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PARVA LABENTIA (y IV)



[Panorámica de la prospección geomagnética realizada en 2011 por un equipo de la Universität Hamburg en Campo Real/Fillera, entre Sos del Rey Católico y Sangüesa]

En el estudio de la Hispania de los Flavios, junto a la carta escrita por el emperador Tito, en septiembre del 79 d. C., a los habitantes de Munigua, en la Bética -sobre la que ya hablamos en un post anterior de este blog-, se individualiza, también, la que casi dos años antes, el 8 de agosto del 77 d. C., el fundador de la dinastía, Vespasiano, escribió a los Saborenses (CIL II2/5, 871). Si la primera se conserva en el Museo Arqueológico de Sevilla, la segunda parece que se perdió a comienzos del siglo XVIII. Como sí conservamos su texto, sabemos que en dicha epistula, Vespasiano respondía afirmativamente a los magistrados que hacían cabeza en la ciudad de Sabora, los IIuiri Caius Cornelius Seuerus y Marcus Septimius Seuerus, autorizándoles a fundar un nuevo enclave urbano con el sobrenombre flavio (permitto uobis oppidum sub nomine meo) y, además, por las dificultades que los citados magistrados debieron exponer al emperador en el documento al que él responde (cum multis difficultatibus infirmitatem uestram), a hacerlo en un terreno llano, in planum, según dice el texto. Al margen del interés jurídico y, también retórico, del documento (puede verse un balance en BLANCO-PÉREZ, A., "Imperial responses to urban crisis in the Roman Empirea: a conceptual approach", en ANDREU, J., y BLANCO-PÉREZ, A. (ed.), Signs of weakness and crisis in the Western cities of the Roman Empire (c. II-III AD), Stuttgart, 2019, pp. 37-45) esta inscripción está de actualidad gracias a la investigación arqueológica que, como se ha reiterado aquí en no pocas ocasiones (véase, por ejemplo, la serie "Archaiología") se está revelando como una fuente fundamental de documentación desde la que abordar novedades relativas, de modo muy particular, a la vida urbana hispanorromana y, en general, a la Historia Antigua de la península ibérica.

Así, en el inicio de la primavera de este año, en el número en curso (32, 2024) de la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, ha visto la luz un trabajo, firmado por Isabel Rondán y Lázaro Lagóstena, de la Universidad de Cádiz, y que, titulado "Prospección geofísica y análisis edilicio en el asentamiento de El Carrascal (Cañete la Real, Málaga), presunta sede de Flauia Sabora", propone la localización concreta de esta Flauia Sabora que los Saborenses, si cumplieron lo establecido por la autorización solicitada a Vespasiano, debieron fundar -o, al menos, refundar- para hacer frente, con un nuevo modelo urbano, a las exigencias de su promoción al estatuto de derecho Latino flavio, municipal (sobre el tema nos detuvimos en ANDREU, J., Edictum, municipium y lex: Hispania en época flavia (69-96 d. C.), Oxford, 2004, pp. 180-182). Los dos autores amparan dicha propuesta de ubicación en el resultado de trabajos geofísicos en la zona que culminan los que ya se habían venido realizando en fechas recientes y que, de hecho, habían tenido no poco impacto en la prensa nacional, particularmente en El País y en el Diario de Cádiz. El sensacional trabajo de recogida de datos con magnetómetro y georradar y, especialmente, el meticuloso postproceso de estos y estudio de las estructuras documentadas a partir de aplicar dicha técnica de prospección permite a los autores ubicar en el entramado urbano de esa supuesta Flauia Sabora al menos un notable edificio absidal de tipo público -en la primera imagen, tomada del propio artículo-, una buena serie de insulae -mostramos una de ellas, la mayor de las localizadas, en la segunda imagen-, los probables horrea del municipio -visibles a la derecha de la imagen- e, incluso, vestigios sobre el sistema de abastecimiento y reserva hídricas a la ciudad todo sin mediar excavación arqueológica alguna y tan sólo empleando, como se ha dicho, técnicas no-invasivas sobre cuyo potencial metodológico se han ocupado recientemente, en otras publicaciones, ambos autores (véase, fundamentalmente, y pronto va a ver la luz la versión publicada, RONDÁN, I., Investigación no invasiva para el estudio de los establecimientos rurales romanos en el litoral meridional hispano, Cádiz, 2022). Desde el punto de vista histórico, este hallazgo resulta del máximo interés una vez que -a espera de, si proceden, futuras excavaciones- nos permite conocer las singularidades de un urbanismo supuestamente ex nouo que, si hacemos caso al texto de la epistula, debería datar de los comienzos de la época flavia con los problemas que, de hecho, tenemos, para conocer la incidencia de éste en las Hispanias una vez que las reformas de la Latinización flavia se aplicaron sobre ciudades ya existentes (nótese, además, que los autores también están aportando interesantes novedades respecto de otros enclaves del mismo estatuto jurídico como el municipium Flauium Aruense sobre el que se detienen en su contribución a las actas del coloquio "Small towns, una realidad urbana en la Hispania romana", celebrado en Alicante en octubre de 2021 y sobre el que hablamos en una entrada anterior de este blog y, también, en su muy recomendable contribución al volumen Non intrusive methodologies for large urban area research, Oxford, 2023, pp. 62-70) . El urbanismo atestiguado en Flauia Sabora correspondería exactamente al momento en que la población de los Saborenses procedió a abandonar el castro del Cerro de la Horca -que ocupaban desde la Edad del Hierro II- para trasladarse al llano y poder, de ese modo, acoger en la nueva urbanística todos los edificios propios de las no pocas exigencias del modelo municipal flavio, asunto que añadir, sin duda, al de las constatadas y crecientes debilidades que este expediente cívico romano, tan atestiguado en las provincias hispanas, está aportando cuando se le analiza arqueológicamente (ANDREU, J., "Retos y amenazas de la administración municipal en el Occidente Romano durante el Alto Imperio: el caso hispano", Cadmo, 27, 2018, pp. 29-26).



Como sabe el lector de Oppida Imperii Romani, desde septiembre de 2023, estamos liderando, desde la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, un proyecto de investigación financiado en concurrencia competitiva por el ahora denominado Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades que, con el acrónimo parua labentia, pretende seguir poniendo el foco -con una perspectiva holística pero también territorialmente acotada- en algunos de esos parua oppida que se revelaron, en época medio-imperial, decadentes y que estaban ubicados en el ámbito vascónico y aquitano, entre el río Aragón, al sur y el río Adour, al norte. Curiosamente, en tres de esos parua oppida o parua (et) labentia oppida -pues todos fueron ciudades nativas monumentalizadas en época de Augusto (parua) pero con evidencias de crisis en época medioimperial (labentia)- Campo Real/Fillera, en Sos del Rey Católico, Los Bañales de Uncastillo -en estos dos casos en el año 2011 y con una segunda campaña en 2014- y Santa Criz de Eslava -en el año 2022- se han realizado en la última década trabajos de prospección geomagnética con resultados notables que, sin embargo, han permanecido prácticamente inéditos hasta la fecha pese a haber aparecido los resultados de los dos primeros ilustrando algunas visiones de conjunto sobre la Romanización en el territorio de la Comarca de Cinco Villas (ANDREU, J., "Entre el Ebro y el Pirineo: las tierras de Tauste en época romana en el contexto de la romanización de las Cinco Villas de Aragón", en Tauste en su Historia. Actas de las XVIII Jornadas sobre la Historia de Tauste, Zaragoza, 2018, pp. 155-198), contar el segundo con una valoración muy preliminar en una publicación internacional que ha alcanzado notable difusión (GROSS, Ph., y TRUNK, M., "Suburbium und Stadtweiterung: Bemerkungen zu Ober- und Unterstadt von Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)", en Oppidum - ciuitas - urbs. Städteforschung auf der Iberischen Halbinsel zwischen Rom und Al-Andalus, Münster, 2017, pp. 723-728) y estar glosados los resultados del tercero de los trabajos, el relativo a Santa Criz de Eslava, en un artículo monográfico bastante reciente (HERMANN, F., ANDREU, J., y TEICHNER, F., "Aproximación al urbanismo de una ciudad de los Vascones: prospecciones geofísicas en Santa Criz de Eslava", Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 31, 2023, pp. 237-248). Nos parece, sin embargo, que la actualidad del empleo de este tipo de técnicas no invasivas en la Arqueología hispanorromana y, también, el hecho de que en el marco del citado proyecto de investigación ministerial hayamos previsto realizar algunas de ellas justifica que, con el objeto de seguir aportando información sobre los avances de nuestro trabajo, dediquemos al asunto una entrada monográfica de la etiqueta "Parua labentia" -ya la cuarta- en Oppida Imperii Romani.

