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11.3.10

Entrevista con Mitrídates VI El Grande, enemigo de Roma

Nombre: Mitrídates VI Eupator Dionisos del Ponto

Profesión: Rey, enemigo de Roma


1. ¿Cuándo descubrió su interés por la política mediterránea? ¿y por las sustancias venenosas?
Cuando era un chico, mis tutores griegos y persas me narraron la historia de los designios predatorios de Roma en la Anatolia. Cuando descubrí la forma en que Roma trata a sus amigos, como Yugurta o Eumenes de Pérgamo, y cómo aplacó la revuelta de Aristónico en el 120 aC, me juré convertirme en el enemigo más acérrimo de Roma, al igual que mi héroe Aníbal hizo de niño. Estudié los principios de la política romana como vía para que mis ideales persas (Verdad e Iluminación) se impusieran a los de la república itálica (Oscuridad, Engaño y Esclavitud).

Mis investigaciones toxicológicas fueron necesarias para mi propia supervivencia de niño en el Castillo de Sinope. Mi malvada madre y sus malditos amigos conspiradores envenenaron a mi padre, Mitrídates V… rápidamente empecé a experimentar con venenos sobre mi propio cuerpo, con el fin de hacerme inmune a ellos.

2. ¿Qué es esa manía con los romanos? Ellos descubrieron el Garum, y a fín de cuentas, tampoco pueden ser tan malos…
Odio a la República romana con todo mi corazón, un experimento culturalmente pobre, rapaz, salvaje e incivilizado, dirigido por el ansia de oro, esclavos y poder. Mis ancestros, por el contrario, fueron griegos y persas; soy el defensor de esas venerables civilizaciones frente a los viciosos hijos de una brutal loba. De todas formas debo reconocer que he conocido a algunos romanos buenos; muchos de mis consejeros son rebeldes que abandonaron Roma, y mis ejércitos dieron la bienvenida a muchos desertores de las legiones que tuvieron las ideas claras.

3. Vamos a ser claros… no le caes bien a los historiadores… ¿por qué motivo?
La historia la escriben los vencedores. Los romanos cantaron finalmente victoria en las Guerras Mitridáticas en el 63 aC, sólo después de que yo me suicidara en medio de la revuelta de mi propio hijo Farnaces. Así que todas las fuentes antiguas que hablan de mi vida y del desafío que le lancé a Roma son relatos escritos por mis peores enemigos! Además, muchos de los relatos que hablan de mí fueron escritos siglos más tarde, durante la relativa paz del Imperio. Se olvidan de lo brutal y despiadada que fue la República romana en sus últimos años. Durante el Imperio, Roma no volvió a caer en el error de sangrar a las Provincias con inasumibles impuestos draconianos, si no que les concedió incluso la ciudadanía romana. Aún y así, unos pocos autores romanos, como Estrabón, Apiano, Plutarco o Justino escribieron con términos positivos acerca de algunos aspectos de mi reinado.

¿Por qué sigo sin gustarle a los historiadores modernos? ¿Debería culpar a Shakespeare, por no haber escrito una obra de teatro sobre mí? ¿O debería odiar a Karl Marx, por haber glorificado a Espartaco y no a mí? Hablando en serio, creo que la culpa la tienen Theodor Mommsen, el gran historiador alemán, y Theodore Reinach, el francés que en 1890 escribió mi biografía. Ambos me compararon con un cruel y decadente sultán otomano.

4. Para sus fans españoles… ¿realmente pensaba que alguien acompañado de una cervatilla blanca podría ser un buen aliado?
La gente de Hispania adoraba a Sertorio, el rebelde romano a quien los hispanos pusieron a liderar su revuelta contra Roma y contra Sila. Sertorio fue un buen seguidor de Mario. Conocí en persona tanto a Sila como a Mario, y me quedo con el segundo, y su valiente y noble amigo Sertorio.

