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20 agosto 2011

(3x1) Séptima entrega: entrevista a Laura Rosal, David Leo García y Cristian Alcaraz.


Agosto es cruel. La policía de Madrid es cruel. Dios es cruel, a veces, cuando se nos aparece en forma de obligación e injusticia. Sin embargo, aquí, La Poesía. Que también es cruel pero dulce. Y con ella los verdaderos jóvenes del mundo: el poeta, eterno joven y eterno loco. Son Laura Rosal (Jerez de la Frontera), David Leo García (Málaga) y Cristian Alcaraz (Málaga) tres poetas andaluces, tres poetas importantísimos, autores de algunos de los libros más imprescindibles de la última poesía. Laura es fotógrafa y poeta. Ha publicado También mis ojos (El Cangrejo Pistolero, 2010) y pronto aparecerá su segundo libro de poesía y fotografía en SIM Libros. Su blog es muy seguido y copiado por jóvenes blogueras poetas y fotógrafas de nuestro país y hasta hace poco compartimos piso en Puerta de Toledo (dato quizá innecesario para algunos pero importante para mí). David es uno de los poetas a los que más admiro y quizá al que desde más tiempo conozco de esta antología, ¿desde los quince años?. Es autor de Urbi et orbi (Hiperión, 2007) y de Dime qué (DVD, 2011). Dime qué es un libro magnífico. Y por último Cristian, premio García Baena de La Bella Varsovia en 2010 y autor de Turismo de interior. Su libro, natural, divertido y doloroso a ratos, ha sido icono de la editorial y de muchos de sus compañeros de tiempo. Los tres autores han sido invitados a Cosmopoética en años consecutivos. Es un placer que hayan querido colaborar en Tenían veinte años y estaban locos aunque sus voces ya hubieran volado lejos mucho antes de este proyecto.


*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Laura Rosal: En mayo de 2010 salió a la luz mi primer libro de poemas, También mis ojos, con Cangrejo Pistolero, aunque ya había publicado anteriormente poemas en un par de antologías. La difusión de este libro trajo consigo algunos cambios (positivos) en mi actividad artística: hasta entonces era más conocida como fotógrafa que como poeta, la escritura era para mí una actividad silenciosa, y solo en los últimos años había conseguido mostrar algo de lo que escribía a través de internet.

Con Tenían veinte años y estaban locos ocurre que me encuentro muy cómoda. A menudo tengo la impresión de estar desorientada respecto a todo lo que me rodea, de no tener raíces, de no pertenecer a nada, ni a nadie. Me hace ilusión formar parte de este libro, pues en las antologías a menudo sucede que realmente desconoces por qué estás allí, o cuál es tu nexo con los otros autores. En este caso, aun habiendo varios autores que no conozco en persona ni había leído hasta el momento, puedo sentir una especie de nexo diáfano, una confianza sencilla que me mantiene en calma.

David Leo García: He tenido a mal perpetrar dos libros de poemas anteriormente: un Urbi et orbi y un Dime qué. Pero el público potencial de cada publicación es distinto. Por tanto, es una buena oportunidad ésta para causarle un trastorno de personalidad a uno de esos nuevos lectores.

Cristian Alcaraz: Supone un punto de encuentro, un lugar común parecido a un bar.

Cristian Alcaraz

*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Laura Rosal: Opino como casi todos los que han respondido anteriormente a esta pregunta: todo lo publicado en la red cuenta con la ventaja de la difusión, parece llegar más rápido a muchos más lectores; pero… no tiene nada que ver con el papel. Como lectora y como escritora me declaro una fetichista del papel, pero nunca he sentido demasiada urgencia por publicar. Es más, me confieso un poco vaga en este sentido.

Ahora estoy preparando un libro de fotografías y poemas, donde deseo que la imagen sea lo primordial y las letras puedan fundirse con ella. Tal vez se publique a finales de año con la editorial SIM Libros, de Sevilla.

En cuanto a los premios literarios, no tengo en mente presentarme a ninguno.

David Leo García: Publicar es más voluntario que escribir, desde luego, pero no deja de ser en parte involuntario. Esta molesta urgencia humana de crear se hace patente también en la publicación: necesitar que la obra exista ahí en el mundo, despegada de uno, independiente.

Me he presentado a premios para que este proceso se cumpla con mayor rapidez.

Cristian Alcaraz: Publicar en papel creo que es un fetiche, también una obsesión muy repulsiva, la verdad.

Estoy en proceso de escribir un nuevo poemario, proyecto al que dedicaré mi tiempo en la Fundación Antonio Gala este año. Espero que todo vaya bien y salga algo bueno.

Sobre los premios, sí, me he presentado a alguno (García Baena, por ejemplo). Creo que son un mecanismo directo para la publicación y difusión de tu propia obra, aunque también he de comentar que cuando recibí la llamada de los miembros del jurado pasé una mala noche.


*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Laura Rosal: De estas plataformas solo tengo cuenta Facebook y blog, y ya me agobia bastante mantenerlas en activo: no sé qué haría con más páginas. Antes me abría cuentas en diferentes webs y al poco las abandonaba. El estúpido placer de registrarme y ausentarme. Hace unos años también usaba fotolog, aunque donde realmente comencé a publicar textos y fotografías fue en Livejournal (allá por el año 2004), una plataforma parecida a blogger en algunos aspectos, pero creo que más antigua. El blog lo abrí en 2007 con una dirección casi impronunciable, (http://www.bleueoiseau.blogspot.com/) pero que me ha dado pereza cambiar con el tiempo. Lo comencé como una especie de juego, y poco a poco se fue convirtiendo para mí en una herramienta de difusión muy significativa. Lo mejor de ello: a) lo visual (adoro los blogs con fotografías), b) descubrir a autores que aún no han publicado en papel.

David Leo García: Tengo un blog, <www.miscelaneadefresa.blogspot.com>, que comenzó siendo una muestra de mis ciclotimias y acabó siéndolo de mi pereza. En Facebook soy más voyeur que exhibicionista; me es útil sobre todo para intercambiar mensajes.

¿Qué ha aportado a mi escritura? Las redes sociales no le han dado más que un síntoma de la transformación de la intimidad y la sobrecarga de información en las que vivimos, y que acaban reflejándose en los poemas de este tiempo.

Por otro lado, ni siquiera sabía qué era Tumblr hasta este proyecto.

Cristian Alcaraz: Sobre todo contactos y enemigos… también conocer lo que se está gestando en otros lugares, lo que obsesiona y desestabiliza a otros, etc. Pienso que las redes sociales juegan un papel muy importante a la hora de conocer a otros autores, también a la hora de ligar.


*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Laura Rosal: Como poeta creo que me he visto más influida por los clásicos, y me siento un poco ignorante respecto a la obra de mis coetáneos. Necesito leer mucho más. Como persona, considero a muchos de ellos mis amigos, y si hay algo de lo que sin duda me contagian, es del entusiasmo de hacer cosas, algo equiparable a una pasión colectiva.

