Mostrando entradas con la etiqueta Betty Blue. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Betty Blue. Mostrar todas las entradas

26 diciembre 2013

10 diciembre 2013

Destellos y silencio, pequeña antología de la poesía joven europea (6): Rita Chirian.

Begoña García Alén 


Rita Chirian (Rumanía, 1982) es una de las poetas más importantes del momento de su país; pero también, me aventuraré a decir, de Europa; pero también, diré, del Mundo. Traductora, profesora de Literatura en Sibiu y autora de tres libros que han sido un fenómeno a nivel nacional. Su último libro publicado es Asperger, un volumen cuyas temáticas son la enfermedad, el egoísmo, la juventud, la ficción, la magia, la superación del dolor, la Literatura. 

Pienso mucho en su Asperger cuando trato de delimitar una línea que una a todos los escritores jóvenes que desde hace un tiempo vengo leyendo. Precisamente hace poco la periodista Begoña Gómez publicó en La Vanguardia un artículo a propósito de la "Generación Asperger" (la también conocida Alt Lit), un nombre que ya se venía utilizando en los blogs y en las revistas de EEUU y que define a esta generación literaria creciente. Es curioso, ¿verdad? Que sin conocerse los unos a los otros. Sin haberse leído. Sin tener la mínima idea de que sus nombres podrían existir más allá de sus ciudades, una palabra, una enfermedad y una literatura acabaría por unirles.

Rita Chirian me recuerda a Dorothea Lasky, pero también a David Meza, o incluso a Layla Martínez. Tiene algo de bruja, algo de hada, algo de surrealista, algo de domadora de bestias.

Conocí a Rita Chirian hace a penas unos meses. Vi su cabello rubísimo aparecer en una sala en la que leyó sus poemas con una voz fuerte y perfecta. Lo hacía en rumano, pero yo sentía como que la entendía, porque su rostro era expresivo y su poesía me golpeaba.

En esta ocasión he contado con Daniela Camacho para que me ayudara a poder publicar uno de los poemas de Rita en español. Eterno agradecimiento a Daniela, por su ayuda y apoyo con este proyecto. Eterna alegría, además, pues ver juntos dos nombres de esta talla es una verdadera gozada.

Y ahora atentos, silencio, que vienen, son destellos:




DIVISIÓN


y preguntaste cuál era mi poema favorito, y yo quería contarte una pequeña y confusa historia, sobre un verano tormentoso y zapatos llenos de barro, sobre un techo y las uñas recortando círculos y líneas, y sobre el agua que no es suficientemente profunda todavía, acerca de un gato castrado y su encuentro casual con una luciérnaga, sobre una mujer con labio leporino golpeando la fina madera de la puerta, día y noche, gritando, ¡si estamos juntos aquí!, ¡horarios!, ¡higiene!, y de los días con cajas perfectas y alineadas, me desharé de todo, me adoraré hasta los 30, y sobre los gestos diminutos de inventar un orden y un límite, acerca de los pies fríos y pequeños corazones que puedes tomar con dos dedos, y piensas: una pequeña y confusa historia sobre la vaga desesperación de enero y sobre la pesada desolación de las farmacias nocturnas, sobre un cenicero hecho pedazos, la patada de reproche, el llanto con hipo de yo-no-quería, sobre los primeros platos y los vasos de cristal muy grueso, y sobre la improvisación de trampas para los animales de la casa, sobre el sabor metálico de los sótanos y sobre las pelirrojas a quienes estás silbando algo que ya no recuerdas, y luego rodar escaleras abajo, y el delgado hilo de sangre, sobre vasijas que propagan una flora sin color, sobre un hombre joven que habla incesantemente de pianos verticales, ¿cómo los llaman?, y acerca de las gotas de sudor que son las palabras más nuevas, uno-dos-tres, y sobre una mañana que comienza con remolinos de nieve, y quien abandona es, primo, un cartógrafo, niño idiota, largo de aquí, y tú, recoge tus cosas, maldito, acerca de páginas húmedas y entrecortadas y ropa puesta a secar en el radiador, ojos y nariz, medio cuello, y sobre un lugar desde donde vemos las luces de la ciudad, y los pensamientos alienados, el hilo de sílice está ahora en uno de sus bolsillos y muy pronto dará latigazos al aire, aquí nadie escuchará el zumbido, nadie verá los dedos agarrando, y sobre la inflamación, remembering is not equal to politeness strategy, igualmente, cada vez que él –, la máquina advierte y prohíbe y castiga, y sobre un índice tenaz, tontos, gallinas, pregunta, ¿con qué ingresos puede justificar el uso de pieles, señora?, y sobre el aroma de las habitaciones sin luz natural, sobre abultados cojines escarlata, sobre decorados lacados en las paredes, tortugas y elefantes sabios, acerca del amor como juego de manos, baby, sobre las manchas de carmín lavadas con lejía, y sobre los pequeños gusanos internos, su pulpa neuronal y su gin sentimental, pero nadie meterá ahí la cabeza, ni siquiera tú, asesino despistado, y sobre un hombre limpiando el desastre, sobre las alcantarillas tragándose el temblor y la náusea, y recuerdas: una pequeña y confusa historia sobre gorriones que se precipitan hacia la rejilla del calefactor, y sobre ese malicioso baño de polvo que es cada vez más parecido al dolor, y acerca de las carreteras, y un tercio de cielo despejado, suficiente al fin, y sobre los abrazos hacia dentro, sustancias con nombres complicados, por lo cual es útil endulzar y mentir, pequeña hoja, pequeña mariposa y pequeña niña, y sobre enrolladas alfombras rojas, sobre la mejilla pegada a las baldosas y sobre la frialdad más real que cada célula, una pequeña historia confusa con nosotros siendo, demasiado tarde, llamados a lavarnos las manos.
Rita Chirian
(traducción de Daniela Camacho)

