Como ya contaba en otra
entrada y supongo que os pasará a muchas, tengo varias cosas empezadas a la vez. A veces resulta un poco agobio, pero es que es difícil no probar cosas nuevas. Y parece que lo último que vemos nos llama más la atención, quedando lo que ya teníamos entre manos relegado. Será la novedad...
El caso es que tengo varias cosas pendientes y una fecha (bueno, tres, pero seguidas) en el horizonte que supongo que me mantendrán centrada durante un tiempo en otros menesteres. Y cada vez queda menos para ese tope.
El primero de los proyectos empezados es un amigurumi para mi sobrino. Es mi segundo amigurumi, éste más grande, pero no por ello más difícil (por lo menos en principio).

En segundo lugar tengo casi acabado este detalle a punto de cruz al que le falta la cenefa. Iba para tira de capucha de una toalla de bebé, pero una vez hecha me parece muy sosa y no me convence, así que creo que lo dejaré para motivo sin más.

Y como no me convencía, pues estoy buscando otro que bordar. Así q la toalla en su conjunto está esperando.

También tengo esta lana de las heredadas. Empecé una chaqueta, pero la deshice para convertirla en un jersey.

Tengo también un par de encarguillos que me hicieron (más un cinturón para la media costilla, que luego dice que no le hago nada), así que a ver si me termino de poner una vez con ellos, más un regalo que quiero hacer.
Y por último me apunté a un
tejijuntas, pero no sé si tendré que renunciar a ello, aunque me da rabia porque es el primero al que me apunto y porque se va a hacer una manta de bebé (cualquiera diría que estoy preparando un ajuar de bebé, jeje;-)).
Sin olvidar las mil cosas más que quiero hacer en un futuro inmediato, más esas pequeñas cosucas que tanto prestan y que en principio parece que llevan menos tiempo..., como un mandala, un biscornú... o un par de sombreros tamaño peque y adulto para este sol que tímidamente asoma. ¿Cuántas horas hacen falta en el día para que nos rinda más? ¿Cuántas vidas se necesitan para hacer todo lo que se quiere?...