Este es mi primer relato, perdonen cualquier falta ortográfica, y cualquier error en la historia.
Mi madre es interpretada por Jayden Jaymes, mi hermana por Leah Gotti, y Julia por Valentina Nappi, para que se den una imagen de como serian mis protagonistas.
Mi padre tiene una hacienda grande y hermosa, desde antes que yo naciera, donde vamos de vacaciones. Donde hemos disfruta de la naturaleza y hemos pasado por momentos inolvidables. Era una solución para no gastar mucho dinero en hoteles de la playa, ya que como vivimos en una ciudad grande como Machala es mejor pasar en el campo. Mi padre tiene amigos en el pueblo, que lo animaron a comprar la hacienda, fue una gran inversión, porque genera ganancias muy productivas.
En mi familia somos 6. Yo soy Mateo con mis 24 años termine la universidad hace muy poco, mido 1,80, piel blanca, ojos marrones heredados por mi padre, mi padre trabaja de administrador de su hacienda se llama Manuel y tiene 42 años, mide 1.91, piel morena, ojos marrones. Mi madre Josefina de 40 años es ama de casa, tez blanca, ojos cafés, tetas y culo grande.
Y por último mi hermana Priscila, tiene 22, mide 1,75, piel blanca, ojos cafés, es mas hermosa que mi madre, pero las tetas y culos son normales para su edad.
Nuestras vacaciones se centraban en la hacienda y sus alrededores, me gustaba una zona donde había un cruce del rio, colocaba una hamaca y un pequeño campamento mientras pescaba. En los primeros años, cuando éramos pequeños las vacaciones eran increíbles, pero con los años, a mi hermana y a mí se nos hizo aburrido.
La casa principal de la hacienda era grande, en la planta baja estaba la sala principal, una gran cocina y la biblioteca, en el segundo piso estaba la recamara principal que era la más grande, además de cuatro dormitorios, todos con baños individuales. Había sirvientas que nos arreglaban los cuartos, la comida la hacia mi madre con las sirvientas.
Mi hermana y yo teníamos nuestra habitación propia, como siempre hemos tenido confianza podíamos ir en ropa interior, me gustan sus tetas y su culito, lo que disfruto es verla en tanga y verle ese abdomen plano, culo y tetas. Mas de una vez le he dedicado una paja a mi hermana, me gusta oler sus tangas cuando recién se las saca.
Verla en la piscina es un goce, observarla en tangas minúsculas siempre ha sido mi hobby durante las vacaciones, pero para que no se dé cuenta, me distraigo pescando.
Lo bueno de la piscina es que tiene un pequeño cambiador, donde en más de una ocasión he espiado a mi hermana y a mi madre. Las he visto en muy pocas ocasiones desnudas, pero lo que mas he visto es cuando salen en tanga en dirección a la piscina, el movimiento de sus culos es un verdadero goce.
Es muy normal espiar a mi madre y hermana durante las vacaciones, aunque también le hecho ojo a las sirvientas. Una vez a la sirvienta Julia le regalé un juego de tangas de varios tamaños, ella sabía que era muy atrevido, y como era el hijo del dueño, las aceptaron, así que comencé a verlas por debajo de la falda, cuando subían las escaleras en dirección de los cuartos yo las espiaba sabiendo que tenían esas tanguitas.
Durante ese verano, tenía las hormonas altas y por cualquier cosa me excitaba. Lo que más morbo me generaba era escuchar gemir a mi madre; como mi padre pasaba semanas en su hacienda, y solo iba unos días a la ciudad no podía darle cariño a su esposa cuando ella lo necesitaba, por eso ellos aprovechaban las vacaciones para satisfacer sus necesidades carnales.
Como mi cuarto estaba cerca, escuchaba como todas las noches cogían, más concreto en la madrugada, cuando todos dormían profundamente. Yo siempre los oía, por todo el ruido que hacían, en especial el crujido de la cama. Debido que en verano hacía calor no podía dormir, por lo que cualquier ruido o movimiento, eran suficientes para ponerme alerta.
Yo escuchaba, con claridad los suspiros y gemidos de placer que generaba mi madre, parecía que lo gozaba bastante porque cuando tenía sexo podía tener varios orgasmos en una solo follada.
En un inicio me excita los gemidos, pero me fui acostumbrando. En ocasiones cuando estaba cansado me ponía mis audífonos para no escuchar nada, mientras que en otras ocasiones me pajeaba cuando tenía la verga como mástil, imaginando como me follaria a mi madre, si tuviera la oportunidad.
En ocasiones pensaba en mi hermana Priscila y en su vagina, que de seguro la tendría apretadita.
En la noche a eso de las tres de la madrugada, comenzaron a follar mis padres, como estaba con sueño, me coloque mis audífonos. Pero paso algo, mi hermana entro a mi cuarto a preguntarme de donde son los gemidos. …
- Oye Mateo, que crees que hagan nuestros padres a esta hora. _Yo le dije que tengo sueño y volví a ponerme los audífonos, pero ella seguía pregúntame.
- Tal vez estén jugando algún juego. _Le dije con sarcasmo.
Me volví a dormir, no le respondí ni tampoco le prestaba atención y le dije que no me importaba lo que hacían. Mi hermana continúo hablando, pero esta vez para decirme que la puerta del dormitorio de nuestros padres estaba apegada levemente, y me dijo que los iba a espiar, ya que esta no era la primera vez que lo hacía.
Me hice el indignado y le di un sermón de hermano mayor, le dije que si lo volvía a hacer se los diría a nuestros padres, a ella no le importo mi amenaza.
Con sigilo y en silencio, salió de mi dormitorio en dirección a la remara de nuestros padres y, con cuidado abrió unos centímetros la puerta. Yo miraba desde la puerta de mi cuarto, observando la astucia de mi hermana. Entre a mi cuarto a esperar a mi hermana; pasaron unos minutos; regreso mi hermana, con una gran sonrisa en su rostro.
- ¿Deberías haber visto? Vaya que se estaban divirtiendo, ¡Vamos, sígueme! ¡Te vas a sorprender! _Y reía.
