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09 julio 2015

Los reyes subterráneos (20 poetas jóvenes de México).

Inés Estrada

“La fiesta creciente”

Prólogo a Los reyes subterráneos. Veinte poetas jóvenes de México (La Bella Varsovia, 2015)
Por Elena Medel y Luna Miguel



E: ¿Cuál es el motor de esta antología? ¿En qué punto se origina y cuál es nuestro interés hacia la poesía mexicana? Como lectora, en mi caso existe un interés previo y anárquico, que me llega por la lectura de Contemporáneos gracias a la antología de Blanca Estela Domínguez Sosa (DVD, 2001), ahondando después en la completa de Xavier Villaurrutia, que editó Hiperión en 2006. En paralelo leí a Octavio Paz o Rosario Castellanos, y a poetas más recientes como José Eugenio Sánchez.
De ahí, dos certezas: la diversidad de la poesía mexicana y su recepción de hasta anteayer en España, dependiente siempre de la publicación aquí, ante la falta de distribución. Esto cambia por completo con esta generación, porque editar aquí amplía la difusión de su obra —ocurre con Gerardo Grande y David Meza—, pero no la determina.
Con respecto al conocimiento más directo, en 2009 viajé a México para participar en el encuentro “El Vértigo de los Aires”. De allí regresé con dos descubrimientos: la inmensidad de la poesía chilena (Hernández Montecinos, Ilabaca, Norambuena, Ramírez) y el discurso de Yaxkin Melchy. Me fascinó su capacidad para releer la ancha tradición latinoamericana y tejerla con sus propias coordenadas culturales. Yaxkin está en el origen de esta antología.

L: En mi caso todo nace al revés. Como suele pasar con mis lecturas, soy un desastre descubriendo literatura. Si hace cinco o seis años me hubieras preguntado qué me gusta de la literatura mexicana no habría podido decirte mucho. Apenas había leído a Paz, seguramente por influencia de la biblioteca de mi padre, en donde yo curioseaba sin conocer muy bien aquello a lo que accedía.
Me resulta también curioso que menciones la poesía chilena, porque si yo accedí más tarde a México fue gracias a Roberto Bolaño. Los detectives salvajes es la obra que me presentó a un país que en la ficción resultaba asombroso. Con el tiempo me daría cuenta de que todo aquello que Bolaño contaba era más que real.
Por eso mi proceso fue al revés, creo. Por eso y por las casualidades. Cuando en 2010 abrí el blog de Tenían veinte años y estaban locos —que luego dio pie a nuestra antología de jóvenes españoles en La Bella Varsovia—, un montón de chicos jovencísimos de muchas partes del mundo empezaron a mandarme sus colaboraciones. Entre ellos se encontraron Yaxkin, David y Gerardo.
Todos estos chicos venían de La red de los poetas salvajes, cuya conexión con Bolaño no era casualidad. Fue entonces cuando comencé a leer a los más jóvenes, y gracias a los más jóvenes conocí a sus referentes, y gracias a sus referentes pude acceder a nombres clásicos de su literatura, en lo que, como te decía, ha sido un proceso contrario. Pero me siento bien, la verdad, porque poco a poco creo que he conocido la literatura mexicana como mejor he podido hacerlo: a través de quienes más la aprecian. Ahora no sé qué haría sin Abigael Bohórquez, Mario Santiago Papasquiaro o Cristina Rivera Garza.

E: Varios nexos, entonces... El papel de estos nuevos poetas como bisagra con respecto a las generaciones que le preceden —en tu caso, después de leerles; en el mío, antes—, el reflejo de esa diversidad y riqueza constantes de la poesía mexicana, y el cambio en la recepción de los textos desde España. Si antes lo que no se publicaba aquí no existía aquí, pese a que en este caso no hay barrera idiomática, ahora recurrimos a internet. La cuestión es “dar con ellos”.
De la antología me interesan varios aspectos en cuanto a su armazón. El primero, claro, que hemos accedido a la obra de casi todos los poetas gracias a la red. Leerles en revistas digitales como Órfico o Círculo de Poesía ha sido la vía de entrada; no tanto el blog personal o las redes sociales, que “añadían” a los nombres que nos habían llamado la atención. La selección del editor de una revista continúa siendo imprescindible.
El otro es la voluntad de reflejar las muchas voces de la poesía mexicana. No entendemos a algunos autores sin esa mirada a sus propios precedentes mexicanos, otros saltan las fronteras y atienden a la influencia de la poesía en su idioma; pienso en el peso de Huidobro o Di Giorgio, tan diferentes y arraigados en la explosión del lenguaje. Otros se vinculan a las figuras contemporáneas estadounidenses de la Alt Lit...

