Hola Poringa! Voy a relatar como me convertí en la mucama de mi vecino.
En nuestro primer encuentro no hubo sexo, solo humillación.
Él es un hombre de unos 30 años, 1.80m, tez oscura, ojos verdes, pelo corto y morocho, morrudo (futbolista), típico macho que no tiene respeto por nada (como pueden ver, ni siquiera sé su nombre)
Todo lo contrario a mi, soy una crosdresser muy femenina y maricona.
Vivo en un edificio con muy pocos departamentos, nuestras casas se encuentran pegadas una al lado de la otra así que por lo general se escuchan ruidos vecinos.
Todo comienza un día que estaba vestida muy provocativa, sacandome fotos y jugando a ser una hembrita.
Mi calentura estaba en estado de ebullición así que busqué probar algo distinto, decidí salir vestida como una puta al pallier y sacarme fotos en la escalera, quería pasar por la adrenalina de que alguien me vea así, no me importa si un vecino o vecina, cualquiera que me viese podría conocer a la puta de vecina que tienen.
Lo que me tomó de sorpresa es que salió mi vecino de su departamento y yo no alcance a entrar de nuevo al mío, así que me encontró.
Me observó de arriba a abajo, contemplo todo lo que veía frente a él, frunció el seño y puso cara de asco.
Empezó a hablar:
- ¿te parece bien estar así vestido acá? ¿por qué yo tengo que ver esto?
El olor a deshodorante de macho llenaba el lugar, yo temblaba del miedo y no me salían las palabras, mis piernas estaban débiles pero el morbo superaba todo.
- Yo: perdón, esto no va a volver a suceder (agache mi cabeza, no podía mirarlo a los ojos porque hasta el día de hoy me intimida)
- Él: a los putos como vos hay que cagarlos a palos pero antes te voy a usar para lo que se me cante el orto. Te haces la minita pero tenes manija ahí abajo
Abrió la puerta de su casa y me metió a la fuerza, (soy muy delgada y cualquiera puede moverme con facilidad), fue tan bruto que caí en el suelo y mi vestido se levantó dejando expuesta mi cola
- jajajaja sos ridículo, maricón
Me puso un pie sobre una nalga, se agachó al mismo tiempo y me pegó un chirlo con mucha bronca. Camino por su
- Él: ahora vas a ponerte a limpiar, busca las cosas y movete pelotuda.
Yo no podía creer lo que me estaba pasando, jamás imaginé que esto me iba a suceder, solo quería sacarme fotos y terminé siendo la sirvienta de este macho.
Me obligó a gatear hasta la cocina mientras me tiraba del pelo.
- Él: abrí esa puerta y busca las cosas, el plumero en el orto te lo metes.
- Él: para el culo
Seguí su orden y escuché como juntaba mocos en la garganta, me los escupió en la entrada de mi culo y me metió el plumero de a poco.
- Él: para que quede en claro, me doy cuenta que disfrutas esto porque te veo la manija mojada, sucia.
Se comenzó a reír y me obligó a pararme
- Él: camina con el plumerito y move el ojete para limpiar los muebles, dale a ver...a ver como limpia la trolita
Me moría de la vergüenza y sentía molestia en el orto por tener ese palo de plástico metido adentro, profundo.
Me acerqué a los muebles y empecé a limpiar con el culo.
Quiero aclarar que jamás me sentí así, nunca me habían humillado de esta forma, NADIE.
Lo máximo que pasé es gritos en la calle, hombres llamandome por lo que soy, un puto.
Y ahora me encontraba indefensa ante semejante macho, con su garzo en el orto y un plumero también.
- Él: vení acá, te voy a dar algo para que te lleves a tu casa, arrodillate
Se acercó con un canasto lleno de su ropa sucia, lo dio vuelta y me lo tiro encima.
Me cayeron medias, boxers, slips, remeras, pantalones, camisas, y tangas de la novia.
