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Unas rosquillas de sésamo típicas de los países del Mediterráneo Oriental, que se encuentran en puestos callejeros y sirven para picotear a cualquier hora. Están deliciosas solas o acompañadas de lo que más nos apetezca.
Os aseguro que son muy sencillitas de elaborar y el resultado vale la pena. Que se lo pregunten a mis catadores...
Su aspecto es parecido a los típicos bagels judeo neoyorquinos, aunque su textura, ingredientes y modo de elaboración es diferente. Estas rosquillas, a diferencia de los bagels, no se escaldan en agua antes de hornearlas y llevan un baño de huevo... Distintas e igualmente recomendables, ya veréis!!!
INGREDIENTES:
450 g. de harina de fuerza, 2 cucharaditas de sal, 4 cucharaditas de azúcar, 1 sobre de levadura seca de panadería ( 7 gramos), 125 g. de sémola de trigo, 300 ml. de agua tibia, 25 g. de mantequilla derretida, huevo batido para pincelar y semillas de sésamo al gusto.
ELABORACIÓN:
1- Tamizamos la harina y la sal sobre un bol grande.
2- Añadimos la levadura, el azúcar y la sémola.
3- Hacemos un hueco en el centro e incorporamos poco a poco el agua tibia.
4- Trabajamos hasta obtener una masa blanda.
5- Amasamos durante 10 minutos y luego tapamos la bola de masa con un paño o con film y dejamos levar en un lugar templado hasta que doble tamaño, una hora más o menos.
6- Recuperamos la bola de masa y la dividimos en porciones de idéntico tamaño, pesándolas.
7- Damos forma de rosquilla a cada porción, haciendo un churro primero y luego uniendo los extremos. Es una masa muy manejable.
8- Colocamos las rosquillas en 2 bandejas de horno sobre papel vegetal.
9- Pintamos abundantemente con huevo batido y espolvoreamos con semillas de sésamo.
10- Dejamos reposar las rosquillas durante media hora más antes de hornearlas.
11- Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante 10 minutos. Luego bajamos la temperatura a 160 grados y horneamos 15 minutos más aproximadamente.
12- En cuanto las veamos doraditas, retiramos a una rejilla para que se enfríen completamente.