Después de esa noche de sexo oral, papá estuvo evitándome durante más de una semana. No nos veíamos casi nunca. Los pocos momentos que nos cruzábamos, él miraba hacia otro lado. Cuando yo quería hablar con él se escapaba diciendo que no tenía tiempo.
Una madrugada me despertó el ruido de la ducha, ya que el baño estaba al lado de mi habitación y él era ruidoso. Me levanté decidida a enfrentarlo. Entré al baño justo cuando estaba saliendo de la bañera para buscar su toalla. Mis ojos miraron su aparato un segundo antes que se tapara. Cuando se la había chupado no la llevaba afeitada. Ahora sí. Es una señal, pensé.
- Papá, tenemos que hablar. No puede ser que sigamos evitándonos. Vivimos juntos y somos vos y yo. Somos adultos.
- Tenés razón Tamy... Es que me siento horrible después de haberme aprovechado de vos.
- Por si no te diste cuenta, yo no me enojé. De hecho, la pasé muy bien. Y también me aproveché de vos.
- En... en serio te gustó?
- Sí. Nunca me tocaron así. Es más yo...
- No sé si quiero saber tus experiencias hija!
- Perdón, entiendo. Pero no soy una nena, Héctor. Soy una mujer. Y en esta casa solo nos tenemos el uno al otro. Yo sé que tenés necesidades y sé como satisfacerlas.
- No me parece que sea tu responsabilidad...
- Vos me cuidaste siempre y me seguís cuidando. Por qué yo no puedo cuidar de vos?
- Es que no es lo mismo. No es...
- No te gustó lo que te hice?
- No me preguntes eso...
Bajó la mirada y se puso colorado.
- No te gustó como te chupé la pija?
- ...
- Contestame Héctor!
- Sí. Lo disfruté! Me encantó lo que me hiciste y lo que te hice! Pero no está bien!
- Y que importa si está bien o no? Nos hace bien y no dañamos a nadie ni hacemos nada ilegal. Y en tus manos me siento más cuidada que con ningún chico. Porque vos siempre me vas a cuidar.
- Sí. Eso es cierto. Te amo más que a nadie.
- Yo también a vos! Y quiero cuidar de vos. Dejame cuidarte...
Me acerqué a su cuerpo desnudo, lo abracé y guié su boca hacia la mía para besarlo. Con su metro ochenta y brazos firmes me sostuvo entera y pegó su cuerpo al mío, dejando caer su toalla. Yo llevaba un pijama corto que dejaba mi panza al aire, ahí se apoyó su pija que ya amenzaba con ponerse dura.
El beso duró lo suficiente como para que sus manos llegaran a mi culo y su verga se me clavara en la piel. Es ahora, me dije.
Me arrodillé y me puse a mamársela sin preámbulos. Cuando agarré ritmo lo miré a los ojos. Ahí estaba otra vez su mirada lasciva. Estaba encantado de tenerme así, me sostenía la cara con amor, invitándome a seguir comiéndosela. Luego me levantó upa de las nalgas con su pija pegada a ellas, haciendo que lo rodeé con mis piernas. Me llevó a su habitación sin dejar de besarme toda.
Una vez en su cama, me sacó el corpiño y jugó con mis tetas. Luego me sacó el short junto con la tanga y atacó mi concha. Yo lo recibí bien abierta.
Me lamía toda la concha mientras metía un dedo, como buscando algo por dentro. Me volvía loca de placer. Lo agarré con fuerza del pelo y presioné mi clítoris contra su nariz en un orgasmo violento y lleno de jugos.
- Aaahh... aaahh... por diosss!
- Te gustó Tamy?
- Me volvió loca! Te amo pa!
- Y yo te amo hija!
- Pero ahora dejame ocuparme de vos...
Lo hice acostarse y me subí encima. Se la agarré como para metérmela, pero me detuvo con sus fuertes brazos.
- No Tamy! No podemos llegar tan lejos!
- Ufa! Está bien... dejame hacer otra cosa.
Me apoyé sobre él para frotar mi concha a lo largode toda su pija. Se la llenaba de mis jugos y sostenía la punta con mis dedos. En un momento "se resbaló" y el glande quedó aprisionado entre mis labios vaginales.
- Mmmhh... sí...
- Ufff... noo!
De un movimiento rápido, papá se salió de abajo mío, me puso a mí boca arriba y, mientras me sostenía con una mano, se pajeaba furiosamente con la otra a centímetros de mi cara. Saqué la lengua para provocarlo.
- Ufff... ahora seeee....
Soltó toda su carga en mi boca y cara. Lamí lo que quedaba y lo tragué. Me miró al ojo que no tenía lleno de semen y me habló serio.
- Podemos jugar. Hasta acá. Pero no puede haber penetración. Es peligroso. Entendido?
- Entendido papi. Perdón por presionarte.
Yo sabía que los dos estábamos mintiendo.
- Me puedo quedar a dormir con vos?
- Obvio mi cielo!
A la mañana siguiente me desperté tapada y sola en la cama. Miré la hora, papá ya se habría ido a su trabajo. Me levanté con un hambre enorme y casi me deshago de felicidad al ver el desayuno que me había dejado. Café, frutas, cereales, yogur y tostadas. Comí hasta hartarme y luego me duché. Era sábado y papá estaría de servicio hasta tarde. Como no tenía nada mejor que hacer, me puse a limpiar la casa. Luego cociné algo para la noche y descansé.
Se me ocurrió una idea para ponerlo nervioso y provocarlo. Me fui a su habitación, me desnudé y me saqué una selfie metiéndome la punta de una macana suya a la que le había colocado un preservativo. Le agregué el mensaje "Así no hay peligro".
Un rato más tarde recibí un mensaje corto que decía "Vamos a tener que hablar de esto". Se me detuvo el corazón un momento. Ojalá no se haya enojado. Solo me animé a contestar "ok".
Cuando llegó a casa, ocurrió lo contrario a lo que esperaba. Entró en la cocina y me arrinconó contra la mesada. Me besó con desesperación al mismo tiempo que me manoseaba toda. Me bajó short y tanga hasta las rodillas y se quedó mirándome muy cerca de mi cara.
- Tenemos que hablar en serio. Si esto va a pasar a mayores tiene que haber reglas.
- Sí. Reglas.
Me empezó a tocar la concha despacito. Con su mano libre me estrujaba una teta.
- Uno. Solo nos podemos divertir los días que no estoy de servicio. Está claro?
Me metió un dedo bien adentro.
- Mmmhh... Sí. Muy claro.
- Dos. Vos vas a seguir haciendo tu vida normal. Conocerás otros chicos de tu edad y harás lo que quieras. Solo te pido que te cuides. De acuerdo?
Me metió dos dedos. Ya me estaba pajeando, lento, pero sin parar.
- Tres. Lo más importante. Tenemos que usar un método anticonceptivo seguro si vamos a tener sexo. No queremos arriesgarnos. Entendido?
- Entendido!
Me metió un tercer dedo y me atacó las tetas sin piedad. Aceleró el ritmo de sus dedos. Me besaba intercalando mi boca con mis tetas. Lamía mis pezones del mismo modo que lamía mi lengua. No se como logró abrirme así, pero sus dedos hacían ruido de chapoteo al entrar y salir.
De repente se detuvo. Lo miré intrigada, sin poder parar de jadear.
- Ahora vamos a descansar. Mañana estoy de servicio.
Me acomodó la ropa y se fue a acostar y me dejó ahí acalorada, manoseada y re caliente.
Fin de la parte 2
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