09 marzo 2013

The morning that God abandoned his throne.


Betty Blue
Hace unas semanas Robert Duncan Gray, el editor de Housefire Books, me propuso un reto: él me mandaba dos documentos secretos y yo escribía un poema inspirado en ellos. Me encantó la idea, así que acepté, llamé a Jeremy Spencer (editor y traductor de mi Bluebird and Other Tattoos) para que me ayudara con la versión inglesa del poema y me puse manos a la obra.

Ahora leo el texto publicado aquí y sólo pienso en los días en los que está escrito: antes de la mudanza, mientras ultimaba la traducción de Tracy K. Smith, cuidaba de un marido enfermo, y el Papa anunciaba que nos abandonaba. Para mí no es exactamente un poema, sino una pieza más de ese “a modo de diario” que a veces puebla estas páginas... y aunque originalmente no lo hice, hoy se lo dedico a mi padre. Él sabe por qué.


The best was having nothing. No hope. No name in the throat.
And finding the breath in you, the body, to ask.

Tracy K. Smith


I
Primero nos quisimos con alientos negros.
Entregábamos nuestras lenguas
al hedor de la mañana,

entregábamos.


II
El camión de la basura corrigió el olor
apartando de nosotros cada bolsa
de ropa vieja, cada cremallera,

cada tacón.


III
Después: el desayuno. Grillos acomodados
en la garganta de un periquito
en la garganta de cuántas gaviotas

furiosas.


IV
No sabes qué es la envidia
pero sabes qué es la muerte.
No sabes qué es la envidia,

o viceversa.


V
El trabajo y las palabras, cuatro
tristes mariposas. El llanto porque
no pagan, cuatro tristes canciones.

¿Quién las tararea?


VI
Europa envenenada de globos.
Es un virus que se extiende
y nos convierte en animales.

Se parece a la galaxia.


VII
No entiendo lo que cuenta Dennis.
No entiendo lo que cuenta Tracy.
No entiendo lo que cuenta Sylvia.

No entiendo mi adicción a qué.


VIII
Comemos y dormimos largas siestas.
Otra botella de vino. Otro cigarro
para afrontar la tarde. Para salir

de ti.


IX
Las vacas hacen muuuu.
Los salmones: chop chop chop.
El amor siempre nos dice:

hahahahaha.


X
Por último, en la cama, animales olorosos.
Por último, en la cama, mareados por la droga.
Por último, en la cama, rezamos al Señor:

que esta noche, por favor, no me despierte sin manta.

14 enero 2013

Bluebird and Other Tattoos: romper el cascarón.






Casi dos años y medio después de comenzar el embarazo, aquí, de este huevo morado, surge Bluebird and Other Tattoos. No podría estar más feliz. Gracias a Jeremy Spencer. Miles de gracias.

15 agosto 2012

Bluebird and Other Tattoos (II).

Más noticias bonitas y autobombo esta semana: ya se puede encargar Bluebird and Other Tattoos que aparecerá el 10 de septiembre en Scrambler Books, para hacerlo (quien lo quiera) pulsad aquí. También hay información en Goodreads y también se puede adquirir junto al libro de mi colega Richard Chiem, aquí, que a su vez es autor de Vomit, la antología que llevamos tanto tiempo preparando.