L: Exacto, esa es una de las cosas más brutales que encuentro en México y que creo que hemos tratado de reflejar en este libro: la diversidad. Cuando miro el panorama joven español, por ejemplo, encuentro muchas maneras de hacer, sin embargo, creo que en México esos estilos son más extremos. Aquí leemos a poetas torrenciales, herederos de Zurita (Omar Jasso); muy pop (Jesús Carmona-Robles, Jehú Coronado López, Xel-Ha López); relacionados con la Alt Lit (Martín Rangel, Augusto Sonrics), cuyas lecturas de Tao Lin o Mira Gonzalez han sido muy importantes. Los hay más líricos, más surrealistas, más cercanos a una Alejandra Pizarnik... Todos conviven, y defienden sus literaturas con fuerza, sin desmerecer a sus compañeros. Eso me parece esencial a la hora de trabajar: hacerlo al máximo, y respetando a los que te rodean.
Estuve en México unos años después que tú, en 2014. Fui a Guadalajara y organizamos una pequeña lectura con poetas muy distintos entre sí. El diálogo del que hablas surgió desde el primer minuto, pero no solo entre ellos, sino también con el público. Los había más clásicos, los había fanáticos del spoken word, los había con un lenguaje muy propio de internet y los había que preferían el humor, el monólogo casi cómico, pero poético. La conexión y el diálogo existió. El público, en su mayoría gente joven o relacionada con la FIL, aplaudió efusivamente con los buenos poemas. No por los estilos ni porque uno fuera más famoso que otro, y ni siquiera porque unos tuvieran libros publicados y otros no. El aplauso vino por la calidad del poema, y eso me parece brutal porque creo que lo que me ha enseñado México es a leer. A leer de verdad, más allá de las formas o los estilos. En Los reyes subterráneos prima el trabajo. Admiro a mis colegas mexicanos porque a pesar de sus gustos especiales saben ver qué merece la pena del otro. En la lectura de Guadalajara, cada poeta leyó a un compañero, y resultó increíble ver cómo David Meza elegía un poema de Ana Carrete sin que sus estilos sean en nada parecidos. Otra cosa que me llamó la atención en el directo y que creo que hemos respetado en este libro es su carácter político. Si estos poetas impresionan es porque están conectados a la tierra, a la sangre, a la muerte y a la vida, de la manera más pura.
Por otra parte, entiendo el estado de la poesía mexicana como síntoma de lo que está pasando en la América de habla hispana, y de la fuerte unión que están experimentando autores de todo el mundo hispano, así como del ruido que están haciendo fuera de las fronteras de nuestro idioma.

E: Hay otra clave: la lectura. Ante la poesía de Pablo Piceno imagino las lecturas que sustentan cada poema: las de poetas eruditos, intelectuales, a los que él insufla vida. O ante la de Irma Torregrosa, que enlaza con la poesía doliente de autoras como Pizarnik, Idea Vilariño o la propia Di Giorgio. Tirando de Torregrosa, una divergencia con respecto a generaciones anteriores es —creo— la presencia de mujeres. En las lecturas para esta antología me fascinaban sus discursos, que discurren en paralelo y a distancia de los de los hombres: si bien ellos, salvo alguna excepción, tienen bastantes puntos en común —de estilo, de discurso, de referencias—, no sé qué une a Diana Garza Islas y a Daniela Rey Serrata, o a Andrea Alzati y a Frida Librado, más allá de escribir en el mismo tiempo y en el mismo espacio.

