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10 mayo 2016

Marzo-Abril 2016: mis 6 lecturas preferidas.


Un virus extraño que convierte nuestros sueños en paseos infinitos por los tejados de la ciudad —paseos que, en realidad, son un pretexto para el amor—. 
Un amor por el alcohol, un amor infinito por el alcohol: no os confundáis, no hablo de Bukowski sino de las dulces borracheras de Amélie Nothomb. 
Dulzura y cariño hacia los gatos. 
O gatos muertos en un riachuelo de una aldea japonesa, donde los huérfanos piden un poco de diversión. 
¿A quién le importa un gato muerto? ¿A quién le importa un cerdo, una vaca, un ratón? 
¿Y a quién le importa una adolescente que se tira desde lo alto de un edificio? 
¿Quizá habría sobrevivido si alguien la hubiera contagiado antes con el virus de los paseantes de sueños?
Ay,
no sé.
Marzo fue el mes del peso. El peso pesado y las patadas nocturnas.
Ay,
tampoco sé.
Abril fue el mes de Ulises. Mes suave. Mes increíble. Mes mi bebé nuestro bebé el bebé.
Ay,
hace 2 meses que apenas duermo, y las lecturas se me mezclan en la cabeza, como una sinopsis delirante, enorme.
Los niños locos de Taiyo Matsumoto en Sunny (ECC), el nuevo asesinato de Amélie Nothomb en Pétronille (Anagrama), la intriga y la ternura de Zidrou en El paseo de los sueños (Norma Cómics), el respeto a todas las especies de Franz-Oliver Giesbert en Un animal es una persona (Alfaguara), el duelo ebrio de Ben Brooks en Hurra (Blackie Books) o el amor por esos seres peludos que son los gatos de Charles Bukowski en Gatos (Visor).
Ay.
Perdonad que no diga más.
Llevo tres horas tratando de escribir estas líneas.
Me tengo que ir.
Bebé me reclama. 

01 marzo 2016

Enero-Febrero 2016: mis 6 lecturas preferidas.


Dos novelas que son, en realidad, un homenaje a otros dos novelistas que me impresionan: así fueron mis lecturas —link a PlayGround va— de Oona y Salinger, de Frédéric Beigbeder (Anagrama) y Cada noche, cadanoche, de Lola López Mondéjar (Siruela). 



En la primera, el guapo de Frédéric narra una historia de amor espinosa que, a su parecer, configuraría el corazón oscuro y dolorido del autor de El guardián entre el centeno. Creo que lo más bruto de este libro son sus reflexiones sobre la vejez, y sobre cómo el hombre —el macho, no el hombre como ser humano en general— necesita mantener relaciones sexuales con cuerpos más jóvenes que el suyo para sentir que sobrevive.



De relaciones sexuales entre hombres mayores y chicas jóvenes también va la novela de López Mondéjar, basada en Lolita, y con un punto de vista bastante polémico de la gran obra de Vladimir Nabokov. En estas páginas lo que encontramos es a la hija imaginaria de Dolores Haze, quien decide vengarse del pedófilo que acosó y maltrató a su madre cuando esta era una adolescente. ¿Puede un tema como la pedofilia ser bello? Esa es una de las preguntas que nos come la cabeza cuando leemos Cada noche, cada noche.



Plagado de referencias literarias, también, está el libro Apuntes sobre el suicidio (Alpha Decay), un brevísimo ensayo que nos pasea por la literatura, el arte y sus suicidas, desde David Foster Wallace hasta Edouard Levé, pasando por algunas voces clásicas como la de Sylvia Plath o Albert Camus. Para los seguidores de esos autores, y también para los que encuentran en el suicidio y en la enfermedad un tema más mágico que doloroso, este libro es imprescindible.



Y de la enfermedad de la literatura, pasamos a las enfermedades reales, o quizá a las enfermedades no reales, como es el caso de las que narra Suzanne O’Sullivan en Todo está en tu cabeza. Aquí la neuróloga explica algunos casos curiosísimos de enfermedades psicosomáticas, y cómo a veces el cuerpo reacciona de manera negativa a cosas que sólo están en nuestro recuerdo, en nuestro miedo, en nuestra manera de ser. Todo está en tu cabeza —ah, esto es lo que también escribí enPlayGround— es un libro para los que no tienen miedo de mirarse el cerebro, masajeárselo. Un libro para los que saben que por muy locos que parezcan, no lo están.



Quizá un tratamiento parecido a los que recomienda Sullivan le vendría bien al protagonista de Las flores del mal, vol 8. Este es uno de mis mangas preferidos, no sólo por la obvia referencia a Charles Baudelaire sino porque trata el tema del desasosiego adolescente de una manera bellísima, a través de la oscuridad, de la poesía, y del sexo. En este volumen, el mangaka Shuzo Oshimi nos vuelve a traer a un Kasuga enamoradizo y peligroso. Después de un volumen 7 un poco aburrido, aquí la literatura y el peligro vuelven a latir.