La edición de Bluebid and Other Tattoos cuenta con los poemas originales en español así como con sus traducciones al inglés. Como ya expliqué que ocurriría con Musa ammalata -la versión italiana de este proyecto-, esta edición cuenta con poemas publicados o inéditos escritos entre 2005 y 2011. Se divide en las secciones Sick rose, El neón de siempre, Cumplir veinte años y La tumba del marinero, que más o menos se corresponden con los títulos que he publicado anteriormente en España. La portada, lo dije, es de Betty Blue, y la traducción de Jeremy Spencer, un fantástico editor que me ha tratado de fábula desde que nos conociéramos, hace dos años, a través la red.

Si queréis ver algún adelanto o más información aquí hay algunos poemas: en Pop Serial o en la antología Very Beautiful Woman; y aquí alguna entrevista, en HTML Giant y We Who Are About Die

Eso es todo por el momento. Gracias por el apoyo. Os mantendré informados. 

15 abril 2012

El rey mató al elefante.


Betty Blue
Yo, con la sombra hasta el cuello.
Olga Orozco


Introducción estomacal:

Yo, con la sombra al cuello y el tratamiento expandiéndose por encima de la cicatriz. Tú, echando de menos la mirada del humano: sólo hay pelos de gato pero has limpiado la casa, me dices, has limpiado la casa para no sentirte solo entre tanto resto que no es mío, que es tuyo, que ni siquiera es tuyo, que es pelo de gato porque sólo hay pelos de gato desde que la ciudad desapareciera del marco de la ventanilla. Yo, con la sangre hasta el cuello. El dolor de un bulto hinchado que no nos deja respirar y por eso asusta. Tienes que ir al médico, la perra de los vecinos se llama Luna, ¿has pedido cita? ¿Te sigue doliendo? A veces es mejor salir. A veces es mejor esperar la llegada de ese coche azul lleno de poetas y lleno de drogas. O para qué los poetas. Para qué las drogas si esta que lamo no quita esto que temo. No elimina. No sana. Entramos entonces al hogar y algunos se rieron de nosotros porque no comíamos carne. Minutos antes el Rey había matado al Elefante. El Rey había matado al Tigre. El Rey había matado al Búfalo. El Rey había matado a las Libélulas pero nosotros también éramos monstruos porque no comíamos carne. Con la sombra hasta el cuello y los animales muertos. Disparados. Muertos. Disparados. Muertos. En casa de la abuela no huele a nada. Me ha mirado y me ha dicho qué guapa estás pero sólo tiene un ojo. Le quitaron un pecho y ahora no tiene ojo. Le quitaron grasa y ahora sólo tiene grasa. Le quitaron la vida o se la quitó ella sola “veo una gran mancha negra que se endurece con el tiempo”. Colores que endurecen, pienso. Pigmentos complicados los de la vejez ¿has visto? ¿Has visto como hay que cuidarse para que no te pase lo que a mí? Y tiene bolsas de sangre detrás del globo ocular, me cuenta, bolsas diminutas como las que hilan los camellos de la Rambla, verdes o azuladas, trozos de basura que son sus ojos. ¿Has visto qué pena? Con la pólvora hasta el cuello y el brazo que levanto pienso en esas cosas, pienso en animales, en reyes, en enfermos. Con el brazo hacia las ramas: disparados, muertos.

09 abril 2012

No somos una generación (III): “Ninguna voz es la mía”.


Betty Blue
No sé cuántos meses hace que no veo a algunos de mis amigos y compañeros de batalla Laura Rosal, David Leo García, Antonio J. Alías, Marina Ramón-Borja, Javier Gato, Sara R. Gallardo, Alberto Guirao o Ruth Llana, entre otros (a Ernesto Castro no lo menciono, que le vi el martes pasado, y a Unai lo veo casi cada día danzando con sus rizos), pero esa distancia temporal producida por una (cara) distancia espacial y la falta de transporte (barato) que nos una... se acortará muchísimo e inevitablemente la semana próxima (20 y 21 de abril) en un lugar llamado BAEZA gracias a la gestión de AJAlías y en celebración del autor del verso que da nombre al evento y a la segunda parte del título de este post. Antonio Machado y Baeza (1912-2012) Cien años de un encuentro. Aquí participaremos los ya citados LR, DLG, MRB, JG, RLL, AG, UV, EC, SRG et moi en un recital doble viernes tarde y sábadomorning (el organizador fue cruel al pretender que los de la segunda tanda no muramos el sábadomorning). Además confirman asistencia gentes como Antonio J. Rodríguez, Julio Fuertes, Marisol Salanova, Judir del Río, Marga López Morales, Eric Lluent... para darle a todo un toque más hardcore y divertido, y, de este modo, invocar entre todos a la pequeña LEONOR, a la que tanto amamos.