L: Tienes razón. Cuando leí a Clyo Mendoza o a Xel-Ha López por primera vez pensé, ¿de qué mundos vienen? ¿Cómo es posible que escriban desde lugares tan distintos? Aquí vuelve a entrar lo político. Pienso en una gran poeta mexicana, Sara Uribe, solo un poco mayor que estas autoras. Tiene un estilo desgarrador y profundamente femenino, que no le impide ser crítica con su sociedad, y mostrarla —quizá— de la manera más salvaje que existe. Su libro Antígona González es una de las mejores representaciones del miedo y la rabia en México que yo haya podido leer.
En este sentido, la poesía de Aleida Belem Salazar o Dante Tercero guarda una única cosa en común, a la que ya me he referido antes: la cercanía a la realidad, a la tierra, y a la sangre, aunque sus maneras de conformar un poema luego sean radicalmente distintas. Algunas más felices, otras más enfermas, otras más torrenciales y otras muy concisas.

E: Y ahí entramos en la expansión de lo político... Lo político asumido, que no entendido sin más —es decir, madurado e insertado con naturalidad—, como en España estamos empezando a intuir: en el discurso propio. La poesía política de estos autores, su voluntad de intervención, abarca más allá del discurso sequísimo que en España identificamos como social.

L: Exacto. Porque a pesar de ser un país ausente de tantas libertades, a la hora de escribir sus jóvenes autores sí que son libres, alejándose de todo miedo, de toda pose.

E: A mí estos poetas me muestran la libertad de sus decisiones: al escribir, al leer a otros... Podría ser una de las aportaciones de esta antología: revelar esa escritura sin prejuicios.

L: Cuando propusiste Los reyes subterráneos —un verso de Yaxkin Melchy— como posible título, pensé en esa libertad; en esa capacidad de ser únicos, de decir lo que quieren y de luchar con ello desde el interior de la tierra, para luego conquistarla. En los últimos años se han publicado en México un buen número de antologías, revistas y fanzines que recogen el trabajo de estos autores: desde la ya mencionada revista Órfico a Radiador Magazine o Tierra Adentro, hasta libros como Poetas parricidas. Generación entre siglos (Cuadrivio, 2014) o Astronave: panorámica de poesía mexicana 1985-1993 (UANL-UNAM, 2015) han sido una muestra de este delirio, de esta enorme fiesta creciente. Poner orden siempre es complicado, y más cuando hay tanto material donde seleccionar y tantas propuestas distintas. Sin embargo veo necesario tener a Esther M. García y su reivindicación feminista muy cerca de Ricardo Limassol, y sus pequeños episodios humorísticos y dramáticos con los que tanto marcó a quienes leyeron su libro Jóvenes del futuro, les habla su capitán. Con este título de Limassol, y con Los reyes subterráneos, siempre hay un carácter generacional. Por supuesto que esto no es nada hecho a propósito, incluso Gerardo Grande o David Meza tienen fantásticos poemas y manifiestos sobre su generación. Me pasa lo mismo con Esther M. García, ¿no tiene Bitácora de mujeres extrañas algo que ver con eso que decíamos de la imposibilidad de reunir a las autoras de esta antología?


E: Esta antología parte de una imposibilidad para alumbrar la posibilidad, entonces. No sé si lo habremos conseguido...

06 enero 2015

25 puntos para tratar de explicar qué está pasando aquí.


Llevaba escrita página y media sobre un asunto muy, muy importante sobre la poesía y sobre lo que había pasado en el último año y sobre un montón de cosas más, pero me he dado cuenta de que no hacían falta 1500 palabras para explicar todo esto, sino que más bien hacían falta pruebas. Datos, cosas tangibles llenas de un maravilloso olor a violetas: 

1. El post más visto de 2014 en mi blog fue este y, curiosamente, el segundo post más visto de 2014 en mi blog fue este otro

2. En PlayGround he escrito varios post que me han emocionado especialmente
-Xanax significa poesía en Mexicano (sobre la posibilidad de una Alt Lit mexicana)
-La poesía no existe, el lenguaje está de moda (autores chilenos nacidos en la década de los 90)
-Nacidos en los 90: estas son las escritoras que están llenando de vísceras la red (10 escritoras jóvenes en lengua española desde España, México, Venezuela o Argentina)
-La poesía invade Internet y lo llena de drogas, bestias y corazones (5 libros de autores jóvenes españoles publicados en la red)
-Y no me olvido de tantos otros textos sobre literatura rumana, canadiense o estadounidense en los que la búsqueda y la emoción es parecida. 

