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Tengo verdadera pasión por los moldes bonitos, los guardo como oro en paño y el molde para madeleines es mi " niño mimado". Lo encontré por casualidad en una vieja tienda del centro, después de mucho tiempo de búsqueda y reposa envuelto "entre algodones".
Para mí hornear madeleines es casi un ritual: elaborar la masa, guardarla en frío para que repose, engrasar cuidadosamente el molde y ver salir del horno tan deliciosos dulces, me produce un placer indescriptible, ya veis con qué poco me conformo...
Fuente: "Dulces Ladurée"
INGREDIENTES:
160 g. de azúcar, 4 huevos, 175 g. de harina de repostería, 10 g. de levadura en polvo, 180 g. de mantequilla, 35 g. de miel y ralladura de limón al gusto. Azúcar glas para espolvorear.
ELABORACIÓN:
1- Derretimos la mantequilla en un cazo a fuego lento, removiendo hasta que de disuelva completamente.
2- Tamizamos la harina junto con la levadura.
3- Batimos los huevos junto con el azúcar a velocidad alta, hasta que doblen su tamaño.
4- Añadimos la miel desde el borde del recipiente y la ralladura de limón. Seguimos batiendo a velocidad alta.
5- Agregamos poco a poco la mezcla de harina y mezclamos a velocidad baja.
6- Añadimos la mantequilla derretida desde el borde del recipiente, en hilito, mezclando a velocidad baja.
7- Vertemos la masa obtenida en un recipiente con tapa y metemos en la nevera durante toda la noche. La masa para madeleines debe reposar en frío al menos 8 horas, no es un dulce que se pueda improvisar.
8- Transcurrido este tiempo, engrasamos y enharinamos el molde para las madeleines cuidadosamente y vertemos una pequeña cantidad de masa en cada cavidad, procurando llenar sólo las tres cuartas partes de cada hueco.
9- Metemos al horno precalentado a 200 grados y horneamos hasta que se vean doraditas. Guardamos la masa sobrante en la nevera hasta hasta que retiremos del horno el molde y volvemos a repetir la operación para seguir horneando más madeleines.
10- Conservación: recipiente hermético.