Os aviso de esto porque ahora que Cosmopoética ha dejado de lado el aspecto más joven y fresco del festival (la pérdida de Cosmo es una tragedia absoluta), me siento obligada a invitaros a venir como si de un nuevo festival se tratara. Sé que no somos el SÓNAR. Sé que no somos una generación y que ni siquiera esa voz es la nuestra pero prometemos pasarlo bien en Baeza y rezar con vosotros en esta misa poética y machadiana... Que sí. Pues eso.  On fire. 

+Info:

23 marzo 2012

Escribir desde el estómago.

Betty Blue
Piensa en los animales que se emplean al experimentar productos.
Piensa en los monos que lanzan al espacio.
-Sin sus muertes, su dolor, sin su sacrificio -dice Tyler-, no tendríamos nada.
Chuck Palahniuk

02 marzo 2012

Capitán, he encogido a los niños.


Betty Blue

De pequeños nos enseñan a soñar las cosas equivocadas y relatos como La esposa diminuta (Capitán Swing, 2012) dan cuenta de ello. Me refiero a cosas tales como la magia. La magia es un error. La magia no existe porque está construida únicamente de obviedades, de mundos posibles que se nos pintan como imposibles, de buenos sentimientos que sólo tratan de esconder lo triste de este mundo. La magia no cura la tristeza: la convierte en algo más fuerte. En algo más tremendo. En algo profundamente obsceno.

Cuando tenía seis o siete años se puso de moda la película Pulgarcita y de pronto todas las niñas queríamos ser diminutas para caminar entre las flores, bailar dentro de una caja de música y tener un novio de Playmobil o Polly Pocket que nos diera todo su amor de plasticuzo. Sin embargo en La esposa diminuta Andrew Kaufman advierte, a través de una narración preciosista y delicada, que menguar es terrible y que no debemos conformarnos con la idea de hacernos pequeños, pues hacerse pequeño significa desaparecer, dejarlo todo, abandonarse. 

La esposa diminuta es una historia entre muchas historias que sólo suponen un pretexto para lo que realmente Kaufman nos quiere contar. El libro comienza con un extraño atraco en un banco en el que el ladrón pide a los presentes sus bienes más preciados. Conforme el cuento avanza nos damos cuenta de que el bien más preciado de cada uno de ellos no es lo que entregaron, sino su propia vida. Así Kaufman nos presenta a los verdaderos protagonistas: un matrimonio conflictivo cuya mujer (que también estuvo en el robo) comienza de pronto a menguar. Es aquí donde advertimos la verdadera intención del autor, la verdadera metáfora y moraleja: La esposa diminuta es otro retrato sobre las complicaciones de las relaciones de pareja. Porque el amor es una cosa enorme que puede volverse diminuta si no la cuidamos. Un gigante que desaparecerá en la niebla si no le prestamos la atención suficiente. Un sentimiento que de “real” pasará a ser “mágico” y por tanto “ridículo y falso”.

Los protagonistas de Kaufman no se dejan llevar por la magia porque se imponen a ella. Porque su creador la boicotea desde dentro. Porque no necesitamos magia. Necesitamos palabras. Y en La esposa diminuta hay palabras que son imprescindibles.

No sueñen, no decrezcan, no sean niños ni adultos pero guarden esta fabulosa historia en su biblioteca. 

24 enero 2012

Bluebird y otros tatuajes: tinta y sangre.

Llevo un tiempo anunciándola y cada vez está más cerca: la publicación de Bluebird and Other Tattoos en Scrambler Books, una editorial estadounidense que me encanta y a cuyo editor, Jeremy Spencer, le estoy muy agradecida por su esfuerzo y dedicación (además de ser el editor es el traductor de esta selección de poemas 2005-2011, algunos publicados y otros inéditos que aparecerán en los dos idiomas). La portada es de Betty Blue. Y bueno, ya os iré informando de más cositas... Gracias.

11 noviembre 2011

No somos una generación II: algo está pasando con los del noventa.