En esos momentos no supe que hacer, pero mi hermana era muy convincente, así que accedí, con sigilo nos dirigimos al cuarto de mis padres, mi hermana se agacho para ver, yo me quedé parada para observar la escena, observamos a mis padres, era bastante oscuro, pero se los veía perfectamente visibles, pues la luz del patio se filtraba a través de los grandes ventanales que tenían en su cuarto, comprobé que si estaban en medio del acto sexual.
Mi progenitora cambio de posición y se puso a cuatro patas sobre la cama, y mi padre, la comenzó a penetrar desde atrás, se la estaba follando con ganas, gemía como loca, que placer era oírla.
El movimiento de sus tetas se sincronizaba a las embestidas que le daba mi padre. Que excitante era verla en esa posición, pero mantuve mi visto varios minutos, cautivado y atónito de aquel espectáculo.
Mi hermana, estaba excitada al ver esa escena, y disfrutaba de aquel espectáculo, en la oscuridad del pasillo, observe por un hilo de luz que nos apuntaba, que tenía una sonrisa y que ni pestañaba. La escena que presenciaba me estaba haciendo despertar a mi amigo, apegado a mi hermana ella notaria como mi pene comenzaba a levantarse, se la arrimaba a su culito, en un momento donde ambos estamos calientes, se dio vuelta y me hablo en voz baja.
- ¿Mateo, tu juguete se está poniendo duro? A mí me pasa lo mismo, aunque en mi caso no se nota. Linda escena, ¿verdad? _Nunca la había visto hablar de esa manera.
Mi excitación subió de nivel así que dejé de sobarme en mi hermana y salí en dirección a mi cuarto. Priscila me siguió hasta la recamara y tras cerrar la puerta, se me acerco y me preguntó ya más tranquilos.
- ¿Oye que te ocurre, te has excitado igual que yo? _Me sorprendió su pregunta.
Con esta primera pregunta apartamos que éramos hermanos y compartimos nuestras dudas.
Me comenzó a contar que ella ya estaba informada desde hace tiempo mis padres follaban en la madrugada. La que, le conto fue la sirvienta Julia; una chica de 19 años hermosa; que ella había escuchado y los había espiado para ver como follaban; en ocasiones mamá venia sola a la hacienda para acompañar a papá.
No me creía lo que escuchaba de boca de mi hermana, aunque, me entere lo que hacían hace unos dos años, no sabía que mi hermana estuviese enterada y hablando con ese lenguaje.
Lejos de parar de contar, me dijo que no solo los chicos comentamos del sexo y que ella y sus amigas ya lo habían practicado hace años. Se me ocurrió una pregunta, así que le pregunté a Priscila, cuando fue su primera vez.
- Hace cuatro años, cuando tenía dieciocho años. _Me sorprendió a que edad se la habían cogido, y me imagine esa escena.
Priscila me hizo la misma pregunta yo le contesté que con mi ex novia, cuando estamos en la secundaria. En ese momento note como me miraba mi pene.
- He observado lo dura que se te ha puesto tu verga, y lo sorprendente que es que al mirarla. _Aun no me costaba oírla hablar así.
Me comento que, observando a nuestros padres, también se había excitado de una manera brutal, por lo que, quizá, se excitó más con el contacto con mi pene.
A pesar que siempre nos hemos vistos en ropa interior, esta nueva sensación que nos produjo a ambos era algo sensacional.
La única vez que le vi las tetas fue cuando hacía toples en la piscina de la casa de la ciudad, y ella únicamente me ha, avisto en bóxer.
En ese momento, de la calentura que tenia, no me importaba que sea mi hermana, me baje el pantalón y le mostré mi verga en su máximo esplendor.
- Guau, que grande, déjame tocarla y yo te dejo que me acaricies mi vagina. _Con una propuesta así nadie se negaría.
Por mi lentitud fue ella quien tomo la iniciativa, acerco sus manos a mi verga y comenzó a subir las manos de arriba abajo. Su cara de sorpresa cuando sintió que mi pene daba saltitos, me genero un morbo extra. Mi pene quedo como mástil, estaba recontra excitado.
Me latía muy fuerte el corazón, cuando mi hermana comenzó a pajearme, añadiendo una cara de puta. Me gustaba el trabajo manual que hacía, mientras que con una mano me pajeaba, con la otra me acariciaba los testículos.
En un momento Priscila hizo algo que me gusto, se metió mi pene en su boca. Sin pestañear se la mando hasta el fondo de su garganta, que rico se sentía. Su pequeña boca se agranda para tragarse casi la mitad de pene.
Su maestría para succionar mi verga era increíble, mis ganas de acabar se incrementaban a casa succión, pero mis ganas de seguir disfrutando de aquella mamada, eran mayor, la felación que me hacía era sorprendente, nunca me habían hecho una mamada así, o sería el morbo que en ese momento me prendía, lo mejor era que parecía que se le olvido que éramos hermanos.
Soltó mi pene para pasar a lamerme el glande con su lengua, esas lamidas que me fascinaron hasta el punto de llevarme hasta el éxtasis, esa mamada que mi hermana me estaba dando, y que tanto esmero le estaba poniendo, me hicieron explotar, le inundé la garganta de leche, esa fue la mamada más salvaje que me han hecho, le solté una carga de varios días acumulada.
Priscila dejó de mamar, sacándose mi verga para tragar la carga de semen que tenía. Con picardía me enseñó como se tragaba mi leche, mi sorpresa fue que sacaba su lengua para limpiarse bien los labios.
- ¿Te gusto lo que te hice, Mateo? _Ya me estaba acostumbrando a su picardía.
- Obvio que sí, eres increíble haciendo mamadas. _Le dije la verdad por la gran excitación que tenía en ese momento.
- ¿Cuántas veces te pajeas a la semana? _Esa pregunta no la vi venir.
-Yo me masturbo desde la adolescencia, en estas vacaciones ya voy 4 veces tocándome_ se rio de mi cara de sorpresa. _Guau, mi hermana resulto ser una pajera.