- Él: ¿ahí si te gusta estar? Con la mugre, una cerda así debe disfrutar mucho de la mugre
Se continuaba riendo, levantó boxers y me los empezó a poner en la cabeza, puso un montón, como 3 o 4, entre los cuales había slips también.
- Él: olé puta, olé bien el olor a meo porque lo vas a tener que sentir seguido, cada vez que vengas a mi casa te voy a poner uno, no me interesa ver tu cara de imbécil, y todo esto te lo llevas a tu casa y lo lavas vos
Sacó el celular y me tomó varias fotos.
Visualicen la imagen, yo tirada en el suelo rodeada de ropa sucia, con boxers cargados de olor en mi cara (no tengo las fotos claramente, están con él).
- Él: tomatela que va a llegar mi novia, no tiene sentido que vea esta mierda tirada en nuestro living (se refería a mi)
Me levantó a la fuerza, y me obligó a juntar toda la ropa.
- Él: junta todo y te lo llevas en las manos, como puedas no me importa. Y dejate lo de la carita, nadie quiere verte de todas formas
Junte las cosas, podía ver muy poco porque tenía mucha tela en mi cara, con cada respiro que daba entraba por mi nariz olor a meo, bolas transpiradas y semen seco.
- Él: dale inútil ¿qué esperas? Rajá de acá
Me sacó el plumero del orto con bronca y me empujó a la puerta. Salí al pallier y entré a mi casa nuevamente, cargada de ropa sucia que no era mía, humillada, con el culo mojado y abierto, pero por más que me costaba admitirlo tenía ganas de MÁS, la clara evidencia era tener mojado mi pitito de puto.
Subí rápido a mi cuarto y me tiré en el suelo con toda la ropa, agarré mi consolador y me masturbe el ano con furia por un largo rato, quería a ese macho llenandome de leche, lo tenía que conseguir.
El relato sigue, tuve otros encuentros con mi vecino, limpie su casa, lo vi mear, dormí en el suelo de su habitación, me culeo con la ropa de su novia, me cojió con dos amigos más, si les interesa sigo contando.
Besitos, Maia.
En nuestro primer encuentro no hubo sexo, solo humillación.
Él es un hombre de unos 30 años, 1.80m, tez oscura, ojos verdes, pelo corto y morocho, morrudo (futbolista), típico macho que no tiene respeto por nada (como pueden ver, ni siquiera sé su nombre)
Todo lo contrario a mi, soy una crosdresser muy femenina y maricona.
Vivo en un edificio con muy pocos departamentos, nuestras casas se encuentran pegadas una al lado de la otra así que por lo general se escuchan ruidos vecinos.
Todo comienza un día que estaba vestida muy provocativa, sacandome fotos y jugando a ser una hembrita.
Mi calentura estaba en estado de ebullición así que busqué probar algo distinto, decidí salir vestida como una puta al pallier y sacarme fotos en la escalera, quería pasar por la adrenalina de que alguien me vea así, no me importa si un vecino o vecina, cualquiera que me viese podría conocer a la puta de vecina que tienen.
Lo que me tomó de sorpresa es que salió mi vecino de su departamento y yo no alcance a entrar de nuevo al mío, así que me encontró.
Me observó de arriba a abajo, contemplo todo lo que veía frente a él, frunció el seño y puso cara de asco.
Empezó a hablar:
- ¿te parece bien estar así vestido acá? ¿por qué yo tengo que ver esto?
El olor a deshodorante de macho llenaba el lugar, yo temblaba del miedo y no me salían las palabras, mis piernas estaban débiles pero el morbo superaba todo.
- Yo: perdón, esto no va a volver a suceder (agache mi cabeza, no podía mirarlo a los ojos porque hasta el día de hoy me intimida)
- Él: a los putos como vos hay que cagarlos a palos pero antes te voy a usar para lo que se me cante el orto. Te haces la minita pero tenes manija ahí abajo
Abrió la puerta de su casa y me metió a la fuerza, (soy muy delgada y cualquiera puede moverme con facilidad), fue tan bruto que caí en el suelo y mi vestido se levantó dejando expuesta mi cola
- jajajaja sos ridículo, maricón
Me puso un pie sobre una nalga, se agachó al mismo tiempo y me pegó un chirlo con mucha bronca. Camino por su
- Él: ahora vas a ponerte a limpiar, busca las cosas y movete pelotuda.