David Leo García: Ignorancia y curiosidad. No lo sé.

Cristian Alcaraz: Nutrirse siempre es bueno, supongo que de personas que comparten tu tiempo y tu Facebook más aún. Han influido a la hora de escribir, por supuesto, pero también en el terreno personal. Sus comentarios, sus críticas, su apoyo, etc. han influido a la hora de tomar decisiones y sobre todo me han servido para conocer de cerca la percepción que se tiene de mí y de mi obra.


Laura Rosal (autorretrato) 

*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Laura Rosal: Durante el curso pasado residí en Madrid, donde pude moverme un poco por los diversos recitales que se hacen en bares como Los diablos azules, o algunos sitios de Lavapiés. En Sevilla, ciudad en la que me siento más en casa que en la mía propia, sí he tenido la suerte de seguir todo el movimiento de Cangrejo Pistolero, siendo su ojo fotográfico la mayoría del tiempo, y también como poeta en varias ocasiones. En mis recitales disfruto mucho cuando integro imágenes y música a la palabra.

David Leo García: Dentro de su perdonable provincianismo, Málaga tiene una propuesta cultural bastante decente: la actividad del Centro Andaluz de las Letras, el Centro Cultural Generación del 27 y el Instituto Andaluz del Libro, entre otras instituciones, da buena cuenta de ello. He participado aquí y allá, donde me han solicitado, haciendo recitales más o menos ortodoxos. La performance necesita un talento adicional del que yo carezco. Y, dicho sea de paso, del que carecen muchos de los que la llevan a cabo.

Cristian Alcaraz: Mi ciudad es pequeña, pero sí, suelo participar en lecturas colectivas y presentaciones. Creo que mis amigos ya están cansados de escucharme…


*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Laura Rosal: Muchos de los autores de la antología son un descubrimiento para mí. Sé que la selección ha sido complicada, y si tuviera que añadir a alguien más, serían autores ya mencionados como Pablo López Carballo o Natalia Litvinova, que por razones de edad o nacionalidad quedaron fuera de la selección.

David Leo García: Antes de esta iniciativa, apenas si había leído a seis de los compañeros, y en algunos casos sólo superficialmente. Menos de la cuarta parte. Ahora pienso: tengo que ponerme las pilas.

¿Algún descubrimiento? Me han llamado la atención algunos textos de María M. Bautista, por su clasicismo reestructurado, que no suena a impostura en ningún momento.

Echo de menos la propuesta más sólida de entre los nacidos en los 80: la de Pablo López Carballo. Supongo que quedó fuera por motivos de edad. También a otros poetas, que además han publicado con La Bella Varsovia, como son Diego Llorente, Beatriz Ros y Juan Bello. También Javier Vicedo, Julio Fuertes...

Cristian Alcaraz: He estado cotilleando, claro. Conozco a varios de los autores que participan en la antología personalmente (Laura Rosal, Javier Gato, David Leo García) y gracias a los bares, otros han sido un gran descubrimiento. Es un lujo observar que la gente joven se mueve con la poesía. Da muchos ánimos.
Echo de menos, inevitablemente, a algunos autores y amigos como Ana castro, María González, Sara Toro, Alejandro Díaz del Pino… pero me alegra conocer voces nuevas.


*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Laura Rosal: Al ser una antología, creo que mi voz será recibida como una pieza de un puzzle, por muchas que sean las diferencias que puedan existir entre nosotros. Creo que el conjunto en sí dará mucho que hablar…

David Leo García: Curadito de espantos estoy, desde una crítica a Urbi et orbi en Poesía digital titulada “1988” (que lo más reseñable de un libro sea la fecha de nacimiento de su autor es, cuanto menos, curioso), y otra a Dime qué en Lector-malherido en la que éste montaba un barroco monólogo para confesar que no había entendido nada.

Aunque espero seguir sorprendiéndome.

Cristian Alcaraz: A saber…

David Leo García (retratado por Laura Rosal)

*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Laura Rosal: ¡No! Creo que son muy necesarios.

David Leo García: ¿Miedo? “Ma questo” said the boss, “è divertente”.

Cristian Alcaraz: Para nada. Con la publicación de Turismo de interior ya he superado eso... La gente comenta y critica, a veces sin saber, pero al publicar te arriesgas a escuchar de todo.


*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Laura Rosal: Tanto en mi fotografía como en mi poesía me siento seducida por una búsqueda intuitiva de la belleza. La belleza del dolor, sobre todo. Creo que también estoy obsesionada con la tristeza, la luz, el vino, el cuerpo, el lenguaje, el sexo y la humedad.

Si tuviera que enumerar las influencias literarias me volvería loca del todo, así que solo nombraré a Pizarnik, porque fue la primera que me agarró del cuello y me sumergió hasta lo más profundo. Si no fuera por su poesía, tal vez nunca me habría interesado por el resto de Poesía. Algunas influencias aleatorias en la fotografía: Diane Arbus, Sally Mann, Guy Bourdin, Ye Rin Mok, Nobuyoshi Araki, Francesca Woodman, o García Rodero. En la música: Cat Power, Satie, Peter Broderick, Vashti Bunyan, Mogwai, Elliott Smith, etc.


David Leo García: Me falta visión en perspectiva (lo que intentaré paliar con la lectura de la antología) para responder a esta pregunta.

Por otra parte, si lo que se intuye en la pregunta es un encuadramiento generacional... no puedo estar de acuerdo. Desde hace varias décadas la poesía española no se mide por generaciones, y mucho menos por la superación de una a la precedente... En el caso de que hubiera un “padre”, más que matarlo se le procuraría un plan de pensiones.

En cuanto a la última pregunta: si tratara sobre gustos, podría hablar con la franqueza de un acusado. Pero al ser sobre influencias, toca más bien el papel del fiscal. Puedo decir que he aprendido mucho de la poesía de Vallejo, Brodsky, San Juan, Apollinaire, W.C. Williams, E.E. Cummings, Larrea, Claudio Rodríguez, Aníbal Núñez, Stadler, Benn, Ovidio, Mark Strand, Simic, yo qué sé, un búlgaro desconocido que se llama Lyubomir Nikolov... El cine de Renoir, Bresson, Eustache, Peckinpah, Murnau, Wilder, Nicholas Ray, qué fácil es ponerse estupendo, canciones de Pulp, el cómic The Acme Novelty Library de Chris Ware, el habla de mi madre, novelas de Boris Vian, de Nabokov, Las amistades peligrosasFragmentos de un discurso amoroso, los cuentos de Chéjov, los chistes de los amigos, las repeticiones de Los Simpson, el balbuceo de los niños. Todo ese caos que forma una identidad.