3. Esta antología absolutamente necesaria en donde se mezclan distintas voces y corrientes actuales de España y América Latina. 

4. Y también esta antología

5. Y esta, tan grande e internacional. 

6. Y sobre todo esta, que es la que ha dado pie a muchísimas otras cosas en las que seguimos trabajando. 

7. Otro artículo bien divertido y necesario sobre la Alt Lit en Poesía Sub25. 

8. Todo lo que haya podido escribir Didier Andrés Castro sobre la poesía hispana joven y la alt lit (I y II) o sobre las nuevas voces colombianas

9. Las reseñas y traducciones de José María Martínez. 

10. La revista Sorbo de letras, desde Venezuela. 

11. El blog Revista Órfico, desde México. 

12. La revista Matavilela, desde Ecuador. 

13. Este poema de Óscar García Sierra

14. Este poema de Jesús Carmona Robles

15. Este poema de Malén Denis

16. Este poema de Berta García Faet

17. Este poema de Arturo Sánchez.

18. Este poema de Crhristian Bafomec

19. Este poema de Maximiliano Andrade

20. Estos poemas de Alberto Acerete

21. Este poema de David Meza

22. Este encuentro en La Casa Encendida de Madrid. 

24. Este artículo sobre el encuentro de Los perros románticos en Guadalajara de Martín Rangel. 

25. Y estos dos vídeos (I y II) que sólo pudieron hacerse gracias a Kevin Castro y a Didier Andrés Castro.

Están pasando cosas,
creo. 

26 diciembre 2014

Sólo pido un momento de belleza (resumen en imágenes y palabras de mi 2014).

(No hace falta que lo leáis, sólo es mi vida)


Enero
Qué iba a pasar y quién podía saberlo. Después de dos años en Barcelona trabajando como becaria en Random House, decidí marcharme y comenzar como redactora en PlayGround Magazine. Un equipo, una nueva casa, un sitio en el que edificar, y por el que despertar. Las opciones eran una beca en París, dejar la Universidad, cambiar de vida. Yo dejé París, dejé la Universidad, cambié de vida, junto a Ibrah, Isaac, Josune, David, Franc, Natxo, Alba... Luego la visita de Tao Lin, luego también La Casa Encendida y el encuentro Literatura Alternativa o Alternativas a la Literatura con Carlos, María e Ibrah. Luego qué iba a pasar y quién podía saberlo. Una moneda oscura tanteaba la cara y la cruz del mundo, sin una posible verdad, pero con muchas esperanzas. 




Febrero
Un avión de 7 horas me hace cruzar el océano por primera vez en mi vida. Aquí estoy, esto es Nueva York y vengo para presentar VOMIT y para conocer aquello que desde hacía cuatro años venía amando: la Alt Lit, los escritores de allí, de ese lado del mundo que me habían hecho sentir libre con sus letras ahora me daban alcohol en Booklyn, me recitaban poemas (conocer a Dorothea Lasky, enamorarme de Sarah, de Jordan, de Rachel, de las botellas de agua pijísimas, de las cervezas y el vino blanco baratísimo, del olor del metro a las 5 de la mañana un San Valentín). Me quedé llena de vida y llena de brutalidad. Me prometí que con Jordan DeBor me tatuaría "Los perros románticos" en una pierna. Me repetí que volvería pronto. Que volvería pronto. Que volvería... Fin de semana en Niza. Al poco de regresar de NY le digo a Ibrah que le quiero llevar al sitio donde viví entre los 15 y los 16, el lugar donde empecé a escribir y donde me enamoré y desenamoré por primera vez. Comemos socca, hacemos el amor en un hotel junto a la playa, vemos a antiguos amigos (mi querido Victor que antes era pequeño y ahora es más grande que yo). Ese fin de semana mi madre me dice que vaya a Almería pronto. Yo le digo que claro, que iré muy pronto. Ninguna de las dos sabíamos, pero sabíamos. Iría pronto. El azur cruelísimo de la costa nos lo estaba señalando. 







