El níscalo es una seta comestible muy común en España en los bosques de pinos. Dependiendo de la región se la conoce por níscalo, mizcalo, robullón, rovellons, robellón y un largo etc.
Es de color anaranjado, y cuando es joven el sombrero se encuentra enrollado por sus bordes y conforme pasa el tiempo, se va aplanando. Su carne es densa y al corte desprende un látex de color naranja. Se oxida rápidamente, y cuando esto ocurre adquiere un color verdoso.
Se puede comer de muy distintas formas, a la plancha, al horno, con patatas, con carnes, etc.
INGREDIENTES:
• 1 kilo de níscalos
• 6 dientes de ajo
• 2 cucharadas de perejil picado
• Aceite de oliva
• Sal
• ½ vaso de vino blanco
• Un trocito de guindilla
MODO DE HACELO:
Lavar bien los níscalos, pues suelen tener bastante tierra. A veces incluso conviene cepillar el sombrero con un cepillo de cerdas finas. Cortarlos y reservar.
Poner el aceite en una sartén, y rehogar los ajos picados y el trocito de guindilla (ponerla en un solo trozo, para que se vea y nadie se la coma). Cuando comiencen a dorarse, añadir los níscalos, el vino y el perejil, sazonar y dejar que se hagan y se vaya evaporando el líquido. Deberá quedarnos con un poquito de salsa trabada y melosa.
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