De entre todas las tradiciones del verano la que sin duda
mas me gusta es la del “farolet de meló de moro” o lo que viene a ser lo mismo
hacer farolillos con sandia. Vamos como Halloween pero sin sustos y al estilo
mediterráneo.
Y es una tradición que creo solo tiene lugar en Benicarló y
en algún pueblecito de Mallorca.
Es laborioso, pero no difícil y si se cuelgan varios de los
arboles, queda una decoración nocturna muy, muy especial.
Los materiales que se necesitan son:
- sandias (no enormes, mejor pequeñas o de tamaño mediano)
- cordel
- palillos
- cortadores para linóleo
- velas
Lo primero es cortar la parte superior, la del rabito, y con
una cuchara soera ir sacando toda la pulpa hasta llegar a lo blanco. Cuanto más
se vacie mejor y lo dejamos boca abajo sobre papel absorbente, para que se
seque un poco (una horita mas o menos).
Y ahora es donde hay que dar rienda suelta a la creatividad.
Lo típico de toda la vida era dibujar una luna, una casita, una escalera y un
arbolito, pero donde hay inspiración…..
Es muy importante ir cortando pero dejando una fina capa
blanca, cuanto más fina mejor se verá la luz de la vela.
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| Beth, la artistaza en acción |
Una vez terminado ha que hacer tres agujeros en la tapa y
tres en el farolillo, justo donde vayan a coincidir.
Unimos con un cordel tapa y farol por las perforaciones que
hemos hecho, atando ls psrte que queda dentro del farol con un palillo, así
evitaremos que acabe ensanchando el agujero y saliendo el nudo por el mismo.
Los cordeles que salen de la tapa se anudan juntos y nos servirán para colgar el farolito.
Y cuando cae la noche, todos a pasear su farolito por las
calles! (Cabe decir que el ayuntamiento obsequia a cada “faroleante” con una
gran bolsa de chuches!)