Este fue un gran líder. Fue muy listo al adoptar a la cervatilla blanca, regalo de un cazador hispano, como su propio oráculo. Nunca le ví en persona, pero intercambiamos numerosa correspondencia y tuvimos muchos amigos comunes entre la comunidad pirata. Fuimos aliados leales y hubiéramos sido buenos amigos. Ambos nos rodeamos de malas compañías y ambos deseábamos la paz. Escuché el rumor de que Sertorio quería retirarse a las tranquilas y bellísimas islas Canarias. Lamenté mucho su muerte.

5. ¿Si pudiera volver atrás, qué haría de forma diferente?
Habría abandonado antes las antiguas y pasadas de moda formaciones griegas de hoplitas. Debería haber adoptado antes la táctica de guerrillas. Quizás habría podido intentar una invasión terrestre de la península Itálica.

En el plano personal, fue un error muy caro casarme con mi hermana Laodice, y debería haber cultivado la lealtad incondicional hacia mi persona entre mis hijos. Ni uno fue tan fiel como Arcadio, que murió tan joven y de forma trágica en la campaña de liberación de Grecia.

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Este post forma parte de un especial sobre el nuevo libro de Adrienne Mayor, The Poison King: The Life and Legend of Mithradates, Rome's Deadliest Enemy



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18.2.08

Un campamento militar de Aníbal en Valencia

Visto en el diario Las provincias de Valencia, gracias a la Túnica de Neso



El estratega cartaginés Aníbal organizó su ejército junto al Turia, justo en el solar ubicado entre las calles Bilbao y Ruaya donde el martes se anunció el descubrimiento de unos restos del siglo III a. C., los más antiguos hasta ahora encontrados en la ciudad. Al menos esta es una de las hipótesis que bajaran el equipo de arqueólogos.

El feroz ejército de 70.000 soldados norteafricanos e iberos a lomos de elefantes cruzó la Península para enfrentarse a los romanos en la segunda guerra púnica entre los años 219 a. C. y 201 a C. Fechas que coinciden con las vasijas de cerámica y la balsa de agua encontradas en la excavación del barrio de Morvedre. "Son hipótesis de trabajo, pero la existencia de dos monedas de la dinastía Bárquida, en época de Aníbal y la gran cantidad de vasijas de cerámica púnica del norte de África y de Siria, nos inducen a pensar que puede tratarse de un campamento militar", explicó ayer la codirectora de la excavación, Marisa Serrano.

El escenario donde están trabajando los arqueólogos también coincide con la Vía Hercúlea, que posteriormente sería la Vía Augusta, la autopista de la época, por donde Aníbal cruzó desde el norte de África, pasando por los Pirineos, hasta llegar a Italia para combatir con el ejército romano. "Hace unos años encontramos parte de este camino junto a la calle Sagunto, por eso la presencia de esta balsa y la cerámica podrían ser de un campamento militar", afirmaron expertos arqueólogos.

La excavación todavía no ha concluido, por lo que es aventurado afirmar categóricamente esta hipótesis, pero el análisis de las piezas y las impresiones de los expertos llegados desde todas partes de España hasta la excavación de la calle Ruaya, le dan más fuerza. "Los iberos solían ubicarse en zonas más altas y no junto a un marjal como era la Valencia de aquellos tiempos. Estos poblados se alejaban del agua para evitar contraer el paludismo, por eso buscaban lugares elevados como Sagunto, Lliria o Cheste", explicó ayer otro experto arqueólogo.

Las dos monedas Bárquidas, la segunda encontrada el miércoles, son las que están dando más información. "Estamos estudiando si están muy desgastadas. Además, otro de los indicios que nos revelan esta hipótesis es que las vasijas encontradas no son las habituales del ajuar doméstico con las que cocinaban los poblados iberos", explicó Marisa Serrano.


Balsa para los elefantes
De momento tampoco se ha localizado edificación alguna y sí restos de una empalizada y la balsa de agua donde se supone que los elefantes bebían agua.

Los cartagineses decidieron atacar a los romanos por tierra y no por mar dada la superioridad naval de estos últimos, por eso el ejército, encabezado por Aníbal, cruzó toda la Península Ibérica, atravesó los Alpes en invierno y atacó por sorpresa en primavera tomando Turín con un desgastado ejército tras numerosas bajas del que solo quedaron 26.000 soldados.

