Últimamente me llevo raciones de caos del trabajo a casa. Es por eso que posteo poco, y no porque no haga nada. La última del caos en mi vida ha sido esconder –malvadamente- el cargador de baterías de mi portátil, así que una vez se acabó la batería me quedé sin portátil. Ahora que se la he arrebatado al caos espero organizarme mejor y postear algo más.
Otra cosa que me está llenando de caos -aunque debería hacer el efecto contrario- es que me suscribí a Bloglines. Ahora la información se me come, aún paso más rápido por los blogs, me estreso mogollón, y no me enteró de ná. Ja, ja.
De momento he liquidado los últimos días libres que me quedaban pendientes del 2007, y nos hemos dedicado los tres a tomar el sol. Blanquito parece muy tranquilo, pero lleva una temporadita de activo Don Juan; ya se ha olvidado de Sofia, por quien suspiraba la semana pasada, y se ha echado una nueva novia, que no sabemos como se llama, pero que es como dos tercios más pequeña que él. A las cuatro de la mañana cree oportuno llamarla -vive como a un kilometro- y aulla, el muy canalla, como si estuviera en la estepa siberiana.
Me he propuesto hacer al menos una repetición de los Birch Leaf Socks al día, y he pasado del patrón original haciendo el talón con vueltas cortas y a mi aire.