Vaya que sorpresas iba descubriendo en estas vacaciones y sus experiencias en el sexo. Ella era la que estaba al frente en este momento, era la mas experimentada y la más picara.
Me dio autorización para tocarle el coño y hacerla acabar, entendía que era para devolver me el favor, con la excitación que me cargaba le agradecí, acerqué mi mano derecha a su coño, lo tocaba por encima de su pijama. Me cogió mi mano, y la metió dentro su pijama para colocarla en su coño, con ambas manos se bajó su pantalón y tanga. Tenia el coño completamente depilado, que bien se le veían los labios vaginales.
Le acariciaba el clítoris con mi mano izquierda mientras que con la derecha le metía un dedo. Poco a poco su clítoris se iba hinchando, debido a mis caricias, ya le metía dos dedos dentro de su coño, me sorprendió como se mojaban las paredes vaginales de su coño.
Le frotaba el clítoris un poco más fuerte para acelerar sus gemidos, me gustaba oír sus gemidos, ese lindo rostro se iba poniendo rojo de la excitación.
- Eso es acaríciame más el clítoris, dale frótamelo, necesito que me hagas acabar, méteme tres dedos en el coño. _Que gusto, como me hablaba.
Le quería agarrar las tetas y se lo dije, no eran grandes, pero si voluptuosas. Le deje de acariciar el clítoris, con mi mano izquierda libre, la utilice para meterla debajo de su camisa y sobarle sus tetas. Tenía erectos sus dos pezones que se le tonaban por encima de su camisa, estaba tan excitada.
Con tantas caricias comenzó a subir el volumen de sus gemidos, eso me asusto un poco, por el hecho de que la pueden oír.
- ¡¡ Priscila gime más bajo que nos van a oír ¡¡. _Entendió el mensaje y modero su volumen.
Se acomodo en mi cama mejor, se saco su camisa y corpiño juntos, termino de quitarse el pantalón y tanga que los tenía en los tobillos. Ahora más cómoda se acostó boca arriba, abrió las piernas, para recibir mejor las caricias. Que lindo panorama verla sin su ropa, estaba completamente desnuda arrastrada por la excitación y las ganas de correrse. Me agarro la verga, que la tenía dura, con la tibieza de sus manos me comenzó a masturbar de arriba abajo.
Me lancé a lamerle sus pechos, hace tiempo que quería comerme esas tetas. Le gustaba que lama sus tetas, me apretaba contras sus tetas para que no deje de lamerlas, para mí era todo un placer disfrutar esas tetas, le mordía sus pezones para hacerla excitar más.
Después de unos minutos deje de comerle las tetas, para bajar a devorar su coño, que gusto era poder lamer esa rica vagina, le lamia el clítoris mientras le metía dos dedos dentro de su vagina.
Tenía la verga como tronco de lo caliente que estaba, mi hermana no daba señales de correrse, parecía que estaba acostumbrada a durar mucho tiempo, ya le comía el coño con mi lengua, solo que ahora el dedo se lo metía por el culo, la tentación me invadió y procedí a ser algo que jamás pensé que podría ocurrir, tome mi pene para, con la punta, sobarle la entrada de su coño.
El morbo me gano, poco a poco le iba metiendo mi pene, le había metido solo el glande, y la sensación era increíble, pero me detuve porque sentía que estaba mal, lo que hacía.
- Priscila si continuamos así, te la voy a meter. _Esperaba que ella digiera que igual se la meta.
Lo único que me dijo fue que se me iba a subir y que, se iba a, hacer rozar su coño con mi pene, al cabo de unos minutos, ella alcanzaba el éxtasis, fue tanto el orgasmo que tuvo, que le provocó un pequeño squirt.
- Fue una gran sesión. _Fue su respuesta con una gran sonrisa.
- Si, tienes razón, pero mira como me dejaste. _Le hice notar mi nueva erección para ver si esta vez me dejaba metérsela por su coño.
- Tengo una idea, te acuerdas que te mencione a Julia, la hija de la cocinera. _Me dijo Priscila.
- Si, claro, que pasa con ella. _No entendía por qué la nombro.
- Ella, ha de estar despierta, metiéndose los dedos en su coño, oyendo los gemidos de mi madre. _ No podía creer eso de Julia, pero con lo buena que esta no me sorprendería.
- Uhhh, ya voy entiendo. _ Le dije con una sonrisa.
- Vamos a su cuarto para que puedas desfogar tu calentura. _Me dijo Priscila.
- Y así desnudos vamos a bajar y si nuestros padres nos ven desnudos. _Le pregunte.
- Están teniendo sexo, no nos van a ver. _Me respondió ella.
- Bien, confió en ti. _Fue mi respuesta.
- Ok, lo que voy a, hacer es, bajar, entro a su cuarto, mientras me esperas en la puerta, yo la llamo, la llevamos a mi cuarto y comenzamos la fiesta. _ No podía creer que mi hermana me estuviera diciendo eso.
- Y porque ella va a, aceptar tener sexo con nosotros. _ Le dije.
- Porque yo con ella, siempre que vengo, tenemos sexo, por eso. _Me impacto esa respuesta, mi hermana tenía sexo con Julia y yo ni sabia.
- Cada vez, me sorprendes, vamos por nuestra sexy empleada. _Le dije.
Me dijo que antes iba a su cuarto, que ya venía, pasaron unos minutos y traía dos cosas, unos tacones negros altos y una remera pequeña blanca, se puso los tacones, yo no sabía porque se los ponía.
- Oye, porque los tacos. _ Le pregunte
- Para sentirme una puta. _ Me descoloco su respuesta.
- Claro, que puta resultaste. _Le dije riéndome.
- Gracias y como me veo. _Me dijo
- Te ves muy bien. _Le respondí, yo le veía sus lindas tetas.
- Bien, vamos. _ Finalizo ella.