Marzo
Me llamaron para la un programa de La 2, y dije que vale. La tele en directo no me dio miedo, porque lo que me dio miedo fue el día siguiente. Yo acababa de hablar con papá y mamá y ellos estaban algo extraños. De vuelta a Barcelona, el mismo día que Leopoldo María Panero fallecía y desolaba a medio planeta lector, mi padre me dijo que pronto iba a pasar. Que iba a pasar. Que iba a pasar y entonces estuve un mes entero intentando que el sol del sur nos diera toda la puta fuerza del mundo. Amé con todas mis fuerzas. Leí poemas de Reinaldo Arenas, de Cirlot, de César Vallejo, de Los Perros Románticos, porque no sé rezar. Leí y escribí, y trabajé y no dormí y agarré bien fuerte las manos de papá y mamá porque el mes de marzo se consumía tan lento y tan rápido como la vida. Como la vida. Como la vida. Y entonces llegó el día 31, y odié abril y odié al cielo, y amé con todas mis fuerzas a ese cuerpo que ya era ceniza y a ese corazón que a pesar del fuego yo llevo aquí, latiendo en mis recuerdos.Vino la tristeza. Vino la familia. Vino el mar. Vino el dolor. Todos nos despedimos de La Gaviera. 





Abril
Sonreír es una manera de recordar. Tatuarse es una obsesión por dejar huella. El amor es una manera de vencer a la muerte. La amistad es lo que nos mantiene sonrientes. Por eso me tatué una sirena, que en realidad es ella. Por eso Letizia nos llenó la piel de barcos. Por eso Ibrah fue mi salvación. Por eso Mai me dio tantos abrazos. Por eso entre trabajo y más trabajo las visitas de Johnny y Lucy, o las de Chus, Pepa y Antonio fueron tan importantes. 






Mayo
La literatura sirve para curarse, y por eso cuando Barcelona fue invadida por algunos de mis escritores preferidos salí a la calle para entrevistarlos en PlayGround. Conocí a Sheila Heti y a Gonçalo M. Tavares, y supe que ante mí había algo más que autores, eran personas, y eran medicinas, y eran pura vida. Intercambié un montón de mails con Sheila hasta que tuve que volver a viajar por la muerte. Mi abuela, que llevaba años enferma, no pudo soportar la pérdida de Ana, su hija, y entonces se dejó ir. Las dos se marchaban un día 31 y mayo tenía el color feo de las primaveras que no quieres que lleguen porque pican y porque dan náuseas. Sheila acababa de ver morir a su perro, y entonces me dijo que sabía en en alguna parte del mundo mi madre y mi abuela, mis dos sirenas, estarían bien cuidadas por su precioso perro. Los ladridos, los ladridos y los perros me mordían suave y yo sentía un poquitito de esperanza. 



Junio
Cosas hermosas se acercaban. Empecé a escribir El arrecife de las sirenas, un libro que no sé de qué va pero que algún día irá, porque crece y crece como mi ánimo tembloroso. Nos fuimos a Oporto y a Lisboa y allí decidí que quería ser mamá, y que lo intentaría y que lo haríamos, y que dejaríamos que ocurriera si nuestros cuerpos lo permitían. A finales de mes, otro evento alegre me puso una sonrisa en la cara: la boda de mi amiga Mai y de mi amigo Albert. Hacía tiempo que no reía tanto. Y hacía tiempo que no sentía que de verdad tenía unos buenos amigos en los que confiar y con los que crecer. Crecer. Crecer. Crecer. Como crecía El Gaviero, que daba a luz a este hijo precioso que se llamó Serial, y que es sólo el principio de todo el homenaje y toda la poesía que nos queda por hacer a papá y a mí. 





