Educación con videojuegos: El camino a seguir

Como os conté la semana pasada, hoy os hablaré de otro aspecto tratado habitualmente con una visión negativa tanto por prensa como numerosos agentes sociales. La relación entre los videojuegos y la educación.

Es muy habitual en los debates acerca de la influencia de los videojuegos en la gente joven tender a una visión condescendiente donde se argumenta que son una influencia negativa para el rendimiento académico.

Hay estudios como uno presentado por el psicólogo Robert Weiss de la Universidad Denison de Ohio que establecen una correlación entre bajo rendimiento escolar y uso de videojuegos y se quedan tan anchos. Bien, aquí hay que precisar algo con respecto a un estudio que pretenda tener carácter científico.

Para que un estudio tenga carácter científico no basta una simple muestra de 64 sujetos y pretender con esto generalizar a la población general. Un estudio que pretenda algo más que conseguir un titular de prensa interesado o llamar la atención para que financien tu beca (eh! Señor Weiss!!!) tiene que basarse en una muestra significativa de la población a la que representa.

Para esto no vale con pillar a los primeros que pasan por ahí, la selección ha de hacerse al azar y tener un numero mas grande ademas de controlar diversas variables. Un ejemplo algo burdo sería coger a esos 64 niños en un salón recreativo en pleno invierno y establecer que los videojuegos de recreativa producen gripe.

 

Que lo diga alguien con título no es suficiente

 

Un estudio con una muestra excesivamente pequeña y sin cumplir criterios de control de variables y asignación al azar nunca podrá sentar cátedra de nada, puesto que no es científico. Si crear conocimiento científico fuera tan sencillo todos lo seriamos, porque seguro que mas de uno ha conocido a un puñado de personas y ha intentado establecer relaciones acerca de porque hacen lo que hacen.

Pero estos estudios simplemente exploratorios proliferan como churros dado el mencionado interés por la prensa de titulares de consumo fácil y profesionales ávidos de dar la nota a ver si les cae algo de financiación.

Si profundizamos más veremos que los videojuegos no son precisamente enemigos de la educación, sino que marcan el camino que debería seguir en un futuro y ponen en tela de juicio el sistema educativo imperante. Vayamos por partes, apoyándonos en criterios científicos.

 

La visión es el sentido que domina

 

 

Es un hecho, ya sea por el volumen de las áreas destinadas a la visión en el cerebro humano como por demostraciones tan sencillas como los trucos de memorización que datan desde la antigua Grecia. La visión es el sentido más desarrollado en el hombre. Junto con el lenguaje, estructura en gran parte el pensamiento y por tanto es clave en el aprendizaje y debería serlo en la educación. El 83% de la información que recibimos diariamente es de tipo visual.

No ver que el hecho de que los videojuegos, cada día más vistosos, simplemente marcan la carencia de tales estímulos en los colegios es esquivar una realidad obvia.

La presencia en las aulas de pizarras y fotocopias no es suficiente para la voracidad sensorial de un ser humano.

Tener un vulgar gráfico de un cerebro humano o su dibujo chusco en una pizarra es un insulto. Actualmente es posible recrear una visita virtual con motores para videojuegos como 'Unreal Engine 4' haciendo posible que ese cerebro sea más espectacular que la nave 'Enterprise' de 'Star Trek'.

El cerebro humano no es un ordenador

 

 

Una simplificación del funcionamiento del cerebro establece su semejanza con los ordenadores. Esta simplificación que es útil como enfoque de trabajo es eso, una herramienta de trabajo, no una realidad. Aún se desconoce gran parte de su mecánica pero hay algo irrefutable, el cerebro humano no apareció en la evolución para procesar información de cualquier tipo, sino para usar aquella que tuviera que ver con la supervivencia.

Y supervivencia implica interacción con el medio, no interacción con conocimiento en blanco y negro en hojas de papel. Si alguien se extraña de que nuestra naturaleza se siga inclinando por simulaciones cada día más próximas a la realidad, es que esta seriamente distraído. La educación tiene que adecuarse a la naturaleza humana, no ir contra ella. Antes la realidad solo podía describirse, ahora puede ser recreada.

 

Los juegos ofrecen ofrecen recompensa continua

 

 

Cada paso que se aborda en un videojuego aporta una progresión continua, un nuevo nivel, una nueva puntuación. En educación casi nunca se implanta lo que se llama evaluación continuada y todo el mundo se tiene que ajustar al mismo “nivel de dificultad”. Con este panorama no es raro olvidarse de la “consola educativa” y estar apagados cuando llegue “la siguiente fase”.

En la educación formal, uno puede estar rondando desorientado la única fase que representa un semestre de evaluación y cuando llega el examen cual "bicho final" al jugador-alumno le pilla durmiendo y sin el mando.

Volvemos a encontrarnos que la satisfacción en progresión y las diferentes curvas de dificultad que aporta un videojuego es algo que debería ser imitado y superado por la educación. A esta aplicacion de caracteristicas propias de los videojuegos se le denomina "gamificación".

La universidad de Washington lanzó recientemente 'Foldit'. Preparado como un simple juego de puzles, permitía recrear diferentes estructuras de proteinas.

Gracias a 240.000 jugadores en solo 10 días se obtuvieron resultados equivalentes a automatizar un proceso durante años. Un ejemplo perfecto de que el conocimiento y la diversión no están reñidos.

 

 Valoraciones de peso

 

 

Basta con que echéis un vistazo a la pagina http://www.nobelprize.org/ para poder ver un buen puñado de juegos interactivos que buscan hacer mas accesibles todo tipo de conocimientos. Supongo que esto está un tanto alejado de la imagen encorsetada de la educación.

Políticos como el actual presidente de EEUU, Barack Obama, en numerosos contactos con gente de la pujante industria de las TIC han visto que la atracción por los videojuegos fue el factor que les llevó a aprender a programar. Personas como el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, así se lo confesaron.

El problema no es la industria del ocio digital como demonio corruptor. El problema es que pequeñas empresas privadas pongan más interés y recursos en atraer clientes que los estados en educar a sus ciudadanos.

En la siguiente entrega hablare de los juegos serios y de algunas propuestas interesantes de como usar los juegos en la educación. Estad atentos!