Una mirada a los resultados atestiguados para la ciudad romana de Los Bañales, que fue prospectada, esencialmente, en las parcelas ubicadas al sur del área termal y en áreas muy concretas de dicho espacio (Aragón Televisión se hizo eco de sus trabajos en abril de 2014) permite, sin ánimo de exhaustividad, constatar varios elementos que, nos parece, aportan valor al conocimiento del urbanismo de esta singular ciudad seguramente, como Flauia Sabora, municipio de promoción flavia pese a su gran despegue urbanístico augústeo. [1.] En primer lugar, es evidente que al margen de que el área monumental -donde hoy sabemos que obraron el foro, los espacios artesanales y residenciales y las termas públicas- se concentró en torno al cerro de El Pueyo y con una evidente orientación sureste, las trazas resultantes de la prospección geomagnética evidencian que la urbanización alcanzó, también, todo el fondo del valle desde, prácticamente, la falda de El Pueyo al Huso y la Rueca confirmando la extensión de más de 20 Ha que, a partir de prospecciones superficiales, se supuso para la ciudad (ANDREU, J., GONZÁLEZ SOUTELO, S., GARCÍA-ENTERO, V., JORDÁN, Á. A., y LASUÉN, Mª., "Cuestiones urbanísticas en torno a la ciuitas de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)", SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología, 17, 2021, pp. 233-266). [2.] En esa nítida trama urbana que se percibe hacia el área meridional del yacimiento llaman la atención dos grandes arterias paralelas en sentido sureste-noreste que, por su anchura, superior a los 5 m., parecen corresponder a dos grandes cardines -muy nítido el más oriental- que podrían conectar directamente con el punto de paso de la vía romana que se ha propuesto discurriría al sur del montículo de El Huso y la Rueca (MORENO, I., Item a Caesarea Augusta Beneharnum. La carretera romana de Zaragoza al Bearn, Ejea de los Caballeros, 2009, pp. 66-67). Esa articulación potenciaría el carácter de ciudad abierta, y viaria, para Los Bañales. [3.] Llama la atención, también, la presencia, en las inmediaciones de las termas, de una gran estructura circundada por viales perimetrales que permite pensar en un espacio de insulae de función, lógicamente, difícil de determinar. [4.] Por último, en las parcelas ubicadas más hacia el sureste de cuántas fueron examinadas con el magnetómetro, se individualiza una singular alineación de marcas cilíndricas en dos hileras que permiten pensar bien en un edificio público -acaso algo alejado del área monumental, lo que plantea problemas interpretativos- bien en alguna estructura al servicio del área de producción económica inmediatamente periurbana que, con los hallazgos de lagares e instalaciones para el prensado del vino y de la aceituna se ha venido configurando en los últimos años, con nuevos hallazgos, tal como mostramos en la segunda ortofoto donde aparecen marcadas, precisamente, las evidencias de esas instalaciones. Si esas líneas enfrentadas se corresponden con un edificio comercial, tipo macellum o, por el contrario, se trata de marcos de plantación de viñas o de olivos -como los que, precisamente, se están documentando recientemente (TRAPERO, P., RONDÁN, I., y LAGÓSTENA, L., "Studying Roman Viticulture in Baetica with GIS modelling and geophysical survey", en DOOD, E., y VAN LIMBERGEN, D. (eds.), Methods in Ancient Wine Archaeology. Scientific approaches in Roman contexts,  Londres, 2024, pp. 147-160, esp. pp. 154 y 156, Figs. 11.3 y 11. 4 respectivamente, el primero de los cuales, del enclave rural de Pocito Chico, en El Puerto de Santa María, ofrecemos imagen más abajo, gentileza de los autores)- es algo que sólo un mejor examen del espacio -acaso microprospección, o excavación- podrá determinar pero que, en cualquier caso, potencia la idea de un área productiva en la parte baja de la ciudad y de una nítida función de ésta como centro productor y redistribuidor, acaso, de aceite y de vino, que hemos anotado recientemente (ANDREU, J., y LAREQUI, J., "Parua oppida y municipia rusticana: un paradigma en el norte de la Hispania citerior", en ANDREU, J., BLANCO-PÉREZ, A., y ALGUACIL, E., (eds.), Pecunia communis: recursos económicos y sostenibilidad de las pequeñas ciudades hispanorromanas, Uncastillo, 2023, pp. 161-193). En este sentido, estamos, mientras se escriben estas líneas, recogiendo los permisos de los propietarios de los terrenos ubicados entre los antiguos baños públicos de la ciudad romana y el área meridional productiva y periurbana antes citada -la mayoría vecinos de la localidad de Layana- para poder acometer, en el próximo otoño, una más intensiva prospección que combine el recurso al magnetómetro y el georradar y que nos ofrezca una más nítida resolución de las estructuras que articularon el urbanismo de esta ciuitas en la que llevamos ya quince intensos años de investigación y dinamización. En este espacio y, también, en las fanpages del yacimiento en Facebook e Instagram iremos dando noticias, como siempre, de cada avance.




Si una de las estructuras atestiguadas en la geofísica de Los Bañales podría, como se ha dicho, guardar relación con el perfil económico, agrícola, de la ciudad, pronto sabremos si una de las que resulta más llamativas de las documentadas en la realizada en Campo Real/Fillera fue, como hemos propuesto (ANDREU, J., y LAREQUI, J., op. Cit., pp. 170-172, Fig. 4), un espacio de dolia defossa -es decir, un recinto de almacenaje de tinajas tapadas para preservar grano o líquidos- para la acumulación de aceite o de vino en la que fue, seguramente, la gran encrucijada viaria de la región. Efectivamente, ya en los vuelos que desarrolló François Didierjean en el lugar en el otoño de 2010 (de los que ofrecemos una instantánea más abajo) y, después, en la prospección geofísica que los colegas de la Universität Hamburg desarrollaron en 2014, se constató la presencia de un amplio espacio al oeste del área urbana marcado por una estructura de muros perimetrales en cuyo interior obran una serie de marcas circulares que bien podrían corresponder a los negativos de las citadas dolia o a las dolia mismas, si aun se conservan. Es por ello que, en septiembre de 2024, y mediando la oportuna autorización del Gobierno de Aragón, en trámite, vamos a realizar -gracias, también, a la generosidad del propietario de los terrenos- un sondeo en el ángulo sudoccidental del citado espacio que determine si, efectivamente, estamos ante un gran almacén agrícola que, de ser así, excedería, por sus dimensiones, las necesidades del abastecimiento estrictamente urbano.