Salimos de mi cuarto, para bajar al cuarto de Julia, mientras bajamos las escaleras tenia miedo, de, que alguien nos encuentre así, desnudos, y a mi con mi pene erecto. Lo único que me calmaba era ver a mi hermana, que en ese momento se iba poniendo su remera. Me fije que no se cubrió su culo, ni su vagina, que puta resulto ser, me decía en mis pensamientos para que no me escuche.
Llegamos al cuarto de Julia, mi hermana tenia razón, se escuchaban unos leves gemidos, Priscila me hizo señas que me coloque detrás de ella, y fue abriendo la puerta muy despacio, y efectivamente Julia se está masturbando.
- Te lo dije, si la ves como se mete dedo. _ Me comento mi hermana en voz baja.
- Si, tenias razón. _ Le respondí también en voz baja.
Ver a Julia masturbándose, pensando que nadie la veía, ni oía, era espectacularmente bella esa mujer, como no pude ver antes que era una mujer caliente.
- Y ahora que hacemos. _ Le comenté
- Entrar, tu espera aquí en la puerta. _ Me respondió
La muy desgraciada de mi hermana se paro al lado de Julia, mientras me mostraba su culo y me mostraba su cara con picardía. Julia no notaba el ruido que hacían los tacones de mi hermana, estaba con sus ojos cerrados, mientras estaba dándose placer sin que nada a su alrededor le importe.
Por fin mi hermana la saco que su éxtasis, le tapo la boca para que no hable, se colocó detrás de ella, y lo que vine después fue brutal, Priscila le metió mano dentro de la tanga de Julia, ahora ella la masturbaba, mientras julia se dejaba.
Ya Priscila se dio cuenta que era peligroso estar en el cuarto de Julia, su mamá dormía a lada y podría verlos en una posición extraña, así que mi hermana le dijo que, para ir a su cuarto, para disfrutar en grande, señalándome mientras lo decía, pensé que nuestra sexy criada no aceptaría, pero dándole un beso a mi hermana, supe de inmediato que le agrado la idea. Priscila agarro de la mano a Julia, para salir de su cuarto, ni bien cerró la puerta Julia, mi hermana la tomo de la cintura y la arrimo contra la pared, para plantarle tremendo beso.
Le hice señas para que suelte a Julia, ella entendiendo tomo a Julia para llevarla a su cuarto, las deje que vayan adelante, para poder verles los pedazos de culos que tienen estas dos chicas.
Entrando al cuarto de mi hermana, no pude más, y tomando a Julia, la coloque boca arriba encima de la cama, ella me dijo adelante, así que apuntando a su coño se la metí, hasta la mitad, de la excitación que ella tenía su coño estaba recontra húmedo, su coño se sentía de maravillas.
Julia que coñito mas apretadito tienes. _ Esas fueron mis primeras palabras para julia.
¡¡Aahhh¡¡, gracias joven Mateo. _Me dijo Julia
Puedes decirme Mateo. _ Le dije
¡¡Oohhh¡¡, bien Mateo, dame más duro ¡¡Ahhh¡¡
Le estuve dando un buen rato, hasta que cambie de posición, la coloque en cuatro, esta postura siempre me ha gustado, de esta manera les hace notar su gran trasero, y en especial el culo de Julia, le masajeaba las tetas un momento, pero ella me dijo que se la meta de una vez, y fue lo que hice.
Oooh, se ve que estabas desesperada por una verga. _Le dije sin pudor.
Aaaaah, si, ya la necesitaba, ohhh, mis dedos ya no son suficientes, aaaahhhh.
Julia me vengo. _Le solté de golpe
Yo también. _ Me respondió
Ambos terminamos al mismo tiempo, le acabe adentro, se sintió de maravilla llenarle el útero de leche, mientras nos reponíamos, vimos que mi hermana se está pajeando mientras follábamos.
No te preocupes, yo la ayudo. _ Me dijo Julia
Yo mientras me senté a lado de la cama, en un sofá que tiene mi hermana, Julia jalo a mi hermana a la cama y le comenzó a comer el coño, que gran escena, si no estuviera tan cansado me uniría.
Como si eso ya no fuera suficiente, mi hermana saco un arnés, y se lo dio a Julia para que se la coja con eso. Ya no me sorprendí mucho, porque, ahora de mi hermana podía esperar cualquier cosa. Julia la puso en cuatro, y se la metió toda a Priscila, la sincronía de los movimientos era hipnotizante.
Escuchaba como Julia le hablaba, vaya manera de follar entre ellas, y todavía mejor mi suerte que estaba yo ahí, observando.
Dame mas, dame mas, ahhh, que rico. _Escuchaba como decía mi hermana
Eso es, te gusta que te coja, ehh, puta. _Le decía Julia.
Si me encanta, aahh, cambiemos, quiero estar encima, aaaahhh.
Bien, puta.
Eso es brinca, como tú lo sabes hacer, enséñale a tu hermano como montas.
Si, aaah, que jodido placer, me vengo, aaaaah.
Eso putita, me encanta cuando acabas.
Mi hermana termino acabando, se notaba que no era la primera vez que follaban, por como hablaban entre ellas y demás cosas. Todos nos recostamos juntos a descansar, mi hermana se levanto a poner el seguro a la puerta, por si alguien entraba.
Falto que, follaramos entre nosotros. _ Le dije a Priscila
Ya será para una próxima. _Me contesto.
Y ustedes se hablan así. _Le pregunte a Priscila.
Si, siempre que me coge me llama puta, y cuando yo la follo también le digo puta. _Me respondía mi hermana.
Es cierto, Julia. _Le pregunte a Julia.
Si, así nos calentamos más. _ Me respondió Julia
Me gusto sus respuestas. Tras descansar Julia y yo nos retiramos a nuestros debimos cuartos. Al llegar a mi cuarto me tire a mi cama a dormir, pero seguía sin creer en todo lo que paso.
Sabia que todo esto se repetiría, Julia y Priscila eran unas tremendas putas, entre ellas estuvieron follando hace tiempo, pero se me ocurrió una idea descabellada, y que tal si mi madre se nos uniera. La idea me encanto, pero sabía que no podía hacerse realidad, así que me acomode para poder dormirme.
Continuara.