Cristian Alcaraz: Pues hago una poesía simple con un lenguaje sencillo. No busco hacer poesía elitista o de compromiso… creo una historia y me dejo llevar, eso es todo.
Influencias de todo tipo, pero sobre todo influencias del día a día (redes sociales, cine actual…) y del teatro contemporáneo. Todo lo que vivo me influye, desde una canción petarda a la reacción de un viejo verde en el trabajo, todo es punto de mira y de poesía.


*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Laura Rosal: No sé, no sé, no sé…

David Leo García: Ni idea, multiplicado por tres. Uno puede tomar más o menos recursos, incluso llegar al plagio, de los poetas que prefiera, pero es muy ingenuo pensar que por ese motivo llegará a parecerse a ellos.

Cristian Alcaraz: En innegable la influencia de Pablo García Casado y de su libro Las afueras en mi poesía, pero también de otros autores como Bukowski, Antonio Portela, Elena Medel… Me gustaría parecerme a escritores como Ginsberg, Sade o Houellebecq y a dramaturgos como Rodrigo García (autores que me dejan destrozado).


*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Laura Rosal: Me sentía incapaz de responder a esto y le he pedido opinión a mi psiquiatra y cohabitante:
Ignoro si Laura estará loca o no, pero sé que es capaz de volver loco a todo aquel que permanezca el suficiente tiempo cerca de ella (en un radio menor a diez metros). La cólera, el abatimiento, la fascinación, la delicadeza, el asco, la atención, la curiosidad, el asesinato, todo en un mismo cuerpo. Eso sí, ver cómo muda de personalidad, tránsfuga de sí misma, es un espectáculo único”. (DLG)

David Leo García: No lo estoy, pero lo finjo continuamente para convencer a mis convecinos de que es la forma de vida más saludable.

Estar loco es una obligación moral, escribió Pascal.

Me lo acabo de inventar.

Cristian Alcaraz: Porque no suelo ver porno.

14 agosto 2011

Sometimes my heart pushes my ribs too.





Esta semana, aún no sé qué día: me voy, me voy. Al diablo voy. Pendientes: Pombo, Kennedy, Ajmátova. Dentro: mi columpio asesinándote. Fuera: las gafas redondas. Las ojeras. Aquí se duerme bien porque no hay coches, solo hay flores: recordad que estoy en el parque de los yonkis. Otra vez. Aquí nací: otra vez. Esta semana me voy a Barcelona. Me acuerdo de Almería y de Niza. Me acuerdo de la Puerta de Toledo Crew. No estoy sufriendo. No soy tan triste. Últimamente la poesía y la blogosfera me recuerda a algún tipo de competición: a ver quién está más triste. A ver a quién le duele más la menstruación. A ver quién da más pena. A ver quién se parece más a Plath o a Pizarnik. No me quejo. Yo me incluyo. Hace unos días terminé de escribir Sailor's Grave, mi cuarto poemario, sobre el cáncer y las drogas, sobre la independencia y el adiós a los padres. Sobre la familia enferma: fatuum y genética están aquí. Y luego leo Sometimes my heart pushes my ribs de Ellen Kennedy y sé que todo es una tontería. Porque la literatura, en general, se convierte en un A ver quién es más... En la estantería todos mis autores sufren. Desde Foster Wallace a Paul Celan. ¿Sabéis una cosa? Que os den. No pienso llevarme más de dos o tres libros a mi nueva casa. No pienso llevarme nada a mi nueva casa. Pienso llegar desnuda. Enseñaros el culo. Mi abuela me ha comprado un poncho para cuando haga frío. Pero pienso pasar frío. Enseñaros el vientre. Enseñaros los mocos. Vosotros: libros pesados. Vosotros: poemas sobre el maldito dolor. Que os den. Me voy, me voy, diablearé. Un santo soy.

12 agosto 2011

(3x1) Sexta entrega: entrevista a Ruth Llana, Ángel de la Torre y Berta García Faet.

Desde Complutum miro el árbol de mi ex-ventana y lo miro alegre porque mientras edito las respuestas a la sexta entrega de esta serie de entrevistas. Son Ruth Llana (Pola de Siero), Berta García Faet (Valencia) y la Ángel de la Torre (Lucena) los que nos acompañan esta vez. Ángel no tiene blog ni es demasiado activo en Internet. Es de los que prefiere mirar desde fuera, aprender, crear observando. Hace casi un año recibí en mi correo electrónico alguno de sus textos y desde entonces me enamoró. Dentro de poco publicará su primer libro. Algo parecido a lo de Ángel me ocurrió con el blog de Ruth unos años antes... una bitácora que considero muy necesaria e importante en el mundo de los blogs de creación poética en nuestro país. Ella es Portinari, inédita, letal. Berta casi no necesita presentación: todos hemos leído su magnífico Introducción a todo, quizá uno de los libros de poesía más importantes de 2011. Es autora de tres libros más igualmente imprescindibles. Aunque ya la entrevisté hace poco en este mismo blog, Berta ha aceptado responder a estas preguntas sobre Tenían veinte años y estaban locos. Belleza y sabiduría en las respuestas de estos tres poetas.


*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Ángel de la Torre: No sólo el hecho de ser mi primera publicación en papel, también el haber aparecido en el blog ha sido una forma de saber que lo escrito no va a permanecer encajonado y, al fin y al cabo, consigue llegar a algún lector, que es lo que da vida a una voz. En ese sentido, me ha añadido un poco de confianza en lo que estoy haciendo, en mi poesía.

Berta García Faet: En mi caso no será la primera publicación, pues en noviembre saldrá el cuarto poemario, pero sí la primera inclusión en una antología. Normalmente, como lectora, huyo de las antologías colectivas de poesía contemporánea, porque las que me he encontrado por el ancho y desparramado mundo me han parecido, casi siempre, arbitrarias, desiguales e insuficientes [destaco como ejemplo extraño de lo contrario Poesía para los que leen prosa (Visor, 2004) de M. Munárriz]. Sin embargo, ésta, siendo de La Bella Varsovia, tiene la garantía de cuidado y mimo que me gustaría encontrar en todo bien cultural que adquiero o en el que tengo la suerte de participar.

Ruth Llana: La construcción de un lugar.

Berta García Faet (retratada por Laura Muñoz Estellés)

*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Ángel de la Torre: No dudo en que sigo prefiriendo leer un libro en papel, y no creo que el papel esté perdiéndose. Se nota que las editoriales cada vez son más atrevidas a la hora de publicar, y eso lo aprecia un lector, a pesar de que leer la obra sea el fin de obtener un libro. Aun así, no rechazo lo digital. Decía Alberto Acerete que lo digital le añade a la poesía un componente de gratuidad, y en ese sentido, lleva toda la razón. Debería ser una forma válida de publicar y alejarse de las editoriales.