Betty Blue
Hoy Sergio Fanjul ha publicado en la versión madrileña de El País un entusiasta artículo sobre los autores cuyo nacimiento ronda 1990. Lo que me gusta de este artículo es que desde un primer momento deja claro que toda esta gente, todos estos creadores, los que salen en la foto y los que no, los que salimos citados y los que no, decía, todos ellos y todos nosotros, no somos una generación. No lo somos, lo dije hace más o menos un año cuando leí a Berta García Faet, cuando Julio Fuertes publicó su primera novelita (mientras Tenían veinte años y estaban locos se gestaba), cuando bromeábamos con la Puerta de Toledo Crew o incluso en las columnas de hace dos veranos en el diario Público, tituladas Tráfico de hormonas en donde ya aparecían algunos de los nombres aquí citados. No lo somos, repito, y sin embargo me hace mucha ilusión que se comience a considerar a ciertos autores, que se les trate con la seriedad que merecen. Con el cariño que merecen. Con la confianza y el respeto. 

Eso sí, la ilusión es el primer paso, pero, a partir de ahora, y ante todo, continuemos el trabajo importante y sensato de La Obra, que es lo que quedará, independientemente de la edad o el año de nacimiento. Lo saben muy bien quienes hablan en este reportaje de Fanjul, así que escuchad y leed lo que sabiamente nos cuentan: 


Y esta noche en el Festival Eñe,

26 octubre 2011

Presentación de Tenían veinte años y estaban locos en Madrid.


Luna Miguel ha reunido en "Tenían veinte años y estaban locos" a veintisiete poetas menores de veintisiete años; lo hemos editado en La Bella Varsovia, y lo celebraremos el viernes 28 de octubre, a las 19.30 hh, en La Central del MNCARS (Ronda de Atocha, 2). Presentarán la antología Constantino Bértolo y Carolina León, intervendrá Luna Miguel, y cerraremos la tarde con un recital poético a cargo de los poetas presentes. ¡Os esperamos!

Lo dicho, nos vemos este viernes en Madrid: con Constantino Bértolo, Carolina León, Elena Medel, Ernesto Castro, María M. Bautista, Alberto Acerete, Sara R. Gallardo, Judit del Río, Alberto Guirao, Odile L'Autremonde, Bárbara Butragueño...

Fuck yeah

30 agosto 2011

(3x1) Última entrega: entrevista a Marina Ramón-Borja, Odile L'Autremonde y Raúl E. Narbón.

Betty Blue
Llega la última entrega de las entrevistas a jóvenes autores a propósito de Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011), que tiene fecha de salida el 26 de septiembre, es decir YA. Han sido unas semanas divertidas y amenas en las que hemos podido conocer los secretos, miedos y rarezas de algunos de los autores más jóvenes del panorama literario español. No tenía previsto acabar en la octava entrega, pero hay tres autores que no han querido o podido estar con nosotros en estas entrevistas o conversaciones de 3x1. Sin embargo, aquí están Marina Ramón-Borja (Almería), Odile L'Autremonde (Madrid) y Raúl E. Narbón (Valencia). Marina ha sido bloguera durante mucho tiempo. Su blog era un diario magnífico de poesía, citas y fotografías potentes. Ha publicado en varias antologías y revistas y ha recitado en algunos festivales. Es autora de una plaquette y es pintora y bailarina. Odile es estudiante de filología, activista del 15-M y poeta. Es, junto a Miguel Rual, una de nuestras autoras más jóvenes, además de musa de algunos creadores de nuestro tiempo. Raúl, en la biografía que nos mandó para la antología en papel sólo dijo "Raúl E. Narbón. Valencia 1987. Todos los poemas son inéditos." Pero os diré que también es cantante de uno de los grupos "guapos" que he escuchado últimamente, Gypsy Casino, junto a Julio Fuertes. Ninguno de los tres tiene libro publicado pero eso no es lo que más les importa. Son listos, son hermosos, escriben bien y saben lo que quieren. Aquí dejo sus respuestas y aquí me despido hasta mediados de septiembre, cuando el libro esté por fin en nuestras manos: gracias, besos y locura. 

*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Marina Ramón-Borja: No es la primera vez, pero como si lo fuera. Mi primera publicación en papel fue en la antología Cangrejos al Sol (Cangrejo Pistolero, 2010) y en marzo de 2011 me editaron una plaquette con motivo de mi recital en Los Banderines del Zaguán. Esta vez el motivo es distinto, es un proyecto de gran envergadura, no solo la publicación de la antología y el blog, me refiero sobre todo al trabajo y esfuerzo que hay detrás. Es un proyecto que aporta una visión de lo que es parte de la poesía española actual, una catapulta para nuestra metralla, puag. Por todo ello estar incluida desde un principio en este núcleo de jóvenes poetas a los que llamas locos es un enorme placer, porque yo no me consideraba poeta, aun sigo sin hacerlo y mira dónde me has metido (risas). Dejando a un lado la pésima chanza…será un paso más, firme y serio, para cada uno de nosotros, para algunos quizá una bien querida responsabilidad.