En conclusión, abordamos en los próximos meses una serie de decisivos trabajos para seguir profundizando en la trama urbana de estos parua oppida del área vascónica pero, también, en las que fueron sus dedicaciones económicas algo que ya nos ocupó el pasado mes de noviembre en una jornada de estudio celebrada en la UNED de Ejea y de la que dejamos el vídeo de arranque, bajo estas líneas. Desde un punto de vista estrictamente social, resulta satisfactorio, y queremos agradecerlo desde aquí, comprobar la colaboración social, cívica, que estamos palpando en los agricultores de la Comarca de Cinco Villas -tanto de Layana como de Biota o Sos del Rey Católico- que están cediendo los permisos necesarios para poder acometer tanto el sondeo en Campo Real/Fillera como las prospecciones geomagnéticas en Los Bañales, proyectos ambos que confirmarán muchas de las propuestas -abriendo, seguramente, otras- que se planteaban en el análisis que recoge el vídeo con el que cerramos esta nueva entrada de la serie "Parua labentia" en Oppida Imperii Romani. Ojalá que llegue el día en que ese respaldo social, tan generoso e implicado, de las gentes de Cinco Villas lo asuman también -sin sospechas, ni censuras ni cuestionamientos políticos- las instituciones comarcales y autonómicas a las que, sobre todo a las primeras, tanto debemos pero de las que, especialmente de las segundas, también tanto esperamos. Será la prueba de que han entendido un proyecto como el de Los Bañales que sirve al territorio promoviendo su desarrollo cultural y socio-económico y que, tras quince años de recorrido, tiene, todavía, mucho que ofrecer.



PARVA LABENTIA (y III)

 

[Cornucopia en mármol blanco de Proconesos procedente de la ciudad romana de Campo Real/Fillera, en Sos del Rey Católico]

Si cuando hablamos de Epigrafía Romana, al mencionar el Corpus Inscriptionum Latinarum -el gran repertorio de inscripciones romanas que, surgido a mediados del siglo XIX, sigue aun alumbrando nuevos volúmenes- sentimos una cierta reverencia, cuando hablamos de estatuaria romana esa misma sensación se despierta en los investigadores cuando se habla del Corpus Signorum Imperii Romani. Si el CIL es el gran repertorio de las inscripciones latinas el CSIR es el gran repertorio de las esculturas romanas de todo el Imperio. Para la península ibérica, para las provincias hispanas, la edición de sus fascículos -el Corpus Signorum Imperii Romani España- se gestiona de modo ejemplar entre la Universidad de Murcia y el Institut Català d'Arqueologia Clàssica, dos de las instituciones que, por otra parte, más han contribuido en los últimos años a dinamizar la buena investigación arqueológica en nuestro país. De esos fascículos hispanos se han publicado ya diez siendo el último el que José Beltrán Fortes y Mª Luisa Loza Azuaga han dedicado a los materiales escultóricos romanos de la provincia de Cádiz (BELTRÁN FORTES, J., y LOZA AZUAGA, L., Corpus Signorum Imperii Romani. España. Provincia de Cádiz (Hispania Vlterior Baetica), Cádiz-Sevilla, 2020) si bien la serie se ha detenido en el repertorio escultórico de otras importantes ciuitates hispanas.

Si algo ha definido, precisamente, la categoría de los parua oppida en la que venimos trabajando desde hace algunos años (véase, al menos ANDREU, J., "El fenómeno de los parua oppida: definición y caracterización de una categoría urbana del interior de la Tarraconense", en Parua oppida. Imagen, patrones e ideología del despegue monumental de las ciudades de la Tarraconense hispana, Uncastillo, 2020, pp. 3-24, pero también nuestra entrada "Parua oppida (y III)", en este mismo espacio) eso ha sido la temprana apertura de las comunidades que podemos calificar como tales a los programas iconográficos de carácter oficial -y, por tanto, también escultóricos, no sólo epigráficos- que, en muchos casos, se produjo, además, antes de su promoción estatutaria. Recientemente, por ejemplo, uno de nuestros colaboradores, con ya un extenso y brillante historial de publicaciones sobre la cuestión, se ha ocupado del tema en la última entrega de la serie de monografías de Los Bañales: ROMERO, L., "El trabajo del mármol en el programa escultórico del foro de Los Bañales de Uncastillo (Uncastillo, Zaragoza)", en ANDREU, J., BLANCO-PÉREZ, A., y ALGUACIL, E. (eds.), Pecunia communis. Recursos económicos y sostenibilidad de las pequeñas ciudades hispanorromanas, Ejea de los Caballeros, 2023, pp. 135-159).

Pues bien, como una actividad más del proyecto de investigación "De parua a oppida labentia: ciudad, ciudadanía y desarrollo urbano en el piedemonte vasco-aquitano (siglos I a. C.-II d. C.)" financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y de cuyos avances venimos informando en esta etiqueta de Oppida Imperii Romani, en estos días, tanto Luis Romero como quien escribe estas líneas estamos trabajando en la que será una de las próximas entregas del Corpus Signorum Imperii Romani y que, esperamos, esté lista para ser presentada el próximo mes de octubre en Pamplona ciudad que acogerá, también con paradas en Los Bañales de Uncastillo y Santa Criz de Eslava, la XI Reunión de Escultura Romana en Hispania para la que acabamos de abrir el call para comunicaciones. El volumen estará dedicado a recoger toda la documentación escultórica -no sólo de bulto redondo, también relieves- atestiguada en el territorio que las fuentes antiguas atribuyen a los Vascones, otro de los temas recurrentes en este blog. Constituirá, de hecho, el primer volumen de la serie de Corpus Signorum Imperii Romani que no coincide, en su ámbito geográfico de estudio, con una ciudad antigua o con una provincia actual sino que se centra en un territorio que -aunque de fronteras e identidad discutida y discutible- funciona -y, de hecho, ha funcionado- en cierta medida como categoría coherente para su aprehensión científica. No será ésa la única sorpresa que aporte el volumen pero para las otras el lector tendrá que esperar a su publicación...