El proyecto más inmediato que tengo es mi primer poemario. Se titula Uno partido y se publicará antes de que llegue otoño. En cuanto a los premios, no vale la pena presentarse. No sale rentable y no suelen ser tan limpios como debieran. Sin embargo, confieso que me he presentado y que probablemente volvería a hacerlo si sé que hay una mínima transparencia.

Berta García Faet: No hay nada como un cuerpo o un folio, aunque sean más densos y más irreversibles que lo etéreo (y para los jóvenes con espíritu de viejos como yo, lo digital es etéreo). Como lectora prefiero con mucho lo físico, lo que se puede tocar y oler, y si la literatura, y más la poesía, es diálogo, creo que el papel se parece más a una boca que una pantalla.

En cuanto a los premios, sí que me presento. Con el primero y el segundo libro, concursé a lo loco, de forma totalmente descerebrada y aventurera, sin saber absolutamente nada del mundo editorial y sin ser consciente de lo que significa publicar. De hecho, el primer premio que gané fue de relato, en Casa de América, y cuando me lo comunicaron, ni siquiera me acordaba de que me había presentado y se montó una buena… (además, cuando me acordé e interioricé que el premio era la publicación, la rechacé, completamente aterrorizada). Con los otros dos, ya me lo tomé más en serio. Algunos poetas comentan que no se presentan a premios porque no tienen contactos en el mundillo; yo me presento precisamente por eso. Creo que los autores debemos ser responsables a la hora de presentarnos a según qué, y boicotear los premios que consideremos un timo.

Ruth Llana: Pienso en un cuerpo y eso es lo que confiere sentido a la publicación. Un cuerpo crece durante muchos años, y se transforma durante toda la vida. El modo en que se manifiesta acude a un momento, a un instante concreto. El cuerpo existe al margen de que “el otro” reconozca su presencia. A veces estamos tan muertos que nos es imposible acercarnos. Pero aquí estamos, aquí estoy; eso es todo lo que me siento capaz de decir ahora.


*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Ángel de la Torre: Nunca tuve un blog, y tampoco soy muy activo en las redes sociales, pero no puedo negar que me han supuesto un gran medio, sobre todo, de conocer nuevas voces. Recuerdo un blog que descubrí cuando empecé a escribir, Las afinidades electivas, desde el que empecé a conocer a muchísimos poetas que me fascinaban tanto por su poesía como por su juventud.

Berta García Faet: No uso ninguna de estas tres plataformas, porque no encajo bien en los ojos públicos, el anonimato, la hiper-presencia o la amistosa multitud. Encuentro en lo digital una tendencia a la invasión, la idealización y la (auto)manipulación de la intimidad, así que espero que lo corporal resista. Tuve una cuenta de Facebook prácticamente pública y la cerré por esto, porque si tengo más de diez amigos me desmayo.

El blog es otra historia. Triste y caliente, que mantengo desde 2007 a trancas y barrancas, lo leen cuatro amables gatos, y no publico demasiado por varios motivos. El primero es el de que yo trato de escribir libros enteros, no poemas sueltos. El segundo es el de que, como leo en papel y amo el papel, aspiro a publicar en papel, y para ello he participado y participaré en premios que suelen tener la condición de que lo presentado sea más bien inédito. El tercero es el de un recelo, producto de otra experiencia pasada. A los diecisiete años abrí un blog (ya extinto) de crítica económica, y poco después empecé a publicar artículos de teoría económica y política en diversos medios digitales y think tanks ideológicamente muy definidos; incluso participé como contertulia en un programa de televisión. Digamos que personal y profesionalmente estas experiencias de escritura y aparición públicas me aportaron mucho en su momento, pero por motivos que no vienen al caso considero esta etapa ya cerrada y superada. De ella me ha quedado un amor por lo micro y por lo relativo, un aborrecimiento de lo cerrado y lo moralista y (para lo que nos ocupa) una prudencia respecto a toda exposición pública y respecto a todo grupo o grupito hilvanado según ideas o intereses comunes que no sean los de la pura amistad. Esto no sólo afecta a la naturaleza frágil y deshilachada de mi blog sino a todo lo que hago.

Ruth Llana: Básicamente me muevo, y me he movido mucho más antes, por el mundo de los blogs (donde incluyo también tumblr). En blogger tuve la suerte de encontrar a personas que se inclinaban hacia las cosas con una sensibilidad parecida a la mía. Sentí esto como un árbol cuidado por manos, diferentes manos que llegaron a la esfera de lo material y con las que sigo compartiendo el aquí y el ahora.


*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Ángel de la Torre: Sinceramente, siempre he sido retraído a la hora de hacer saber que escribía y no solía difundir poemas. Lo consideraba algo demasiado íntimo. He vivido siempre en un pueblo y nunca he sido activo en las redes sociales ni en recitales, así que no he tenido la oportunidad de tener relación con demasiados creadores de mi generación.
Sin embargo, sí que he conocido poetas que me han influido muchísimo: Jacob Lorenzo, Elena Medel, Alejandra Vanessa, David Leo García… la lista es larga. Soy tímido, pero curioso.

Berta García Faet: Creo que esta pregunta ya está bastante contestada con la respuesta anterior… Tengo amigos creadores, pero son ante todo amigos. Y si han influido en mi obra es porque han influido en mi vida.

Ruth Llana: Admiración y crecimiento.

Ángel de la Torre

*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Ángel de la Torre: Hasta que me fui a estudiar, vivía en Lucena y la vida literaria no va más allá de un recital de vez en cuando. Al irme a estudiar a Granada, sí que he empezado a sentir más la vida literaria. He participado en algún recital, no sólo como espectador, y he colaborado con algunas revistas. Nada más allá.
El curso próximo me voy a estudiar a Túnez, y todo lo demás es una incógnita todavía.

Berta García Faet: No demasiado. He ido varias veces al Kaf Café y al Dorado Mae de Valencia pero suelo quedarme del lado del público. En Madrid este tipo de excursiones también han sido excepcionales. Prefiero con mucho las fiestas privadas.

Ruth Llana: He participado en algunos recitales, y disfruto mucho (depndiendo del caso) de ese modo en que se establece una comunicación entre la obra, el autor y el público.

Por otro lado, no, no participo de la vida literaria de Asturias. En general, me resulta un poco ajeno el término de "vida literaria", me gusta mantenerme más o menos al margen y disfutar de las cosas pequeñas, de la gente pequeña.


*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Ángel de la Torre: En persona no conozco a ninguno de los antologados, pero sí que conocía la obra de algunos de ellos, y ahora conozco a algunos más que he leído en el blog. Me han sorprendido gratamente Odile L’Autremond y Emily Roberts. Conciso, pero saben decir lo que quieren. Es cierto, sin embargo, que un poema es poco para hablar de alguien.

Sin embargo, sí he leído También mis ojos de Laura Rosal y Turismo de Interior de Cristian Alcaraz, y, sobre todo, a David Leo García. Me parece genial. Le sigo desde Urbi et orbi. No sabría clasificarlo, hay que leerlo. Estoy encantado de compartir libro con estos compañeros.