Y por último, sin salir de Japón, uno de los poemarios más especiales que he leído en lo que va de año: Poema a tres voces de Minase. Renga., de Socho, Sogi y Sohaku (Sexto Piso), un clásico de la poesía nipona, absolutamente delicado. Un libro que es casi un objeto o tesoro, en cuyas páginas la naturaleza, el recuerdo y la memoria brillan —perdonad la cursilería de lo que sigue— como insectos veraniegos.




Quienes seguís este blog sabéis que cada vez publico menos, y que en 2016 eliminé la sección de lecturas, porque me saturaba y porque muchas las olvidaba y otras que ponía al final las dejaba a la mitad. El trabajo y la maternidad, y algunos proyectos literarios no me dejan respirar mucho más, por eso he decidido que mensual o bimensualmente iré haciendo recuento de mis lecturas preferidas, para todos los que seguís buscando en esta página un pequeño refugio en el que descubrir cosas chulas.

(Emoji de una florecilla y emoji de un corazón)

19 diciembre 2015

Mis libros preferidos de 2015.


Como cada año hago un balance de mis libros preferidos publicados en 2015, y me doy cuenta de que son muchos, y también de que la mayoría los he leído por trabajo. Pero cuando el trabajo es placer, poco importa que se llame trabajo

Poesía
1. The collected poems of Chika Sagawa, de Chika Sagawa (Canarium Books)
2. El libro de la danza, de Gonçalo M. Tavares (Kriller71 Ediciones)
3. Eso, de Inger Christensen (Sexto Piso)
4. Beat Attitude, las mujeres de la Generación Beat, ed. de Annalisa Marí (Bartleby)
5. La edad de merecer,de Berta García Faet (La Bella Varsovia)

Narrativa
1. Sumisión, de Michel Houellebecq (Anagrama)
2. La débil mental, de Ariana Harwicz (Mardulce)
3. El cielo oblicuo,de Belén García Abia (Errata Naturae)
4. The Motion, de Lucy K. Shaw (421 Atlanta)
5. Modelos animales,de Aixa de la Cruz (Salto de página)

No ficción
1. La mujer de pie,de Chantal Maillard (Galaxia Gutenberg)
2. Guardar la casa y cerrar la boca, de Clara Janés (Siruela)
3. De pronto mi cuerpo,de Eve Ensler (Capitán Swing)
4. Maternidadessubversivas, de María Llopis (Txalaparta)
5. La llamada perdida, de Gabriela Wiener (Malpaso)

Cómic e ilustrados
1. Cruzando el bosque, de Emily Carroll (Sapristi)
2. Buenas noches,Punpun, de Inio Asano (Norma)
3. El niño que dibujaba sirenas, de Javier Sobrino y Carole Hénaff (La Fragatina)
4. Rosalie Blum, de Camille Jourdy (La Cúpula)
5. El diario gatuno de Junji Ito, de Junji Ito (Tomodomo)

Mirando estos libros de 2015 me doy cuenta de dos cosas: de que la mayoría son mujeres, y de que este año he leído más ensayo, crónica y cómic que nunca, aunque también tengo algo abandonada la novela. 

Una cosa de la que no me quiero olvidar es de algunos libros de El Gaviero Ediciones que aprecio muchísimo y que si no hubiera tenido el placer de editar seguramente habría incluido en la lista: Post coño, de Gabby Bess y Siamesa, de María Ramos. 

Por último quiero agradecer a Milky Way Ediciones y a Ediciones de oriente y el mediterráneo su increíble trabajo (creo que me he dejado el sueldo en estas editoriales, definitivamente). Libros como La chica a la orilla del mar, de Inio Asano, o como Nuevo nacimiento, de Forugh Frarrojzad han sido mis lecturas más preciadas, aunque pertenezcan a catálogos de otros años. 

Gracias a todos por seguirme por aquí, o a diario en mis artículos de PlayGround o en otras redes sociales que lleno cada día con mis tontadas.

Qué ganas de 2016. Van a pasar cosas emocionantes. Estoy segura.



(Por cierto, hoy colaboro en Babelia haciendo una micro-reseña 
de La mujer de pie, de Chantal Maillard, para su lista de mejores libros del año.

06 septiembre 2015

Estas fueron mis mejores lecturas del verano.