Odile L’Autremonde: La habitación imborrable de mi voz, dentro de un edificio lleno de poetas.

Raúl E. Narbón: En realidad me cuesta hablar de mis planes como creador porque en principio no asumo completamente una imagen de mí mismo como tal, como poeta en este caso; me parece un título de envergadura. Pero dejando a un lado esta reticencia un poco boba, creo que no altera mis planes; seguiré haciendo cosas según me lo pidan los ánimos, si es que eso significa algo. Además, la publicación de unos pocos poemas en esta bonita antología no creo que suponga un compromiso fuerte con el hecho de publicar, por lo que en mi opinión no cambia mucho las cosas.   


Raúl E. Narbón
*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Marina Ramón-Borja: Hasta ahora mis publicaciones han sido a pequeña escala, quiero decir, he participado en una antología, en algunos blogs y revistas y publicado una plaquette, a veces tengo la sensación de haber ido demasiado rápido. Para mí no es una obsesión el hecho de publicar, ya sea en papel o en formato digital, ya que por mi forma de trabajar me interesa más el proceso de la obra que la propia obra. Me gusta pulir cada cosa que hago y sí me obsesiono con su perfección, cuando ya no puedo sacar más lo dejo como inacabado. Si algún día publico lo que tengo en mente será porque Julio me habrá zarandeado la cabeza y me habrá dicho: “Eh, chilling, todo va a ir bien” y porque estaré completamente a gusto con su contenido, no quiero maldecir mi primer libro, aunque acabaré haciéndolo.

Qué podría decir ahora de presentarme a premios…


Odile L’Autremonde: Es cierto que el momento en que vivimos parece inocularnos una urgencia imperiosa por publicar. Pero de momento, yo me mantengo en el cuarto oscuro, trabajando en mi poesía. Espero terminar pronto un poemario que se lleva gestando varios meses y después, quién sabe. Quizá lo queme. Es broma.

Raúl E. Narbón: Publicar en papel es una alegría. Yo soy de esos pesados romanticones que gustan de oler libros y encontrar ediciones boniquetas, con papel y cubierta tal. La de la antología, por cierto, me encanta. Por otra parte, no tengo ningún proyecto definido ahora mismo, los poemas van sumándose, a ritmos diferentes según qué temporadas, pero jamás tengo la sensación de estar convencido con ellos, ni siquiera con los que van a ser ahora publicados, así que lo más seguro es que no publique nada en tiempo ni me presente a ningún premio. Que soy un cobardica, más que nada, esa es la verdad. 
*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Marina Ramón-Borja: Utilicé varias plataformas y finalmente acabé eliminando algunas y abandonando otras, es sabido por todos que es una buena forma de dar a conocer tu trabajo y de conocer el de otros, es una enorme biblioteca digital. No descarto la idea de volver. Ahora solo utilizo Facebook como herramienta para estar en contacto con amigos, familiares o conocidos y seguir su trayectoria.

Odile L’Autremonde: Hace un año que mantengo un blog cada vez más en desuso por lo trotamundos que estoy hecha. Este espacio es para mí una herramienta de trabajo. Normalmente, suelo pulir los poemas que publico y, en fin, los que me convencen los guardo. A través del blog he conocido a bastante gente con la que he compartido buenos momentos y también me ha abierto la puerta a oportunidades como ésta.

Raúl E. Narbón: Ná de ná. 
*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Marina Ramón-Borja: Personalmente conozco a pocos de los compañeros que aparecen en esta antología y de los que tengo el gusto de conocer, así como de otros creadores, puedo decir que son personas sabias (algunos a su corta edad) y comprometidas con lo que hacen, de las que aprendo día a día, ya sea directa o indirectamente.

Odile L’Autremonde: No he leído tanto a mis coetáneos como para que verdaderamente me hayan influido. Pero sí me ha supuesto un empujón ver que somos muchos los que acogemos el grito de la poesía en nuestras bocas.