Julio
En julio todo fue extraño. Muchísimo trabajo en PlayGround, y algunos episodios divertidos como mi visita a un rodaje porno con Amarna Miller. Lo más emocionante de todo, sin embargo, fue una llamada por Google con Didier Andrés Castro y Kevin Castro. Con ellos, preparamos el primer encuentro de poetas jóvenes en lengua española en Hangout. Aún no tenía nombre, pero pronto yo recordaría a aquel animal que rondaba mi cabeza desde el viaje a Nueva York. ¿Los perros románticos? Un grupo de Facebook, un montón de autores deseosos de compartir, y la certeza de que iba a pasar algo grande. Kevin y Didier son de esas personas que aunque nunca hayas visto sabes que en cuanto te las encuentres el abrazo va a ser brutal. Kevin y Didier vinieron también para curarme. Para curarnos. Para demostrar que aquí estaba pasando algo. Y joder, joder si pasa...



Agosto
Igual que julio pasó rápido y sencillo, agosto estuvo lleno de eventos importantes. El Hangout de Los perros románticos. El viaje a Sibiu, Rumanía, para encontrarme con Vlad, Catalina, y otros amigos rumanos que ya había conocido en 2013. Y también la visita a David, Carol, Aitana y Bidane, mi familia de Munich, a la que llevaba unos años sin ver, y a quienes deseaba encontrarme desde hacía tiempo. De Rumanía regresé sabiendo que quedan proyectos por hacer, porque cuando viajas todo es un chute. De Alemania regresé sabiendo que quiero formar una familia, y que quiero que sea tan hermosa y divertida como la de los Santos-Petterino.





Septiembre
Después de muchos meses, después de muchas correcciones, después de muchos quebraderos de cabeza, y ahorro, e ilusión... El mes de septiembre había llegado con una única meta: la visita de David Meza a España. Cuando vi a David llegando a Sants y cuando pude abrazarlo por primera vez sentí que me mareaba. Ojalá mi madre hubiera podido vivir este momento, porque David es, y será siempre, uno más de esta familia gaviera. El mes que pasó en España fue muy intenso y demasiado loco. Publicar El sueño de Visnu, además, fue todo un reto, y Pedro y yo casi lloramos cuando lo vimos salir de imprenta. Sus 500 páginas brutales, su diseño de Diego, su ilustración de Solóviev, el cariño de todos los que lo reservaron para tenerlo en sus casas y adorarlo tanto como nosotros lo adoramos. David llegó y llenó de dibujos animados nuestro mundo. A su lado todo parecía épico, por no hablar de cuando caminando con él por Joaquín Costa nos encontramos a Ben Brooks y se produjo un pequeño duelo de titanes. 



Octubre
Lo caótico, la felicidad, lo caótico otra vez. Bienvenidos a Mil novecientos violeta, un encuentro de jóvenes escritores, poetas nacidos en la década de los 90 que se encuentran en La Casa Encendida de Madrid con motivo de la visita de David Meza. Bienvenidos a la locura, a las peleas callejeras con personas que incluso intentaron insultar a David. Bienvenidos a la velocidad, a la droga, a la escritura dulce y violenta. Bienvenidos a la exploración de Madrid. Bienvenidos a una hamburguesa con Elena Medel, mi tío Óscar, David Meza y el centro del Universo. Bienvenidos a mi reencuentro con Moya. Bienvenidos a la publicación de Vuelo doméstico. Y a la creación del nuevo catálogo de El Gaviero. Bienvenidos a Arturo Sánchez, a María Ramos, a Gabby Bess. Bienvenidos a la posibilidad de una Alt Lit en español. Bienvenidos a la muerte de la Alt Lit angolsajona. Bienvenidos a las conversaciones interminables con papá. Y al sexo sin preservativo. Y al viaje a París lleno de queso y lleno de chocolate. Bienvenidos a los 27 años de Ibrah. Bienvenidos también a los éxitos en PlayGround, a los millones de visitas y al crecimiento del equipo. Bienvenidos a algo parecido a la felicidad, porque el año casi se acaba, y quiero que 2014 quede muy atrás. 