Siguiendo la historia, la Península Ibérica fue la mejor colonia y base militar de Cartago, "pero también el influjo púnico fue grande sobre los poblados iberos en la dinastía Bárquida. Además, estas personas formaron importantes ejércitos reclutando un elevado número de soldados de la población ibera", explicó Marisa Serrano.

Los arqueólogos seguirán estudiando y analizando el material encontrado hasta el momento. "Es muy importante saber la extensión y cúanto tiempo estuvo el asentamiento en Valencia, eso nos revelará si se trató de un poblado ibero o de un campamento provisional militar. En el caso de ser el segundo debería haber más indicios con otros restos de edificación y vasijas de otras épocas", aseguró Marisa Serrano.

Los arqueólogos calculan que estarán trabajando durante los próximos cinco meses. "En un principio íbamos a continuar por los restos de época musulmana, que también hemos encontrado en este punto, pero debido a la transcendencia del hallazgo vamos a cambiar el método de trabajo y seguiremos actuando en este enclave para determinar el origen de estas piezas", explicó.

Sea un poblado ibero o militar púnico, lo cierto es que junto al Turia se han encontrado restos datados entre finales del III y principios del siglo IV, los más antiguos de la ciudad. Hasta el momento los de mayor antigüedad estaban en la Almoina.

Esta no es la primera vez que los arqueólogos se han topado con piezas de esta época. Hace unos años los expertos encontraron en las inmediaciones de la calle Sagunto unos restos ligeramente posteriores, del siglo II a. C. (entre el año 195 y 160 a C). Más tarde también hallaron unas ánforas sumergidas en la playa de la Malvarrosa datadas en el siglo VI a.C. y de época etrusca, pero estas no guardan relación alguna con la ciudad porque pertenecían a una embarcación hundida.



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La nueva forma de entender la historia

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2.1.08

Las campañas de Pirro en la península Itálica


Pyrrhus VS rome, originally uploaded by MapsoftheANcientWOrld.

Para saber más sobre este curiosísimo personaje:

20.4.07

Vercingetórix

Dado que tenemos en el horno un especial sobre la batalla de Alesia, uno de los momentos clave en la biografía de César, vamos a ir haciendo boca con la estatua conmemorativa del gran caudillo celta Vercingetórix, sita en Alise-Sainte-Reine en la Borgoña.

En la base puede leerse:

« La Gaule unie
Formant une seule nation
Animée d'un même esprit,
Peut défier l'Univers. »

"La Galia unida.
formando una única nación,
movida por un mismo espíritu,
puede desafiar al Universo"

5.3.07

Mitrídates del Ponto

Mitrídates VI (Griego: Μιθριδάτης), (132 adC-63 adC), llamado Eupator Dionysius, también conocido como Mitrídates el Grande, rey del Ponto desde el 120 adC hasta su muerte, en el 63 adC, en Asia Menor. Fue uno de los enemigos más formidables y exitosos de Roma, luchando consecutivamente contra tres de los más grandes generales de finales de la República: Sila, Luculo y Pompeyo.

Si tuviéramos que reeditar las Vidas Paralelas de Plutarco, en clave actual, la suya podría ser comparada con la biografía de Saddam Hussein, ya que al igual que el iraquí, fue uno de los enemigos icónicos del Imperio, encarnación propagandística del Mal.

Una biografía de leyenda

Mitrídates VI era hijo de Mitrídates V del Ponto (150 adC–120 adC), llamado Evergetes. El inicio de su reinado está envuelto en relatos de tintes semilegendarios, pues se afirma que a la muerte de su padre, siendo todavía un niño, hubo de huir por su vida, llevando por siete años una vida salvaje, y no regresó sino para asesinar a su madre Gespaepyris y a su hermano Mitrídates Chrestos (el Ungido), pero no a su hermana, Laodice, con la que se casó, siguiendo la muy endogámica costumbre marital de los reinos post alejandrinos.