No se olviden de comentar y dejar sus puntos
Mi madre es interpretada por Jayden Jaymes, mi hermana por Leah Gotti, y Julia por Valentina Nappi, para que se den una imagen de como serian mis protagonistas.
Mi padre tiene una hacienda grande y hermosa, desde antes que yo naciera, donde vamos de vacaciones. Donde hemos disfruta de la naturaleza y hemos pasado por momentos inolvidables. Era una solución para no gastar mucho dinero en hoteles de la playa, ya que como vivimos en una ciudad grande como Machala es mejor pasar en el campo. Mi padre tiene amigos en el pueblo, que lo animaron a comprar la hacienda, fue una gran inversión, porque genera ganancias muy productivas.
En mi familia somos 6. Yo soy Mateo con mis 24 años termine la universidad hace muy poco, mido 1,80, piel blanca, ojos marrones heredados por mi padre, mi padre trabaja de administrador de su hacienda se llama Manuel y tiene 42 años, mide 1.91, piel morena, ojos marrones. Mi madre Josefina de 40 años es ama de casa, tez blanca, ojos cafés, tetas y culo grande.
Y por último mi hermana Priscila, tiene 22, mide 1,75, piel blanca, ojos cafés, es mas hermosa que mi madre, pero las tetas y culos son normales para su edad.
Nuestras vacaciones se centraban en la hacienda y sus alrededores, me gustaba una zona donde había un cruce del rio, colocaba una hamaca y un pequeño campamento mientras pescaba. En los primeros años, cuando éramos pequeños las vacaciones eran increíbles, pero con los años, a mi hermana y a mí se nos hizo aburrido.
La casa principal de la hacienda era grande, en la planta baja estaba la sala principal, una gran cocina y la biblioteca, en el segundo piso estaba la recamara principal que era la más grande, además de cuatro dormitorios, todos con baños individuales. Había sirvientas que nos arreglaban los cuartos, la comida la hacia mi madre con las sirvientas.
Mi hermana y yo teníamos nuestra habitación propia, como siempre hemos tenido confianza podíamos ir en ropa interior, me gustan sus tetas y su culito, lo que disfruto es verla en tanga y verle ese abdomen plano, culo y tetas. Mas de una vez le he dedicado una paja a mi hermana, me gusta oler sus tangas cuando recién se las saca.
Verla en la piscina es un goce, observarla en tangas minúsculas siempre ha sido mi hobby durante las vacaciones, pero para que no se dé cuenta, me distraigo pescando.
Lo bueno de la piscina es que tiene un pequeño cambiador, donde en más de una ocasión he espiado a mi hermana y a mi madre. Las he visto en muy pocas ocasiones desnudas, pero lo que mas he visto es cuando salen en tanga en dirección a la piscina, el movimiento de sus culos es un verdadero goce.
Es muy normal espiar a mi madre y hermana durante las vacaciones, aunque también le hecho ojo a las sirvientas. Una vez a la sirvienta Julia le regalé un juego de tangas de varios tamaños, ella sabía que era muy atrevido, y como era el hijo del dueño, las aceptaron, así que comencé a verlas por debajo de la falda, cuando subían las escaleras en dirección de los cuartos yo las espiaba sabiendo que tenían esas tanguitas.
Durante ese verano, tenía las hormonas altas y por cualquier cosa me excitaba. Lo que más morbo me generaba era escuchar gemir a mi madre; como mi padre pasaba semanas en su hacienda, y solo iba unos días a la ciudad no podía darle cariño a su esposa cuando ella lo necesitaba, por eso ellos aprovechaban las vacaciones para satisfacer sus necesidades carnales.
Como mi cuarto estaba cerca, escuchaba como todas las noches cogían, más concreto en la madrugada, cuando todos dormían profundamente. Yo siempre los oía, por todo el ruido que hacían, en especial el crujido de la cama. Debido que en verano hacía calor no podía dormir, por lo que cualquier ruido o movimiento, eran suficientes para ponerme alerta.
Yo escuchaba, con claridad los suspiros y gemidos de placer que generaba mi madre, parecía que lo gozaba bastante porque cuando tenía sexo podía tener varios orgasmos en una solo follada.
En un inicio me excita los gemidos, pero me fui acostumbrando. En ocasiones cuando estaba cansado me ponía mis audífonos para no escuchar nada, mientras que en otras ocasiones me pajeaba cuando tenía la verga como mástil, imaginando como me follaria a mi madre, si tuviera la oportunidad.
En ocasiones pensaba en mi hermana Priscila y en su vagina, que de seguro la tendría apretadita.
En la noche a eso de las tres de la madrugada, comenzaron a follar mis padres, como estaba con sueño, me coloque mis audífonos. Pero paso algo, mi hermana entro a mi cuarto a preguntarme de donde son los gemidos. …
- Oye Mateo, que crees que hagan nuestros padres a esta hora. _Yo le dije que tengo sueño y volví a ponerme los audífonos, pero ella seguía pregúntame.
- Tal vez estén jugando algún juego. _Le dije con sarcasmo.
Me volví a dormir, no le respondí ni tampoco le prestaba atención y le dije que no me importaba lo que hacían. Mi hermana continúo hablando, pero esta vez para decirme que la puerta del dormitorio de nuestros padres estaba apegada levemente, y me dijo que los iba a espiar, ya que esta no era la primera vez que lo hacía.
Me hice el indignado y le di un sermón de hermano mayor, le dije que si lo volvía a hacer se los diría a nuestros padres, a ella no le importo mi amenaza.
Con sigilo y en silencio, salió de mi dormitorio en dirección a la remara de nuestros padres y, con cuidado abrió unos centímetros la puerta. Yo miraba desde la puerta de mi cuarto, observando la astucia de mi hermana. Entre a mi cuarto a esperar a mi hermana; pasaron unos minutos; regreso mi hermana, con una gran sonrisa en su rostro.
- ¿Deberías haber visto? Vaya que se estaban divirtiendo, ¡Vamos, sígueme! ¡Te vas a sorprender! _Y reía.
