ENHEBRAR ....TOMATES

Enhebrar tomates es algo que he visto muchas veces en verano hacer a mis abuelas Ángela y Victoria, a mi madre y a mi tía María.

No sé la antigüedad de esta práctica pero está claro que las mujeres siempre saben dar utilidad a la aguja y lo mismo que remendaban la ropa para que durara más, enhebraban los tomates para conservarlos. Sabias y pacientes mujeres que no tenían un momento de descanso: madres, trabajadoras en casa y en el campo.

Hoy me he levantado temprano con la idea de coser un ratito la colcha de Zoe, sentada en mi cuarto de costura sintiendo el frescor de la mañana.

Pero he visto los tomates que cogí ayer del huerto del colegio y me he dado cuenta de que tenía que "enhebrarlos". Esta palabra la he oído mil veces cada verano; era una de las primeras tareas que mi madre hacía cuando  mi padre traía  los "tomates de cuelga" o " de telaraña", que así se llaman en mi pueblo.

Como sabéis soy maestra y en mi colegio intentamos  que los niños/as aprendan a  través de la  investigación y la experimentación. Tenemos un huerto escolar que cuidamos para luego saborear las pequeñas cosechas de habas, patatas, fresas ... Cuando vi que mi tío Luis tenía ya preparado el semillero le pedí las tomateras para sembrarlas. "Son tomates diferentes", les conté a los niños/as.  "Nos van a durar todo el invierno sin pudrirse, ¿como ? ya lo veréis". "Pensad, pensad como puede ser".

Mi idea era que ellos recogieran los tomates y que aprendieran a "enhebarlos" pero no ha sido posible, por eso hoy hago la tarea por ellos y en septiembre los llevaré al cole para que vayamos observando el proceso de conservación.

Es la primera vez que lo hago y estos son los primeros tomates que recogemos, la semana que viene recogeré más. ¿Cuantas "ristras" tendremos?