Así, en estos días de intenso trabajo de preparación del manuscrito para su entrega a imprenta hemos tenido que realizar un balance -que figurará en el volumen- sobre cómo se ha ido formando y, en los últimos años, incrementado el repertorio de material escultórico en la zona objeto de estudio de esa próxima e ilusionante entrega del CSIR. Y, en ese balance hay un punto de partida que resulta referente inexcusable para quienes trabajamos sobre la Antigüedad de Navarra y de su entorno. Se trata del inventario "Localidades de Navarra donde se conservan ruinas o se han hallado objetos romanos" que, en su quinta entrega de la serie "Excavaciones arqueológicas en Navarra" firmaron, en 1946 y en la revista Príncipe de Viana (24, 1946, pp. 423-439) dos de los "padres" de la investigación arqueológica en Navarra y en, prácticamente, gran parte del norte peninsular, Blas Taracena y Luis Vázquez de Parga. En él, y en el apartado de la estatuaria, apenas se inventariaban algunos de los relieves decorativos de monumentos funerarios romanos de las áreas de Eslava y de Gallipienzo; el repertorio de estelas decoradas de Gastiáin, en el valle de Lana, límite occidental del territorio vascón con el várdulo; y los ejemplares de bronce -uno desaparecido y otro, muy conocido y recientemente recuperado- de Pompelo, en la actual Pamplona, sobre el que luego volveremos. Sin embargo, el volumen que estamos preparando reúne cerca de 275 piezas repartidas entre algo más de 30 municipios del territorio actualmente navarro, del zaragozano de la Comarca de Cinco Villas y del extremo occidental de la Jacetania y del riojano de las áreas controladas por las ciudades de Graccurris, la actual Alfaro, y Calagurris, la actual Calahorra. Todo ello da muestra de hasta qué punto, en este último siglo, el trabajo de documentación arqueológica y de investigación que ha acompañado a ese incremento y que, además, han protagonizado algunos de los nombres de referencia en la historia de la investigación arqueológica en la zona ha resultado decisivo. Por citar los nombres más conocidos Mª Ángeles Mezquíriz -que presentó, por ejemplo, una cabeza varonil en mármol blanco procedente de la ciudad de los Carenses, en Santacara (Navarra) (MEZQUÍRIZ, Mª Á., "Retrato masculino aparecido en las excavaciones de Santacara (Navarra)", Trabajos de Arqueología Navarra, 136-137, 1974, pp. 403-404)-, Urbano Espinosa y Aurora Luezas -que valoraron el repertorio escultórico de Calagurris conformado, en gran parte, gracias a los trabajos de Pedro Gutiérrez Anchútegui (ESPINOSA, U., Calagurris Iulia, Calahorra, 1984, pp. 11-116 y LUEZAS, A., "Manifestaciones artísticas en Calagurris Iulia", en CINCA, J. L., y GONZÁLEZ SOTA, R. (eds.), Historia de Calahorra, Calahorra, 2011, pp. 115-130)- o José Antonio Hernández Vera y su equipo que, para Graccurris, también contribuyeron a ese incremento y a la sistematización de las piezas conocidas de antiguo (MARTÍNEZ TORRECILLA, J. A., AGUIRRE, A., y DEL FRESNO, P., "Nuevas esculturas del yacimiento de las Eras de San Martín-Graccurris", Graccurris, 24, 2014, pp. 157-180).

En cualquier caso, nos parece que el más decisivo incremento del repertorio se ha producido en la última década y ha tenido que ver con el desarrollo de actividades de investigación auspiciadas por el tejido universitario local y, en particular, por la Universidad de Navarra. Esa investigación ha permitido, por este orden, bien  la recuperación de obras que se daban por perdidas, bien la mejor identificación de otras del repertorio clásico, bien el incremento -en excavaciones arqueológicas concretas- de los materiales disponibles, bien el adecuado estudio de materiales aparecidos en proyectos arqueológicos ajenos a la institución universitaria. De todo ello hay ejemplos singulares que merece la pena destacar pues todos, además, nos han permitido conocer mejor el impacto que los programas decorativos oficiales tuvieron en las ciudades romanas del ámbito vascónico. Así, como es sabido -aunque, lamentablemente, esto se haya silenciado en el panel explicativo de la pieza que se ha instalado en el Museo de Navarra- fue un artículo publicado en el número 23, de 20015, de la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra y firmado por Luis Romero y Rubén Montoya el que permitió que, al escribir el entonces propietario a los autores y éstos facilitar sus datos al Museo de Navarra, se procediera a la cesión, primero y, compra, más tarde, del, seguramente, mejor togado en bronce que tenemos en Hispania y que debió salir e veta desde Pompelo, donde había sido hallado, a comienzos del siglo XX. Así lo explicamos hace algunos meses en un episodio de "Arqueomanía" dedicado a la Arqueología navarra y emitido en Televisión Española en Febrero de 2023 y así lo ha recogido la prensa nacional y local antes enlazada y lo recordábamos, nosotros, no hace mucho -en junio de 2023-, en una tribuna en Diario de Navarra que, ahora, ante la proximidad de la XI Reunión de Escultura Romana en Hispania, tiene más sentido traer aquí a colación pues vuelve a estar de actualidad.

Quien fuera, en buena medida, artífice del inicio de los trámites que condujeron a la recuperación del togado de Pompelo, Luis Romero, también fue el responsable de la identificación como un retrato del diuus Augustus de época claudiana de la cabeza masculina de mármol que, procedente de la ciudad de los Carenses (Santacara, Navarra), Mª Ángeles Mezquíriz había presentado en 1974 como perteneciente a algún ignoto priuatus. Esa nueva identificación, que se presentó en la IX Reunión de Escultura Romana en Hispania, celebrada en Yecla (Murcia) en marzo de 2019 y cuya publicación ya está disponible en red, también ocupó titulares de prensa en los medios locales, en particular en Diario de Navarra y nos permitió, de la mano de Pablo Serrano, difundir, incluso, lo esencial de la identificación en un visor virtual en el portal Sketchfab. Quizás, esa rápida transferencia de la investigación ha sido otra de las singularidades que mejor han acompañado a esta intensa investigación universitaria como dan buena muestra los materiales escultóricos que se "exponen" en los Museos Virtuales de Los Bañales de Uncastillo y de Santa Criz de Eslava algunos de los cuales, gracias a los esfuerzos de los consistorios de Layana (Zaragoza) y Eslava (Navarra) pueden, de hecho, verse in situ en los respectivos espacios expositivos locales ubicados próximos a los yacimientos arqueológicos en cuestión. Sirvan como muestra dos de esos visores, el segundo, aunque no perteneciente a ninguno de los dos espacios virtuales, alusivo a la pieza de Cara que mencionábamos al comienzo de este párrafo.



Pero, sin duda, han sido los trabajos arqueológicos de los últimos años -en particular desde 2013- en la ciudad romana de Los Bañales de Uncastillo -y, por extensión, los que se han llevado a cabo en la Comarca de Cinco Villas- los verdaderamente responsables del sensacional incremento que, en materia escultórica, ha experimentado el territorio de los antiguos Vascones. Desde el hallazgo del thoracatus de Domiciano en la campaña de excavaciones de ese año -que vería la luz en un citadísimo artículo del número 73 de la revista Zephyrus (2014) y que fue, de hecho, objeto de un programa monográfico en el Canal UNED de Televisión Española- se han venido produciendo, en la excavación de un sensacional nivel de amortización de estatuaria ubicado en el flanco meridional del foro de la ciudad, constantes hallazgos que han conformado un repertorio único que, además, ha tenido la virtud de ir acompañado, también, de material epigráfico que ha permitido un mejor trazado de las peculiaridades de dicho repertorio monumental contribuyendo a su mejor inteligibilidad. Una primera recopilación del mismo se publicó en las actas de la VIII Reunión de Escultura Romana en Hispania que tuvo lugar en Baena en 2016 (ROMERO, L., y ANDREU, J.: "El programa escultórico del foro de la ciudad romana de Los Bañales: novedades y aspectos iconográficos, programáticos e históricos", en Reunión de Escultura Romana en Hispania. VIII, Córdoba, 2018, pp. 365-278) si bien muy recientemente ha visto la luz un sensacional volumen que dedica una buena parte de sus más de 520 páginas al estudio de estos programas y de sus evidencias (ROMERO, L., El foro de Los Bañales de Uncastillo: arquitectura y programas epigráficos, escultóricos y decorativos, Uncastillo-Pamplona, 2023).