En esos momentos no supe que hacer, pero mi hermana era muy convincente, así que accedí, con sigilo nos dirigimos al cuarto de mis padres, mi hermana se agacho para ver, yo me quedé parada para observar la escena, observamos a mis padres, era bastante oscuro, pero se los veía perfectamente visibles, pues la luz del patio se filtraba a través de los grandes ventanales que tenían en su cuarto, comprobé que si estaban en medio del acto sexual.
Mi progenitora cambio de posición y se puso a cuatro patas sobre la cama, y mi padre, la comenzó a penetrar desde atrás, se la estaba follando con ganas, gemía como loca, que placer era oírla.
El movimiento de sus tetas se sincronizaba a las embestidas que le daba mi padre. Que excitante era verla en esa posición, pero mantuve mi visto varios minutos, cautivado y atónito de aquel espectáculo.
Mi hermana, estaba excitada al ver esa escena, y disfrutaba de aquel espectáculo, en la oscuridad del pasillo, observe por un hilo de luz que nos apuntaba, que tenía una sonrisa y que ni pestañaba. La escena que presenciaba me estaba haciendo despertar a mi amigo, apegado a mi hermana ella notaria como mi pene comenzaba a levantarse, se la arrimaba a su culito, en un momento donde ambos estamos calientes, se dio vuelta y me hablo en voz baja.
- ¿Mateo, tu juguete se está poniendo duro? A mí me pasa lo mismo, aunque en mi caso no se nota. Linda escena, ¿verdad? _Nunca la había visto hablar de esa manera.
Mi excitación subió de nivel así que dejé de sobarme en mi hermana y salí en dirección a mi cuarto. Priscila me siguió hasta la recamara y tras cerrar la puerta, se me acerco y me preguntó ya más tranquilos.
- ¿Oye que te ocurre, te has excitado igual que yo? _Me sorprendió su pregunta.
Con esta primera pregunta apartamos que éramos hermanos y compartimos nuestras dudas.
Me comenzó a contar que ella ya estaba informada desde hace tiempo mis padres follaban en la madrugada. La que, le conto fue la sirvienta Julia; una chica de 19 años hermosa; que ella había escuchado y los había espiado para ver como follaban; en ocasiones mamá venia sola a la hacienda para acompañar a papá.
No me creía lo que escuchaba de boca de mi hermana, aunque, me entere lo que hacían hace unos dos años, no sabía que mi hermana estuviese enterada y hablando con ese lenguaje.
Lejos de parar de contar, me dijo que no solo los chicos comentamos del sexo y que ella y sus amigas ya lo habían practicado hace años. Se me ocurrió una pregunta, así que le pregunté a Priscila, cuando fue su primera vez.
- Hace cuatro años, cuando tenía dieciocho años. _Me sorprendió a que edad se la habían cogido, y me imagine esa escena.
Priscila me hizo la misma pregunta yo le contesté que con mi ex novia, cuando estamos en la secundaria. En ese momento note como me miraba mi pene.
- He observado lo dura que se te ha puesto tu verga, y lo sorprendente que es que al mirarla. _Aun no me costaba oírla hablar así.
Me comento que, observando a nuestros padres, también se había excitado de una manera brutal, por lo que, quizá, se excitó más con el contacto con mi pene.
A pesar que siempre nos hemos vistos en ropa interior, esta nueva sensación que nos produjo a ambos era algo sensacional.
La única vez que le vi las tetas fue cuando hacía toples en la piscina de la casa de la ciudad, y ella únicamente me ha, avisto en bóxer.
En ese momento, de la calentura que tenia, no me importaba que sea mi hermana, me baje el pantalón y le mostré mi verga en su máximo esplendor.
- Guau, que grande, déjame tocarla y yo te dejo que me acaricies mi vagina. _Con una propuesta así nadie se negaría.
Por mi lentitud fue ella quien tomo la iniciativa, acerco sus manos a mi verga y comenzó a subir las manos de arriba abajo. Su cara de sorpresa cuando sintió que mi pene daba saltitos, me genero un morbo extra. Mi pene quedo como mástil, estaba recontra excitado.
Me latía muy fuerte el corazón, cuando mi hermana comenzó a pajearme, añadiendo una cara de puta. Me gustaba el trabajo manual que hacía, mientras que con una mano me pajeaba, con la otra me acariciaba los testículos.
En un momento Priscila hizo algo que me gusto, se metió mi pene en su boca. Sin pestañear se la mando hasta el fondo de su garganta, que rico se sentía. Su pequeña boca se agranda para tragarse casi la mitad de pene.
Su maestría para succionar mi verga era increíble, mis ganas de acabar se incrementaban a casa succión, pero mis ganas de seguir disfrutando de aquella mamada, eran mayor, la felación que me hacía era sorprendente, nunca me habían hecho una mamada así, o sería el morbo que en ese momento me prendía, lo mejor era que parecía que se le olvido que éramos hermanos.
Soltó mi pene para pasar a lamerme el glande con su lengua, esas lamidas que me fascinaron hasta el punto de llevarme hasta el éxtasis, esa mamada que mi hermana me estaba dando, y que tanto esmero le estaba poniendo, me hicieron explotar, le inundé la garganta de leche, esa fue la mamada más salvaje que me han hecho, le solté una carga de varios días acumulada.
Priscila dejó de mamar, sacándose mi verga para tragar la carga de semen que tenía. Con picardía me enseñó como se tragaba mi leche, mi sorpresa fue que sacaba su lengua para limpiarse bien los labios.
- ¿Te gusto lo que te hice, Mateo? _Ya me estaba acostumbrando a su picardía.
- Obvio que sí, eres increíble haciendo mamadas. _Le dije la verdad por la gran excitación que tenía en ese momento.
- ¿Cuántas veces te pajeas a la semana? _Esa pregunta no la vi venir.
-Yo me masturbo desde la adolescencia, en estas vacaciones ya voy 4 veces tocándome_ se rio de mi cara de sorpresa. _Guau, mi hermana resulto ser una pajera.