Noviembre
Hoy es 6 de noviembre de 2014. Cumplo 24 años y vamos en un tren a Girona. La vida no sonríe pero abrimos nuestras bocas con las manos hasta que la mueca sea amplia. Este noviembre he decidido ser fuerte. Este noviembre he decidido que mis 24 años serán luminosos y que mis 24 años serán los 24 años más tiernos de la vida. Estoy convencida de que algo bueno va a pasar, y aunque todas las pruebas de embarazo me dicen: no no no no y no, el horizonte me enseña algo hermoso. Es la segunda vez que cruzo el océano en un mismo año. Han pasado varios meses desde Nueva York, y esta vez pongo rumbo a Guadalajara. Voy para impartir un taller al que la preciosa Margarita me ha invitado. Conoceré la Feria, y conoceré la ciudad. Me quedo con la ciudad. No me gusta la Feria. Me quedo con la ciudad y con la gente, porque por tercera vez (después del Hangout y después de Mil novecientos violeta), Los perros románticos se vuelven más que tangibles. Aleida, César, Martín, Jesús, Augusto, Alex. Tengo un montón de nuevos amigos y el corazón me late demasiado rápido. ¿Sabéis cuando os miráis ese lugar de la piel donde habita una herida, y os dais cuenta de que ya ha cicatrizado? México curó mis heridas. Conocer a Jesús Carmona Robles y hablar con él de la muerte, curó mis heridas. Escuchar cantar a David Meza, y curarle la borrachera, curó mis heridas. Abrazar a Aleida, a Martín, a Margarita, a César, curó mis heridas. Descubrir tanta poesía desconocida, curó mis heridas. Porque hay cicatrices que nunca se curan del todo, sí, pero también hay voces que nos dan la fuerza suficiente para poder tocarlas, sin hacerse daño. Leo Tos, y lo declaro mi libro preferido de la vida porque sé que hay alguien al otro lado de este planeta tierra que ha escrito sobre la sangre con el mismo cariño, y que ha escrito sobre la madre con el mismo cariño, y que sabe, igual que yo, que estamos venciendo a la muerte. Ah. También es noviembre y me he comprado un pijama de lunas que brilla en la oscuridad. Esto me entusiasma muchísimo. Soy una niña. 





Diciembre
Qué iba a pasar y quién podía saberlo. Pasó de todo: me emborraché, me enamoré, me enfadé, me morí, me maté, me quise morir, me quise emborrachar, me quise llorar y me lloré durante días y durante larguísimas horas, me reí, me viajé, me escribí, me sangré tantísimo, me fecundé sin éxito, me reí tanto con los gatos y con mi padre y con Mai y con Kevin y con Didier y con Elena y con Alberto y con Arturo y con Chus y con Pepa y con Miguel y con Óscar y con Caterina y con Jesús y con María y con Vlad y con Catalina y con Josune y con Isaac y y con Valentina con Kika y con Letizia y con Lucy y con Los perros románticos y con los gatos y con mi amor. Mi amor que al fin se casa conmigo. 2015 nos traerá boda y nos traerá un libro nuevo (sí, en marzo salen Los estómagos y otras historias bonitas). Pero para cerrar el año, antes de casarnos en Almería, quisimos celebrar una pequeña reunión familiar a modo de despedida de lo que ha sido un 2014 difícil e intenso, dificilísimo y cruel. Me casé falsamente y me fui verdaderamente a Roma y allí comimos mucho y nos besamos mucho y conseguimos pensar en cosas buenas. Al fin te acabas 2014. Al fin te acabas y yo te digo adiós con esta mano que sólo desea una cosa...



Sólo pido una cosa, decía.
Sólo quiero un momento de belleza y un momento de silencio.
Sólo quiero que después de tanto y tanto la vida logre parecerse a este instante en el que la maternidad y el calor recorre las pieles amadas. Me da igual haber sido cursi. Me da igual haber sido mala. Me da igual que haya erratas. Me da igual haber dicho cosas que no debía decir porque sé que lo único que puedo hacer ahora es decirlas. 
Sólo pido una cosa mientras pongo una vela en una iglesia de Roma en donde los que rezan piensan en sus enfermos. 
Dadme belleza. 
Dadme silencio. 
Dadme sus manos.
Prometo responder con toda mi ternura.