Sea como fuere, su reinado personal no comienza hasta 112 adC, cuando tenía unos veinte años de edad. Rodeado de consejeros griegos y contando un poderoso ejército, retomó de inmediato la política expansionista de su padre.

Fue ambicioso, y trató de conquistar muchos reinos, incluyendo Bitinia, lo cual le llevó a un conflicto con la república romana, en plena expansión.

El enfrentamiento con la República

Tras conquistar el oeste de la península de Anatolia en el año 88 adC, Mitrídates VI ordenó la matanza de los ciudadanos romanos que ahí vivían. Provocó la matanza de 100.000 ciudadanos, hombres, mujeres y niños, y atrajo las iras de Roma. Tras la Primera Guerra Mitridática, entre el año 88 y el 84 adC, Lucio Cornelio Sila venció a Mitrídates y lo expulsó de Grecia, pero después tuvo que volver a Italia para enfrentarse a la revuelta de Cayo Mario. Esto permitió a Mitrídates firmar una paz temporal durante la cual pudo prepararse para continuar la contienda.

Mitrídates reagrupó a sus fuerzas, y cuando Roma quiso anexionarse Bitinia, atacó con un ejército aún mayor, llevando a la Segunda Guerra Mitridática en los años 83 a 81 adC. Se enfrentó primero a Lucio Licinio Lúculo, y después a Cneo Pompeyo Magno, quien finalmente lo derrotó en la Tercera Guerra Mitidrática que duró entre los años 75 y 65 adC.

Tras su derrota, Mitrídates huyó y trató de levantar un nuevo ejército, pero no lo logró. En el año 63 adC, huyó a Panticapaeum, donde fue forzado por su hijo Farnaces II a suicidarse.

Tintes legendarios

Hasta este punto, esta podría ser una más de la biografías de los múltiples líderes militares que Roma venció y engulló. Sin embargo, de Mitrídates nos han llegado detallitos que le dán un "glamour" especial (permitidme esta licencia).

De él se decía que era capaz de hablar las 22 lenguas de los 22 pueblos que gobernaba, y que ello era debido a la excepcional capacidad de memorización que tenía.

Tambien se le conoció por su inmunidad al veneno: Por lo que nos ha llegado, desarrolló dicha inmunidad a base de tomar pequeñas cantidades de los más diversos tipos conocidos... gracias a ello fue capaz de sobrevivir a diversos complots y conspiraciones para acabar con si vida, pero también dificultó su suicidio, que al no poderse realizar por envenenamiento, hubo de llevarse a cabo por la espada.

>> Leer más sobre Mitrídates Eupator VI en la wikipedia (en inglés)

1.2.07

Decébalo, el gran resistente

Tras la muerte del gran rey Berebistas, Dacia se dividió en cuatro o cinco pequeños estados. Esta situación continuó hasta Diurpanneo dirigió la consolidación del corazón de Dacia alrededor Sarmizegetusa, en el distrito actual de Hunedoara . Él reorganizó el ejército dacio en el 85 en el que los dacios comenzaron a atacar la fuertemente fortificada provincia romana de Moesia, situada al sur de Danubio en territorios que actualmente corresponden -de un modo aproximado- al norte de Bulgaria y noreste de Serbia.

En el 87, Domiciano decidió enviar a su prefecto y jefe de la Guardia Pretoriana, llamado Cornelius Fuscus para castigar y conquistar a los dacios con cinco o cuatro legiones (entre estas la V Alavdæ), las cuales sufrieron emboscadas y fueron derrotadas en Tapae (cerca de la actual Bucova) . En el combate pereció el mismo Fuscus. Fue tras esta victoria que Diurpanneus (como hasta entonces le llamaban los romanos) trocó su nombre por el de Dekebal cuyo significado sería: "Fuerte como diez (hombres)" (cfr. por comparación filológica en el sánscrito daśabala); Deke -derivado del protoindoeuropeo *dekm- (diez) y *bal- (fuerte), al parecer el nombre dekebal (latinizado decebalus y de allí al castellano decébalo) era el título genérico de los grandes jefes dacios, entre los cuales Diurppanneo fue el descollante.

