Las masas y yo nunca habíamos tenido buena relación. Hasta ahora. Lo único que me salía bien eran las focaccias, pero el sábado dije: "levadura, tu no me gustas y yo a ti tampoco. Pero si unimos nuestras fuerzas podremos conseguir una especie de bollicaos caseros que prometo que valdrán la pena". Y vaya si valen la pena. Están... buenísimamente espectaculares, y no lo digo yo, sino mis catadores! Y bueno, después de comerme dos, también lo digo yo, qué leches!
Más que bollicaos, son bollos de chocolate. No son iguales que los industriales, pero son mejores por dos motivos principales. Primero, porque son caseros y, por ende, llevan muchos menos ingredientes que ni siquiera se pueden pronunciar (y esto lo digo admitiendo que en mi vida me he comido muchos!). Segundo, porque al hacerlos tu te puedes dar el lujazo de rellenarlos de lo que quieras y, lo mejor: la cantidad que quieras.
Mis bollos los rellené de nutella. Cuando se me acabó la nutella, usé una crema de cacao del Lidl que también está muy rica. Y cuando se me acabó esa crema de cacao, hice un experimento que OS RECOMIENDO ENCARECIDAMENTE: partí en trocitos dos baritas de kinder bueno y las puse en el interior. ¿Resultado?
Con esta receta, participo en el magnífico sorteo que ha preparado Esmeralda, del blog Recelandia. Si aún no lo habéis visto, id directos! Tiene unas recetas espectaculares y ella es estupenda, no se puede pedir más! Para las recetas dulces, pedía que el plato llevase o chocolate, o vainilla o fresa. Pues bien Esmeralda, esto lleva chocolate por doquier y un poquito de esencia de vainilla! jajaja la fresa la dejo para otro momento!
Qué, ¿os apetece uno? ¿Vamos a ello?
INGREDIENTES
- 500 gr de harina de fuerza
- 250 ml de leche
- 60 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 50 gr de azúcar
- 1 sobre y medio de levadura seca de panadería (tipo Maizena)
- 2 huevos batidos
- una pizca de sal
- una cucharadita de esencia de vainilla
- Nutella, crema de cacao, kinder buenos (y lo que se os ocurra!)
Yo lo hice así… El sábado, preparé la masa. Para ello,
ponemos la harina y la sal en un bol grande y hacemos un agujero en medio, en
donde echaremos la levadura, la leche, la mantequilla, los huevos, la vainilla
y el azúcar. Lo mezclamos todo con una cuchara de madera y lo pasamos a una
tabla espolvoreada con harina, donde procederemos al amasado.
Amasamos y amasamos y amasamos (a falta de amasadora, toca
tirar de brazo) y si vemos que falta harina le echamos un poquito más. Cuando esté
lista, formamos una bola y lo ponemos en un bol y dejamos levar hasta que doble
o triplique el volumen. Lo dejé toda la noche y a la mañana siguiente, tenía
una masa que había triplicado su volumen inicial (y yo no cabía en mí de gozo).
El siguiente paso es hacer bolitas, a mí me salieron ocho (y
quedaron bollos entre grandes y enromes). No puedo deciros cuanto pesaban las
bolitas porque en ese momento se me estropeó la báscula, malditas pilas.
Estiramos las bolas con un rodillo y le damos una forma más
o menos rectangular. Ponemos el chocolate al gusto (yo eché mucho y en algunos bollitos
se me salió a la hora de hornear pero… preferí pasarme a quedarme corta).
Una vez estén hechos los bollicaos, los disponemos en una
bandeja de horno forrada con papel de hornear y dejamos levar otro rato, ya
veréis como vuelven a subir.
El último paso es pintar los bollos con huevo batido y
hornear unos veinte minutos a 180º. Y al cabo de ese rato, ¡tendremos estas
preciosidades! ¡Y a disfrutar!
No es para nada complicado, simplemente requiere un poco más
de tiempo, pero os aseguro que vale la pena. ¿Qué os paece?
Cualquier duda que tengáis, me podéis escribir a midnightchocolate.laura@gmail.com
y os responderé encantadísima!
Es inevitable acabar así al comerte uno de éstos! |
Qué paséis una muy muy feliz semana! :D
Laura
PD: Desde aquí le doy las gracias a una de las personas más bonitas, humildes y generosas que he conocido: Bego, de La cocina de Samira. Gracias por ayudarme a cambiar mi blog y por apoyarme en todo lo que hago. Vales un mundo!
PD: Desde aquí le doy las gracias a una de las personas más bonitas, humildes y generosas que he conocido: Bego, de La cocina de Samira. Gracias por ayudarme a cambiar mi blog y por apoyarme en todo lo que hago. Vales un mundo!