En octubre de 2002, un grupo de amigos, interesados en lo que era entonces una actividad casi desconocida en España, el asesoramiento filosófico, y alentados por la acogida que habían tenido los primeros pasos que ya había dado dentro de ella Mónica Cavallé, decidimos fundar la Asociación Española para la Práctica y el Asesoramiento Filosófico (ASEPRAF). Asepraf surgió para dar a conocer la práctica filosófica en España cuando esta era todavía era una actividad naciente, para aunar a las personas, filósofos y no filósofos, interesadas en esta práctica y en la forma de entender la filosofía que la sostiene, y para promover el asesoramiento filosófico y un enfoque de la filosofía que permita que el mayor número de personas se beneficie de la reflexión filosófica en su vida cotidiana. Este fin genérico se articuló en los siguientes fines establecidos en sus estatutos:
a) Promover la práctica filosófica en todos los sectores de la sociedad, superando la habitual reducción de la Filosofía a los ámbitos académicos. Mostrar la relevancia de la reflexión filosófica para la vida cotidiana y la necesidad de reintroducir en lo que ordinariamente se entiende por “filosofía” la dimensión transformacional que en buena medida ha perdido, si bien formó parte de su intención original. b) Promover el asesoramiento filosófico —una modalidad de asistencia y de asesoramiento de naturaleza no clínica, médica, ni psicológica, sino específicamente filosófica— en todas sus formas: las dirigidas a particulares, a grupos y a organizaciones. c) Dar a conocer la figura del filósofo asesor o consultor, favorecer su reconocimiento social y profesional, servir de lugar de registro de los filósofos asesores certificados por la Asociación y de vehículo de contacto entre ellos. d) Proporcionar los cursos que permitirán, a quienes tengan una titulación universitaria superior en Filosofía, adquirir las habilidades necesarias para el ejercicio del asesoramiento filosófico. e) Certificar como filósofos asesores a quienes satisfagan los criterios de idoneidad profesional y técnica que establezca la Asociación y acepten el código de ética profesional fijado por la misma. f) Establecer y mantener un listado de los filósofos asesores que así lo deseen, de tal modo que los interesados en sus servicios puedan conocerlos, seleccionarlos y localizarlos. g) Desarrollar un cuerpo de conocimiento relativo a la práctica y al asesoramiento filosóficos y, más genéricamente, a la relación entre filosofía y vida cotidiana, y difundirlo a través de investigaciones, publicaciones, cursos, conferencias, congresos, seminarios, etc.
Con esta meta como objetivo, Asepraf llevo a cabo durante su década de existencia, de forma regular, actividades de formación dirigidas a titulados superiores en Filosofía interesados en el ejercicio profesional del asesoramiento filosófico, actividades de práctica filosófica dirigidas al público general, trabajos de investigación que han culminado en diversas publicaciones, actividades de información y de divulgación de la práctica y el asesoramiento filosóficos, etc. (CURRÍCULO)
Tras una etapa profundamente gratificante y enriquecedora en la que, entre otras cosas, se crearon vínculos de compañerismo y de amistad personal y filosófica que se han mantenido hasta el presente, a fines de 2012 la Asociación consideró cumplidos sus objetivos y dio paso a un periodo diferente. Ya existía una bibliografía básica que permitía tener un conocimiento introductorio de la naturaleza de la práctica filosófica, y la experiencia había demostrado que la formación más eficaz para quienes quieren ejercer como filósofos asesores consistía en el paso en calidad de asesorados, acompañado de una constante meta-reflexión metodológica, por un proceso de asesoramiento filosófico, bien individual o en el marco de pequeños grupos. A su vez, se había advertido que era deseable que esta formación tuviera lugar dentro del marco de líneas y enfoques específicos, es decir, dentro de vínculos establecidos por afinidad filosófica (lo que excluía la conveniencia de una formación estandarizada o de un mero muestreo de los distintos enfoques existentes, que era lo que podía ofrecer una asociación de ámbito nacional). Por estos motivos, entendimos que el marco asociativo, que había sido adecuado en un inicio, había de dar paso a nuevos marcos y así propiciar una etapa distinta.
Asepraf cerró como tal a fines de 2012 tras haber contribuido a dar a conocer el asesoramiento filosófico y a aportar un primer impulso a la práctica filosófica en España. A partir de esa fecha han seguido ofertándose cursos de formación y entrenamiento en asesoramiento filosófico y en otras prácticas filosóficas, así como actividades de práctica filosófica dirigidas al público general, si bien avaladas por filósofos concretos, o por grupos de filósofos, y no por la Asociación como tal.