Hace algo más de un año, en el Centro de Estudios de las Cinco Villas, en Ejea de los Caballeros, tuvo lugar una jornada conmemorativa del cuarenta aniversario de las I Jornadas de Estudio sobre las Cinco Villas y tuvimos la ocasión de presentar un balance de actualización sobre nuestro conocimiento de la Antigüedad en dicha región. De ese balance, que pronto verá la luz, proceden las dos láminas que hemos traído a este post, sobre estas líneas. Nos parece que ambas resumen muy bien los dos ámbitos en que el incremento de que venimos hablando se ha concretado mejor, todo ello sin tener en cuenta -pues no suelen formar parte de los repertorios del CSIR- las piezas de pequeño formato en bronce como -entre otras- la célebre pesa con busto de Attis de Sofuentes o la tortuga de bronce, acaso de un larario, hallada en Los Bañales y que reproducíamos, no hace mucho, en otro post de este blog. Por un lado, y especialmente en las ciuitates romanas de la parte más septentrional del territorio actualmente comarcal, las de Campo Real/Fillera en Sos del Rey Católico y las de Cabezo Ladrero en Sofuentes, han confirmado algo que ya en 2011 constatábamos (ANDREU, J., "Mors Vasconibus instat: aspectos del hábito epigráfico funerario en territorio de Vascones", en ANDREU, J., ESPINOSA, D., y PASTOR, S. (eds.), Mors omnibus instat: aspectos arqueológicos, epigráficos y rituales de la muerte en Roma y en el Occidente Romano, Madrid, 2011, pp. 491-529), que los monumenta sepulcrales en forma de altar decorados con pulvinos resultaron un elemento clave del paisaje funerario de estas comunidades, asunto sobre el que, de hecho, hemos podido volver recientemente (ANDREU, J., "Los tituli sepulchrales y el origen del hábito epigráfico en el extremo  oriental del solar de los Vascones", en RUIZ OSUNA, A. (ed.), Morir en Hispania. Novedades en topografía, arquitectura, rituales y prácticas funerarias, Sevilla, 2021, pp. 317-331). Las piezas nº 1 y 2 de la primera imagen que figura sobre estas líneas así lo muestran procediendo ambos puluini, respectivamente, de Sos del Rey Católico y de Sofuentes y bien custodiados los dos en colecciones particulares de buenos amigos. La lámina segunda, por su parte, recoge algunas de las piezas en mármol más representativas del repertorio de Los Bañales que incluyen elementos de retratística imperial: 1, el retrato post-mortem del César Germánico; 3 y 4, el thoracatus de Domiciano con su hermosa coraza decorada con Germanos vencidos y esculpido en la década de los 80 del siglo I d. C.; 5, la mano de un, probable, segundo emperador representado como thoracatus; y 2, la parte inferior de una probable estatua femenina, acaso del recinto de exaltación de la Victoria imperial, promovido por los notables de las familias locales Fabia y Porcia.

Si ese incremento se ha dado en el territorio cincovillés gracias al impulso de nuestro trabajo en Los Bañales, algo semejante ha sucedido en la vecina ciudad de Santa Criz de Eslava. Aunque los hallazgos escultóricos han sido mérito de un equipo anterior, ha sido gracias a la implicación del Parlamento de Navarra -como contábamos aquí hace algunos años- que se ha podido llevar a cabo un detallado estudio de esos materiales que, desde luego, han subrayado el extraordinario futuro que, como se señalaba no hace mucho en una publicación sobre la cuestión (BISPHAM, E., "Small towns, big futures: between Italy and Iberia", en ANDREU, J. (ed.), Parua oppida: imagen, patrones e ideología del despegue monumental de las ciudades de la Tarraconense hispana (siglos I a. C.-I d. C.), Pamplona, 2020, pp. 25-38), tiene la investigación sobre estos parua oppida y, en concreto, sobre los del ámbito vascónico-aquitano. Y, lógicamente, si nos acompaña la energía, aquí seguiremos contándotela.



PARVA LABENTIA (y II)

 


Ya hace varios meses que Oppida Imperii Romani dio noticia sobre la concesión a la Universidad de Navarra -por parte del Ministerio de Ciencia e Innovación y en régimen de concurrencia competitiva- de un proyecto de investigación titulado "De parua a oppida labentia: ciudad, ciudadanía y desarrollo urbano en el piedemonte vasco-aquitano (siglos I a. C.-II d. C.)" que, en cierta medida, da continuidad a algunas de las conclusiones del proyecto anterior que también financió el Ministerio entre 2016 y 2019, "De municipia Latina a oppida labentia: sobre la sostenibilidad económica e institucional del municipio de Derecho Latino en la Hispania romana (siglos I-III d. C.)" y que, entonces, inspiró la serie de etiquetas "Oppida labentia" de este blog creadas, como la recientemente instituida "Parua labentia" para facilitar la transferencia de los resultados de la investigación, fundamental en la Universidad del siglo XXI.

Pues bien, el fin de semana del 17 y 18 de noviembre, tuvo lugar el arranque oficial, institucional, del nuevo proyecto que extenderá sus trabajos por un espacio de cuatro años. Ese arranque se concretó, por un lado, en una reunión, a puerta cerrada, de los miembros del equipo de trabajo y del equipo de investigación -un total de 15 investigadores de hasta seis Universidades diferentes- que tuvo lugar en la Sala de Profesores de Rectorado de la Universidad de Navarra, en su Edificio Central, y, por otro lado, como ya se hiciera en el proyecto anterior, con una jornada de trabajo, abierta al público celebrada en la UNED de Ejea, extensión de la UNED de Calatayud. La jornada llevó por título "Parua labentia. Economía y desarrollo urbano en las Cinco Villas de Aragón en época romana" y fue seguida por más de un centenar de personas en la modalidad online y por bastante más de medio centenar en la presencial, que, una vez más, y como viene sucediendo desde hace años en casi todo lo relacionado con el proyecto de Los Bañales abarrotaron el aula de la UNED en la capital de la Comarca de Cinco Villas. Gracias a la tecnología de los Centros Asociados de la UNED y la extraordinaria diligencia del equipo de la UNED de Calatayud/UNED de Ejea, se realizó grabación íntegra de la sesión que está ya disponible en el Canal de YouTube de Los Bañales que, dicho sea de paso, sigue acumulando, cada vez, mayor número de seguidores.

   

En el marco de la reunión inicial, se abordó la estrategia de trabajo para los próximos cuatro años, se definió la zona de estudio y, también, se fijaron los compromisos que, en términos de transferencia de resultados investigadores, asumirán para estos próximos cuatro años cada uno de los integrantes de los equipos de investigación y de trabajo al tiempo que se recordaron algunos hitos próximos, en materia de publicaciones, que abordará el proyecto. De este modo, en proyecto "parua labentia" pretende caracterizar [1] los procesos, agentes, iniciativas y herramientas públicas y privadas que intervinieron en la monumentalización de las ciudades del área vascona y aquitana atendiendo para ello tanto a los programas de decoración arquitectónica y escultórica como a los contextos materiales que daten esos procesos de monumentalización o a la caracterización del perfil social de la elite local -con atención especial a la femenina- implicada en dichos procesos. De igual modo, se quiere estudiar [2] la ideología y la legislación subyacente al despegue urbano entre Augusto y los Flavios y al modo cómo ésta se concretó en programas de articulación territorial, desarrollo urbano, visibilidad de edificios e impacto ideológico de estos en la zona. Lógicamente, por el propio horizonte del proyecto [3] se quieren caracterizar las bases económicas y la explotación de recursos propias de las ciudades escogidas valorando, en este sentido, cuanta documentación material sea susceptible de arrojar luces respecto de dicho asunto echando mano, así, de análisis de paleoambiente, de diversos trabajos de prospección arqueológica y territorial y, también, de trabajos de caracterización de restos de fauna y, sobre todo, de importaciones tanto de artículos de lujo (mármoles o productos de emulación) como de artículos cotidianos con atención especial a la cerámica no sólo en sí misma sino en relación con los productos que ésta transportaba. Aunque recientes, sorprendentes e ilusionantes hallazgos ya han colocado a la ciudad de Santa Criz de Eslava en un puesto destacado en la atención a estas cuestiones por parte del equipo del proyecto, se consensuó que comunidades urbanas como la de Los Bañales de Uncastillo o la de Campo Real/Fillera de Sos del Rey Católico se beneficien también del estudio que se pretende acometer en estos próximos años y que atenderá también a las ciudades aquitanas de Aquae Tarbellicae (Dax) y de Beneharnum (Lescar). Sobre los avances y estrategias se irá informando no sólo a través de las publicaciones de los miembros del equipo sino, también, a partir de este espacio. Debe tenerse en cuenta, además, que una primera presentación de resultados se hace en uno de los volúmenes de la Serie de Monografías Los Bañales de que más abajo se habla y que para octubre de 2024 está prevista la presentación, en el marco de la Reunión de Escultura Romana en Hispania a celebrar en Pamplona en dicha fecha, de un nuevo volumen del Corpus Signorum Imperii Romani -la colección de repertorios de estatuaria romana- centrado en los materiales de, precisamente, el territorio vascónico. 