Raúl E. Narbón: Conozco a algunos poetas de mi generación. Algunos son amigos muy íntimos, gente a la que quiero mucho, es decir, mi relación con ellos es más personal que “profesional”, como habitualmente sucede en las generaciones de poetas. No sé de qué modo exacto han influido en mí ni con cuánta intensidad, pero que eso está ahí y que es un ingrediente del puchero, de eso no me cabe duda. 
*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Marina Ramón-Borja: He vivido en Almería y en Granada pero fue hace dos años coincidiendo con mi traslado a Sevilla cuando comencé a tener vida literaria activa, allí he participado en algunos recitales de Las Noches del Cangrejo y en el III Festival Internacional de Poesía de Sevilla, en marzo me invitaron a recitar en Los Banderines del Zaguán en Almería. Suelo recitar con música en directo, en Sevilla me acompañaba Vicio (Fernando Bazán) y en Almería Dani León y Mr. Cósmico, buenos músicos estos, concretamos a última hora lo que íbamos a hacer, minutos antes de salir al escenario. En los recitales me gusta improvisar, darle libertad e importancia al que me acompaña y dejarme llevar, tejer poco a poco sin saber de qué color será la madeja. Y así hago, al igual que cuando bailo me separo del público, del mundo, es una sensación muy extraña y bonita, por eso me gusta hacerlo pocas veces.

Odile L’Autremonde: En general sí, me he criado en el escenario y es algo casi instintivo. Recuerdo que la primera vez que recité en público fue en el Bukowski y a partir de ahí, he frecuentado Los Diablos Azules y varios locales de Lavapiés.

Raúl E. Narbón: Participé hace unos años, ¡oh, años mozos! Ahora nada de eso, sólo me hago pelo de poeta y me paseo por ahí para que la gente crea que me dedico a esto. Trabajo menos y mercadotécnicamente hablando me cunde más. Bromita. 


Odile L'Autremonde
*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Marina Ramón-Borja: De los que conozco de la antología me gustaría resaltar a Raúl E. Narbón, me fascina, lo poco que he podido leer de él es muy potente, directamente proporcional a cómo es estar con él una tarde; David Leo García es caso aparte, todo el mundo lo sabe, comenzar (ya joven y loco) tu primer libro con un Antes que nada es empezar muy fuerte ¡La vírgen! Y Ruth Llana, quien atraviesa y deja herida limpia, me muero por conocerla, pero la muerte llegará demasiado tarde y para entonces ya estaremos tomando té en la Ciudad Púrpura (HÁ).

Odile L’Autremonde: Conocía previamente a bastantes de los participantes. Poetas a los que he leído, con los que he bebido vino y charlado hasta el amanecer.
Mis descubrimientos hasta la fecha han sido: Bárbara Butragueño, María Bautista,  Ruth Llana, Miguel Rual, Sara R.Gallardo y Natalia Litvinova. Pero en fin, cuando tenga el libro en mis manos les dedicaré todo el tiempo que se merecen.
Me hubiese gustado que ellos también pudieran haber estado: Miguel Retana, Karel Bofill Bahamonde, Juan Bello, María Sánchez, Ana Castro y Clara Marañón. Creo que tienen una grandísima fuerza como poetas.

Raúl E. Narbón: Conozco a una de las antologadas y es un encanto de mil besos en la frente. Quitando esto, si te soy sincero, no he cotilleado seriamente el contenido de la antología. Echo de menos algún nombre, que no diré para hacerme el interesante, que es lo que llevo haciendo toda la entrevista. Proyectarse: esa cosa. Lo siento, divago un poco: astronauta, lentejas, Do Re Mi. Defenestrar. 
*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Marina Ramón-Borja: Supongo que como cuando vas a ver una obra de ballet, con la diferencia de que aquí no hay solistas ni primeros bailarines, todos somos Cuerpo de baile, aunque la trayectoria de algunos sea más amplia. Habrá quien guste más y quien pase desapercibido.

Odile L’Autremonde: Como se perciben una sucesión de sueños bajo los mismos párpados. Uno entre tantos.

Raúl E. Narbón: No lo digo por molerme a piedras, ni por humildad o autocrítica (ese estorbo), ni por falsa humildad (Belcebú), pero creo muy posible que, con toda justicia, sea duramente interpretada. Creo que no hago la poesía que me gustaría hacer, no soy exactamente lo que escribo. Siento en ocasiones que mis poemas reflejan a un yo con batín a cuadros y pantuflas, un poco serio o algo retórico, no siempre veraz en la transmisión al papel, al poema. Tampoco me parecería un desatino castigable con un tiro en el pecho que a alguien le gustara. Estos poemas serán bien y mal recibidos.
Los que se inclinen por la primera opción serán, lo más seguro, gente increíble, potenciales talentos e incluso algún genio, personas amables que ayudan a los bastones de los ancianos a cruzar la acera, un poco despistados, pero ¡ay! con su encanto y sus pequeñas historias, y el aroma del café y esos pequeños momentos, etc. Sobre los segundos no me voy a pronunciar. Bromita. 
*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Marina Ramón-Borja: No. “Trabajo para todos”, se lee en una pintada.