Berta García Faet: La lista de esta antología es larga y misteriosa. Antes de su versión virtual, ya había leído por internet a Laura Rosal, Alberto Acerete, Emily Roberts, Odile L’Autremonde, Javier Gato, Bárbara Butragueño y Ernesto Castro, y vía libro físico a David Leo, Laura Casielles y Cristian Alcaraz. Todos ellos son poetas apetecibles e ilusionantes, aunque por lo que he leído del resto de compañeros, me apetece rozarme con los cuellos de todos ellos en general.

Echo en falta cuatro nombres que no aparecieron ni siquiera en la versión digital, pero me gustan mucho: los muy jóvenes Anastasia Kontratevidi y Adrián Nicolás Penela, y Antolín Amador e Isabel Cadenas Cañón que la verdad es que no sé si cumplen con el requisito de la edad.

Ruth Llana: Seguía y aún sigo con mucho interés la pista de Enrique Morales, pero esto fue previo a la salida de la antología. Siento curiosidad por tener el libro entre manos y poder ahondar en otros nombres. Por otro lado, en este libro, y no sólo por la franja de edad, me falta Ana, Ana Hidalgo.


*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Ángel de la Torre: No me he planteado esa pregunta todavía, y no sé si quiero planteármela. Si alguien la recibe, me considero satisfecho.

Berta García Faet: Lo cierto es que una antología, con todas sus virtudes, tiene sus defectos: no deja de ser un aperitivo mínimo (en mi caso, sólo dos poemas por pecar de larguirucha). Pienso que los dos elementos más polémicos de ésta son la heterogeneidad y la juventud, y esto lo mismo atrae que repele, así que veremos qué sucede.

Ruth Llana: En silencio.

Ruth Llana

*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Ángel de la Torre: Más que miedo, es expectación por reflejar la propia intimidad, expectación y curiosidad por saber si la obra refleja lo hermético del significado.

Berta García Faet: No me da miedo esto, pero sí que se pueda derivar de aquí un tratamiento de generación y todo lo que ello conlleva, y sí que me da miedo (o me molesta, que es lo mismo) la malinterpretación. Pero pesa mucho más lo positivo que puede salir de este proyecto, que es que se produzca, en algún lugar, de algún modo, alguna conmoción. Que se alcance ese umbral mínimo de curiosidad que le hace a alguien buscar a un autor en las librerías del presente o del futuro.

Ruth Llana: Dependiendo de la crítica, del comentario y del dueño de esas palabras.


*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Ángel de la Torre: Podría hablar de lo que creo que he escrito. No he creído nunca en una posibilidad de comunicación real en la poesía y me ha interesado muchísimo la imagen, la metáfora como resultado estético. Eso he buscado para mi poesía, que fuera imagen, sucesión de imágenes, que el significado careciera de valor real.

En cuanto a las influencias, dos hechos fueron muy significativos en un primer momento: asistir a un recital de Chantal Maillard cuando aún no escribía y conocer la obra de Vicente Núñez. A pesar de sus diferencias, yo notaba que la palabra iba más allá de sí misma, que era un medio estético, más que un fin. Y ese poso aun lo percibo en mis poemas.

También me han interesado muy directamente poetas como Olvido García Valdés, todos los poetas de Cántico, Leopoldo Panero, e.e. cummings, Roberto Juarroz... y tantos que no lo creo, pero están. Todos ellos en diferentes momentos, que siempre acaban confluyendo.

Por otra parte, últimamente he notado muchísimo apego por Micah P. Hinson y por el flamenco más o menos clásico. Camaron de la Isla me fascina. No sabría decir si han influido en mi poesía, pero al menos sí en mí.

Berta García Faet: Mi poesía es búsqueda, caza, esquema y testimonio. Me impongo sólo un límite: jamás la impostura, jamás la ocurrencia ingeniosa. Mala o buena, es poesía con contenido, lo cual no quiere decir que no pueda ser irracional, idiota o tratar el vacío con vacío. Los temas son clásicos y universales y, como la poesía va paralela a la vida, como la poesía acompaña y plasma la vida, la forma de abordarlos ha ido evolucionando conforme he ido evolucionando yo. Cinco años después no soy la misma que a los dieciocho años, pero los tópicos que me afectan no varían: soledad, amor, desamor, absurdo, identidad, lenguaje… lo de siempre. Mis influencias poéticas, musicales y pictóricas fueron muy fuertes al principio, pero con el tiempo creo que me he ido emancipando y ahora me dedico a dialogar con muertos y vivos sin renunciar a mi personalidad y a mis vivencias. Además de la poesía, bebo del teatro y sobre todo de la filosofía, a la que académicamente también me dedico.

Algunos autores importantes para mí son M. Strand, S. Plath (no la de Ariel, sino la de Tres mujeres), A. Zagajewski, V. Holan, W. Szymborska, P. Celan, W. Stevens, C. Vallejo, D. Alonso, E. M. Cioran, C. Rosset, R. Rorty, A. Buero Vallejo, F. Arrabal, S. Beckett, Y. Reza, S. Kane…

Ruth Llana: Lo que hay de vida en la vida. El poder que tiene un sonido o una imagen en los cuadros de Durero, de Rothko; en una obra de Gorecki, en una fotografía de la bailarina Nikolska en el Partenón, en una voz de fado, de cantiga...


*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Ángel de la Torre: En un principio, yo quería ser Chantal Maillard, escribir como ella y sentir como yo creía que ella sentía, luego descubrí que quería ser poeta, pero no como ella, sino a partir de ella.

Parecerme a algún poeta nunca lo he querido. Siento como necesario buscar una voz, varias, cuantas sean, pero que sean propias y únicas, mías. A pesar de todo, ya digo, cuando un poeta me ha interesado, es inevitable no dejarte llevar por lo que yo pensaba que era verdaderamente poesía. Lo curioso es que, con el tiempo, no deja de sucederme.

Berta García Faet: No tengo ni idea. Pero a estas cosas no hay que darle mucha importancia. Me ha pasado que gente seria y leída (incluso miembros de un jurado) me ha atribuido influencias de autores a lo que yo ni siquiera conocía, así que… es un poco arbitrario.

Ruth Llana: ¡Qué pregunta tan complicada! No lo sé, no lo sé, y quizás tampoco quiero saberlo.


*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Ángel de la Torre: Porque tengo 20 años y aun así, escribo.

Berta García Faet: Estoy loca en general. La poesía por una parte recoge esta circunstancia, y por otra me sirve para gestionarla. Pero escribí y el crimen fue menor… Que esto sea verdad y ocurra es incomprensible y maravilloso.

Ruth Llana: No considero que tenga veinte años, a lo sumo llego a poder contar hasta cinco; y tampoco, tampoco estoy loca.