Entrando ya en la jornada presencial celebrada en Ejea de los Caballeros, las líneas generales del proyecto, y, en particular en los trabajos que, en relación con él, van a afectar a la ciudad romana de Los Bañales de Uncastillo fueron expuestas en una conferencia nuestra, también disponible en línea en nuestro Canal de YouTube y que embebemos más abajo para su visualización. Como dejamos clara en ella, parece necesario tratar de explicar de qué modo y con qué bases económicas concretas, la ciudad romana de Los Bañales sustentó el gran despegue arquitectónico y urbanístico que vivió entre época de Augusto y la dinastía de los emperadores flavios en que, supuestamente, ésta alcanzó su estatuto de municipio un despegue que, en cuestiones como las de los programas decorativos oficiales y la arquitectura cívica monumental muestran también otras ciuitates del entorno, en particular las de Santa Criz de Eslava o el Forau de la Tuta de Artieda de Aragón, tal como hemos indicado en una entrada reciente de este espacio. En un trabajo igualmente reciente, alojado, de hecho, en un nuevo volumen auspiciado por el proyecto de Los Bañales y del que se hablará más abajo, hemos aportado un panorama general sobre los aspectos paleopaisajísticos, paleoclimáticos, económicos y territoriales del lugar, modelo de comprensión territorial de esta ciudad, que hemos denominado, con Cicerón, un municipium rusticanum que, acaso por su posición equidistante de Caesar Augusta (Zaragoza) y de Pompelo (Pamplona), y, quizás por la conexión del enclave con el ejército -especialmente a partir de la construcción de la vía Caesar Augusta-Beneharnum- fue un foco poblacional que atrajo a abundante población de notable capacidad adquisitiva algo que se muestra en ciertos singulares materiales que fueron repasados en nuestra intervención y que, en realidad, ya fueron objeto de atención en algunas publicaciones anteriores de este espacio, tanto en "Parua labentia" como en "Sed pietate ac religione", a las que remitimos. Sin embargo, las bases económicas del enclave, tal como están revelando los últimos hallazgos -sobre los que también volvimos recientemente en una comunicación a la edición de este año del Congreso Aquitania, en la Universidad de Cantabria- no parece que fueran distintas de la agricultura (de cereal, vid y olivo) y de la ganadería el impacto de las cuales en la economía local y en la pecunia communis, el "presupuesto" municipal, debió ser esencial. Avanzar en nuestro conocimiento del grado de protagonismo de esos recursos en la economía cívica y regional habrá de ser uno de los objetivos fundamentales, a medio plazo, de nuestro proyecto.

    

 

En la parte final de la jornada celebrada en Ejea de los Caballeros, especialmente fructífera fue la Mesa Redonda. Con intervención de François Réchin, de la Université de Pau et des Pays de l'Adour, de Leticia Tobalina, del INCIPIT del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de Juan Palencia García, del proyecto de Los Bañales y la moderación de Maica Aguarod, de la Sociedad de Estudios de la Cerámica Antigua de Hispania, se subrayó de qué modo el estudio de los territoria de las ciudades objeto de estudio podrá ayudarnos a entender la interrelación entre los centros urbanos, las explotaciones del tipo uillae ubicadas en aquéllos y, también, las redes de comunicación -también los itinera priuata- que conectaban unas y otras y que facilitaban la salida a los mercados regionales de los productos que en dichos espacios se produjeran. De igual modo se insistió en que el trazado de esa dinámica productos/mercados, muy sugerente, debe estar en el foco de los análisis territoriales que, al respecto, se hagan recordando en qué medida detrás de la cerámica podemos obtener información sobre personas y redes de contacto y comerciales. 

Especialmente feliz fue el hecho de que en esta jornada de arranque del proyecto tuviera lugar la presentación de dos nuevos volúmenes, el 4º y el 5º de una serie editorial, la Serie de Monografías de Los Bañales que contaba ya con tres títulos en su haber y que ahora incorpora dos nuevos que incluyen, también, el primero de naturaleza monográfica: El foro de Los Bañales de Uncastillo. Arquitectura y programas epigráficos, escultóricos y decorativos, firmado por Luis Romero Novella. El otro volumen presentado, que hace el número cinco de la serie es, como los tres anteriores, resultado de los trabajos de cooperación y discusión científica que promueve el proyecto de Los Bañales, en este caso los derivados del IV Coloquio de Arqueología e Historia Antigua de Los Bañales que tuvieron lugar, también en Ejea de los Caballeros, en septiembre de 2022 y sobre los que hablamos en otra entrada de Oppida Imperii Romani. Se trata, en este caso, del volumen Pecunia communis: recursos económicos y sostenibilidad de las pequeñas ciudades hispanorromanas que cuenta con Aitor Blanco-Pérez, Elena Alguacil y quien escribe estas líneas como editores científicos. Por tanto, el primero de los dos volúmenes viene a incrementar el catálogo de foros hispanos prácticamente con el último que se ha incorporado al ya dilatado, pero últimamente estancado, repertorio patrio. En él se lleva a cabo un detallado estudio de la evolución arquitectónica del conjunto desde su fundación augústea a su reutilización en el momento tardoantiguo de la ciudad y se aporta una detallada caracterización de la decoración arquitectónica -escasísima- y de la muy abundante y representativa decoración escultórica y del bien conocido, y sensacional, programa epigráfico casi todo él digitalizado en el Museo Virtual de Los Bañales. El segundo, como se dijo, pone el foco en el asunto de los "presupuestos municipales" de las pequeñas comunidades hispanas, de los llamados parua oppida. Y lo hace, además, desde una óptica general -que analiza la percepción que, de la ciudad provincial, tienen las fuentes romanas- pero, también, desde una de carácter comparativo quedando el paradigma, pues lo es, de Los Bañales de Uncastillo, al nivel de otras ciudades hispanas de pequeño tamaño y de recursos económicos monográficos y que poco a poco vamos conociendo mejor como Baelo Claudia o Iulia Lybica. Ambos volúmenes están ya disponibles a través de Pórtico Librerías, como los otros de la serie. Que, a través de los firmantes de los capítulos de la miscelánea (volumen 5º), estén representadas instituciones como la Universidad de Los Ángeles en California, la Universidad de Oxford, la Universidad de Liverpool o la Casa de Velázquez pone de manifiesto el sensacional atractivo que, también para la investigación internacional, tiene el territorio de la Comarca de Cinco Villas de Aragón. 



