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Recién aterrizada en estas tierras, la primera vez que escuché el nombre del pastel, pensé que realmente iban rellenos de cierva. Al igual que se cocinan otras piezas de caza, como la liebre o el jabalí... pero nada tiene que ver.
El nombre se debe al político Juan de la Cierva Peñafiel, que fue agasajado con esta delicatessen en un restaurante de la Ribera murciana ( receta de un cocinero ruso); y tanto alabó las virtudes de dicho pastel, que se le dio su nombre y así quedó la cosa hasta nuestros días.
Masa dulce y relleno salado, original, exquisito y muy muy murciano. Un pastel con historia.
INGREDIENTES:
Masa: 250 g. de manteca de cerdo o mantequilla, 250 g. de azúcar blanquilla, 1 huevo, ralladura de limón, 650 g. de harina de trigo y algo de caldo de cocción del pollo. Huevo para pincelar la masa.
Relleno: Carne de pollo cocido, 2 huevos, tomillo, romero y caldo de cocción del pollo.
ELABORACIÓN:
Relleno: 1- Cocemos la carne de pollo en agua abundante con sal y un manojito de tomillo y romero frescos.
2- Cuándo esté bien cocido, lo retiramos, deshuesamos y picamos finamente. Reservamos.
3- Mezclamos con 2 huevos cocidos picados y ligamos los ingredientes con caldo de cocción del pollo. Reservamos.
4- Masa: ponemos en un recipiente hondo la harina y el azúcar. En el centro añadimos el huevo batido, la ralladura de limón y la manteca o mantequilla derretida.
5- Mezclamos bien todos los ingredientes y añadimos un poco de caldo de cocción del pollo.
6- Vamos amasando despacio hasta que la masa se vea lisa, sin grumos y con todos los ingredientes bien integrados.
8- Colocamos la masa entre dos pliegos de papel vegetal y las extendemos con un rodillo hasta dejarla finita, unos 3 milímetros de grosor.
9- La dividimos en partes y vamos colocando cada parte sobre pequeños moldes engrasados y forrados con papel vegetal por el fondo. Cubrimos con masa fondo y lados del molde.
10- Ponemos sobre la masa el relleno que teníamos reservado y añadimos un cacillo más de caldo de pollo.
11- Tapamos con las otras partes de masa bien extendida, recortamos la masa sobrante con un cuchillo afilado y sellamos los bordes presionando un poquito. Pincelamos con huevo batido.
12- Metemos al horno precalentado a 180 grados hasta que se vean doraditos.
Servimos templados o fríos.