerte el culo! ¡P-Pero me correré demasiado rápido! ¡M-Misericordia! ¡P-Por favooooor, ten piedad! ❤❤ —suplicó Kobeni, desplazando su peso hacia delante mientras sus dedos se hundían en la carne excesivamente blanda del culo de Makima. Era como si estuviera siendo atraída hacia la masa melosa de carne de culo suave como el malvavisco. Makima soltó una mueca siniestra y echó el culo hacia atrás con tanta fuerza que Kobeni estuvo a punto de caerse si sus manos no estuvieran manoseando con todas sus fuerzas su culo hiperdesarrollado.
—No te di permiso para cogerme el culo, Kobeni —le recordó Makima—. Te ofrecí la oportunidad de meter tu innecesariamente enorme polla de chica entre mis nalgas y follar sin sentido hasta que eyacularas. ¿Acaso mis nalgas de zorra no son lo bastante buenas para tu polla? ¿Es eso lo que estás diciendo? Tal vez debería parar entonces...
—¡NONONONONONO! ¡N-Nunca pares! ¡ NUNCA NUNCA NUNCA! 💕💔 ¡L-Lo siento mucho, señorita Makima! ¡Seré buena! ¡S-sólo déjeme seguir usando tu culo! ¡N-NADA SE SIENTE MEJOR QUE TU CULO! 💗💕💖 —aulló Kobeni, inclinándose hacia adelante para poder apoyarse en la espalda de Makima. Se aferraba a Makima como un animal salvaje que monta a su pareja, metiendo y sacando a toda velocidad su enorme polla de las nalgas carnosas de Makima con movimientos cortos y superficiales. Se acercaba al orgasmo... y el malicioso sadismo de Makima no pudo resistirse a acosarla un poco más.
—Mmm... ya sabes... si realmente hubieras mostrado las agallas para embestir con fuerza tu polla en mi culo... tal vez podrías haberme hecho tuya. 💗 —Makima reflexionó—. Sí, creo que tener mi culo-coño roto por tu vergonzosa y enorme polla de burro seguramente me habría convertido en una puta balbuceante quejica. TU puta balbuceante y quejica. Podrías haber pasado cada día del resto de tu vida teniendo acceso completo a mi apretado y carnoso culo. El paraíso de los golpes anales y los drenajes de bolas podría haber sido tuyo... pero te rendiste demasiado rápido, ¿no? Te rendiste a mis nalgas y ahora solo eres un mono en celo, indigno de convertir a ninguna mujer en tu puta personal llena de semen.
Kobeni cerró los ojos, gimoteando ante las crueles palabras de Makima. Era mentira. Claro que era mentira. Si Kobeni hubiera hecho alguna vez algo para lo que Makima no le hubiera dado permiso, habría sido castigada. Pero la idea de hacerlo... la idea de desobedecer a Makima y convertirla a la fuerza en una vaciadora de esperma que no podría vivir sin su verga... era tan tentadora... tan vívida... solo pensarlo... ¡FUE SUFICIENTE PARA HACER QUE KOBENI SE CORRIERA!
*SPPPLLLLOOOOOOORRRRRRTTTTT*
Kobeni ni siquiera pudo responder a las burlas de Makima con algo más que un chillido y una sonora explosión de semen. Su dilatado miembro se sacudía y palpitaba, saltando como una manguera de jardín mientras disparaba enormes chorros de semen espeso como natillas por toda la espalda de Makima. Makima se miró casualmente las uñas mientras Kobeni la empapaba de espuma burbujeante, más que suficiente para llenar una compañía entera de putas fértiles. Kobeni tenía todos los ingredientes de un semental reproductor, pero estaba atrapada bajo el pulgar de Makima y no podía hacer uso de su virilidad antinatural. Todo su semen pertenecía a Makima, hasta la última gota.
—¡GGHHOGGHH---GGHIIEEENN---OOOGGGHHNNN!!! ¡DEVORADORA DE SEMEN! ¡LA SEÑORITA MAKIMA ES MI TRAPO DE SEMEN! ¡QUIERO EMPAPARLA CON MI ESPERMA! ¡P-POR FAVOR QUÉDATE EMBARAZADA! ¡P-POR FAVOR QUEDATE EMBARAZADA! ¡QUIE-QUIERO VER EL BULTO DE EMBARAZO DE LA SEÑORITA MAKIMA! ¡SE VERÁ TAN BONITA! 💞💕❤💔 —Kobeni aulló delirante, con los ojos bizcos y la lengua fuera de su boca. Qué cara de orgasmo tan inapropiada tenía, pensó Makima para sí misma. Era adorable. 💖
Cuando su gorda carga disminuyó, Kobeni se tambaleó hacia atrás y se desplomó en el suelo gimiendo aturdida. Makima miró hacia atrás y vio los espumosos chorros de esperma caliente que le manchaban la ropa y el culo. Se irguió y se dirigió a su cuarto de baño personal, pasando junto a una Kobeni babeante.
—Asegúrate de limpiar lo que ensuciaste —le recordó Makima a Kobeni—. Si te portas bien y haces un buen trabajo, te dejaré venir a ayudarme a limpiarme después. —Le sonrió a Kobeni antes de desaparecer en el baño. Los ojos aturdidos de Kobeni se abrieron de golpe y rápidamente comenzó a limpiar el virulento desastre que había hecho con la vana esperanza de que Makima la dejara lavar su voluptuoso cuerpo empapado de esperma.
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Fin de la segunda parte.
Si llegamos a los 30 votos libero la última parte lo antes posible.
(Si bien la primera parte no obtuvo ningún voto hasta ahora, sí sé que varios, pillines, la pusieron en Favoritos 😉 )
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0 comentarios - Mascotas rebeldes 2/3 - By Lewd_Semprini - Traducido por mí