Odile L’Autremonde:  Ojalá lleguen críticas constructivas. Pero miedo a las destructivas, nunca.

Raúl E. Narbón:  A veces bastante, pero siempre nada. 


Marina Ramón-Borja
*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Marina Ramón-Borja: Mi camino como escritora no es tan largo, antes que poeta soy bailarina, voy de puntillas como bien dijiste una vez, y esto cada vez se acentúa más ya que el respeto que siento por la literatura está resultando ser el mismo que siento por la danza, y esto es bueno, muy bueno, porque ambos me apasionan como lo hace la música o el arte. Desde que empecé a bailar he trabajado mi cuerpo día tras día, quiero que con la literatura sea lo mismo, un trabajo constante y diario. Puedo hablar de las influencias que tengo de las distintas ramas del arte que practico: catálogos de artistas plásticos, los clásicos y no tan clásicos, como Marina Abramovic, Louise Bourgeois o Ana Mendieta, Joseph Beuys, Bill Viola o las Guerrilla Girls, entre otros, así como los manifiestos de los movimientos artísticos. La música también es un referente que predomina, escucho mucho flamenco y música clásica desde que empecé a bailar pero me chifla el blues, el Rock and roll, el grunge y el stoner (Por Buda, iba al conservatorio de danza con pulseras y collares de pinchos). De mis influencias literarias quiero nombrar entre otros a Dámaso Alonso, Hijos de la ira fue el primer libro que leí de poesía hace muchos años en la biblioteca del pueblo donde vivía, a José Ángel Valente, al que vuelvo una y otra vez o Miguel de Unamuno y su nívola Niebla fue también de lo primero que leí por azar y propia elección, y una lista de número infinito que aumenta: Miguel Hernández, Góngora, Aleixandre, Rimbaud, Cela, Virgine Despentes, Simone de Beauvoir, Mallarmé, Jack Kerouac, Truman Capote, Anaïs Nin, Shakespeare, Cortázar…

Odile L’Autremonde: Busco el disparo de pólvora mojada, la cama vacía y el tacón roto. Pero también me interesa mucho ahondar en la sociedad, los rostros ajenos, el grito anudado y el puño escondido en el bolsillo.
En cuanto a influencias, podría nombrar la voz de Lhasa, los poemas de Éluard, Lorca, Aleixandre, Pizarnik, Prevert, Desnos y Bachmann (entre muchos otros), la prosa de Pessoa y de Bolaño, la música de Satie, Django Reindhardt y Madredeus,  las 6 de la mañana en el metro de Madrid, la ausencia de límites y el vértigo a la caída.

Raúl E. Narbón: La poesía que hago es un intento de estar más cerca de algo mío que no sé que es, un intento de decírmelo. Salvando la imprecisión que conllevan las comparaciones, diré que es algo parecido a lo que se da cuando hablamos con alguien y nos dicen algo con unas palabras con las que sentimos comprender a la perfección. Podría entenderse como una especie de rigor en el describir lo que observamos, y un querer verlo hermoso. Verdad y belleza, dicen, ¿no? Quizá otro día te respondería algo muy distinto, así que no te fíes mucho de lo que digo.
En cuanto a las influencias, pienso que si alguien quiere ser o se dice poeta, no puede limitarlas a la poesía y a las diversas artes, ni a la cultura en general. Estar vivo y tener los ojos muy abiertos es el trabajo del poeta. Las influencias llegan de todos lados y se reproducen en uno de un modo distinto a cómo son en realidad. Porque, digamos, yo soy diferente a una manzana, y no tengo la obligación de respetarla. Además, cómo decía X, hasta la forma o las líneas de mi mano me configuran, y si uno es poeta y escribe, no puede renunciar a esta influencia, no puede escapar de sí mismo. 
*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Marina Ramón-Borja: No lo sé. Ahí están las influencias.

Odile L’Autremonde: No sé, no sé. No sé si quiero saberlo...

Raúl E. Narbón: Tener algunas de las virtudes de Valente, Edgar Lee Masters, Robert Lowell o Lorca, entre otros, no estaría mal, pero, remitiéndome a la respuesta anterior, yo no tengo sus manos. Ni ellos las mías. No sé, por otra parte, a quién me parezco ni a quién dirán que me parezco.
*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Marina Ramón-Borja: ...

Odile L’Autremonde: Porque, citando a Batania, nuestros caballos no mueren por falta de viento.

Raúl E. Narbón:  Porque verf barrabum qué espuma. Y por la risa.