Aunque, como se dijo en el acto de presentación de ambos volúmenes, podamos acostumbrarnos a la intensa actividad editorial y científica del proyecto de Los Bañales, parece oportuno afirmar que ésta no es, tristemente, práctica habitual en los proyectos de Arqueología que se desarrollan en la península como ya hemos puesto de manifiesto en otras ocasiones. Desde que comenzamos a trabajar en Los Bañales -y explicamos, de hecho, hace años- la innovación abierta, aprender de los mejores y, también, la apertura científica para comprender los problemas locales, y concretos, de nuestra ciudad romana en comparación con los que exhiben otras ciudades contemporáneas y semejantes, han estado en el ADN de nuestro proyecto. La organización de reuniones científicas -los coloquios de Arqueología e Historia Antigua de Los Bañales- y la gestión editorial de los trabajos en ellas presentadas están contribuyendo a hacer de nuestra ciudad romana un foco de generación de conocimiento en torno a cuestiones diversas de la urbanística antigua tanto desde la dimensión material como desde la más estrictamente institucional. La inclusión, por ejemplo, de nuestra ciudad romana en la recentísima serie de volúmenes sobre Ciudades Romanas de Hispania auspiciado por el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, por ejemplo, y editado por la prestigiosa L'Erma di Bretschneider (Roma, 2022), es una prueba bien reciente de ello. Pero también lo son estos dos nuevos títulos y esperamos que, también, lo sean los trabajos que van a desarrollarse al abrigo del proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación que acabamos de arrancar y de los que iremos informando aquí puntualmente.



TEMPLVM DATVM

 

[Instantánea de los trabajos de excavación del templo que presidió la plaza del foro de la ciudad romana de Santa Criz de Eslava© Jesús Caso para Diario de Navarra, que ofreció una galería completa aquí]

Corría el año 1989 y uno de los más prolíficos investigadores sobre el asunto vascónico, Juan José Sayas, publicaba en la Serie III de la revista Espacio, Tiempo y Forma, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, un artículo titulado "El culto al emperador entre las gentes vasconas" que, poco después, era recogido también en su best-seller Los vascos en la Antigüedad (Cátedra, Madrid, 1994). En el citado trabajo el emérito investigador de Buñuel (Navarra) repasaba las evidencias que, sobre el culto imperial, existían entonces para el territorio de los Vascones y recogía, esencialmente, las epigráficas. Para entonces, básicamente, la alusión a C. Sempronius Fidus, natural de Calagurris, que alcanzó el flaminado provincial en época de Adriano, en Tarragona (CIL II2/14, 1166), y a un Cn. Pompeius como flamen prouinciae Hispaniae citerioris en un pedestal de Tarraco (CIL II2/14, 1157), la ostentación del mismo cargo por T. Porcius Verrinus, citado en otro documento epigráfico de la capital provincial en el que también se alude a la flaminica de Cara Postumia Nepotiana (CIL II2/14, 1183) y la referencia a la también flaminica, en este caso natural de Pompelo, Sempronia Placida, esposa del ilustre C. Cornelius Valens (CIL II2/14, 1184) conocido también por financiar para la provincia -como también estudiaría el propio Sayas (Espacio, Tiempo y Forma. Serie II, 2, 1989)- y entre los años 172-175 d. C. una legatio censualis, una embajada, ante el emperador Marco Aurelio, a la sazón en Sirmium, en la actual Serbia (CIL II2/14, 1193). Sobre algunos de ellos, auténticos "Vascones por el mundo", volvimos nosotros en un artículo sobre movilidad geográfica de las gentes vasconas publicado en la revista Príncipe de Viana, 261, 2015. Los dos últimos párrafos del artículo antes citado de Juan José Sayas iban destinados a analizar la placa de bronce en que dos aediles de Andelo -seguramente recientes beneficiarios de la extensión del ius Latii por Vespasiano (véase E. García Fernández, Espacio, Tiempo y Forma. Serie II, 25, 2012) de la que tanto hemos hablado en la serie "gens Flauia" de este blog- dedicaban un monumento a Apollo Augustus (AE 1989, 456).


Y es que, hasta hace bien poco, eran esas, las epigráficas, prácticamente las únicas evidencias con que se contaba, en el territorio de los antiguos Vascones, para conocer la incidencia de un fenómeno tan esencial en la historia cultural e ideológica del Principado Romano como fue el del culto imperial. Sin embargo, y como, precisamente, subrayábamos en una recentísima entrada de Oppida Imperii Romani sobre religión romana, la investigación arqueológica ha venido contribuyendo a incrementar las evidencias y a hacer que esta región sea una de las que concentre un mayor número de testimonios -en el conjunto, al menos, del conuentus Caesaraugustanus- en lo que a la recepción por parte de su población del culto al emperador respecta. Y, como no puede ser de otro modo, excepción hecha de la ciudad de los Carenses -que no conoce excavaciones arqueológicas desde los trabajos de Mª Ángeles Mezquíriz- las novedades han llegado de la mano de los trabajos arqueológicos de excavación desarrollados en Los Bañales de Uncastillo (Zaragoza) y Santa Criz de Eslava (Zaragoza) y de revisión de materiales en Campo Real/Fillera de Sos del Rey Católico (Zaragoza) y en el Forau de la Tuta de Artieda de Aragón (Zaragoza). Ese incremento vuelve a poner de relieve la importancia de esta región desde el punto de vista de la comprensión del fenómeno urbano en el área septentrional de la Tarraconense hispana, región que ofrecemos aquí en simpático croquis de la ilustradora de moda Patite.

Efectivamente, en el año 2019, revisando materiales en el Museo de Navarra de cara a la edición de un volumen monográfico de la serie Corpus signorum Imperii Romani consagrado a las ciudades del área vascónica, Luis Romero Novella reinterpretaba un, hasta la fecha, retrato varonil no identificado (Príncipe de Viana, 136-137, 1974), como una imagen de Augusto divinizado probablemente fechable en época claudiana como recogió la Oficina de Comunicación de la Universidad de Navarra y la prensa nacional y como éste demostró, con argumentos, en un solvente trabajo científico, ya citadísimo (Yakka. Revista de Estudios Yeclanos, 22, 2017-2019). Algo antes, en el año 2011 dábamos a conocer nosotros mismos (Príncipe de Viana, 253, 211) una cornucopia en mármol blanco que, recuperada en el territorium de la ciudad romana de Campo Real/Fillera pudo pertenecer a alguna estatua alto-imperial del programa iconográfico público de la ciuitas que, de nombre ignoto, ocupó dicho lugar, justo en la encrucijada entre la vía Caesar Augusta-Beneharnum y la vía Iacca-Vareia (sobre el valor de esa encrucijada puede verse este estudio nuestro). La pieza había sido hallada en superficie por el matrimonio Zuazúa-Wegener que, diligentemente, la había entregado al Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra donde aun hoy se conserva. En esa línea de revisión de materiales de colecciones antiguas conformadas por sus descubridores, la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, de la que es editor quien firma este blog, ha acogido en su último número (Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 31, 2023) un estudio de José Ángel Asensio y otros investigadores de, principalmente, la Universidad de Zaragoza y que trabajan en el enclave, también de nombre desconocido, del Forau de la Tuta, en el que dan a conocer una mano con pátera de una más que probable estatua de culto al emperador, acaso una representación del Genius Augusti, noticia de la que también se ha hecho eco no hace mucho la prensa nacional


