Como zona erógena es una de las más sensibles que el cuerpo del hombre tiene, pero no siempre las mujeres saben cómo explorarlos a la hora del juego erótico. De hecho, éstos a veces ni siquiera son explotados eróticamente en la masturbación por los propios hombres, pues la mayoría de las técnicas de autoerotismo se basan en la estimulación del pene y no en la de los testículos.
El escroto, la bolsa que los contiene, es de una piel muy fina, a través de ella es como éstos se mantienen a la temperatura ideal. Además de ser delgada, es suave lo que permite que acariciarlos sea más fácil de lo que es hacerlo con el pene, pues éste si no está lubricado puede irritarse, la piel del escroto no requiere lubricación pues la mano tibia puede deslizarse sin problema sobre ella.
Una de las mejores formas de iniciar el estímulo de los testículos es tomarlos suavemente con la palma de la mano, como si los estuviéramos “pesando”. Hacer un leve movimiento de arriba abajo permite un acercamiento lo suficientemente excitante pero no agresivo. Después es conveniente “jugarlos” entre los dedos, como pasándolos suavemente de unos a otros ejerciendo al mismo tiempo una ligera presión en ellos.
Esta estimulación es mucho más fácil si él se encuentra de pie, ya que el peso de los testículos y la gravedad permite que se muevan más fácilmente. Un acompañante perfecto es besar a la persona en los labios o cerca del lóbulo de la oreja mientras se están acariciando.
Si por el contrario, está sentado, se puede presionar con la palma de la mano ligeramente sobre ellos haciendo ligeros círculos y pasar suavemente las yemas de los dedos por la piel expuesta. También es muy excitante se toman con ambas manos y se aprietan suavemente.
El sexo oral es una excelente opción para estimularlos, lamerlos suavemente y besarlos con pequeños roces de los labios es extremadamente excitante. También puede llegarse al orgasmo estimulándolos si se introducen en la boca y se hace un ligero movimiento de succión y se van alternando.
Acariciar el escroto con la lengua desde su inicio cerca del perineo y hasta la base del pene hace más sensible esta zona. Algunos hombres logran llegar al orgasmo con esta estimulación.
Lo que no se debe hacer:
Esta parte del cuerpo es muy frágil. Jamás se deben morder, apretar como su fueran limones de fonda, pellizcarlos o presionarlos hacia dentro del abdomen. Esto además de doloroso puede ser peligroso ya que el escroto puede incluso romperse y lesionar el testículo severamente.
Cuando se van a estimular manualmente es preferible que las manos tengan las uñas cortas y los dedos no tengan anillos para evitar araños o pellizcos entre la alhaja y el escroto.
Tarea Kamasutra
Dice el dicho que mientras el centro embone los extremos salen sobrando. Y algo así pasa con algunas de las posturas de El Kamasutra, en las cuales la agilidad y flexibilidad del cuerpo es parte fundamental para gozar del sexo, como en el caso de la ahora llamada posición de la porrista, o la bailarina ya que efectivamente da la impresión de que la mujer está en plena tabla gimnástica o en obra de ballet.
Para hacerla es necesario que ambos se ecuentren de pie, él con lo pies bien firmes sobre le piso y las rodillas flexionadas a manera que ambas pelvis coincidan. Ella levanta una de sus piernas y la estira apoyándola sobre el pecho de su compañero, dejando la otra lo más extendida posible y pisando firme en el suelo.
Ella puede rodear con sus brazos el cuello de él mientras es abrazada y “sostenida” por su compañero al rededor de su espalda baja.
De esta manera él lleva acabo la penetración y maneja el ritmo del coito, procurando no bajar demasiado ni embestir muy fuertemente ya que podría lastimar a su compañera. Esta postura es para parejas flexibles y con estaturas aproximadas para hacerla más fácil.
El escroto, la bolsa que los contiene, es de una piel muy fina, a través de ella es como éstos se mantienen a la temperatura ideal. Además de ser delgada, es suave lo que permite que acariciarlos sea más fácil de lo que es hacerlo con el pene, pues éste si no está lubricado puede irritarse, la piel del escroto no requiere lubricación pues la mano tibia puede deslizarse sin problema sobre ella.
Una de las mejores formas de iniciar el estímulo de los testículos es tomarlos suavemente con la palma de la mano, como si los estuviéramos “pesando”. Hacer un leve movimiento de arriba abajo permite un acercamiento lo suficientemente excitante pero no agresivo. Después es conveniente “jugarlos” entre los dedos, como pasándolos suavemente de unos a otros ejerciendo al mismo tiempo una ligera presión en ellos.
Esta estimulación es mucho más fácil si él se encuentra de pie, ya que el peso de los testículos y la gravedad permite que se muevan más fácilmente. Un acompañante perfecto es besar a la persona en los labios o cerca del lóbulo de la oreja mientras se están acariciando.
Si por el contrario, está sentado, se puede presionar con la palma de la mano ligeramente sobre ellos haciendo ligeros círculos y pasar suavemente las yemas de los dedos por la piel expuesta. También es muy excitante se toman con ambas manos y se aprietan suavemente.
El sexo oral es una excelente opción para estimularlos, lamerlos suavemente y besarlos con pequeños roces de los labios es extremadamente excitante. También puede llegarse al orgasmo estimulándolos si se introducen en la boca y se hace un ligero movimiento de succión y se van alternando.
Acariciar el escroto con la lengua desde su inicio cerca del perineo y hasta la base del pene hace más sensible esta zona. Algunos hombres logran llegar al orgasmo con esta estimulación.
Lo que no se debe hacer:
Esta parte del cuerpo es muy frágil. Jamás se deben morder, apretar como su fueran limones de fonda, pellizcarlos o presionarlos hacia dentro del abdomen. Esto además de doloroso puede ser peligroso ya que el escroto puede incluso romperse y lesionar el testículo severamente.
Cuando se van a estimular manualmente es preferible que las manos tengan las uñas cortas y los dedos no tengan anillos para evitar araños o pellizcos entre la alhaja y el escroto.
Tarea Kamasutra
Dice el dicho que mientras el centro embone los extremos salen sobrando. Y algo así pasa con algunas de las posturas de El Kamasutra, en las cuales la agilidad y flexibilidad del cuerpo es parte fundamental para gozar del sexo, como en el caso de la ahora llamada posición de la porrista, o la bailarina ya que efectivamente da la impresión de que la mujer está en plena tabla gimnástica o en obra de ballet.
Para hacerla es necesario que ambos se ecuentren de pie, él con lo pies bien firmes sobre le piso y las rodillas flexionadas a manera que ambas pelvis coincidan. Ella levanta una de sus piernas y la estira apoyándola sobre el pecho de su compañero, dejando la otra lo más extendida posible y pisando firme en el suelo.
Ella puede rodear con sus brazos el cuello de él mientras es abrazada y “sostenida” por su compañero al rededor de su espalda baja.
De esta manera él lleva acabo la penetración y maneja el ritmo del coito, procurando no bajar demasiado ni embestir muy fuertemente ya que podría lastimar a su compañera. Esta postura es para parejas flexibles y con estaturas aproximadas para hacerla más fácil.
4 comentarios - Los testículos, mina de oro para el placer