Bolsitis

Desde la semana pasada y hasta principios de esta tuve un ataque de bolsas. El motivo es que quería participar en el mercadillo benéfico de la Campaña Cuatro Patitas Buscan Casa que organiza Marisilla.

El objetivo era seguir con las bolsas que tejí este verano hasta tener al menos 10, pero no he podido tejer más que 9 -ohhhh!!!-; aunque ahora ya las hago como churros y con los ojos cerrados, no dejan de llevarme casi una tarde entera por bolsa, y he acabado soñando con ellas.

Son prácticas y bonitas, y ayudan a evitar el uso de bolsas de plástico. Espero con ellas hacer feliz a alguna gente y ayudar a la Protectora Galgos 112; que ya me gustaría que todos los perritos vivieran tan bien como el mío.
Os dejo con el cartel del mercadillo. Si alguien esta en Madrid ese día, porfa, que se pase; allí podrá encontrar un montón de cositas -todas hechas a mano con mucho cariño- para comprar y regalar, que las navidades están ya a la vuelta de la esquina.

Prototipos

Ya llevo hechos unos cuantos prototipos de bolsa de red, con resultados muy variaditos sobre todo dependiendo del hilo.

Estas dos bolsas comparten patrón, pero no hilo. La verde está aceptable, la fucsia queda un poco pequeña, aunque se hace bastante más grande con el peso.

Estas dos también comparten patrón. Como tengo la manía de que quedarán pequeñas en este patrón siempre añado unas vueltas. El resultado es la bolsa espagueti de la derecha que cuando le pones dos cosas ya arrastra por el suelo.

Las dos fotos siguientes son las mismas bolsas "en la horma".

La String bag [enlace de Ravelry] de Erika Knight, robustisísima.

Y la de Shimoda Naoko [enlace de Ravelry], pequeñita pero matona.

Después de tanto prototipo y cosas a medias como tengo, he estado organizando mis últimas compras, y viéndolo así, todo junto, creo que se me ha ido la olla con las rebajas. Con razón me lo tenía prohibido.

Y aún faltan en la foto 10 ovillos que tengos despistados por algún rincón de la casa...

En Agosto

Se está la mar de a gusto en una ciudad vacía, y en unos despachos vacíos. La semana pasada cerré una etapa de trabajo importante liquidando dos proyectos -uno lo llevaba arrastrando 5 meses-, y ahora toca tranquilidad y cero reuniones -por favor-.

Para quitarme el estrés de estos últimos meses, en un tiempo record he tejido dos Razor cami:

• una de color lila para regalar el día que le ponga tirantes.

• y otra verde y más grande para mi, también sin tirantes de momento, que me queda penosamente.

Entre una y otra hice una bolsa de malla, también verde -ja, ja, es que el hilo es de las rebajas-.

Y como no me apetece nada de momento hacer los susodichos tirantes, el jueves pasado empecé una camiseta de invención propia. Ahora ya tengo la espalda, pero he decidido que la quiero más larga, y no se que voy a hacer de momento -deshacer o añadir, qué dilema-. Esta es la muestra del punto:

Para que veáis como soy -lo peor de lo peor-, mi madre me pilló el otro día está camiseta que tenía desde mayo a falta de coserle las mangas. Cuando le dije que era un regalo para P. -que cumplió años hace tres meses- casi le da un yu-yu, así que me las cosió, y el resultado es este:

Y como no puedo parar, y con la escusa de que tuve que ir el sábado a correos a recoger un certificado y me pillaba cerquita, me acerqué a una de mis tiendas habituales de lana y ESTÁ CERRADA. Pero no cerrada por vacaciones -como el resto, que no se donde nos vamos a dejar los dineros l@s frikis que quedamos por aquí en agosto-, está cerrada por reformas en la finca; pero reformas de esas que prácticamente solo dejan la fachada, y aunque pone que abrirán próximamente, yo que he vivido en vivo y en directo la reapertura de un negocio "de toda la vida" también cerrado a causa de una rehabilitación, me ha dejado con la zozobra del no saber.