1. Nuevo nacimiento, de Forugh Farrojzad (Ediciones del oriente y del mediterráneo)
Cuando empecé a leer al iraní Mohsen Emadi gracias a mi amigo Jesús Carmona-Robles, me di cuenta de la influencia que Clara Janés había tenido en su difusión en nuestro idioma. Por aquellos días, me compré también El lenguaje de los pájaros, bajo la recomendación de María Mercromina, un libro fabuloso y delicado, traducido y editado también por Janés. Fui a mi biblioteca, entonces, y empecé a caer en la cuenta de que muchas de mis lecturas predilectas y también más extrañas tenían la marca y el trabajo de esta poeta, traductora y editora (Holan, Stanescu, Orten, entre otros). Fue entonces cuando me decidí a comprar o a intentar hacerme con todo el catálogo de Ediciones del oriente y del mediterráneo, y cuando, entre esos libros maravillosos, leí a Forugh Farrojzad, una poeta iraní muy importante a la que durante muchos años censuraron, por hablar de su cuerpo, de su deseo, de su mundo, con total libertad. Lo primero que me llamó la atención fue el título, después de pasar un mes de mayo horrible, en junio el verbo "nacer" se había convertido en una obsesión. Es curioso como a veces una palabra sencilla, o una recomendación de un colega que vive a miles de kilómetros de distancia puede darnos tanto. Escribí algo sobre Farrojzad aquí

2. La chica a la orilla del mar (1 y 2), de Inio Asano (Milky Way Ediciones)
El pasado noviembre de 2014, cuando cumplí 24 años, la poeta Lola Nieto me regaló un libro extrañísimo. Se trataba de un manga bastante distinto a lo que yo había leído hasta el momento de ese género (la mayoría cómics sobre adolescentes enamoradas, niñas mágicas o animales con poderes). Nijigahara Holograph era el título de aquel manga que en su momento me pareció una verdadera maravilla, pero que no recuperé hasta este julio, cuando, con motivo de mis vacaciones en Japón, volví a leer algunos de mis mangas. A Ibrah también le apasionó la obra de Inio Asano, así que decidimos bajar a comprarnos algunos mangas más a la tienda de cómics de nuestra calle. Nos hicimos con La chica a la orilla del mar, y nos quedamos fascinados. No era sólo el dibujo, era la narración, la expresividad de su personajes, su manera tierna y violenta al mismo tiempo de retratar la adolescencia, el amor y el sexo. Después de eso, Ibrah y yo empezamos hacernos con todos los libros de Asano, y aunque Solanin no me gustó tanto, su obra se convirtió en el descubrimiento del año. En unos meses Norma va a publicar Buenas noches, Punpun, serie de la que pude leer el primer tomo gracias a la edición francesa. Y además Asano vendrá este año al Salón del Manga. Si queréis saber más sobre él, aquí le dediqué un artículo. (Ah, por cierto, no perdáis de vista Milky Way Ediciones, porque esa editorial es una pasada, tienen muy buen gusto en la selección de títulos, pero lo mejor son sus preciosas y delicadas ediciones). 

3. Deshielo, de Maria-Mercè Marçal (Igitur)
Cotilleando en La Central, me encontré con un ensayo en catalán sobre maternidad y enfermedad en la obra de Maria-Mercè Marçal. Hasta la fecha yo sabía poco de esta autora, aunque personas como mi madre y mi abuela se hubieran cansado de recomendármela durante años. Ese ensayo, sin embargo, hizo que me curiosidad creciera, y entonces me puse a buscar algún libro suyo en castellano, pero sin éxito. Un día, sin embargo, entré con Ibrah a una librería centrada en temática LGTB que hay cerca de la redacción de PlayGround, y en su pequeña sección de poesía me topé con Deshielo, una traducción de uno de sus libros más célebres publicada por Igitur hace unos años. Deshielo me pareció brillante y doloroso, y para quienes estéis enamorados de poesía como la de Sylvia Plath, Joyce Mansour, Olga Novo o Marina Tsvetava, este libro tiene que formar parte de vuestra biblioteca. 

4. Las flores del mal (1, 2, 3, 4, 5, y 6), de Shuzo Oshimi (Norma Cómics)
De este regreso al mundo manga, una de mis mejores lecturas ha sido la serie Las flores del mal, aún incompleta en español, pero para ir descubriendo poco a poco. La clara referencia a Charles Baudelaire fue lo que me hizo comprar el primer número en Continuará (mi nueva librería preferida en Barcelona). La historia desde luego era prometedora: un chaval de instituto se obsesiona con Las flores del mal, y desde entonces su vida empieza a oscilar entre dos chicas de su clase. Una de ellas es una flor, y la otra es el puro mal. Desde entonces, lo que podía parecer una sencilla historia de colegiales con las hormonas locas, acaba convirtiéndose en una verdadera locura llena de crueldad, perversión y mucho humor. Me leí los 6 números del tirón, y evidentemente me quedé un poco pobre, pero por fortuna a Ibrah también le gustó la serie, y entonces hemos decidido compartir gastos en compras de manga. Hacía tiempo que algo no nos apasionaba tanto como ir a la librería y llevarnos un par de mangas para leer durante el fin de semana. Hace unos días me compré Cibercafé a la deriva, otra historia de Shuzo Oshimi publicada por MilkyWay Ediciones, que es otra locura enorme, pero que leeré con calma porque aún me queda mucho manga por tantear. Si tenéis curiosidad, por favor, empezad por Inio Asano y por Shuzo Oshimi. Son unos genios y están llenos de poesía. Os gustarán. 