En el 88, Tettius Iulianus comandó otro ejército romano que fue nuevamente derrotado en la zona de Tapae; casi al mismo tiempo los germanos se rebelaron en la frontera del Renvs (Rin) y para frenarlos el Imperio Romano debió distraer fuerzas desde la Moesia, fuerzas que estaban hasta ese momento encargadas de reprimir a los dacios. Ante tal coyuntura los romanos se vieron forzados a comprar la paz a los dacios mediante el pago de importantes sumas de dinero en forma de tributo, incluso debieron los romanos enviar ingenieros y arquitectos para embellecer y fortalecer la capital dacia en Sarmizegetusa (tratado del año 89). La situación humillante para los romanos duró hasta que el hispánico Trajano accedió al título de emperador en el 98; éste inmediatamente dispuso una serie de muy bien concertadas campañas militares que expandieron al Imperio Romano hasta su máxima extensión.

Diurpanneo-Decébalo fue entonces derrotado por los romanos quienes invadieron la Dacia luego de la tercera batalla de Tapae ocurrida en el 101 . Sin embargo, los romanos habían impuesto un rey títere ("cliente") a los dacios bajo "protectorado" romano. Tres años después Decébalo destruyó nuevamente a las tropas romanas establecidas en la Dacia y entonces los romanos se vieron obligados a enviar enormes refuerzos.

Luego de un prolongado asedio a Sarmizegetusa y una larga guerra, los romanos conquistaron Dacia. Tras ser capturado y aprisionado por los soldados romanos Diurpanneo-Decébalo se vio obligado al suicidio en el año 106 , tal como lo comenta el historiador Dión Casio (68,14,3). En Sarmizegetusa Regia se ha encontrado un vaso más bien, una urna funeraria que lleva la inscripción en lengua daco-romana: DECEBALUS PER SCORILO ("Decébalo por suicidio") lo que ratificaría el modo de su muerte y daría la pista del lugar en que ocurrió su deceso.

19.1.07

Anibal Barca

Aníbal Barca fue un jefe militar cartaginés, y se le considera uno de los más grandes estrategas de la antiguedad. Se cree que nació en el año 247 antes de Cristo. Hijo de Amílcar Barca, pertenecía a una familia que tenía gran poder en la ciudad de Cartago, en el norte de África. A los nueve años acompañó a su padre en las batallas para la conquista de la península ibérica. Cuando Amílcar murió Aníbal quedó bajo la tutela de su cuñado, y al morir éste en el año 221 Aníbal, que ya había cumplido 25 años de edad, fue nombrado general del ejército cartaginés en la península.

Afianzado el dominio cartaginés en la península, el principal objetivo de Aníbal era el de preparar la guerra contra Roma, para equilibrar la situación en la que había quedado Cartago tras ser derrotada en la Primera Guerra Púnica. Para luchar contra los romanos Aníbal reunió a su alrededor, en Cartago Nova (Cartagena) a los jefes de los pueblos hispánicos, además de mercenarios iberos y celtas, que formaron una base importante de su ejército.

En el 219 a.C. Aníbal conquistó Sagunto, ciudad aliada de Roma, y cruzó el río Ebro, que siete años antes había sido fijado como límite de las influencias cartaginesas y romanas en el territorio peninsular. Esto significó el inicio de la Segunda Guerra Púnica.

En la primavera del 218 a.C., Aníbal dejó el mando de las fuerzas cartagineses en Hispania a su hermano Asdrúbal, y se dirigió a Italia con un ejército de 60.000 hombres y 38 elefantes. Atravezó los Pirineos y evitó la costa donde se encontraban las ciudades griegas aliadas a Roma. Tardó un mes en cruzar los Alpes, y esta travesía diezmó fuertemente sus tropas. Sólo sobrevivió uno de los elefantes, y la mitad de sus caballos.

Aníbal llegó hasta la llanura del río Po, y derrotó a los romanos en Tesino y en Trebia, a pesar de las numerosas bajas que su ejército había sufrido en el camino. En este sitio pudo aumentar sus fuerzas con mercenario galos cisalpinos. Se dirigió al sur, y en las marismas del Arno su ejército sufrió nuevas bajas, esta vez por enfermedades. El mismo Aníbal perdió un ojo.