Vaya que sorpresas iba descubriendo en estas vacaciones y sus experiencias en el sexo. Ella era la que estaba al frente en este momento, era la mas experimentada y la más picara.
Me dio autorización para tocarle el coño y hacerla acabar, entendía que era para devolver me el favor, con la excitación que me cargaba le agradecí, acerqué mi mano derecha a su coño, lo tocaba por encima de su pijama. Me cogió mi mano, y la metió dentro su pijama para colocarla en su coño, con ambas manos se bajó su pantalón y tanga. Tenia el coño completamente depilado, que bien se le veían los labios vaginales.
Le acariciaba el clítoris con mi mano izquierda mientras que con la derecha le metía un dedo. Poco a poco su clítoris se iba hinchando, debido a mis caricias, ya le metía dos dedos dentro de su coño, me sorprendió como se mojaban las paredes vaginales de su coño.
Le frotaba el clítoris un poco más fuerte para acelerar sus gemidos, me gustaba oír sus gemidos, ese lindo rostro se iba poniendo rojo de la excitación.
- Eso es acaríciame más el clítoris, dale frótamelo, necesito que me hagas acabar, méteme tres dedos en el coño. _Que gusto, como me hablaba.
Le quería agarrar las tetas y se lo dije, no eran grandes, pero si voluptuosas. Le deje de acariciar el clítoris, con mi mano izquierda libre, la utilice para meterla debajo de su camisa y sobarle sus tetas. Tenía erectos sus dos pezones que se le tonaban por encima de su camisa, estaba tan excitada.
Con tantas caricias comenzó a subir el volumen de sus gemidos, eso me asusto un poco, por el hecho de que la pueden oír.
- ¡¡ Priscila gime más bajo que nos van a oír ¡¡. _Entendió el mensaje y modero su volumen.
Se acomodo en mi cama mejor, se saco su camisa y corpiño juntos, termino de quitarse el pantalón y tanga que los tenía en los tobillos. Ahora más cómoda se acostó boca arriba, abrió las piernas, para recibir mejor las caricias. Que lindo panorama verla sin su ropa, estaba completamente desnuda arrastrada por la excitación y las ganas de correrse. Me agarro la verga, que la tenía dura, con la tibieza de sus manos me comenzó a masturbar de arriba abajo.
Me lancé a lamerle sus pechos, hace tiempo que quería comerme esas tetas. Le gustaba que lama sus tetas, me apretaba contras sus tetas para que no deje de lamerlas, para mí era todo un placer disfrutar esas tetas, le mordía sus pezones para hacerla excitar más.
Después de unos minutos deje de comerle las tetas, para bajar a devorar su coño, que gusto era poder lamer esa rica vagina, le lamia el clítoris mientras le metía dos dedos dentro de su vagina.
Tenía la verga como tronco de lo caliente que estaba, mi hermana no daba señales de correrse, parecía que estaba acostumbrada a durar mucho tiempo, ya le comía el coño con mi lengua, solo que ahora el dedo se lo metía por el culo, la tentación me invadió y procedí a ser algo que jamás pensé que podría ocurrir, tome mi pene para, con la punta, sobarle la entrada de su coño.
El morbo me gano, poco a poco le iba metiendo mi pene, le había metido solo el glande, y la sensación era increíble, pero me detuve porque sentía que estaba mal, lo que hacía.
- Priscila si continuamos así, te la voy a meter. _Esperaba que ella digiera que igual se la meta.
Lo único que me dijo fue que se me iba a subir y que, se iba a, hacer rozar su coño con mi pene, al cabo de unos minutos, ella alcanzaba el éxtasis, fue tanto el orgasmo que tuvo, que le provocó un pequeño squirt.
- Fue una gran sesión. _Fue su respuesta con una gran sonrisa.
- Si, tienes razón, pero mira como me dejaste. _Le hice notar mi nueva erección para ver si esta vez me dejaba metérsela por su coño.
- Tengo una idea, te acuerdas que te mencione a Julia, la hija de la cocinera. _Me dijo Priscila.
- Si, claro, que pasa con ella. _No entendía por qué la nombro.
- Ella, ha de estar despierta, metiéndose los dedos en su coño, oyendo los gemidos de mi madre. _ No podía creer eso de Julia, pero con lo buena que esta no me sorprendería.
- Uhhh, ya voy entiendo. _ Le dije con una sonrisa.
- Vamos a su cuarto para que puedas desfogar tu calentura. _Me dijo Priscila.
- Y así desnudos vamos a bajar y si nuestros padres nos ven desnudos. _Le pregunte.
- Están teniendo sexo, no nos van a ver. _Me respondió ella.
- Bien, confió en ti. _Fue mi respuesta.
- Ok, lo que voy a, hacer es, bajar, entro a su cuarto, mientras me esperas en la puerta, yo la llamo, la llevamos a mi cuarto y comenzamos la fiesta. _ No podía creer que mi hermana me estuviera diciendo eso.
- Y porque ella va a, aceptar tener sexo con nosotros. _ Le dije.
- Porque yo con ella, siempre que vengo, tenemos sexo, por eso. _Me impacto esa respuesta, mi hermana tenía sexo con Julia y yo ni sabia.
- Cada vez, me sorprendes, vamos por nuestra sexy empleada. _Le dije.
Me dijo que antes iba a su cuarto, que ya venía, pasaron unos minutos y traía dos cosas, unos tacones negros altos y una remera pequeña blanca, se puso los tacones, yo no sabía porque se los ponía.
- Oye, porque los tacos. _ Le pregunte
- Para sentirme una puta. _ Me descoloco su respuesta.
- Claro, que puta resultaste. _Le dije riéndome.
- Gracias y como me veo. _Me dijo
- Te ves muy bien. _Le respondí, yo le veía sus lindas tetas.
- Bien, vamos. _ Finalizo ella.
Salimos de mi cuarto, para bajar al cuarto de Julia, mientras bajamos las escaleras tenia miedo, de, que alguien nos encuentre así, desnudos, y a mi con mi pene erecto. Lo único que me calmaba era ver a mi hermana, que en ese momento se iba poniendo su remera. Me fije que no se cubrió su culo, ni su vagina, que puta resulto ser, me decía en mis pensamientos para que no me escuche.