28 julio 2011

(3x1) Segunda entrega: entrevista a Eba Reiro, Miguel Rual y Enrique Morales.

En esta ocasión el trío de poetas que responde a la entrevista (cuya estructura es la misma que la del post anterior) está formado por autores inéditos: Eba Reiro (Ourense), Miguel Rual (Oviedo) y Enrique Morales (Almería). Eba estudia alemán y escribe, pinta, canta... Miguel es uno de los poetas más jóvenes de la antología, acaba de cumplir 19 años y es estudiante de medicina. Enrique escribe poesía y teatro. Es autodidacta y toca el saxofón. Irónicos y atrevidos en sus respuestas, verán:

*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Eba Reiro: Espero que salir publicada en papel no afecte en "mi plan como creadora", si es que se puede decir que tengo alguno. Es algo bonito de contar y que evidentemente me hace ilusión, pero no va a suponer ningún conformismo o algo así. Todo lo contrario: seguramente me animará a trabajar y aplicarme más en lo que hago.

Miguel Rual: Supone un maravilloso primer paso, un excelente acercamiento al mundo editorial. Pero sobre todo es un gran impulso, un chute de energía para seguir haciendo algo me apasiona, escribir. Es ilusión en estado puro, entusiasmo máximo, es saberte reconocido. También creo que supone cierta responsabilidad, sobre todo con uno mismo.

Enrique Morales: No sabría que decir. Me gusta el proyecto e imagino que debería sentir algún tipo de satisfacción, pero lo cierto es que cada vez me apetece menos publicar; los planes se desdibujan. Sé que dentro de unos meses, quizá menos, aborreceré esos poemas (lo cual me convierte en un abominable hipócrita literario). Pero en fin, debo sentir algún tipo de satisfacción cuando esos poemas están ahí.
Algún tipo.
Mis planes actuales están más enfocados, pragmáticamente hablando, al teatro.

Miguel Rual

*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Eba Reiro: El debate de los medios por los cuales se transmite la cultura no me interesa, es algo que se va adoptando por aceptación popular según sea más cómodo, rápido, útil, etc. y que no merece la pena darle muchas vueltas al tema, pues con el tiempo esas cosas se van viendo. Yo me siento cómoda con cualquiera de ellos y no pongo a ninguno por encima del otro, en plan piramidal. Me centro más en lo que leo y no en dónde y cómo lo leo. No sé cómo lo verán los demás, supongo que habrá de todo y en esas opiniones entrará gente que sí vea el papel como el culmen de lo digital, pero no es mi caso.
Más que proyectos de publicación tengo proyectos de creación, que se publiquen es otro cantar.
De momento, además de los típicos concursos de colegio, no me he implicado mucho con ese tema. Quizás debería. 

Al contrario

Miguel Rual: Mi verdadera obsesión es el proceso creativo en sí, el seguir escribiendo y ser capaz de evolucionar. El verdadero fin es la obra, esté o no publicada. No rechazo la idea de publicar un libro pronto, me encantaría y tampoco pienso que sea negativo. Pero tampoco me obsesiono, si surge algo, genial. Si no, a seguir escribiendo. Creo que antes de publicar se necesita mucha reflexión y autocrítica.

Me gusta la idea del libro material porque disfruto mucho con ellos entre las manos, un goce sensorial extremo, me gusta olerlos, acariciarlos, poseerlos, mi mayor gasto mensual también se va en ellos, mirarlos y ordenarlos en mi estantería, soy un poco fetichista con los libros. No lo he dicho, pero también me gusta leerlos.

También me gusta mucho dibujar y sería genial poder intervenir en las páginas de mi libro, sería toda una experiencia, como lo hago con mis manuscritos, dibujo, corto, pego…



Enrique Morales: Hace unos dos años tenia cierta urgencia. Ahora no. Escribo mucho y conservo poco. Excesivamente poco. Intento, desde octubre, dar forma a una suerte de poemario (en esencia, como proyecto causa sui), que hoy día solo existe estructural y conceptualmente.
No descarto la idea de una posible publicación en un futuro, pero por ahora, considero que no alcanzo el límite de calidad que me auto-impongo para esa posible publicación.


*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Eba Reiro: Con Facebook empecé teniendo una relación de amor-odio, pero al final sucumbí totalmente. Cualquier persona que lo utilice proactivamente sabe de lo que hablo, es algo que va más allá del escaparate de fotos de noches de borrachera. Es el medio de la instantaneidad e hipertextualidad. ¿Cómo no podría eso ser enriquecedor? Y claro, también es una manera tan buena como otra cualquiera para perder el tiempo.

Miguel Rual: Yo tengo un blog desde hace unos meses, me gusta y quisiera dedicarle más tiempo. Me encanta poder fusionar imagen y palabra y compartir fragmentos de otros autores que me influyen o que me gustan. Lo que me ha permitido el blog es centrarme en una estética. No todo lo que escribo encajaría con lo que ahora es el blog. De hecho, salvo un par de excepciones, no escribo algo y luego lo cuelgo. Lo escribo expresamente para ese post.

Facebook tengo y lo uso bastante, como red social me ha permitido contactar con un montón de gente que comparte intereses, con muchos compañeros de antología y con poetas de todo el mundo. Twitter lo uso muy poco y Tumblr no tengo, aunque le estoy muy agradecido, sin él, no estaría en Tenían veinte años y estaban locos.

Enrique Morales: No me interesan. Tampoco tendría tiempo para hacer un uso real de esas plataformas. Únicamente tengo blog y cada vez lo actualizo con menos frecuencia. No ha sido un instrumento ni mucho menos esencial para mí, pero es cierto que ha supuesto la formalización de un laboratorio apropiado para organizar determinadas ideas, moldearlas y ver, cuando ha existido interacción, como el Otro ha aprehendido esas cuestionables luminarias. No obstante, resulta evidente que los juicios involucrados en la mecánica blog contienen, la mayor parte de las veces, tan solo una mínima fracción de compromiso (tanto en lo que se da en llamar realidad, como en la realidad literaria y cultural de lo exhibido. En especial por mi parte), sin embargo, mantengo que, como pacíficamente se suele decir, ha supuesto una plataforma de aprendizaje y pseudoexposición a tener en cuenta.


*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Eba Reiro: Por afinidad suelo fijarme más en las personas que desarrollan alguna actividad creativa. Cuando encuentro gente así suelo sentir una especie de complicidad, me siento a gusto. Claro que en mi círculo de amigos hay algunos que tienen grupos de música, filman cortos o pintan, pero hay otros a los que nada de eso les interesa. Supongo que el que haya gente así entre mis amigos me influye, pues me anima a ir constantemente a conciertos, exposiciones, etc., y en las charlas siempre intercambias nuevos descubrimientos de artistas, libros, blogs, o cotilleos así. Con eso estoy aprendiendo constantemente, lo cual evidentemente utilizo después para crear.