Yo no podía creer lo que me estaba pasando, jamás imaginé que esto me iba a suceder, solo quería sacarme fotos y terminé siendo la sirvienta de este macho.
Me obligó a gatear hasta la cocina mientras me tiraba del pelo.
- Él: abrí esa puerta y busca las cosas, el plumero en el orto te lo metes.
- Él: para el culo
Seguí su orden y escuché como juntaba mocos en la garganta, me los escupió en la entrada de mi culo y me metió el plumero de a poco.
- Él: para que quede en claro, me doy cuenta que disfrutas esto porque te veo la manija mojada, sucia.
Se comenzó a reír y me obligó a pararme
- Él: camina con el plumerito y move el ojete para limpiar los muebles, dale a ver...a ver como limpia la trolita
Me moría de la vergüenza y sentía molestia en el orto por tener ese palo de plástico metido adentro, profundo.
Me acerqué a los muebles y empecé a limpiar con el culo.
Quiero aclarar que jamás me sentí así, nunca me habían humillado de esta forma, NADIE.
Lo máximo que pasé es gritos en la calle, hombres llamandome por lo que soy, un puto.
Y ahora me encontraba indefensa ante semejante macho, con su garzo en el orto y un plumero también.
- Él: vení acá, te voy a dar algo para que te lleves a tu casa, arrodillate
Se acercó con un canasto lleno de su ropa sucia, lo dio vuelta y me lo tiro encima.
Me cayeron medias, boxers, slips, remeras, pantalones, camisas, y tangas de la novia.
- Él: ¿ahí si te gusta estar? Con la mugre, una cerda así debe disfrutar mucho de la mugre
Se continuaba riendo, levantó boxers y me los empezó a poner en la cabeza, puso un montón, como 3 o 4, entre los cuales había slips también.
- Él: olé puta, olé bien el olor a meo porque lo vas a tener que sentir seguido, cada vez que vengas a mi casa te voy a poner uno, no me interesa ver tu cara de imbécil, y todo esto te lo llevas a tu casa y lo lavas vos
Sacó el celular y me tomó varias fotos.
Visualicen la imagen, yo tirada en el suelo rodeada de ropa sucia, con boxers cargados de olor en mi cara (no tengo las fotos claramente, están con él).
- Él: tomatela que va a llegar mi novia, no tiene sentido que vea esta mierda tirada en nuestro living (se refería a mi)
Me levantó a la fuerza, y me obligó a juntar toda la ropa.
- Él: junta todo y te lo llevas en las manos, como puedas no me importa. Y dejate lo de la carita, nadie quiere verte de todas formas
Junte las cosas, podía ver muy poco porque tenía mucha tela en mi cara, con cada respiro que daba entraba por mi nariz olor a meo, bolas transpiradas y semen seco.
- Él: dale inútil ¿qué esperas? Rajá de acá
Me sacó el plumero del orto con bronca y me empujó a la puerta. Salí al pallier y entré a mi casa nuevamente, cargada de ropa sucia que no era mía, humillada, con el culo mojado y abierto, pero por más que me costaba admitirlo tenía ganas de MÁS, la clara evidencia era tener mojado mi pitito de puto.
Subí rápido a mi cuarto y me tiré en el suelo con toda la ropa, agarré mi consolador y me masturbe el ano con furia por un largo rato, quería a ese macho llenandome de leche, lo tenía que conseguir.
El relato sigue, tuve otros encuentros con mi vecino, limpie su casa, lo vi mear, dormí en el suelo de su habitación, me culeo con la ropa de su novia, me cojió con dos amigos más, si les interesa sigo contando.
Besitos, Maia.
14 comentarios - Esclavizada por mi vecino I (cross) (gay)
van 10
Te va que te raje la cola?Gracias