Al año siguiente la victoria junto al lago Trasimeno le dió el control de Italia central. Aplastó el ejército romano de Flaminio y llegó cerca de los muros de Roma. Sin embargo, no asaltó la ciudad y prefirió dirigirse al sur y conquistar la Italia meridional. Se ha discutido mucho la razón por la que no atacó Roma, y no se ha llegado a ninguna conclusión satisfactoria. Por lo general se acepta que temía el costo de un sitio prolongado frente a las bien defendidas murallas de la ciudad, y prefirió asegurar su dominio en el sur de Italia. En agosto delaño 216 venció en Cannas a las fuerzas de Luicio Emilio Paulo y Marco Terencio Varrón, a pesar de ser superado grandemente en número.

>> Ver video explicativo de qué sucedio en Cannae

Durante catorce años Aníbal realizó varios movimientos para fortalecer su posición en el sur de Italia sin atacar nunca Roma, pues esperaba refuerzos de su hermano en Hispania y de Cartago. Sin embargo Asdrúbal fue derrotado y muerto en el año 207 a. de C. cuando se dirigía en su ayuda, y Aníbal no consiguió el apoyo de los pueblos itálicos que estaban sometidos a Roma. Tampoco recibió ayuda desde África. Este estado de cosas fue aprovechado por los romanos para contraatacar.

El general romano Publio Cornelio Escipión, llamado el Africano, expulsó a los cartaginenses de la península ibérica, y en el año 203 antes de Cristo desembarcó en África, cerca de Cartago. Aníbal regresó apresuradamente a su país, pero fue vencido en la batalla de Zama en el 202. Cartago se vió obligada a firmar la paz y a darle muchas concesiones a Roma, y su poder en el norte de África y en el Mediterráneo occidental fue estrictamente controlado.

Empezó para Aníbal un periodo de actividades políticas. Fue elegido sufeta o jefe del consejo cartaginés en el año 197 a. de C. y realizó un gran esfuerzo para organizar las finanzas, de forma que pudieran pagar el tributo impuesto por los romano sin dañar mucho la economía del país. Intentó también buscar aliados en Oriente contra el poder de Roma, pero no tuvo éxito. Los romanos exigieron entonces la entrega de Aníbal, quien se refugió en la corte de rey Antíoco III de Siria.

Antíoco III fue inducido por Aníbal a enfrentarse a Roma, mientras buscaba una alianza con Filipo V de Macedonia. Sin embargo, los sirios fueron vencidos por los romanos en las Termópilas en el año 191 a. de C. y en Magnesia en el 189 a. de C.

Aníbal huyó entonces a Bitinia, donde ayudó al rey Prusias a conservar su trono, que estaba siendo amenazado por una guerra civil. Sin embargo, la influencia de Roma en las regiones del Mediterráneo oriental crecía aceleradamente, y pronto se le exigió a Prusias la entrega del fugitivo. Al serle imposible encontrar refugios seguros, Aníbal Barca se suicidó en el año 183 antes de Cristo.

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18.1.07

Espartaco

Espartaco (Tracia, ? - Lucania, 71 adC), esclavo tracio que dirigió la más grandiosa rebelión contra la Antigua república romana en suelo itálico (conocida como III Guerra Servil, Guerra de los Esclavos o Guerra de los Gladiadores), hecho ocurrido entre los años 73 adC y 71 adC.

De acuerdo con las vagas referencias de los historiadores romanos Apiano y Floro, Espartaco era originario de Tracia, y militó en las auxilia, las tropas auxiliares de Roma, de las que desertó. No siendo ciudadano romano, una vez capturado se le redujo a la esclavitud. Fue destinado a trabajos forzados en unas canteras de yeso, pero gracias a su fuerza física, fue comprado por un mercader para la escuela de gladiadores de Capua de Léntulo Batiato. Todas las fuentes conocidas de esta rebelión (muy fragmentarias) coinciden en describir a Espartaco como un hombre culto, inteligente y justo.

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