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Veréis que es un pastel fresco y suave, nada pesado, que pone el broche de oro a una buena comida y estoy segura de que no os va a defraudar, ya me contaréis...
INGREDIENTES:
Base: 175 g. de galletas María o Digestive, 70 g. de mantequilla a temperatura ambiente.
Relleno: 225 g. de queso mascarpone, 225 g. de queso crema, 2 yogures griegos, 3 huevos ligeramente batidos, 225 g. de azúcar, ralladura y zumo de 1 limón y 1 cucharada sopera de Maicena.
Frutas al gusto para decorar, en este caso papaya, mango y cerezas. 1 Yogur griego azucarado.
ELABORACIÓN:
1- Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla blandita haciendo una pasta.
2- La ponemos en el fondo de un molde redondo con papel vegetal y presionamos bien para compactarla.
3- Dejamos reposar en el congelador durante 10 minutos para que se endurezca. Mientras prepararemos el relleno.
4- Relleno: Mezclamos los huevos ligeramente batidos con los yogures griegos en el bol del robot de cocina o en un recipiente hondo con la batidora eléctrica.
5- Agregamos el azúcar, la ralladura de limón y el zumo de limón. Batimos bien.
6- Por último, añadimos los 2 tipos de queso y 1 cucharada sopera de Maicena. Batimos hasta conseguir una masa fina y sin grumos.
7- Vertemos sobre la base que teníamos reservada en el congelador y metemos al horno precalentado a 180 grados hasta que esté cuajada la tarta, aunque blandita en el centro.
8- Dejamos enfriar completamente dentro del molde con el horno apagado, con lo que acabará de endurecerse.
9- Desmoldamos sobre el plato de presentación. Decoramos con frutas de nuestro agrado colocadas en trocitos sobre la tarta y algo de yogur griego azucarado.