Bueno, el caso es que desvié mis pasos hacia otra tiendecita del centro y conseguí estos perlés con los que llevo dos días experimentando, y haciendo y deshaciendo continuamente.

Y por último, para los fans del abuelo peludo, os dejo una foto de hace unas semanas, porque el jueves se marchó de vacaciones a Andorra con su tito. Se le echa de menos un montón, pero sabemos que está fresquito y bien cuidado, y que podrá echarse unas buenas siestas sin el calorazo que tenemos por aquí.

Vaya vacaciones

Estoy de vacaciones desde el día 1, pero vaya vacaciones. Tengo el examen justo el día que vuelvo -el 1-, y mi vida se reduce a estudiar, estudiar y estudiar, y cuando no estudio hago como que estudio –a esto le dedico bastante, y así me va-.
Soy un poco bastante supersticiosa, y todo lo que veo lo interpreto como señales. Esto lo vi el día que se publicó la fecha del examen…


Y esto me salió al pedir un café un día que iba de subidón total.

Además de estudiar me he hecho un gorrito.

Empecé una bolsa como la de Liuia.

Y una manta.

La manta ya me tapa; hay día que ni la miro, otros hago una pasada y otros gasto dos ovillos, según me da.
Bebo litros de infusiones al día. Este es el aspecto de mi nevera con una parte de las infusiones que almaceno por casa –y tengo bastantes más-.

No leo blogs –casi-, no salgo de casa, no vivo… y no veo el momento en que esto se acabe. Qué infierno!!!

Mi nueva vida estudiantil

Entre los temas-rollo que estoy empezando a preparar con vistas a opositar, y acabar cosas que tenía aparcadas desde hacía dos años, estoy acabando cosas que nunca creería que llegarían a su fin.

Como este suéter.

Con sus mangas nuevas.

Con la lana que ha sobrado he podido hacer una bolsa de red para regalar, que tampoco es cuestión de ir tan conjuntada, je, je. Y aún me quedan dos madejas.

He empezado un nuevo Swallowtail con la seda que compré en Barcelona para entretenerme por la noche.

Y entre las lecturas de artículos infumables cuido de mis plantas. Esta es la flor de uno de los cóleos que tengo.

Y esta es de una lavanda toscana.

Y también miro las nubes –preferentemente con la boca abierta-.

Ordeno los lápices y las pinturas que utilizo para subrayar.

Y cuido de las bestias, que me ven toda la tarde sentada revolviendo papeles, y seguro que no entienden nada de mi nueva vida estudiantil.

Enred-ada

Nueva manía: tejer bolsas de red con lo que por aquí se llama “hilo de palomar”, que creo que es hilo de cáñamo fino, y que se le llama también bramante.

Primero tejí la roja con hilo que ya tenía en casa. El lunes por la tarde compulsivamente salí en busca de hilo de otros colores, y compré todos los colores que tenían (amarillo, verde y natural).

La amarilla me costó de hacer porque este hilo está más tieso que el rojo (cosas de los tintes, supongo), pero con la verde se me están pelando los dedos, y agota de la fuerza que hay que hacer, además de que deja los dedos verde marciano, pero yo soy más cabezota que un camión de ovillos verdes juntos, así que dentro de nada también tendré bolsa verde, je, je.

Por cierto, como os podéis imaginar ya estoy mejor, el lunes recupere mi voz habitual. Gracias a todas por vuestros buenos deseos.

Pensaba coger toda esta semana de vacaciones, pero como no me veía muy allá, el tiempo no prometía y demás, decidí trabajar, total ahora me quedan apenas 10 minutillos y hasta el martes no vuelvo. Solo por eso soy feliz.

Buen finde a tod@s. Felices hilos, agujas, fieltros, telas… feliz felicidad.