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13 marzo 2013

Menú de drogas: tres libros de tres chicas que me gustan.


Mamma Andersson
Para esnifar: la poesía de Mira Gonzalez. Sexo. Adolescencia. Semen en el estómago. Versos que no son versos sino pequeñas historias muy íntimas. En la línea de Megan Boyle, Ana Carrete o Ellen Kennedy (esa pasión por lo anecdótico, por encontrar la flor en la basura, por desnudarse, psicoanalizarse, hablar de tú a tú...). Su primer libro I will never be beautiful enough to make us beautiful together (Sorry House, 2013) es uno de los mayores exponentes de lo que está haciéndose ahora en EEUU. Una poesía tan distinta a lo que en nuestro país llaman poesía. Un retrato de la propia Mira, tan loco, divertido y necesario.

Para chupar: las viñetas de mi querida Power Paola. Mañana sale a la venta Virus tropical (Reservoir Books, 2013) su primera novela gráfica. Una especie de autobiografía que a mí me recordó bastante a películas como Fucking Amal o a otros cómics como Ghost World. La primera vez que leí su Virus también pensé en jóvenes dibujantes españolas, como Blanca Miró. Una vez más la adolescencia, la pérdida de la inocencia, la relación con los padres, la intimidad desvelada... Quiénes somos y en qué queremos convertirnos. Ese es el verdadero virus. Una enfermedad que no deja de azotarnos en todo momento, aunque los días de la más tierna juventud ya queden lejos.

Para pincharse: las... ¿canciones? Los... ¿poemas? Los... ¿alaridos? Las... ¿terribles imágenes que Maite Dono nos regala en su nuevo libro, Sobras (El Gaviero, 2013), y que tan intensas entran en nuestras venas? Sí. Ha vuelto Maite Dono y hay que agradecer a los dioses que por fin podamos tener otro de sus libros con nosotros. Empezaré primero por lo “malo”: creo que es un libro difícil de digerir. Me diréis: “las sobras siempre lo fueron”. Y es cierto. Se trata de un libro difícil de digerir a propósito, porque lo que en él encontramos no son cosas bonitas, no son cosas agradables. Lo que no es fácil de escribir tampoco es fácil de digerir. Y por eso pienso que un lector que no conozca el trabajo previo de Dono, quizá no llegue a comprender el motivo de estos versos. Sobras es la segunda parte de Circus girl (El Gaviero, 2009) sin duda. Si en el primero se predicaba el “Mamaíta no soy mala”, y había un fuerte rechazo y posicionamiento ante la hostilidad del amante y de la madre, en el segundo la maldad no viene de terceras personas, sino del propio mundo. Ibuprofeno, o Desierto de Sonora Para obtener la Visión No dormir No dormir jamás nunca Quedarse así por culpa de amar Daturas o amapolas con saliva, y tragar Tragar cerrando los ojos Sonora y sola en el desierto del sueño […] Los poemas aquí no son tampoco poemas. Son canciones, alaridos, juegos de palabras, tinta prohibida, fuerte, dispersa. 

17 enero 2013

¿Superpoderes? No, gracias.

Hoy ha salido a la venta El rayo mortal, de Daniel Clowes. Una historieta breve  sobre unos extraños adolescentes que me ha recordado bastante a Ghost World, mi libro favorito del mismo autor. Aquí las protagonistas no son Enid y Rebecca, sino dos chavales de unos diecisiete años: Andy y Louie. El primero es huérfano y delgaducho, el segundo es un gafotas que detesta a su familia. Parecen salidos de Freaks and Geeks. Los dos son raros. A los dos los detesta mucha gente. Entonces, cuando Andy descubre su "don", ambos deciden salir a la calle y tomarse la justicia por su mano...  Me da la impresión de que los disfraces, las mentiras y las fantasías de Andy y Louie tienen más en común de lo que parece con las de las chicas de Ghost World. Al fin y al cabo lo único que intentan estos cuatro personajes es huir de la monotonía. Del pasado. Del asco que les produce la vida en esos pequeños lugares en donde todos quienes les rodean parecen rematadamente estúpidos. El rayo mortal, entonces, es el arma que cada uno de nosotros habríamos deseado poseer durante nuestra adolescencia, para hacer desaparecer de una vez por todas aquello que detestábamos o aquello que tanto nos molestaba. Porque no es un gran poder lo que conlleva una gran responsabilidad, sino el ánimo adolescente. Eso sí pesa. 

