Por qué el software libre necesita documentación libre
La mayor carencia de los sistemas operativos libres no se encuentra en el software, sino en la falta de buenos manuales libres que los acompañen. Muchos de nuestros programas más importantes no incluyen manuales completos. La documentación es una parte esencial de cualquier paquete de software. Cuando un paquete importante de software libre no incluye un manual libre, ello supone una laguna significativa. Hoy en día existen muchas lagunas de este tipo.
Una vez, hace muchos años, se me ocurrió aprender Perl. Obtuve una copia de un manual libre, pero me resultó difícil de leer. Cuando pregunté a los usuarios de Perl si existían alternativas, me dijeron que existían mejores manuales introductorios pero que no eran libres (no eran respetuosos con la libertad).
¿Por qué era así? Los autores de los buenos manuales los habían escrito para O'Reilly Associates, que los publicaban con cláusulas restrictivas (no copiar, no modificar, archivos fuente no disponibles) que hacían que no fueran libres, lo que los dejaba fuera del mundo libre.
No era la primera vez que pasaba algo así y, para gran pérdida de nuestra comunidad, no fue, ni mucho menos, la última. Desde entonces, los editores de manuales privativos han exhortado a muchos autores a restringir sus manuales. En muchas ocasiones he escuchado a algún usuario de GNU hablarme entusiasmado del manual que está escribiendo, con el que espera ayudar al proyecto GNU, para luego truncar mis esperanzas al explicarme que ya había firmado un contrato con una editorial que lo iba a restringir de tal modo que no podríamos usarlo.
Dado que escribir en un buen inglés es una habilidad poco frecuente entre los programadores, no podemos permitirnos perder manuales de esta forma.
La documentación libre, como el software libre, es una cuestión de libertad, no de precio. El problema con estos manuales no era que O'Reilly Associates cobrara un precio por las copias impresas, pues eso de por sí no está mal (la Free Software Foundation también vende copias impresas de manuales de GNU) que son libres. La diferencia es que los manuales de GNU están disponibles en forma de código fuente, mientras que esos manuales están disponibles únicamente en papel. Los manuales de GNU se distribuyen con permiso para copiarlos y modificarlos, mientras los manuales de Perl no incluyen tales permisos. Estas restricciones son el problema.
El criterio para que un manual sea libre es prácticamente el mismo que para el software: se trata de dar ciertas libertades a todos los usuarios. La redistribución (incluida la redistribución comercial) debe permitirse, de manera que cada copia de un programa pueda ir acompañada de su manual, en línea o en papel. El permiso para modificarlo también es crucial.
Como regla general, no creo que sea indispensable otorgar el permiso para modificar todo tipo de artículos y libros. Las cuestiones relativas a los escritos no son necesariamente las mismas que competen al software. Por ejemplo, no creo que ni usted ni yo estemos obligados a otorgar permiso para modificar artículos como este, que describen nuestras acciones y nuestros puntos de vista.
Pero hay una razón en concreto por la que la libertad para modificar es crucial en la documentación del software libre. Cuando alguien ejerce su derecho a modificar el software añadiendo o cambiando sus características, también cambiará el manual, si se trata de una persona meticulosa. De este modo proporcionará una documentación precisa y utilizable con el programa modificado. Un manual que impide a los programadores ser meticulosos y acabar el trabajo, o que, más precisamente, requiere que escriban un nuevo manual desde cero si cambian el programa, no satisface las necesidades de nuestra comunidad.
Mientras que una prohibición general es inaceptable, ciertas limitaciones al método de modificación no suponen ningún problema. Por ejemplo, establecer requisitos para que se conserve la nota de copyright original del autor, los términos de distribución o la lista de autores, está bien. Tampoco supone ningún problema requerir que las versiones modificadas incluyan una nota indicando que lo han sido, o incluso prohibir que se borren o modifiquen secciones enteras, siempre que estas traten de temas que no sean técnicos (algunos manuales de GNU las tienen).
Este tipo de restricciones no suponen un problema porque, en la práctica, no impiden que el programador adapte el manual al programa modificado. En otras palabras, no impiden que la comunidad del software libre aproveche plenamente el manual.
Sin embargo, tiene que ser posible modificar todo el contenido técnico del manual, para luego distribuir el resultado utilizando cualquiera de los soportes y canales habituales. De lo contrario, las restricciones paralizan a la comunidad, el manual no es libre y, por tanto, necesitamos otro.
Desgraciadamente, a menudo es difícil encontrar a alguien que escriba otro manual cuando ya existe uno privativo. El principal obstáculo es que muchos usuarios consideran que un manual privativo es suficiente, así que no sienten la necesidad de escribir uno libre. No ven que el sistema operativo libre tiene una laguna que hay que cubrir.
¿Por qué los usuarios piensan que basta con disponer de manuales privativos? Algunos ni siquiera se han planteado la cuestión. Espero que este artículo consiga de algún modo cambiar eso.
Otros usuarios consideran que los manuales privativos son aceptables por la misma razón que tanta gente considera que el software privativo es aceptable. Consideran solo los aspectos puramente prácticos, sin atender al criterio de la libertad. Estas personas tienen derecho a sus opiniones, pero dado que estas opiniones se apoyan en valores en que no incluyen la libertad, no pueden servir de guía a quienes sí la valoramos.
Tenga a bien difundir este mensaje. Seguimos perdiendo manuales en beneficio de las publicaciones privativas. Si difundimos el mensaje de que los manuales privativos no son suficientes, quizás la siguiente persona que quiera ayudar a GNU escribiendo documentación se dará cuenta, antes de que sea demasiado tarde, de que ante todo debe hacerla libre.
Podemos también alentar a las editoriales comerciales a vender manuales libres, con copyleft, en vez de manuales privativos. Una forma de ayudar a que esto ocurra es revisar los términos de distribución de un manual antes de comprarlo y preferir manuales con copyleft a manuales sin copyleft.
[Nota: Tenemos una página con un listado de libros libres de otros editores].