Jean-Jacques es un galo de hombros y estatura considerables, gran fumador de "gauloise" y sonrisa fácil, es el marinero de Iñaki.
Todas las mañanas, bien temprano, le escucho pasar junto a la cantina, va tarareando alguna tonada marsellesa y dejando tras de sí, su olor a tabaco. Saluda de lejos y marcha a paso firme por el muelle rumbo al barco.
Allí se encuentran, preparan las redes y salen en busca de la pesca diaria. Tipos duros, diferentes, sin embargo, el tiempo los ha hecho los mejores camaradas.
Melissa y Melina, no son parientas, sin embargo en algún momento de la historia, sus antepasados se han cruzado. Las dos delgadas, de ojos grandes, cabello largo, ondulado. Gesto alegre y juvenil, con arrugas a los lados de los ojos, y en la comisura de la boca.
Todas las tardes, al ocaso, vienen caminando por la playa, juntas, charlando y riendo. Se sientan en la terraza y esperan la llegada del pesquero.
Melissa y Melinda son las mujeres de Jean-Jacques.
Una tarde compartí un cafe con ellas. Después de hablar de la pesca y el clima durante más de media hora..., opte por ser más frontal.
Un trio?
Me contaron que las dos aman profundamente al galo, a una le nace lavar y la otra plancha, que una limpia y la otra ordena, que les gusta cocinar a las dos, comidas y postres, y se turnan con los trastos, que si bien Jean-Jaques es quién mantiene el hogar, ellas ayudan tejiendo para afuera...En fin, que no tienen problemas...
- Si, si, les dije,- pero, y?, reconozco que cuando curioseo no soy muy prudente.-Pues dormimos juntos..., dijeron.
Levanté una ceja y me quedé esperando, hasta que rieron a carcajadas.
-Mira,esto es un secreto asi que sé discreto, Jean-Jacques es muy, eehh, fogoso, si tiene tiempo, a la mañana, a la noche después de cenar y los dias que no sale a trabajar..., uf! ni hablar, el verano pasado, cuando hubo que calafatear el casco del barco, y estuvo parado quince dias!... Mon Dieu!, le ofrecimos ayuda a Iñaki para que terminara antes. Fue muy duro. Y de esto con él no podemos hablar. Entonces, sin que se de cuenta, nos turnamos, una semana cada una. Le hemos dicho la más gran variedad de historias del por qué esta vez una u otra. El día de "cambio de guardia" es el viernes-.
Hoy es viernes...
El barco había atracado y ambas salieron corriendo en su busca. Verlos abrazados a los tres, alegres y felices daba gusto. Iñaki saludaba a las mujeres mientras hacía un guiño complice a su amigo.
Al pasar junto a la cantina, les saludé con la mano en alto. Iban contándose las nuevas del día... en la mirada de una se veía cierta lujuria, en la otra, se deleitaba la paz del descanso merecido.
Hombre afortunado este Jean-Jaques.