13 agosto 2010

Una noche de fieshta.


1. Que el aliento huela a cerveza
2. Mear en el arbusto real
3. Los aspersores son higiene para el pueblo
4. La fiesta con los becarios de Público acabó casi en mi portal
5. Javier Salas es el periodista que más mola
6. Ibrah prepara pizza
7. La pizza tarda en descongelarse
8. La pizza no se descongela
9. Venga ya
10. Te odio forno di pietra, oferta de Día para recién independizados, que no casados, para recién heridos por la manera de mirar de los otros, para recién celosas, hongos dentro de mí, neopreno en el corazón: no tengo tanto sueño y nunca. Nunca. Nunca se descongela.

28 junio 2010

La fiesta portátil.


-Lo odio. Odio todo lo que hay en este museo. Ojalá pudiera explicar por qué. Todo está muerto. Somos momias.
-Corta el rollo. -Ruby tuerce el labio-. Lo que pasa es que todo es una puta mierda. Lo era entonces y lo es ahora. Me limpio el culo con toda esta mierda prerrafaelita. No sabéis la suerte que tenéis en España de no tener prerrafaelitas. Me cago en los prerrafaelitas y en el puto William Blake.
Javier Calvo
Lesbianas o no: parejas de chicas que molan. Enid y Rebeca, de Daniel Clowes. Margarita (Jenny) y Ruby, de Javier Calvo. Faye y Julie, de David Foster Wallace... parejas que nos ayudaron a perfilar a nuestras Djuna y Amanda, pues ellas no son más que una repetición de ese modelo: chica blanda y chica dura, chica masculina y chica femenina, chica punk y chica pija, chica nerd y chica bonita. Ayer terminaba el segundo relato de Calvo incluido en Risas enlatadas. Las protagonistas me recordaron a las de Ghost World, pero también a las de La niña del pelo raro (por ellas mi obsesión lésbico-ficticia). Las chicas de Calvo me invitaron a ser su amiga, la de ellas. A comprarme botas militares y a fumar canutos delgados mientras pisaba hojas secas sobre la acera con cara de mala leche. Las chicas de Calvo podrían tener la tez blanca. Podrían ser perfectamente como aquella otra que aparece en el vídeo de The Straglers. Strange little girl, where are you going? Además las chicas de Calvo viven en Londres y estoy segura de que si se rapan la cabeza llevarán tatuado en el cráneo el mismo dibujo que la niña del vídeo (ese corazón extraño que me quiero tatuar en el costado). Es la marca que todas las de su raza portan. Que todas las chicas extrañas, nunca tristes, portan. Todas las chicas que molan: las que viajan en autobús a ninguna parte, sin miedo y de la mano, sin miedo, de la mano, sin miedo a ninguna parte.

24 enero 2010

Mujer Pública: traslado.

*Nota informativa: A partir de esta semana trasladamos la columna Mundo fantasma a los martes, ya no aparecerá a los jueves, como era costumbre. (Esta foto, por cierto, es de la madrugada del 31, creo que Ibrah y yo fuimos los primeros en comprar la prensa, calentita, recién sacada de la furgotena, cuando volvíamos de la fiesta zombie de la No Nochevieja. La Latina rules. Echo de menos ese día y ese frío).

27 octubre 2009

“Tengo un coño pegado a la cara”.