Miguel Rual: Salvo con algunos escritores de la antología, algunos americanos y los compañeros de Mil Novecientos Violeta, no mantengo contacto con otros creadores. Nos llevamos bastante bien, compartimos nuestros proyectos. Hasta hace bien poco entre mis amigos era el único “loco” que escribía poesía.

Enrique Morales: Mínima. Mis referencias no están en mis coetáneos. No me encandila especialmente el brillo asfixiante del moho, pero todavía no he encontrado en ellos eso que llama Pizarnik amado espacio de revelaciones. Reconozco que debo y quiero ahondar más en quienes aún respiran a mi mismo ritmo.

Eba Reiro (retratada por Ágata Gavilán)

*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Eba Reiro: Soy de Ourense y de esta ciudad han salido muchos escritores muy buenos, pero en la actualidad, respecto a poesía o creación literaria, poca cosa se mueve. En Santiago, que es donde estudio, hay algo más de movimiento, pero de momento con lo que he visto no he sentido mucha afinidad, y tampoco he visto mucho. Cuando llegué a la facultad de filología el primer año me sorprendió que no hubiera ningún grupo de personas ya formado para hacer cosas de ese tipo. Para mí fue una decepción, llegaba a la capital de Galicia esperando que eso fuese un hervidero de movimientos literarios. Pero no. O es que no me he sabido mover, oye. El segundo año intenté organizar unos recitales con un chico que había organizado varios en Argentina y Chile, pero no nos convenció el material que vimos y al final se quedó en nada. Este año voy a empezar el tercer curso y si descubro algo interesante bienvenido sea.

Miguel Rual: Oviedo es una ciudad pequeña. Se vive muy bien, pero la oferta cultural, es aún más pequeña. A veces, algún colectivo como Lata de Zinc organiza algo. Supongo que vida “literaria” la habrá, pero la desconozco. Hace poco unos amigos nos juntamos para hacer una especie de grupo de escritores jóvenes que bautizamos como Mil Novecientos Violeta (tomado de un poema de David Meza, también en Tenían veinte). Hicimos un recital a principios de verano y ahora estamos trabajando en un fanzine, de color violeta, claro.

Enrique Morales: Sí. Recité unas cuantas veces en Almería, también en Sevilla, el año que viví allí. Ahora mismo no sé cual va a ser mi ciudad. Habito el limbo a la espera.

*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Eba Reiro: Me sonaban los nombres de la mayoría. Había leído Los idiomas comunes de Laura Casielles, el banderín del zaguán de Marina Ramón-Borja, Tránsito de Álvaro Guijarro, También mis ojos de Laura Rosal... He leído cosas de Odile L'autremonde y Miguel Rual por blogs. De Ernesto Castro no he leído poesía pero sí otras cosillas. Hace tiempo que quiero conseguir el Introducción a todo de Berta García Faet y Lila de Emily Roberts. Espero hacer un buen descubrimiento con los demás y seguir haciéndolo con los que ya he nombrado. Echo de menos a todos los escritores internacionales que se han quedado fuera. El primer nombre que se me ocurre es Yaxkin Melchy. También Natalia Litvinova, Amanda Jayne, Steve Roggenbuck.

Miguel Rual: Muchos descubrimientos: españoles como Cristian Alcaraz, Odile L’Autremonde, Emily Roberts, Eba Reiro, Sara R. Gallardo… Hispanoamericanos como David Meza, Yax-Kin Melchy o Natalia Litvinova. Americanos como Kendra Grant Mallone, Jacob Steinberg,… ¿A los que más echo de menos?, a Litvinova y a Meza, pero no son españoles.

Enrique Morales: En un principio, seguí con interés el proyecto, pero este año he ido abandonando todo aquello, que de algún modo, podría estar siguiendo (especialmente en el campo de la poesía). Reconozco que tras la inquietud inicial, no he hecho descubrimientos; reconozco que acababa leyendo la participación de quien ya conocía, de aquellos de quienes había oído hablar o de los autores extranjeros. Dedicaré a la antología impresa la atención merecida.


*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Eba Reiro: Espero que haya opiniones. Con eso me basta para empezar.

Miguel Rual: Principalmente escribo por una necesidad propia de descarga, de disfrute, con un tremendo egoísmo. Somos mi voz y yo. Sin que suene duro, decir que nunca me paro a pensar en el lector, ni en cómo será recibido un poema o un texto. Aún así, deseo que sea recibida con fuerza, espero que despierte algún tipo de emoción relativamente intensa, para bien o para mal, pero que no deje indiferente. Sin embargo, pienso que en un espacio tan reducido no es posible llegar a conocer esa voz, es más como una provocación.

Enrique Morales: Lo ignoro.

Enrique Morales (retratado por Laura Rosal)

*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Eba Reiro: En absoluto. Miedo cero. De las críticas se aprovecha todo, como del cerdo. No tienen ni que ser constructivas: de eso ya me encargo yo.

Miguel Rual: Miedo no. Me gusta, me produce una cierta inquietud placentera, como cuando estás viendo un thriller. Si se publica, es algo con lo que hay que contar.

Enrique Morales: No, es esencial.


*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Eba Reiro: No creo que definirme sea muy beneficioso para mí: si lo hiciese correría el riesgo de condicionarme a mí misma, ser esclava de esa definición. Pretendo seguir creando como hasta ahora, con lo que me gusta en el momento. No quiero crear intentando seguir un estilo que me haya otorgado en algún delirio de grandeza. Me gusta la literatura, el cine, la música, la pintura, la ilustración, el diseño, la fotografía, la cocina, el cómic, ver videos chorras en youtube, series por megavideo, de vez en cuando enamorarme e intento vivir de la manera más divertida posible. Eso algo me influye. También adoro esta corriente de creadores anónimos de páginas de facebook lunáticas y/o surrealistas. Ah, y ver documentales, los del Punset, los de física cuántica y astronomía, los de sociología, los que ponen en la dos. De ahí han salido muchas poesías. Dios bendiga la intermedialidad.

Miguel Rual: Mis influencias son el cuerpo, el sexo. Como estudiante de medicina uso la anatomía en cuanto puedo. La muerte, vista desde de las disecciones, adquiere un significado diferente. Me influye mucho la música, escucho sobre todo indie rock. El arte es otra gran influencia: los cuadros expresionistas de Klimt, los maravillosos desnudos de Schiele, las películas de Fritz Lang o de Man Ray, la fotografía en blanco y negro. El surrealismo me atrae en todas sus vertientes. ¿Influencias literarias? He leído más narrativa que poesía. Me fascina la literatura japonesa: Murakami Ryu, Edogawa Ranpo, Yoshimoto Banana… En poesía me apasionan Lorca y Pizarnik. Cavafis y la mitología griega. Raúl Zurita me obsesionó durante un tiempo. Ginsberg, Ajmátova, Panero, Plath… Mi poesía la definiría como un caballo ardiendo, ebrio de metáfora. Es bastante visceral y cruda. A veces es un tanto hermética y otras un tanto surrealista, muy visual.