5. En un principio era el hambre, de Chantal Maillard (Fondo de Cultura Económica)
No sé qué decir de Maillard que no sepáis vosotros o que no os haya dicho en otras ocasiones. En un principio era el hambre es una fantástica selección de su poesía y de sus diarios en donde el lector que no hay tenido la suerte de acceder a toda su obra podrá darse cuenta de los tesoros que Maillard escondía por ahí. Sus diarios, mucho menos conocidos que su poesía, son lo que más me ha gustado siempre de ella, porque son muy brutos y muy inteligentes, y a menudo me parecen más puros y completos que sus poemarios. Con Chantal Maillard me pasa algo curioso, y es que hace algunos años no me gustaba nada o casi nada, creo que, entre otras cosas, porque no la entendía. Cuando conocí sus diarios empecé a comprenderla, y fue precisamente la lectura de esos libros lo que me llevó a terminar apreciando su poesía. Por eso os recomiendo En un principio era el hambre, porque os ayudará a ver a Maillard desde todos sus ángulos, que son muchos, y complejos, y perfectos. Este mes también saldrá a la luz en Galaxia Gutemberg su diario La mujer de pie. Cuando lo tenga en mis manos, se convertirá en el libro número 20 que tendré de ella en mi biblioteca. ¿Y os podéis creer que por unas cosas u otras nunca la he visto recitar en directo? Espero de verdad que mi suerte cambie pronto...

24 agosto 2015

Primera noche y karaoke en Shibuya.

el sexo con amor no existe
Inio Asano

te lames los dedos y me los metes haciendo
pequeños círculos que no duelen
te sabe la boca a alcohol de 30.000 yenes
yo hace tiempo que no bebo
pero entiendo la euforia de esta primera noche
en la ciudad iluminada cantando depeche mode
y pitbull como si alguna vez hubiéramos sabido
de memoria todas estas cosas otra copa por favor
dices por un teléfono dorado y una camarera nipona
nos sirve varios vasos que en verdad nunca pedimos
qué más da si en la pantalla las palabras se suceden
en un idioma u otro tu risa me hace creer en nosotros
mi risa me hace creer en que después de todo
en que después de todo en que después
pagamos en efectivo contando las monedas despacio
el sonido del metal sobre el suelo me recuerda
los días de ebriedad cuando queríamos ser felices
pero sólo estábamos aprendiendo una canción
me gusta esta ciudad su olor a salsa de soja
o neumático quemado su olor a humedad
o colonia de frutas en cuellos blanquísimos
sudados ahora y listos para el amor
en el hotel tu aliento a alcohol de 30.000 yenes
penetra dentro de mí haciendo pequeños círculos
caemos rendidos al colchón pronuncio jet lag
pronuncias algo que no recuerdo aunque imagino
—cuando nada de miedo cuando esto funcione
diremos con emoción que todo empezó aquí


Shibuya, Tokio
26 de julio de 2015

09 agosto 2015

Un baño en la playa de Enoshima.

Inio Asano


la playa está asquerosa
su arena ceniza me recuerda al plomo
como si una guerra acabara de librarse en Enoshima
cuerpos bronceados son cadáveres
cuerpos bronceados que nos miran
la playa está asquerosa y soleada
somos los únicos occidentales aquí
—con tatuajes no podréis bañaros, advierte el guardavías
pero los cadáveres también llevan signos en la piel
y cuando toco el agua turbia con mi meñique
nadie se inmuta
nadie nos regaña
—todo es puro, me digo
todo es limpio excepto el agua de esta playa
arena apolillada
agua amarillenta
si miro hacia abajo no distingo mis pies de los tuyos
líquido de la peor pesadilla
donde las gotas salpican naranjas
donde los niños nadan con flotadores de orca
y los adultos cadáver ríen con la boca llena de sal
una ola me trae un alga
una ola me arranca el aro de la oreja derecha
una ola acerca tu sexo al mío
y aunque el océano es amarillo esto me gusta
arriba
la niebla no deja paso al monte que las guías turísticas prometieron
—Hokusai pintó su famosa obra en estas playas, dices
pero la arena está asquerosa
el cielo está asqueroso
mi cadáver está asqueroso
tú nos abrazas


Enoshima, Kanagawa,
1 de agosto de 2015