a) Fóllame (o Lo que subrayé de Teoría King Kong de Virginie Despentes mientras me rascaba las picaduras):
Cuando te vuelves una chica pública, te dan palos por todos lados, de manera muy particular. Pero no hay que quejarse porque está mal visto. Hay que tener buen humor, tomárselo con distancia y tener un buen par de cojones para aguantarlo. Todas esas discusiones para saber si yo tenía derecho no a decir lo que decía. Una mujer. Mi sexo. Mi cuerpo. En todos los artículos, más bien de forma amable, por cierto. No, no se describe a un autor como se describe a una mujer. Nadie cree necesario decir que Houellebecq es guapo. De ser una mujer, y si a un número igual de hombres les hubieram gustado sus libros, habrían escrito sobre él que era guapa. O fea. Pero habríamos sabido lo que piensan sobre el tema. Y habrían intentado, en nueve de cada diez artículos, cantarle las cuarenta y explicarle, en detalle, por qué este hombre era tan desgraciado sexualmente. Le habrían dicho que era culpa suya, que no hacía las cosas correctamente, que no podía quejarse de nada. Y de paso, se hubieran reído de él: pero has visto qué cara tienes. Habrían sido extraordinariamente violentos con él, si, como mujer, hubiera dicho sobre el sexo y el amor con los hombres lo que él dice sobre el sexo y el amor con las mujeres. Con el mismo talento no hubiera habido el mismo trato. No querer a las mujeres, cuando se es hombre, es una actitud. No querer a los hombres cuando se es mujer, es una patología.
b) Ladro y muero:
El próximo jueves, en principio, comienzan a publicarse mis nuevas columnas para Público bajo el título de Mundo Fantasma. No confundir con la Zona Fantasma de Javier Marías (“Yo leo El País Semanal”). M. F. es un homenaje a Daniel Clowes y a las botas de Enid. No será el Diario Adolescente que sacamos el pasado verano pero intentará mantener una línea como la que viene viéndose durante el último mes en el blog del periódico. Mundo Fantasma fue título de uno de mis primeros poemarios (esos que se quedan en el cajón porque son una jodida mierda, esos de los que una se avergüenza, esos que con los años se hacen más polvorientos, y huelen a 50% piruleta, 50% muerte). Mundo Fantasma es una pintada en mi carpeta. Es un tatuaje rechazado, sustituido por el infinito. Mundo Fantasma es un recuerdo a los versos otoñales de Ángel González. Es una patada en los cojones a quienes leen esto y me tachan de P, M, o J. Mundo Fantasma es una estética monelliana. Un vómito a los que dicen: . Un acorde de la cabeza rapada. Un sarri-sarri en el centro de la pista del instituto (cuando mis tíos eran jóvenes y me llevaban con ellos a los saraos punk). Mundo Fantasma es mi trabajo. Es sólo un trabajo. Es una angustia. Un miedo a la tecla. Un silencio. Un punto de vista. Una vista hacia un punto lejano. Una voz que (se) me apaga.
c) Retardomodernidad: viva el mongo-way.
Leo un foro y sólo veo a ‘modernos’ meterse con ‘modernos’ por creer que éstos se creen más ‘modernos’. Ser moderno no está de moda. Ser retrasado sí. Cada día somos más, córtatela ya papá, canta Siniestro Total. Cada día somos más, cada día más. Pues somos retardomodernos y por eso nos odiamos.
d) Poetry is not dead:
Terminar un poemario es como abrirse en canal con las tijeras de cortarse las uñas. Los cortaúñas me recuerdan a la escena de La Broma Infinita –ese libro que no se vuela en la playa y que sirve para aplastar medusas- o bien –ese libro que aún no he terminado- o bien –ey chicos, el viernes día seis es mi cumple, venga, que sólo os cuesta treinta pavos regalármela-. Una escena, decía, en la que Hal Incandenza se corta las uñas de los pies mientras habla por teléfono. Hal Incandenza me recuerda al poeta García Madero y no sé muy bien por qué. Quizá por ser Rimbauds pornográficos. Por estar muy buenos. Porque quiero ser como ellos. Porque no lo soy. Terminar un poemario es comenzar otro. Comenzar un poemario y titularlo como el anterior (añadiendo Vol. II al final del enunciado) es como pisarle la cola a un gato. O masturbarse sin ganas. O saber que aún te quedan diez años de vida estéril. Porque mis poemas son pensamientos estériles. Y me da igual lo que a veces sé: estás hablando de tu vida, ególatra existencial, porque yo no hablo de mi vida, sino de lo que la rodea. En la película Party Monster (que no deja de ser otro Mundo Fantasma homosexual, drogadicto y techno) uno de los protagonistas finge escribir una novela durante todo el filme. Así. Yo también finjo escribir un poemario durante todo mi cuerpo vivo. Y releyendo a Valente en las escaleras del Edificio encontré esto: y, sin embargo, cuento mi historia, recaigo sobre mí, culpable de las mismas palabras que combato.
e) Como en el anuncio de McDo: la carne es más cercana de lo que piensas.
No he visto la serie Californication y tampoco he leído todo lo publicado sobre Bukowski. No he ido a renovar el DNI y tampoco he comido en el McDo. No he escrito el trabajo de Géneros Informativos y tampoco he leído El economista camuflado. No me he cambiado de bragas ni tampoco me he puesto perfume. No he follado hoy y tampoco lo haré mañana. No he ido nunca a Berlín y no conozco el Wurlitzer. No he comido postre y tampoco tenía hambre. No tengo ganas de escribir y sin embargo grito.
f) Animalita inexpresiva, pero enamorada.
Me preocupa no tener tiempo. Me preocupa lo que va a pasar mañana. Me preocupa irme. Me preocupa que se vaya. Me preocupa decir algo malo. Me preocupa que diga algo malo. Me preocupa no entenderle. Me preocupa que no me entienda. Me preocupa no hablar. Me preocupa que no hable. Me preocupa que se canse. Me preocupa cansarme. Me preocupan muchas cosas. Me preocupa que el árbol de mi ventana aún no esté tan amarillo como ese que me ha enseñado Peio, esta tarde, durante el paseo de Caleruega. Me preocupa que mi profesora no se ponga sujetador. Me preocupan muchas cosas. Muchas antes que nosotros porque nosotros nosotros no me preocupa nosotros nosotros todo va bien, sí, así es, todo va bien y eso me preocupa.
g) Punto.
Gé.
h) Quiero ser como Valerie Mréjen, pero yo cuando como engordo.
Utilizo esta taza desde hace un año y aún no la he limpiado. Tiene manchas de café, de yogurt líquido, de grumos de Colacao y de Nesquik (comodidad instantánea para los días impares), de té rojo, té negro, de manzanilla, tila. Tiene tila desbordante y restos de magdalena adheridos a la pared, como si yo conociera el paladar de Proust, como si yo imitara su gastronomía pomposa y sus maneras. Esta taza guarda más sabores que si tuviera mil años. Esta taza tediosa de todas las mañanas y dolores de estómago y gotas de hierba y sacarina espesa. Son las seis de la tarde y no importa qué hora sea. Leeré esto mañana y sonará distinto. Leeré seis de la tarde y será pronto. No comeré magdalenas, pero merendaré cruasanes.
i)Tengo un coño en la cara (o unos versos de Anne Sexton, y ya me voy).
Dulce peso,
en celebración de la mujer que soy
y del alma de la mujer que soy
y de la criatura central y su felicidad,
canto para ti.

