Un poquito de color siempre se agradece. Y como tengo zapatero nuevo y lo veía muy soso, pues en un pispás hice este tapete colorido tejido en redondo. No es el típico de la abuela en algodón mercerizado blanco, pero tengo uno empezado en color animoso que le da otro aire, ¿no os parece?
Y aquí en su nuevo emplazamiento. Las orquídeas y el narciso son de mi jardín. Esta sencilla flor amarilla empieza ya a florecer. La verdad es que me gustan mucho.
Que tengáis buen día invernal. Ayer parecía primavera, aunque por la tarde ya se tornó desapacible para acabar lloviendo a mares por la noche. Se acerca la nieve, ojalá baje como para poder lanzarnos en trineo por el prao de casa, ¡yujuu!