Los Bañales de Uncastillo, por su parte, como hemos repasado en algunos repertorios recientes (Escultura Romana en Hispania VIII, Córdoba, 2018) ha incrementado notablemente la percepción que teníamos sobre la difusión de la imagen imperial en una ciudad de los Vascones. Así, el foro se fundó a partir de sendos homenajes a Cayo y a Lucio César hacia el año 12 a. C. (AE 2016, 818 e HEp5 916); a partir del año 19 d. C. debió erigirse, en algún lugar de la plaza pública, un retrato al César Germánico; en los años 31/32 d. C., se honró a Tiberio monumentalizando, en su memoria, el acceso a la porticus duplex occidental de la plaza pública (AE 2015, 656 y 657 y 2017, 566); y, finalmente, en la década de los años 80 del siglo I d. C. se completó el lateral occidental del foro con un recinto consagrado a la celebración de la Victoria imperial (AE 2014, 703) presidido por una estatua del emperador Domiciano -seguramente de las de mayor calidad técnica en su ejecución de cuantas conservamos en la península ibérica- que publicamos ya hace algunos años (Zephyrus, 73, 2014) y que recibió culto a partir de uno de los sacra localizados en la ciudad romana, el altar cilíndrico en arenisca (AE 2018, 1000) también consagrado a la exaltación de la Victoria imperial (Studia Historica. Historia Antigua, 36, 2018). Todos los hallazgos, además, son ya sobradamente conocidos gracias al esfuerzo que, desde el proyecto en cuestión, hemos hecho para su viralización, fundamentalmente incluyendo los modelos 3D de las piezas en cuestión en el Museo Virtual de Los Bañales, modelos que han sido enlazados en las líneas previas. 

En este sensacional incremento de nuestra documentación respecto de la cuestión que nos ocupa en esta entrada, Santa Criz de Eslava también ha desempeñado un papel esencial. Como contábamos en Oppida Imperii Romani hace algunos años, gracias a una enmienda parlamentaria aprobada por el Parlamento de Navarra para el ejercicio de 2020, el año del Covid-19, trabajos de inventario y estudio del repertorio escultórico descubierto en Santa Criz en los últimos años 90 del siglo pasado y en los primeros años del siglo XXI permitieron constatar la existencia en el lugar de una estatua tipo hufmantel correspondiente a un emperador heroizado de época de Claudio o Calígula, seguramente, el diuus Augustus. Con la pieza de Artieda, antes citada, y como hemos señalado en una reciente publicación en que ofrecemos imagen del citado ejemplar (Small towns. Una realidad urbana en la Hispania Romana, Alicante, 2022), esta representación constituiría la más septentrional imagen de Augusto divinizado conservada en toda la Tarraconense junto a la que ahora han aportado los colegas que trabajan en Artieda de Aragón.

Con esos prolegómenos, ciertamente sensacionales, en la tercera campaña de sondeos que, gracias al convenio entre el Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra y las entidades locales de la Comunidad Foral, se han venido realizando en Santa Criz, se ha producido el sensacional hallazgo -casi exactamente en el lugar en que se propuso que debía estar ubicado, aunque algo más hacia el oeste (SPAL, 29-1, 2020)- del templo principal de la plaza del foro de la ciudad romana, el único foro que, poco a poco, vamos conociendo en el territorio actualmente navarro como se subrayaba en los micrófonos de SER Navarra hace algunos días. Como hemos ido contando en las redes sociales del proyecto, tanto en Facebook como en Twitter, sabemos todavía muy poco del edificio. Conservamos apenas unos 11 metros de longitud del podio en su lado norte, construido con extraordinarios sillares en opus quadratum de hasta 90 cm de altura y con la singular anatirosis para calzado de estos propia del momento julio-claudio inicial y de unos 9 metros en el límite trasero de la que sería la cella, próxima ya al muro de cierre del foro por el lado oriental. Las imágenes, a vista de pájaro, tomadas por el dron de Juanmi Cirez y que cierran esta entrada, ciertamente, sobrecogen al tiempo que demuestran el potencial de lo hallado. Falta, en cualquier caso, por excavar todo el área de acceso a la cella -y la propia cella, donde se ubicaría la estatua de culto- y que, seguramente, si el templo, por el formato, siguió la fórmula de los templos in antis propios de la época, contaría con una escalinata de acceso (antae) y con una fachada acaso tetrástila a la que sí podrían pertenecer algunos de los monumentales tambores de columna -de hasta 80 centímetros de diámetro- que han sido localizados en la excavación. Probablemente, como también debió serlo -con una estructura arquitectónica parecida- el localizado en Andelo -que se ha venido interpretando, sin embargo, como un castellum aquae- se trató de un templo pseudoperíptero, con columnas adosadas en los laterales norte y sur y que, verosímilmente, debió construirse en el momento de la gran renovación de la plaza del foro que, a juzgar por la decoración arquitectónica conservada -y que puede verse en la sensacional exposición "Santa Criz de Eslava, reflejos de Roma en territorio vascón", instalada en Eslava- debió producirse a partir de época tiberiana. Es oportuna, por tanto, la alusión que Nerea Alejos, de Diario de Navarra y responsable del sensacional reportaje que dejábamos unas líneas más arriba -también con su correspondiente versión digital- hacía de la conocida noticia del historiador romano Tácito alusiva a la erección, en época de Tiberio, y en Tarraco, del primer templo de culto imperial provincial que, a juzgar por lo que éste afirma, sirvió in omnes prouincias exemplum, como ejemplo para todas las provincias (Ann. 1, 78), noticia de la que se toma la expresión templum datum que encabeza esta entrada. El templo Tarraconense se conoce por las excavaciones desarrolladas hace una década en la Catedral de Tarragona pero, también, por su inclusión -junto a la estatua de culto- como tipo de una serie de dupondios en bronce emitidos por la propia colonia (RPC I, 224).


En la anterior entrada de Oppida Imperii Romani hablábamos sobre los modos y peculiaridades de la Romanización del territorio vascón y no hace mucho nos interrogábamos, también, sobre cuáles fueron las bases económicas que hicieron posible los procesos de monumentalización que muchas ciudades pequeñas del ámbito vascónico acometieron en las primeras décadas del Principado. asunto sobre el que vamos a trabajar en estos años en el marco del proyecto "Parua labentia", del Ministerio de Ciencia e Innovación. Para incrementar nuestro asombro ante la segunda realidad y para poner una fecha de clara consolidación y madurez del proceso romano de aculturación respecto de la primera cuestión se produce ahora este sensacional hallazgo en Santa Criz que -como nos recordaba Javier Larequi hace unos días en los micrófonos de SER Navarra- coloca en el centro de la opinión pública, al menos en Navarra, la importancia de que la Arqueología sea, de verdad, Arqueología de investigación, Arqueología integral, como la hemos llamado en otros posts de este espacio. El hallazgo evidencia lo extraordinario que sería que hubiera, de verdad, una estrategia de investigación en Arqueología Clásica promovida por los poderes públicos -y no sólo liderada, a veces con mucho sacrificio por Universidades y Ayuntamientos, como en el caso del actual proyecto en Santa Criz- y vuelve a poner de relieve que como sucede en cualquier región de nuestro país, si se investiga adecuadamente, con equipos abiertos, generosos, implicados y polivalentes, la investigación arqueológica tiene mucho que contar sobre uno de los periodos clave de nuestra Historia, ése en que, efectivamente, fuimos Romanos.