17 abril 2008

Devil got my woman.







Fotos de Ana Santos, decorando la terraza o Universo, y mi parte favorita de Mundo Fantasma.

04 enero 2008

17 junio 2007

27 mayo 2007

La última semana.


Joder ¿ya te vas, ahora quién va a ayudarme con la tarea de español?
Sospechosamente los alumnos de la clase 612 de mi instituto han mejorado sus resultados poco a poco, la presión de tener una compañera española entre ellos y la vergüenza de confundir el verbo ser y estar les ha llevado a estudiar más que nunca nuestro idioma. Ahora que Niza se acaba todos vienen a preguntarme si el año que viene seguiré ayudándoles a corregir sus redacciones a través del Messenger, qué remedio, les contesto.

Queda una semana y las despedidas ya han empezado, el viernes pasado mi mejor amigo Stéphane se fue a Estocolmo y no volveré a verle, antes de que subiera a su coche mientras le ayudaba a cerrar la tienda de lomografía le pedí por favor que me escribiera y le recordé que cuando se cansara del frío podría venir a visitarme a Almería, allí se puede tomar el sol.
Después de decirle adiós lloré un poco. Lo peor fue imaginar que a la semana siguiente tendría que hacer lo mismo con todos mis amigos. No soporto las despedidas.

23 abril 2007

MUNDO FANTASMA


1. Escena común, último mes en Niza.


Una anciana mira al cielo con la esperanza de encontrar otro sol. Una niña mira al suelo esperando que la hierba crezca azul y enrolle los dedos de sus pies con margaritas.
Es común en esta esquina lamer la sangre del que aún duerme.
Es costumbre en esta tierra azotar la espalda del que vuelve.
Es tan triste acomodarse en la amargura de lo cotidiano.