Enrique Morales: Los integrantes de la tribu chagga (Tanzania) llevan durante toda su vida un tapón en el ano, como si, ceremonialmente, hubiesen anulado la obvia necesidad de defecar. Como si hubiesen sellado aquello que evidencia la mortalidad, y que, sin embargo, queda irónicamente incrustado en el interior del cuerpo.

Cita Ernest Becker el caso de una mujer fetichista. Esta grita desesperada a su psicoanalista: ¡Me gustaría poder sacarme esta piel! ¡Si no tuviera este estúpido cuerpo, sería tan pura por fuera como me siento por dentro!

Desconozco si esto define mi poesía, o la poesía que querría escribir, pero la definición paradisíaca (que podría, en realidad, contener tan solo una nimia parte de esta ideología) constituiría un híbrido entre esas dos situaciones: la mujer fetichista, desprovista, al fin, de su piel, de su odiosa envoltura, pero, con una diferencia no explícita en su ruego: su pureza se vería interrumpida por el tapón anal de los chagga, enquistado en su recto (que no censura, sino que evidencia la necesidad de la censura: evidencia la existencia de lo censurable aún en la soñada purgación de la fetichista)

Jonathan Swift escribió en un poema:

No me asombra haber perdido el juicio;
¡Oh!, Celia, Celia, ¡Celia caga!

Si hablamos de utilitarismo estético, es evidente que este recurso funciona en cualquier circunstancia. Me interesa más la contradicción ascética. Esos dos versos de Swift (que perfectamente podrían establecer el culmen de la alienación como recurso efectista), y que, sin embargo, funcionan (y esto es lo que me cautiva) como el absurdo híbrido que trazaba anteriormente: la fetichista y el tapón anal, aquí a la inversa. Una alternancia de ultraexposciones y ultracensuras que no dejan de ser meramente físicas. No dejan de ser ultraliterarias; meramente humanas y profundamente inhumanas en cuanto a la tradición cultural biológica.

Reconozco cuales son mis parafilias, el núcleo temático de cuanto escribo, pero en lo referente a las influencias, puedo hablar con mayor precisión de aquello que actualmente me obsesiona (aquello que revisito) y veo presente en la cimentación de mi escritura actual: las piezas para piano de Szymanowski, Alan Hovhaness, Nina Koshetz, el rudimentario folk-blues de los 20-30 (Blind Lemon Jefferson, Memphis Minnie, Blind Willie McTell...), el cine de Bela Tarr, Dreyer, El Color de las Granadas (Paradjanov), Frantisek Vlácil (especialmente Marketa Lazarova), los primeros cortos de Disney y los hermanos Fleischer, los cuadros de Anselm Kiefer, las ekpyrosis fotográficas de Pentti Sammallahti...

Probablemente existan relaciones perpetuas, como en el caso del cine, la antropología, el teatro, la filosofía, y evidentemente la poesía (Celan, Michaux, Dylan Thomas, Pizarnik, Ajmátova, Marlene NourbeSe Philip, Georg Trakl, Creeley, Ingeborg Bachmann, Blanca Varela o Maillard, Herberto Helder, Jorie Graham, Olvido García Valdés...) que estarían dentro de ese núcleo (imagino) reconocible, en textos pertenecientes a distintos lapsos de tiempo. Estos, ente otros artefactos, formarían el subsuelo prehistórico.


*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Eba Reiro: Si algún día escribo algo la mitad de bueno que los poemas de Jorge Eduardo Eielson, seré un poquico más feliz. ¿Cómo hubiera escrito poesía David Foster Wallace adulto? A veces también escribo con esa pregunta en mente, aunque no tenga ni la más remota idea de cómo contestarla. El día que sepa la respuesta me gustaría parecerme a eso.

Miguel Rual: A Miguel Rual. La verdad, no sé a quién puedo parecerme o a quien pueden decir que me parezco. Últimamente, por la temática de los últimos textos, me acerco un poco a Plath y a Pizarnik. Las obras poético-teatrales de Lorca me influyen mucho.

Enrique Morales: Hace unos meses, citaba en mi blog el siguiente fragmento, inserto en un libro de Jacinto Choza:

Algunos mitos chinos e hindúes representan al león, al dragón, al ogro, como suplicantes que acuden ante el dios que les ha creado pidiéndole víctimas a las que devorar para calmar sus ansias. El dios, como respuesta, les condena a alimentarse de ellos mismos, y entonces se dan cuenta de que son una máscara, una apariencia, un deseo insaciable y vacío de toda sustancia.

Resulta lógico que el creador, no solo el poeta, debe alimentarse, devorar, nutrirse de esas victimas, de esos otros creadores. Pero esta inevitabilidad, practicada en exceso, provoca una ubicua contrapartida: uno acaba no pareciéndose a sí mismo. No practico esa asimilación de manera consciente, no sé a quien me parezco. Asimilo, con mayor o menor éxito aquello que se aloja como un alfiler prehistórico en mi cráneo, aquello con lo que, más desde una perspectiva originaria que ulterior, me puedo identificar. Es decir, aquello en lo que me re-conozco.

Respecto a la ultima pregunta: lo desconozco. Esto suscita situaciones un tanto cómicas: a veces, el lector jura la influencia directa del autor X en el autor Y, mientras que el autor Y confiesa no haber leído nunca al autor X. Por el contrario, otra veces, el autor Y jura que el autor X es uno de los máximos exponentes en la estructuración de su escritura. El lector, sin embrago, sentencia que no existe la más mínima correspondencia entre el autor X y el autor Y.

En fin, no lo sé. Es un proceso primitivo y en lo sustancial, inconsciente. Resulta más interesante que sea el lector quien decida que objetos sobresalen entre la vorágine del torbellino.


*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Eba Reiro: Son las cinco de la mañana y estoy contestando por email una entrevista por una antología de poesía. Estamos en julio de 2011. Qué es la cordura, señores.

Miguel Rual: Porque la poesía me sigue obsesionando y afecta al desarrollo de mi vida diaria como una enfermedad crónica de la que espero no curarme. El afectado muestra una conducta que se aparta de la normalidad de una forma determinada. Frecuentemente se manifiesta como una pérdida de control, en la que los sentimientos se muestran desinhibidamente. La conducta se desplaza fuera de lo racional y las consecuencias de los propios actos no se tienen en cuenta. Los actos pueden ser objetivamente absurdos e inútiles. (Síntomas de la locura)

Enrique Morales: 224.Son los POETAS, a quienes los hombres extraviados siguen a su vez.
225.¿No ves que siguen todas las rutas como insensatos?
226.¿Qué dicen lo que no hacen?
El corán

(Sura XXVI)