Hace casi un año ya hice un post con recetas de frutos de rosas, en inglés ¨rose hips¨, y decía que estaría en espera de la oportunidad para prepararlas. Al fin llegó mi oportunidad esta semana, encontré un rosal abandonado en una obra y llené una bolsa con todos estos rose hips de flores grandes:
Bien grandes y en perfecto estado, pues, para usarlos no deben estar pasados (arrugados), ni verdes. Así que volví a mi post, verifiqué las recetas on line (difícilmente las encuentren en los libros, por ser antiguas y un tanto exóticas) y me dí cuenta que todas eran la copia de todas. Esas jaleas preciosas, no pueden salir sin impurezas de los frutos grandes, aunque, dejo un poquito de lugar para la duda pues no he probado con los frutos de rosa mosqueta, pero, ya veo que los resultados de las fotos en google images, no existen a no ser que sean elaboradas por una fábrica.
Se dice que los únicos frutos a los que no hay que sacar las semillas son los de rosa mosqueta, pero, no lo aseguro hasta no probarlo. Me preguntaba una amiga en EEUU dónde los conseguiría y le dije, sencillamente, sacalos de las plantas, ahora, que estamos entrando en Otoño.
Me dispuse entonces a abrir los frutos y ayyy!, me había olvidado que eran tan duros, yo solía abrirlos para guardar las semillas en la heladera, pero, además, están llenos de espinillas, tan terribles, que se nos meten en las manos, en la ropa, en los repasadores, saltan por todos lados junto con las semillas. Dicen que se debiera usar guantes, pero, es imposible manipularlos con guantes, por el tamaño. Así que cuando llegué a un cuarto de taza, abandoné, en vista que era la hora de la cena. Probé con el cuchillo de punta, arrastrando, con cucharita, nada me ayudó a hacer más rápido.
También leí que dejando los frutos en agua se ablandan a los 20 min. Mentiras. Dejé el resto sumergido en agua por una noche, nada. Pero estaba ansiosa por preparar la mermelada.
Los frutos cortados que había limpiado, los puse a hervir en agua con azúcar y canela, no mucho.
Mientras esperaba, pensé, tal vez si los pico finamente, puedo hervirlos con más facilidad.
Y ésto es lo que he logrado, pude triturar más o menos el fruto, pero las semillas se mantuvieron intactas y ahí me dí cuenta porqué es tan difícil germinar las semillas de rosas y se deben reproducir con injertos, claro que a veces tenemos suerte, arrojando los frutos a la tierra, a veces prenden.
No he podido ablandar los frutos para una mermelada decente, el resultado es que se caramelizó. Rico, no lo niego, pero se endurecen con el azúcar caramelizada. Entonces recordé que hay que picarlos y volver a ponerlos en agua y azúcar.
Y arriba está el resultado, no pude triturarlos con mi pequeña picadora eléctrica y debí usar la licuadora con un motor más potente. No obstante, aclaro, las espinillas remanentes siguen fastidiando. Tampoco se disuelven al cocinarlos, así que los separé con el jugo y por favor, manténgase atentos lectores porque con ésto hice pan y salió fantástico. La receta vendrá en otro post.

Lo que salió muy bien fue el té casero. Delicioso, se supone que la proporción es de 2 frutos por cada taza de té, pero les aseguro que rinde y rinde, hice té en una cacerola con agua hirviendo, luego de pasar el té a las teteras, seguí con los mismos frutos, más agua fresca, siempre largaron el color divino que ven, a lo sumo agregan un fruto más. Las recetas explican que sólo se vierte agua hirviendo sobre los frutos, pero yo preferí hervir todo junto para que salga más fuerte. Sólo deben cuidar, estrictamente, de filtrarlo. Yo cometí el error de agregar algunos cortados y ahí estaban las espinillas que me fastidiaron la garganta, así que tuve que volver a colarlo con un lienzo fino o un filtro de papel de café.
Como decía, estén atentos porque se viene lo mejor de este post luego de lidiar durante tres días!
NOTAS al 23 de Septiembre: he olvidado decir que estos frutos tienen un alto contenido de vitamina C. Por otro lado, me dice una amiga que las jaleas (de las que digo que las fotos son falsas) se hacen con los frutos en suspensión, en una bolsita de tela y lo que vemos es el resultado del agua con el azúcar. O sea, debo intentar nuevamente, todavía tengo y si corresponde retractarme, lo haré. Salvo que yo intenté hacer mermelada, no jalea.