Llegamos al cuarto de Julia, mi hermana tenia razón, se escuchaban unos leves gemidos, Priscila me hizo señas que me coloque detrás de ella, y fue abriendo la puerta muy despacio, y efectivamente Julia se está masturbando.
- Te lo dije, si la ves como se mete dedo. _ Me comento mi hermana en voz baja.
- Si, tenias razón. _ Le respondí también en voz baja.
Ver a Julia masturbándose, pensando que nadie la veía, ni oía, era espectacularmente bella esa mujer, como no pude ver antes que era una mujer caliente.
- Y ahora que hacemos. _ Le comenté
- Entrar, tu espera aquí en la puerta. _ Me respondió
La muy desgraciada de mi hermana se paro al lado de Julia, mientras me mostraba su culo y me mostraba su cara con picardía. Julia no notaba el ruido que hacían los tacones de mi hermana, estaba con sus ojos cerrados, mientras estaba dándose placer sin que nada a su alrededor le importe.
Por fin mi hermana la saco que su éxtasis, le tapo la boca para que no hable, se colocó detrás de ella, y lo que vine después fue brutal, Priscila le metió mano dentro de la tanga de Julia, ahora ella la masturbaba, mientras julia se dejaba.
Ya Priscila se dio cuenta que era peligroso estar en el cuarto de Julia, su mamá dormía a lada y podría verlos en una posición extraña, así que mi hermana le dijo que, para ir a su cuarto, para disfrutar en grande, señalándome mientras lo decía, pensé que nuestra sexy criada no aceptaría, pero dándole un beso a mi hermana, supe de inmediato que le agrado la idea. Priscila agarro de la mano a Julia, para salir de su cuarto, ni bien cerró la puerta Julia, mi hermana la tomo de la cintura y la arrimo contra la pared, para plantarle tremendo beso.
Le hice señas para que suelte a Julia, ella entendiendo tomo a Julia para llevarla a su cuarto, las deje que vayan adelante, para poder verles los pedazos de culos que tienen estas dos chicas.
Entrando al cuarto de mi hermana, no pude más, y tomando a Julia, la coloque boca arriba encima de la cama, ella me dijo adelante, así que apuntando a su coño se la metí, hasta la mitad, de la excitación que ella tenía su coño estaba recontra húmedo, su coño se sentía de maravillas.
Julia que coñito mas apretadito tienes. _ Esas fueron mis primeras palabras para julia.
¡¡Aahhh¡¡, gracias joven Mateo. _Me dijo Julia
Puedes decirme Mateo. _ Le dije
¡¡Oohhh¡¡, bien Mateo, dame más duro ¡¡Ahhh¡¡
Le estuve dando un buen rato, hasta que cambie de posición, la coloque en cuatro, esta postura siempre me ha gustado, de esta manera les hace notar su gran trasero, y en especial el culo de Julia, le masajeaba las tetas un momento, pero ella me dijo que se la meta de una vez, y fue lo que hice.
Oooh, se ve que estabas desesperada por una verga. _Le dije sin pudor.
Aaaaah, si, ya la necesitaba, ohhh, mis dedos ya no son suficientes, aaaahhhh.
Julia me vengo. _Le solté de golpe
Yo también. _ Me respondió
Ambos terminamos al mismo tiempo, le acabe adentro, se sintió de maravilla llenarle el útero de leche, mientras nos reponíamos, vimos que mi hermana se está pajeando mientras follábamos.
No te preocupes, yo la ayudo. _ Me dijo Julia
Yo mientras me senté a lado de la cama, en un sofá que tiene mi hermana, Julia jalo a mi hermana a la cama y le comenzó a comer el coño, que gran escena, si no estuviera tan cansado me uniría.
Como si eso ya no fuera suficiente, mi hermana saco un arnés, y se lo dio a Julia para que se la coja con eso. Ya no me sorprendí mucho, porque, ahora de mi hermana podía esperar cualquier cosa. Julia la puso en cuatro, y se la metió toda a Priscila, la sincronía de los movimientos era hipnotizante.
Escuchaba como Julia le hablaba, vaya manera de follar entre ellas, y todavía mejor mi suerte que estaba yo ahí, observando.
Dame mas, dame mas, ahhh, que rico. _Escuchaba como decía mi hermana
Eso es, te gusta que te coja, ehh, puta. _Le decía Julia.
Si me encanta, aahh, cambiemos, quiero estar encima, aaaahhh.
Bien, puta.
Eso es brinca, como tú lo sabes hacer, enséñale a tu hermano como montas.
Si, aaah, que jodido placer, me vengo, aaaaah.
Eso putita, me encanta cuando acabas.
Mi hermana termino acabando, se notaba que no era la primera vez que follaban, por como hablaban entre ellas y demás cosas. Todos nos recostamos juntos a descansar, mi hermana se levanto a poner el seguro a la puerta, por si alguien entraba.
Falto que, follaramos entre nosotros. _ Le dije a Priscila
Ya será para una próxima. _Me contesto.
Y ustedes se hablan así. _Le pregunte a Priscila.
Si, siempre que me coge me llama puta, y cuando yo la follo también le digo puta. _Me respondía mi hermana.
Es cierto, Julia. _Le pregunte a Julia.
Si, así nos calentamos más. _ Me respondió Julia
Me gusto sus respuestas. Tras descansar Julia y yo nos retiramos a nuestros debimos cuartos. Al llegar a mi cuarto me tire a mi cama a dormir, pero seguía sin creer en todo lo que paso.
Sabia que todo esto se repetiría, Julia y Priscila eran unas tremendas putas, entre ellas estuvieron follando hace tiempo, pero se me ocurrió una idea descabellada, y que tal si mi madre se nos uniera. La idea me encanto, pero sabía que no podía hacerse realidad, así que me acomode para poder dormirme.
Continuara.
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3 comentarios - Espiando a mamá