En Catalunya es costumbre hacer fiesta el dia 26 de diciembre, así como también es festivo el lunes de Pascua, por una razón muy simple: Para descansar de las fiestas.
Si, si, como lo oís (leeis).
Antiguamente era festivo cada día siguiente a alguna fiesta que significara comilona familiar, pues debían recorrerse muchos kilómetros para reunirse las familias al completo en casa del que organizaba la comida, y los transportes no eran como los de ahora. (Aunque hoy en día se puede decir "Ven en tren, si puedes", tal y como está RENFE por aquí).
Los vehículos solían ser de tracción animal, a menudo los mismos que se empleaban para los trabajos de la masía y para no obligarlos a hacer el viaje de ida y el de vuelta el mismo día, se quedaban en la casa de la reunión un día más.
También las personas acababan derrengados tras una comilona de fiesta, así que este día supletorio les iba bien para digerir del todo cuanto hubiesen comido.
Aprovecho para contaros el motivo de la escudella de Navidad y de los canelones de San Esteban.
El día de Navidad se hace la escudella con carn d'olla.
Esto es un cocido típico que incluye una muestra de todo lo que produce una masía y de todos los animales que se crían en ella.
Así la escudella se hace con vegetales, apio, calabaza, patata, tomate, cebolla, puerro, chirimía, y todo lo que quieras ponerle de este grupo.
También lleva garbanzos y judías secas, (puesto que en diciembre ya no había judías tiernas y los congelados aún no se habían inventado).
Y carne.
Vaca, tocino, gallina, cordero, un poco de todos ellos.
Una vez cocida, se separa la carne y las verduras del caldo.
Con este caldo se cuece algo de sopa (desde hace un tiempo son los galets extra grandes, aunque se desconoce el motivo), y se sirve de primer plato.
La carne y los vegetales se sirven de segundo plato.
Todo ello acompañado de embutidos para acabar de llenar la mesa y vinos y cavas de la tierra.
De postre queso, fruta y turrones regados con un moscatel o malvasía.
Con todo eso ya os podeis imaginar como eran las digestiones.
En aquellos tiempos solían ser ollas inmensas con capacidad para todos los comensales, así que lo más habitual era que sobrara carne.
Al día siguiente, aunque la idea era descansar de la comilona, había que comer, y de hacer la comida se encargaban los solteros del grupo.
Los cuales echaban mano de lo más fácil.
Todas las sobras del día anterior.
Las verduras, pasadas por la sartén y con la carne: unos canelones.
La tradición dice que los canelones son cosa de abuelas.
Casi casi afirman que si no eres abuela no sabrás hacer unos canelones "com Deu mana".
Y realmente eran ellas las que, enternecidas por los nietos, se encargaban de hacerlos, con la excusa de enseñarles a cocinar.
Y estas son las historias que oí.
Si algo de eso no resultara del todo cierto...
...las reclamaciones al de la radio.