Los juguetes eróticos –especialmente los vibradores- ya no son un tabú y, cada vez más, forman parte de la intimidad y el placer de las parejas. Totalmente integrados a las prácticas sexuales, ya son un miembro más en las relaciones. Sin embargo, así como a nivel sexual son excelentes acompañantes del goce y, bien utilizados, no provocan daños, el material del que están hechos algunos de ellos ha hecho sonar las alarmas en países como Dinamarca y Alemania.
Embarazadas, las más afectadas
Los ftalatos son sustancias que dan elasticidad y flexibilidad a los plásticos cuyo uso industrial está muy extendido. Y están presentes en algunos vibradores.
Pero, ¿qué efectos producen? “Hasta 1982 no se había considerado la toxicidad de los ftalatos en el ser humano. En ese año, un estudio del Programa Nacional de Toxicología de los EEUU informó que los mismos tenían efecto cancerígeno en las ratas. Actualmente, esta posibilidad se ha minimizado, aunque se destacan los efectos sobre el sistema endócrino durante la gestación, fundamentalmente en los fetos varones por la acción sobre la testosterona (los ftalatos son antiandrogénicos). Las lesiones reportadas son: malformaciones en el pene, pobre desarrollo de la próstata y de las vesículas seminales y falta de descenso testicular”, explica el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Algunos estudios estadísticos que asociaron la exposición a estas sustancias durante el embarazo detectaron diversos problemas en el normal desarrollo del proceso. La investigación que alertó a la comunidad científica sobre estos peligros fue realizada por la ginecóloga Shanna Swan, de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos. Desde entonces, se está trabajando intensamente en el análisis de la relación entre la exposición prenatal a ftalatos y la reducción de la testosterona: una de las conclusiones más importantes que se verificaron fue una cierta feminización de los futuros varones.
Según las últimas investigaciones realizadas, los ftalatos no producirían lesiones específicas en los adultos. “Lo que se sabe es que tienden a depositarse en los tejidos grasos, favoreciendo su acumulación. Hay reportes que indican que las mujeres embarazadas expuestas a ftalatos tienen más riesgo de padecer preeclampsia y vómitos frecuentes. En 1999, el Ministerio de Salud prohibió el uso de ftalatos en juguetes destinados para ser chupados o mordidos por niños menores de 3 años y reguló su uso en otros productos como los insumos médicos”, agrega Ghedin.
La pregunta que surge inmediatamente es: ¿cuánto tiempo de uso de un vibrador debería considerarse peligroso y con riesgo de afectar un feto? La respuesta del sexólogo es clara: “Como lo evidencian los estudios es riesgo mayor lo tienen las mujeres embarazadas. La exposición frecuente con ftalatos aumentaría la acumulación con mayor probabilidad de efectos tóxicos. Hay que tener en cuenta que muchos juguetes sexuales no poseen etiquetas que informen sobre el contenido de ftalatos (debe decir Dop free, PVC free, o libre de ftalatos); los menos pueden informar “empresa sexualmente responsable”. Estas sustancias se reconocen por el olor fuerte a plástico. Si surge alguna duda, lo importante es preguntar. Y, si la respuesta no es satisfactoria, conviene no comprarlo. En el caso de las mujeres embarazadas no mejor es abstenerse de su uso”.
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